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lunes, 28 de octubre de 2013

¿Qué pasó en Estados Unidos?

La economía estadounidense ha estado en el centro de las noticias en las últimas semanas. "Shutdown" y "debt ceiling" son expresiones sobre las cuales se ha escrito mucho alrededor del mundo. Veamos qué son y qué implicancias tienen.

 La Constitución de los Estados Unidos señala que el gobierno (poder ejecutivo) solo puede realizar gastos si han sido aprobados por el Congreso (poder legislativo). Si el gobierno gasta por encima de sus ingresos, la diferencia, llamada déficit fiscal (véase post de la semana pasada) se cubre con deuda y el monto en que se endeuda también debe ser aprobado por el Congreso. "Debt ceiling" significa "techo de deuda", es decir, es el límite máximo al que puede pedir prestado el gobierno. Si el gobierno llega al techo, entonces ya no puede pedir más, a menos que el Congreso lo apruebe. Lo que ha venido ocurriendo es que cuando la deuda se acercaba al techo, el gobierno pedía al Congreso una "elevación del techo", es decir, poder endeudarse más.

¿Qué pasó la semana pasada? 

Pues que el Congreso no elevaba el techo de la deuda. ¿Por qué no lo hacía? Para eso debemos tener claro que el Congreso en Estados Unidos tiene dos cámaras: la de senadores (435 miembros) y la de representantes (100 miembros). En el Senado, los demócratas (el partido de Obama) tienen mayoría, pero en la cámara de representantes la tiene los republicanos. Y estos últimos se oponían al aumento en el techo de la deuda. 

Más aun, el presupuesto anual del poder ejecutivo va del 1 de octubre de un año al 1 de octubre del otro año. De modo, que antes del 1 de octubre el Congreso debe aprobar el presupuesto para que el gobierno pueda gastar, por ejemplo, en los sueldos de los empleados públicos. Sin embargo, al no hacerlo, apareció el "shutdown", es decir, una parte importante de los servicios brindados por el gobierno dejaron de funcionar y eso significó que cerca de un millón de personas dejaran de trabajar. Esto ocurrió entre el 1 y el 16 de octubre. Note el lector que los conceptos de "shutdown" y "debt ceiling" están relacionados, pues si no se aprueba el presupuesto, entonces el gobierno no solo no puede gastar en pagos de planillas, sino tampoco en el pago de su abultada deuda que financia el déficit fiscal. 

¿Y cuál es el problema si Estados Unidos deja de pagar sus deudas y por lo tanto quiebra? 

Pues que la economía más grande del mundo (produce cerca del 20% de la producción mundial) dejaría de ser un lugar seguro, es decir, los bonos estadounidenses ya no serían seguros y eso haría tambalear a todo el sistema financiero con consecuencias imprevisibles.

El aporte más importante de los dos gobiernos de Obama es la reforma del sistema de salud, que sin entrar en detalles, permitiría que millones de ciudadanos accedan a un seguro médico. En términos simples, los republicanos exigían el retiro del denominado "Obamacare" y a cambio elevarían el techo de la deuda. Esta era la postura del ala radical del partido republicano, denominado "Tea Party". 
Unas horas antes del 16 de octubre (fecha en la cual se terminaba el dinero del gobierno) los republicanos cedieron y se acordó lo siguiente: una solución temporal al problema, pues se elevó el techo de la deuda hasta el 7 de febrero. Tendremos otra situación similar en las semanas previas a la fecha mencionada. Además, se reabrirá el sector público hasta el 15 de enero. Solo se está ganando tiempo.

Ahora bien, el problema de fondo es el déficit fiscal. Ningún gobierno (ni nadie) puede gastar por encima de sus ingresos de manera indefinida; es decir, el gobierno y el poder legislativo deben llegar a un acuerdo en términos de un plan de saneamiento fiscal para que se reduzcan algunos gastos y aumenten los ingresos. 
No hay otra. 
Lo mismo le pasaría a cualquier persona que se acostumbre a gastar por encima de sus ingresos y se endeuda para "tapar" la diferencia. No cabe duda que la política influye en la economía y viceversa. Lo ocurrido en Estados Unidos es un ejemplo claro. 

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El cambio climático le costaría al Perú el 4.4% de su PBI

Por Carlos Parodi

La economía peruana perdería 10,000 millones de dólares hasta el año 2025 debido a la contaminación, proyectó el Ministerio de Economía.

 El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) estimó que las pérdidas económicas originadas por los efectos del cambio climáticos en Perú serían el equivalente al 4.4% de su Producto Bruto Interno (PBI), por lo que se requieren acciones para afrontar y mitigar dichos efectos. 

El viceministro de Hacienda, José Arista, precisó que la economía peruana perdería la suma de 10,000 millones de dólares hasta el año 2025 por no reducir los efectos del cambio climático.

Pero la falta de acciones para mitigar los efectos del cambio climático no sólo significará pérdidas para la economía peruana sino también para los integrantes de la Comunidad Andina (CAN), ya que las economías de sus asociados dependen mucho de los recursos naturales, según señala la agencia Andina.

 “No solamente tenemos la vulnerabilidad a la economía mundial y la formación de los precios internacionales o la demanda, sino que también tenemos la vulnerabilidad a los efectos naturales”, puntualizó.

Mencionó que la CAN podría perder hasta el año 2025 la suma de 30,000 millones de dólares si no mitiga los daños del cambio climático en sus países miembros, lo cual significa una reducción promedio de 4.5% en el PBI de cada país. 

“Para afrontar este cambio climático es necesario invertir en acciones que mitiguen el daño y en acciones que adapten nuestra economía a las nuevas condiciones climáticas, aunque esas acciones evidentemente implican costos económicos y financieros para nuestra economía y en general para todas las economías del mundo”, aseveró.

Arista agregó que los países en desarrollo necesitan solo para la mitigación de los efectos del cambio climático un monto superior a los 100 mil millones de dólares entre los años 2010 y 2020. 

Indicó que si bien existen algunos mecanismos que permiten financiar actividades de protección del medio ambiente y lucha contra el cambio climático, aún se necesitan medidas adicionales para proporcionar más recursos a este objetivo.

Por ejemplo, se deben buscar nuevas fuentes de financiamiento y nuevos mecanismos financieros que podrían sustituir al Fondo para el Medio Ambiente Mundial. 

 Además, dijo que los países de América Latina y el Caribe concentran el 20 por ciento de operaciones que se han realizado en el mercado de bonos de carbono, pero se requiere impulsar más esa participación porque dicha región tiene diversos recursos naturales para abastecer a sus propias economías y a otras partes del mundo. -----
Hoy se inauguró el taller regional “Inversiones y flujos financieros para la seguridad climática”, organizado por el MEF y el Ministerio del Ambiente (Minam), con el apoyo de la Embajada Británica en Perú. 

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