CÓMO TERMINARÁ EL CAPITALISMO
ENSAYOS SOBRE UN SISTEMA EN DECADENCIA WOLFGANG STREECK
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NOTAS
Aparte de la «Introducción», los capítulos incluidos en esta colección se han publicado previamente: cinco de los once aparecieron en la New Left Review, uno como un artículo de discusión de un instituto de investigación del que fui director durante casi dos décadas y el resto en diversos libros y revistas. Los textos aparecieron primero impresos entre 2011 (capítulo 2, basado en una Max Weber Lecture celebrada en el Instituto Universitario Europeo de Florencia) y 2015 (capítulos 4, 6, 7 y 8). Dos fueron escritos originalmente en alemán y después traducidos y el resto los escribí en inglés. A pesar de la ayuda de excelentes editores, soy consciente de que el origen diverso de estos materiales se percibe en demasiados lugares de este libro. Los capítulos incluidos en este volumen tienen en común el hecho de que han surgido de mis repetidos intentos de comprender las consecuencias de la crisis de 2008 para las ciencias sociales y la teoría sociológica y, en particular, para la macrosociología política y su relación con la economía política. Ello explica por qué a lo largo del libro retornan ciertos temas, lo que provoca ocasionales solapamientos entre sus capítulos. Eliminarlos hubiera supuesto destrozar la integridad de estos y habría requerido a la postre fundirlos en una monografía sistemática, lo cual no solo hubiera cambiado el objetivo del libro, que pretendía presentar conjuntamente en un único volumen artículos dispersos sobre diferentes aspectos de un tema común, sino que habría excedido tanto mis actuales recursos teóricos como el tiempo del que dispongo en estos momentos. El principal objeto de esta colección de textos es la persistente crisis del capitalismo y de la sociedad capitalista, que ocupa el lugar central del sistema capitalista moderno global. El impulso que define el libro es inspirar una reflexión más concreta sobre cómo ese sistema podría llegar a su fin en un futuro no demasiado lejano –incluso sin la existencia de un régimen que le sucediera a la vista– como consecuencia del despliegue de sus contradicciones internas. La «Introducción» puede leerse como una elaboración y un complemento del capítulo 1, que da título a esta colección de textos.
NOTAS SOBRE EL TEXTO
Aparte de la «Introducción», los capítulos incluidos en esta colección se han publicado previamente: cinco de los once aparecieron en la New Left Review, uno como un artículo de discusión de un instituto de investigación del que fui director durante casi dos décadas y el resto en diversos libros y revistas. Los textos aparecieron primero impresos entre 2011 (capítulo 2, basado en una Max Weber Lecture celebrada en el Instituto Universitario Europeo de Florencia) y 2015 (capítulos 4, 6, 7 y 8). Dos fueron escritos originalmente en alemán y después traducidos y el resto los escribí en inglés. A pesar de la ayuda de excelentes editores, soy consciente de que el origen diverso de estos materiales se percibe en demasiados lugares de este libro.
Los capítulos incluidos en este volumen tienen en común el hecho de que han surgido de mis repetidos intentos de comprender las consecuencias de la crisis de 2008 para las ciencias sociales y la teoría sociológica y, en particular, para la macrosociología política y su relación con la economía política. Ello explica por qué a lo largo del libro retornan ciertos temas, lo que provoca ocasionales solapamientos entre sus capítulos. Eliminarlos hubiera supuesto destrozar la integridad de estos y habría requerido a la postre fundirlos en una monografía sistemática, lo cual no solo hubiera cambiado el objetivo del libro, que pretendía presentar conjuntamente en un único volumen artículos dispersos sobre diferentes aspectos de un tema común, sino que habría excedido tanto mis actuales recursos teóricos como el tiempo del que dispongo en estos momentos.
El principal objeto de esta colección de textos es la persistente crisis del capitalismo y de la sociedad capitalista, que ocupa el lugar central del sistema capitalista moderno global. El impulso que define el libro es inspirar una reflexión más concreta sobre cómo ese sistema podría llegar a su fin en un futuro no demasiado lejano –incluso sin la existencia de un régimen que le sucediera a la vista– como consecuencia del despliegue de sus contradicciones internas. La «Introducción» puede leerse como una elaboración y un complemento del capítulo 1, que da título a esta colección de textos.
El capítulo 2 ofrece el telón de fondo a ambos, mientras que el capítulo 3 aborda algunas de las fuentes de la aparente estabilidad de la que podría ser una emergente «pseudosociedad» neoliberal. Los capítulos 4, 5, 6, 7 y 8 tratan, de diversos modos, la relación cambiante entre capitalismo y democracia, tal y como se materializa en la evolución de las instituciones de la Unión Europea, las cuales ocupan una posición intermedia entre el capitalismo global y los Estados-nación europeos. Finalmente, los capítulos 9, 10 y 11 retoman la cuestión del entorno que la sociología actual necesita construir para restaurar su capacidad explicativa de las dinámicas de la sociedad contemporánea y de su constante y espectacular transformación.
Wolfgang Streeck Colonia, 6 de abril de 2016.
EL CAPITALISMO:
SU MUERTE Y VIDA DE ULTRATUMBA
El capitalismo ha sido siempre una formación social improbable, llena de conflictos y contradicciones y, por lo tanto, permanentemente inestable y en cambio constante, enormemente condicionada por apoyos contingentes y precarios históricamente, así como por acontecimientos e instituciones restrictivos. La sociedad capitalista puede describirse a grandes rasgos como una sociedad «progresista» en el sentido que daban a esa palabra Adam Smith1 y la Ilustración; una sociedad que ha acoplado su «progreso» a la generación y acumulación continua e ilimitada de capital productivo efectuada mediante una conversión, gracias a la mano invisible del mercado y la mano visible del Estado, del vicio privado de la codicia material en beneficio público2 . El capitalismo promete un crecimiento infinito de la riqueza material mercantilizada en un mundo finito mediante el recurso a la ciencia y la tecnología modernas, lo cual convierte a la sociedad capitalista en la primera sociedad industrial, que recurre a la expansión sin fin de mercados libres (esto es, en disputa y sometidos a condiciones de riesgo) situados al abrigo de un Estado protector hegemónico, que ejecuta políticas de apertura de la actividad mercantil a escala tanto nacional como internacional3 .
1 Adam Smith, An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations [1776], Nueva York, Oxford University Press, 1993; ed cast.: Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, México DF, FCE, 1958.
2 Bernard de Mandeville, The Fable of The Bees: or, Private Vices, Publick Benefits [1714], Indianapolis, Liberty Fund, 1988.
3 Abundan las definiciones del capitalismo y tienden a ser a la vez elaboradas y eclécticas, en cuanto que consisten en combinaciones cambiantes de determinadas características, pero no es necesario explorarlas en detalle aquí. Distintas definiciones enfatizan diferentes elementos de la configuración capitalista, según las preocupaciones o ideologías individuales de los autores; también reflejan diferentes etapas en la evolución de la bestia, apuntando a su dinamismo histórico. Para una muestra, véanse las siguientes: Sombart: «El capitalismo designa un sistema económico caracterizado de manera significativa por el predominio del “capital” [...]. Un sistema económico es un modo unitario de satisfacer las necesidades materiales, animado por un determinado espíritu, regulado y organizado según un plan definido y aplicando determinados conocimientos técnicos» (Werner Sombart, «Capitalism», en Alvin Johnson y Edwin Seligman (eds.), Encyclopedia of the Social Sciences, vol. 3, Nueva York, Macmillan 1930, p. 196); Weber: «El capitalismo está presente allí donde la satisfacción industrial de las necesidades de un grupo humano se realiza por el método empresarial, independientemente de cuáles sean esas necesidades. Más concretamente, un sistema capitalista racional es el que se basa en una contabilidad del capital, es decir, que determina su capacidad de rendimiento de ingresos mediante los métodos de la contabilidad moderna y el mantenimiento de un balance» (Max Weber, Wirtschaftsgeschichte, Berlín, 1923; ed. ingl.: General Economic History [1927], New Brunswick (NJ), Transaction Publishers, 2003, p. 275; ed. cast.: Historia Económica general, México DF, FCE, 2001); Schumpeter: «El capitalismo es esa forma de economía de la propiedad privada en la que las innovaciones se realizan por medio de dinero prestado, lo que en general, aunque no por necesidad lógica, implica la creación de crédito» (Joseph A. Schumpeter, Business Cycles [1939], vol. 1, Filadelfia (PA), Porcupine Press, 1982, p. 223); Keynes: «[...] La característica esencial del capitalismo es [a mi parecer] la intensa dependencia de los instintos de ganar y disponer de dinero de los individuos como principal fuerza motriz de la máquina económica» (John Maynard Keynes, The End of Laissez-Faire: The Collected Writings of John Maynard Keynes [1931], vol. 9, Londres, Macmillan Press Ltd., 1972, p. 293). En cuanto a Marx, Ève Chiapello, en un perspicaz artículo, afirma que nunca utilizó el concepto (È. Chiapello, «Accounting and the Birth of the Notion of Capitalism», Critical Perspectives on Accounting, vol. 18, núm. 3, 2007, pp. 263-296; véanse también: Ivan Tibor Berend, «Capitalismo», en Neil Smelser y Paul Baltes (eds.), International Encyclopedia of the Social and Behavioral Sciences, vol. 3, Ámsterdam, Elsevier, 2001, pp. 1454-1459; Jürgen Kocka, Geschichte des Kapitalismus, Munich, Verlag C. H. Beck, 2013), aunque «el sistema capitalista descrito [por él] es más o menos el mismo que el capitalismo de Sombart y Weber, al menos cuando ofrecen una definición crítica. La paradoja de la historia es que Marx [...] nunca menciona, o apenas, la contabilidad, a diferencia de Sombart y Weber, pese a que probablemente sabía más sobre las prácticas contables de su época que los dos sociólogos alemanes que le siguieron», È. Chiapello, «Accounting and the Birth of the Notion of Capitalism», cit., p. 293. Sombart, a su vez, afirmó que Marx, que prácticamente descubrió el fenómeno, definió sólo ciertos aspectos del capitalismo a medida que la ocasión lo requería» (W. Sombart, «Capitalism», cit., p. 195). 4 William H. Sewell Jr., «The Temporalities of Capitalism», Socio-Economic Review, vol. 6, 2008.
Como versión de la sociedad industrial, la sociedad capitalista se distingue por el hecho de que su capital productivo colectivo se acumula en manos de una minoría de sus miembros que gozan del privilegio legal, en forma de derechos de propiedad privada, de disponer de tal capital en cualquier forma que les convenga, incluso dejarlo ocioso o transferirlo al extranjero. De esto se deriva, en particular, que la gran mayoría de los miembros de una sociedad capitalista deben trabajar bajo la dirección, por mediada que sea, de los propietarios privados de los instrumentos que necesitan para ganarse la vida y en los términos establecidos por los propietarios en consonancia con su deseo de maximizar la tasa de aumento de su capital. Motivar a los no propietarios a hacerlo –a trabajar dura y diligentemente en interés de estos– requiere dispositivos ingeniosos –palos y zanahorias de los tipos más diversos que nunca tienen un funcionamiento asegurado–, que deben ser continuamente reinventados a medida que el progreso capitalista los deja continuamente obsoletos. Las tensiones y contradicciones presentes en la configuración político-económica capitalista propician como un resultado siempre posible la quiebra estructural y la crisis social del sistema. La estabilidad económica y social bajo el capitalismo moderno debe asegurarse en un contexto de turbulencia sistémica4 producida por la competencia y la expansión, que se hallan en un difícil equilibrio y conocen un resultado siempre incierto.