Introducción
El pensamiento de la Escuela Austríaca de Economía ha penetrado en el mundo académico muy recientemente. De las tres escuelas que produjeron la revolución marginalista a fines del siglo XIX, la austríaca es la menos divulgada.
Esto, tal vez, se debió en parte al idioma alemán, poco conocido, y en parte a la persecución nazi que obligó a las principales figuras a abandonar Viena a mediados de 1930, provocando de esta manera su dispersión.
A fines del siglo XIX y principios del XX el predominio de la Escuela de Cambridge era muy claro; el siguiente párrafo de Joan Robinson así lo refleja:
“Cuando llegué a Cambridge los Principles de Marshall eran la Biblia, y conocíamos muy poco más allá de
él. Jevons, Cournot, inclusive Ricardo, eran hombres de pie de página. Escuchábamos hablar de la Ley de
Pareto, pero nada acerca del sistema de equilibrio. Suecia estaba preparada por Cassel, América por Irving
Fisher, Austria y Alemania eran apenas conocidas. La economía era Marshall”
Aunque en nuestros días el pensamiento de la Escuela Austríaca es mucho más conocido, todavía se nota en la bibliografía universitaria un claro predominio del enfoque de Cambridge y Lausanne. Los libros de texto de microeconomía y macroeconomía, los manuales de introducción a la economía y los libros de teoría de los precios así lo demuestran.
Tal vez, lo más grave es creer que las diferencias entre el grupo austríaco y el de Cambridge-Lausanne consisten en la “manera” de exponer la teoría de la utilidad marginal y la formación de los precios, cuando en realidad existen diferencias sustanciales. Este trabajo no pretende ser novedoso, y menos aún para los que fueron educados en la tradición austríaca, pero intenta llamar la atención de aquellos que no lo fueron sobre estas diferencias sustanciales.
Los economistas "austríacos", sobre todo los de las últimas generaciones, cuentan con una gran ventaja sobre el resto de sus colegas.
Al pasar por la universidad debieron realizar el esfuerzo de estudiar la teoría económica desde el punto de vista de las escuelas de Cambridge y Lausanne.
Tuvieron que leer libros, artículos y escuchar a profesores de estas escuelas durante cinco o más años. Este ejercicio ayuda mucho a abrir la mente al análisis de los distintos argumentos, y a cumplir en gran medida con lo que Ludwig Von Mises recomendaba a sus alumnos:
"lean todo lo que sus profesores les indican leer.
Pero no lean solo eso.
Lean más.
Lean todo acerca de un tema, desde todos los puntos de vista, ya sean socialista-marxista, intervencionista o liberal.
Lean con mente abierta.
Aprendan a pensar.
Solo cuando conozcan su campo desde todos los ángulos podrán decidir que es correcto y que es falso.
Solo entonces estarán preparados a responder a todas las preguntas, inclusive las que les hagan sus opositores".
economía.
Si los estudiantes no entran en contacto por voluntad propia con esta tradición, terminan sus carreras con una visión amputada de la ciencia económica.
Este trabajo tiene como objetivo contribuir a la divulgación de la historia y teoría de la Escuela Austria de Economía.
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