LOS INCAS
FICHA DEL TEXTO
Número de identificación del texto en clasificación Bolivia: 1083
Número del texto en clasificación por autores: 22192
Título del libro: El Imperio Socialista de los Incas
Título original: L’Empire socialiste des Inka
Autor: Louis Baudin
Traductor: José Antonio Arze
Editor: Empresa Editora Zig.Zag, S.A.
Derechos de autor: Dominio público
Año: 1955
Ciudad y país: Santiago – Chile
Número total de páginas: 452
Fuente: https://es.scribd.com/document/402188667/El-Imperio-Socialista-de-los-Incas-Baudinpdf
Temática: El Tawantinsuyu como Estado
Louis Baudin
Profesor de la Facultad de Derecho de París
Miembro del Instituto
El Imperio
Socialista
de los Incas
(L’Empire socialiste des Inka)
Reflexiones Sobre el Imperio Socialista de los Incas
Ludwig von Mises
I
La desigualdad innata de los diversos individuos de la especie
humana plantea el problema más difícil en todas las relaciones
interhumanas. El problema principal de cualquier sistema social
es, en efecto, el modo de promover la cooperación pacífica entre
gentes marcadamente diferentes entre sí, no solamente en cuanto
a características físicas, sino también en cuanto a capacidad
mental, fuerza de voluntad y fortaleza moral.
Durante miles de años la gente conoció sólo un método de
afrontar el problema de la desigualdad innata: hacer prevalecer la
superioridad del más fuerte sobre el más débil. El más fuerte
sometió al más débil. Se estableció un orden jerárquico de castas
hereditarias, bajo las cuales los Reyes y aristócratas administraron
los asuntos para sus propios fines, mientras los estratos más bajos
de la población no tenían otra función que la de trabajar
laboriosamente para sus amos y hacerles la vida lo más grata
posible.
El sistema moderno de la economía de mercado el
capitalismo difiere radicalmente del sistema de estamentos del
«antiguo régimen». En el mercado el poder supremo corresponde
a los consumidores, o sea, a todos los miembros de la sociedad. Al
comprar o abstenerse de comprar, determinan lo que debe
producirse, en qué cantidad y de qué calidad. Mediante el
instrumento del beneficio y de la pérdida los empresarios y
capitalistas se ven forzados a atender los deseos de los
consumidores. Existe sólo un método para la adquisición y
conservación de la riqueza, a saber, suministrar a los
consumidores de la manera mejor y más barata posible aquellos
artículos y servicios que ellos exigen con mayor urgencia Así, se
induce a los miembros mejor dotados de la sociedad a servir los
intereses de todos, incluyendo a las multitudes menos eficientes y
peor dotadas. En la sociedad de «estamentos» la propiedad privada
sirvió exclusivamente a sus dueños la sociedad capitalista, la
propiedad privada de los medios de producción sirve virtualmente
a todos aquellos que consumen los bienes producidos. El
plebiscito diario de los consumidores en el mercado determina
quién ha de poseer y dirigir las fábricas y las haciendas. De esta
manera la propiedad privada de los bienes de producción se
convierte, por decirlo así, en un mandato público que es revocado
en cuanto los propietarios los mandatarios dejan de emplearla para
la mayor satisfacción posible de las necesidades de público.
La característica principal del sistema capitalista es
precisamente que deja a los individuos más calificados un solo
camino abierto para lograr las mayores ventajas de su superioridad
intelectual y moral, el de atender lo mejor que permitan sus
capacidades al bienestar de las masas menos dotadas de sus
semejantes Los capitanes de industria compiten entre sí en sus
esfuerzos para suministrar al tan discutido hombre común con
bienes cada vez menores y más baratos. Una empresa puede
hacerse grande solamente sirviendo a muchos.
El capitalismo es esencialmente producción en masa para la
satisfacción de los deseos de las masas. En la esfera política el
corolario de la economía de mercado es el gobierno por el pueblo.
El gobierno representativo asigna al ciudadano el mismo papel en
la conducta de los asuntos públicos que el capitalismo le asigna en
los asuntos de la producción. La economía de mercado y el
gobierno popular están inseparablemente ligados entre sí Son
producto de la misma evolución intelectual y moral y se
condicionan mutuamente El capitalismo puede prosperar
solamente donde existe libertad política y la libertad política puede
conservarse solamente donde existe capitalismo Los intentos
encaminados a la abolición del capitalismo contribuyen a la
abolición de las instituciones democráticas y viceversa.
II
El capitalismo y su contrapartida política trajo a las masas
libertades civiles y un bienestar sin precedentes Dio prácticamente
a todo el mundo la oportunidad de adquirir conocimientos y
cultivar su talento Más no pudo eliminar la inercia y letargia
intelectual de las muchedumbres de gente común En las oficinas y
en las fábricas ellas están entregadas al desempeño de trabajos
rutinarios, sin que lleguen a comprender qué es lo que hace girar
la rueda, cuál es la magia que premia la ejecución invariable de
algunas simples manipulaciones con el producto de los logros más
refinados de la tecnología científica. Su ignorancia, aunada a su
resentimiento contra todo lo que les eclipsa en cualquier respecto,
hace de ellos una presa fácil a la propaganda inflamatoria de los
profetas de un paraíso terrenal que ha de realizarse mediante el
establecimiento de un Estado Totalitario.
Es verdaderamente paradójico que el orden económico que
obliga a los individuos más calificados a servir al bienestar de las
masas sea vituperado como el sistema en el cual el hombre común
es «explotado» y «empeora cada vez más». Mientras que el
trabajador manual común goza en los países capitalistas de
satisfacciones que las personas acomodadas de otras épocas ni
siquiera soñaron, la ideología que ha tenido más éxito y es más
popular en nuestra época, el marxismo, está basado en la doctrina
de que las masas trabajadoras están siendo empobrecidas más y
más Las masas, que en su capacidad de clientes « tienen siempre
razón» y en su capacidad de electores determinan todas las
cuestiones políticas, abogan apasionadamente por un sistema en el
cual deben contentarse con lo que el dictador se digne darles y toda
oposición es una ofensa capital.
III
La teoría económica ha refutado todo lo que los precursores del
socialismo han dicho para desacreditar la economía de mercado y
ha demostrado claramente por qué el sistema socialista. al ser
incapaz de establecer un sistema de cálculo económico, no puede
funcionar adecuadamente. Sin embargo, la popularidad de los
gritos de combate anticapitalistas y de los slogans prosocialistas
no han cesado.
La reciente propaganda socialista no conoce ningún otro
método de contestar la devastadora critica que sus planes
encuentran por parte de la economía, que recurrir al vacío
subterfugio de que son «meramente teóricos» Pretenden que la
experiencia prueba la excelencia del método socialista.
Para hacer frente a estas objeciones veamos las enseñanzas
de la experiencia. Es un hecho indiscutible que el nivel de vida
medio del hombre común es incomparablemente más elevado en
el sector capitalista del mundo que en el sector socialista o
comunista. Todos los socialistas reconocen implícitamente este
hecho en sus esfuerzos para «explicarlo». Se refieren a varios
hechos que, según declaran, son las razones por las cuales el
programa socialista no ha traído ni a Rusia ni a los países satélites
aquellos beneficios que, según la doctrina socialista, se esperaba
que trajeran. En vista de que el estado insatisfactorio de cosas en
Rusia debe ser atribuido a estos meros hechos accidentales, es
plenamente justificable suponer que el experimento soviético ha
probado la solidez de la doctrina socialista.
Esta manera de argumentar está en sí misma, completamente
basada en «teorías» y significa en la realidad el rechazo radical del
experimentalismo. El método experimental dice: Ya que A ha sido
probado y resultó B, inferimos que A produce a B. Pero nunca
debe decir: a pesar de que A ha sido probado y ha resultado C,
nosotros todavía inferimos que A produce B porque creemos que
el resultado C fue causado por la interferencia de algunos factores
que impidieron la aparición de B.
Los preconizadores de este pretendido método empírico de
razonamiento no se dan cuenta que cualquier experiencia en el
campo de los hechos sociales es una experiencia de fenómenos
complejos, esto es, de los efectos conjuntos de una multiplicidad
de vínculos de causalidad. Es una experiencia específicamente
histórica, en contraste con la experiencia de los ensayos de
laboratorio, en los cuales estamos en posición de observar los
efectos de los cambios operados en un sólo factor, mientras que
todos los demás factores que pudieran influir el resultado
permanecen sin alterarse. La experiencia histórica no puede por
consiguiente ni verificar ni refutar ningún teorema en el sentido en
el cual la verificación o refutación de una hipótesis pueda lograrse
mediante los procedimientos experimentales de las ciencias
naturales. Para poder aprender algo de la historia necesitamos una
base teórica. Podemos comprender los acontecimientos del pasado
solamente si los estudiamos equipados con conocimiento
doctrinales adquiridos en fuentes diferentes al estudio de la
historia.
Ningún defensor del socialismo con capacidad de discernir
debe poner en duda lo correcto de estas afirmaciones, por cuanto
el propio programa socialista no se deriva de la experiencia
histórica. Lo que la historia nos muestra es la mejoría sin
precedentes del nivel medio de vida bajo un sistema económico
basado en la propiedad privada de los medios de producción, en la
iniciativa privada y en la libre actividad empresarial. Contra esta
indiscutible realidad los socialistas doctrinarios han propuesto el
programa de una sociedad autoritaria en la cual todos los asuntos
económicos son administrados por un poder supremo que despoja
a todos los individuos de su autonomía y autodeterminación, y
cuyo plan maestro impide todo planeamiento por parte de
cualquier otra persona que no sea este poder supremo. El diseño
de esta utopía es ciertamente una construcción a priori. Sus
proponentes no deben indignarse si sus críticos también recurren
a un razonamiento a priori.
Es necesario señalar incidentalmente el hecho de que la
doctrina marxista, según la interpretan sus más distinguidos
adeptos, afirma que los supuestos resultados benéficos de la
administración socialista, que se supone transformarán la tierra en
un país de Jauja, se lograrán solamente cuando el mundo entero
esté bajo la dominación del socialismo. El socialismo en uno o en
unos pocos países no es todavía ante sus ojos verdadero
socialismo. Este dogma trata de resguardar la concepción
socialista contra cualquier crítica adversa basada en los efectos
satisfactorios de los diversos «experimentos» socialistas. Los
socialistas y comunistas contestan a todos aquellos que se refieren
a los fracasos de estos experimentos: Esperen a que toda la
humanidad esté bajo el dominio socialista; nada de lo que suceda
antes de que esta gloriosa meta haya sido lograda puede desmentir
nuestra afirmación de que el socialismo es el mejor de todos los
métodos concebibles de organización social y ha de establecer un
paraíso terrenal.
IV
Es muy importante tener presente estos hechos epistemológicos
para poder apreciar adecuadamente el libro del profesor Baudin
«El Imperio Socialista de los Incas» que, muy tardíamente por
cierto, está disponible por primera vez en una traducción en lengua
inglesa. No es el objetivo del autor probar o desaprobar tesis
alguna. Participa totalmente del famoso principio de Ranke y
relata las cosas tal como en realidad fueron.
El señor Louis Baudin, Profesor de la Facultad de Derecho
de Paris y miembro de la Academia de Ciencias Morales y
Políticas es el representante más eminente de la ciencia económica
francesa contemporánea. Ha hecho en sus escritos una brillante
labor al analizar los problemas fundamentales de la economía de
mercado y al refutar los errores básicos de muchas doctrinas muy
generalizadas. Su libro «Le mécanisme des prix» es, en efecto, una
de las mejores descripciones del proceso del mercado. En otro
libro, «L’Aube d’un nouveau libéralisme», desarrolló las ideas que
inspiran los intentos de preservar la iniciativa y libertad del
individuo y detener la marea del totalitarismo. El Profesor Baudín
no es solamente un gran estudioso y maestro, sino también uno de
los más destacados dirigentes intelectuales de nuestro tiempo.
El análisis que hace el Profesor Baudin de los conocimientos
desgraciadamente escasos sobre los asuntos sociales y las
condiciones del régimen incaico en el Perú es un clásico de la
Historia, así como de la Etnología, Economía, Sociología y
Psicología Social. El autor no se enfrenta al tema de sus estudios
con ideas preconcebidas, sino que procede, como los grandes
historiadores han tratado siempre de hacer, sine ira et studio. Sus
estudios nos ponen en contacto con un mundo extraño. Citemos su
propio resumen: Se puede ver cuán difícil es caracterizar las
condiciones sociales en el Imperio de los Incas. Extremadamente
atrasados en algunos aspectos, muy avanzados en otros, los
peruanos eluden cualquier clasificación. Su tecnología fue a la vez
primitiva y altamente perfeccionada; trataron al hombre como
ganado, pero supieron recompensar el mérito, hicieron tambores
con la piel de los que se sublevaron contra ellos, pero cargaron con
regalos a los jefes de sus enemigos conquistados y les permitieron
retener su posición; desconocieron la rueda, pero representaron
piezas de teatro; no supieron escribir, pero llevaron perfectas
estadísticas. ¿Cómo puede decirse que el espíritu humano sigue en
todas partes el mismo curso de desarrollo y debe inevitablemente
evolucionar en la misma forma? El Imperio de los Incas no puede
compararse con ninguna de las grandes civilizaciones del mundo
antiguo.
V
No hay duda alguna de que este libro, El Imperio Socialista de los
Incas, es de la mayor importancia para el historiador, para el
etnólogo y para el economista. Pero al establecer este hecho uno
todavía no aprecia completamente el valor de esta obra maestra
única.
Los libros innumerables que tratan el tema principal de
nuestro tiempo, el conflicto entre el individualismo y el
colectivismo, nos suministran una descripción y análisis de los
problemas económicos, políticos, legales y constitucionales
implicados en él. Los mejores de ellos nos han dado todo lo que
necesitamos para formarnos una opinión bien documentada sobre
la posibilidad o imposibilidad del socialismo como sistema de
cooperación social y de civilización humana. Han tratado sus
temas exhaustivamente desde el punto de vista científico y en este
sentido puede decirse que han cumplido su deber.
Pero la obra del Profesor Baudin proporciona al lector
reflexivo algo que esos volúmenes praxeológicos e históricos no
incluyeron y no pudieron incluir. De las páginas de su tratado
emergen los sombríos contornos de la vida bajo un régimen
colectivista, el espectro del animal humano privado de la cualidad
esencialmente humana, el poder de elegir y de actuar Los pupilos
de los Incas eran solamente en un sentido zoológico seres
humanos. Eran efectivamente mantenidos como el ganado en el
corral Al igual que el ganado, no tenían preocupación alguna
porque su destino personal no dependía de su propia conducta,
sino que era determinado por el aparato del sistema En este sentido
podría llamárseles felices. Pero su felicidad era de un tipo
particular «Un rebaño de animales humanos felices», es el título
del capítulo en el cual el Profesor Baudin analiza las condiciones
de este extraño mundo de uniformidad y rigidez.
El brillante examen del aspecto humano del sistema incaico
es el mérito principal de este magnífico libro. Marx y sus
discípulos deliran sobre la libertad que el socialismo debe traer a
la Humanidad y los comunistas nos dicen una y otra vez que la
verdadera libertad se encuentra solamente en el sistema soviético.
El Profesor Baudin muestra en qué consiste realmente esta
libertad: es la libertad que el pastor otorga a su rebaño.
LUDWIG VON MISES
New York, abril, 1960
VER MÁS AQUÍ