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lunes, 30 de noviembre de 2020

TRES PARÁBOLAS EN CLAVE ECONÓMICA

 

TRES PARÁBOLAS EN CLAVE ECONÓMICA

TRES PARABOLAS EN CLAVE ECONÓMICA

Por Ludovico Videla para Sabiduría Cristiana, mayo de 2012

La relación entre la religión cristiana y la economía es bastante clara. La religión ofrece la salvación y la felicidad eterna e indica el camino para alcanzarla. La economía es una parte de la actividad humana que trata de la administración de los recursos escasos y debe, en el caso del creyente, ajustarse y ser consistente con lo que nos lleva por el camino de la salvación. Este es el lugar apropiado de la economía.

El maestro Emilio Komar siempre decía que el problema de la economía es que ha pretendido ser una eudemonología o eudaimonología, arte o ciencia de la felicidad, término acuñado por Schopenhauer, pero que se desarrolla en un contexto sensista.  Sería la ciencia de la felicidad del sensismo inglés. [1]

Este proyecto iluminista es hoy extremadamente popular, pero ha fracasado porque no ha podido crear un mundo feliz en libertad. Jeremy Bentham, uno de los iniciadores de esta corriente, era profundamente totalitario. Su máxima creación fue el panóptico, un edificio que desde el puesto central y a través de espejos permitía controlar a todos sus habitantes. Un edificio propio de una cárcel o asilo para dementes.

Aldous Huxley, en su obra “Un mundo feliz” se refiere al problema de la felicidad como el de “lograr que la gente ame su servidumbre”, una vez que las personas se convierten integralmente en optantes racionales, cuyos términos son el placer y el dolor, están preparadas para lograr resolver el problema de la felicidad amando su servidumbre.[2] Han perdido su verdadera libertad.

La palabra eudaimonía quiere decir literalmente “tener un buen ángel guía”, ese sería el modo para lograr la felicidad. En nuestros tiempos hemos reemplazado el blanco ángel guía, por el negro ángel del Estado con su oferta de providencia o bienestar.

Es notable como en un cuadro de expansivo secularismo, en el que el descreimiento es general, crece la esperanza  y la credibilidad en políticos banales que prometen la felicidad que describe Huxley.

Joseph Schumpeter fue una mente brillante, tal vez el economista más importante del siglo veinte. En su monumental obra sobre la historia del pensamiento económico, dice que la ciencia económica fue elaborada inicialmente por los maestros escolásticos, confesores y teólogos que respondiendo a la consulta moral sobre la licitud de lo que los comerciantes y empresarios hacían, fueron descubriendo principios de operación,  y por supuesto, orientaciones morales.[3]

Toda esta reflexión fue separándose en un campo secular de carácter científico y otro campo moral y religioso que conforma la Doctrina Social de la Iglesia. La ciencia decía: hecho esto se produce tal cosa, si emito dinero o rebajo o desbastó la moneda, provoco inflación. La moral decía si estaba bien o mal hacerlo.

Por ejemplo, el obispo Nicolás Oresme (1300), genio matemático y astronómico describió con precisión la relación entre dinero e inflación y calificó a la inflación como un pecado más grave de la usura.

En el tema de la Doctrina Social, recientemente se editó un Compendio que recoge las líneas fundamentalmente del pensamiento moral de la Iglesia en cuestiones económicas, políticas y sociales cuya consulta recomiendo vivamente.

Llegado a este punto conviene hacer un breve excursus. La economía es una ciencia en que no hay un trabajo de laboratorio de prueba y error que permita descartar lo que es falso o no sirve. Por ello las nuevas ideas se agregan a un acervo, en  que conviven principios y experiencias valederas y disparates manifiestamente falsos. Por ejemplo Oresme dijo verdades y John Duns  Scotus disparates. Las teorías de Scotus son repetidas hoy día en la Argentina y negadas las de Oresme.[4]

También hay que decir que la experiencia económica es histórica, es decir está acotada en el tiempo y en el lugar. Por ello hay una cierta ambigüedad en la aplicación y adecuación de la prescripción, con el problema.

Por ello, la economía es una ciencia difícil, en la que el economista debe sumar diversos saberes para poder interpretar correctamente los problemas.

Decimos que los maestros escolásticos fundaron la ciencia, pero hubo también desarrollos erróneos que generaron enormes confusiones. Nada peor que la mala teología o filosofía sumada a la mala economía, el resultado es espantoso.

Piensen hoy en la Teología de la Liberación que toma como base científica de su análisis la teoría de Carlos Marx, que es demostradamente errónea en la teoría y en la práctica.

Sin llegar a estos extremos, es habitual escuchar reflexiones donde la mala economía y la mala teología resultan en un coctel  indigerible. Por ello, estamos obligados a discernir y aplicar nuestro buen criterio. Para ello hay que formarlo.

Con este propósito les explico mi propuesta de hoy. Tomaremos tres parábolas importantes del Evangelio y trataremos de discernir sus enseñanzas morales y religiosas aplicadas a los problemas económicos.

¿Qué enseñan las parábolas?

Comencemos con un texto de Marcos (4,10)[5]

“Cuando quedó a solas, le preguntaron los que estaban en torno suyo con los Doce acerca de las parábolas y El les dijo: a vosotros os ha sido dado a conocer el misterio del Reino de Dios, pero a los otros, todo se les dice en parábolas para que Mirando, miren y no vean, Oyendo oigan y no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados”.[6]

Esta frase casi enigmática muestra la dificultad de una justa interpretación de la parábolas. Por ello no sorprende que el esfuerzo por entenderlas haya sido constante en la Iglesia.

Las parábolas nos ofrecen una lectura en diversos planos. Algunos exégetas han señalado la dirección escatológica que apunta a la instauración del Reino de Dios.

Los judíos veían al mesías prometido, como aquel que iba a instaurar el dominio político y territorial de Israel.

Los discípulos estaban también de alguna forma alcanzados por esta expectativa. A pesar de tener la evidencia del misterio de la persona de Cristo,  le preguntan a Jesús resucitado: “Señor ¿es ahora cuando vas a restaurar el Reino de Israel?” Hch. (1,6)

Los apóstoles, hasta Pentecostés, no comprendieron lo que Jesús les decía. “No lo entendieron cuando trataba de transformar sus expectativas en un Reino, nacional y terrenal y los orientaba hacia la realización de un Reino internacional, universal católico; un Reino que se manifiesta en la tierra, pero que es esencialmente celestial”. [7]

En realidad la instauración del Reino debe entenderse en clave cristológica, el Reino de Dios llega con la persona de Cristo. Cristo es la auténtica expresión del Reino que se cumple en su persona.

Sin embargo, Cristo Rey no resuelve gran parte de las expectativas mesiánicas. Los judíos rechazan a un Rey que muere en una cruz.  .

Cristo es el profeta esperado, pero como profeta, tal como nos enseña la historia de la salvación, humanamente fracasa. Su destino es el de los profetas, que predican pero fracasan, porque su mensaje contradice la opinión general. Sólo a través de su fracaso las palabras resultan eficaces.

En el texto de Marcos citado Cristo refiere abreviadamente a un texto de Isaías que es el siguiente:

“Y oí la voz del Señor que decía: ¿A quién enviaré y quien irá de nuestra parte? Y yo le dije heme aquí envíame a mí. Y él me dijo Ve y di a ese pueblo. Oíd y no entendáis ved y no conozcáis. Endurece el corazón de ese pueblo, tapa sus oídos, cierra sus ojos ni oiga con sus oídos, ni entienda su corazón y no sea curado de nuevo, Y yo le dije ¿Hasta cuándo Señor? Y Él respondió. Hasta que las ciudades queden asoladas y sin habitantes y las casas sin moradores y la tierra hecha desierto.” Is.(6,9)

El castigo anunciado responde a la cerrazón del pueblo que no escucha al profeta. Este fracaso del profeta se cierne como una oscura pregunta sobre toda la historia de Israel y en cierto sentido se repite en la historia de la humanidad. También como decíamos es un fracaso humano el destino de  Jesucristo: la cruz. Pero precisamente de la cruz se deriva una gran fecundidad.

Con ello se desvela la relación del Reino con las  parábolas, especialmente la del sembrador  y con la figura de la semilla. El Reino de Dios está presente como una semilla. La semilla es pequeña y sin embargo puede contener en sí un árbol entero.

La semilla mira al futuro, es presencia de él. Es promesa ya, presente hoy.

“Si el grano de trigo muere da mucho fruto” J (12.32)

Las parábolas hablan todas del misterio de la cruz. El fracaso es el modo o camino que lleva a la  conversión y al perdón de Dios.

Los cristianos somos seguidores de un profeta que para el mundo fracaso porque murió en la cruz, sin embargo para los creyentes su muerte y resurrección nos reconcilió con Dios, nos redimió del pecado y del mal.

Un modernista descreído Alfred Loisy decía sarcásticamente que “Jesús proclamó el Reino; y lo que vino fue la Iglesia”. Es cierto, Cristo nos acompaña hasta el final de los tiempos con su presencia en el pan eucarístico que compartimos juntos. “Donde está la eucaristía allí está el rey. Y donde está el rey allí está el reino “. Por ello el Reino de Dios está presente en la Iglesia que nos da la eucaristía.”[8]

 

Parábola de los talentos

“El Reino de los Cielos es como si uno al emprender un viaje llama a sus siervos y les entrega su hacienda, dando a uno cinco talentos a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad y se va. Luego el que había recibido cinco talentos se fue y negoció con ellos y ganó otros cinco. Asimismo el de los dos ganó otros dos. Pero el que había recibido uno se fue, hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su amo. Pasado mucho tiempo vuelve el amo de aquellos siervos y les toma cuentas y llegando el que había recibido cinco talentos presentó otros cinco diciendo: Señor tú me has dado cinco talentos, mira pues otros cinco que he ganado. Y su amo le dice, muy bien siervo bueno y fiel, has sido fiel en lo poco te constituiré sobre lo mucho, entra en el gozo de tu Señor. Llega el de dos talentos y dijo; Señor dos talentos me has dado mira otros dos que he ganado. Díjole su amo. Muy bien siervo bueno y fiel has sido fiel en lo poco te constituiré sobre lo mucho entra en el gozo de tu Señor. Se acercó también el que había recibido un solo talento y dijo; Señor tuve en cuenta que eres hombre duro que quieres cosechar donde no sembraste y recoger donde no esparciste y temiendo me fui y escondí tu talento en la tierra, aquí lo tienes. Respondiole su amo, siervo malo y haragán ¿Con que sabias que yo quiero cosechar donde no sembré y recoger donde no esparcí? Debías pues entregado mi dinero a los banqueros para que a mi vuelta recibiese lo mío con intereses, quitadle el talento y dádselo al que tiene diez, porque al que tiene se le dará y abundará, pero a quien no tiene, aun lo que tiene se le quitará y a ese siervo inútil echadle a las tinieblas exteriores allí habrá llanto y crujir de dientes.” Mt. (25,14-29)

La parábola de los talentos (antigua moneda romana) está en el capítulo 25 de Mateo y tiene un correlato en Lucas 19, en la parábola de las minas (monedas de plata)

El contexto es el del juicio final. Es decir seremos juzgados según nuestros merecimientos y en forma individual. A cada uno se le pedirá cuenta del uso que hizo de los dones que Dios le dio.

Los talentos no sólo representan las cualidades naturales personales, sino también las riquezas que el Señor nos ha dejado en herencia, para que las hagamos fructificar.

La parábola nos recalca el carácter provisorio de la existencia terrenal, que es una peregrinación hacia la meta que es Dios. Dios “es nuestro último destino y el que da sentido a nuestra vida”, nos dice Benedicto XVI.

La parábola propone las grandes líneas de una eficaz política económica.

El desarrollo depende de las personas individuales y su deseo de progresar. Se requiere una mentalidad activa y emprendedora que aproveche todas las oportunidades que las circunstancias nos brindan.

Hay que asumir riesgos confiando en que si Dios nos ha favorecido con un talento, éste, con nuestro esfuerzo, ha de fructificar.

La confianza y la responsabilidad personal son virtudes centrales al orden económico.

Sabemos que hay un tiempo para todo. Lo requiere la semilla para germinar y dar frutos. Por eso nuestro empeño debe ser a largo plazo; no nos preocupan los resultados de corto plazo  solo debemos estar preparados al final de nuestra vida para presentar al justo juez nuestra producción.

No cabe el temor. El miedo nos paraliza y nos lleva a enterrar el tesoro que nos es lo que el Señor quiere.

En su juicio el Señor parece implacable: “al que tiene se le dará y abundará, pero a quien no tiene, aun lo que tiene se le quitará”.

La razón es que nuestros talentos son dones para nosotros pero también para los demás. Nuestra condición esencial de seres sociales indica, que sólo en la cooperación con los demás podremos se eficientes y aprovechar esos dones para nosotros y los demás.

Esta es la magia del mercado y de la especialización, que permite que cada uno pueda dar lo mejor de sí mismo.

Pero para que la responsabilidad esté presente, Dios nos otorga el privilegio del dominio individual sobre nuestras capacidades. Es la propiedad individual que fructifica, cuando es administrada mirando a la comunidad.

Benedicto XVI reconoce la influencia de esta Parábola en Occidente. Dice “esta enseñanza evangélica ha tenido un impacto también a nivel histórico- social promoviendo en las poblaciones una mentalidad activa y emprendedora”.[9]

Max Weber alude al concepto calvinista tardío de “vocación” como fundamento del “espíritu capitalista” y del avance del capitalismo. Calvino y sus seguidores insistían en el mérito de ser productivos en el propio trabajo u ocupación, en la propia vocación profesional. El éxito buscado afanosamente por estos puritanos, se funda en la idea de que triunfar en la propia vocación es signo visible de que uno se cuenta entre los elegidos, y ha sido seleccionado por la propia fe calvinista, para trabajar y tener éxito, como manifestación de la gloria de Dios.

Sin duda en la visión puritana se recogen elementos de esta parábola que son exagerados, ello no deja de resaltar la importancia histórica y cultural que ha tenido.

La visión católica en comparación al calvinismo del duro trabajo y el ahorro, enfatiza la búsqueda moderada de la felicidad y la alegría, la buena vida que incluye el ocio y la fiesta. La vida contemplativa era sospechada por el calvinismo, que la veía con sospecha como un perder el tiempo, no una verdadera vocación en la vida.

San Francisco le explica al hermano León de Perusa que la alegría perfecta está en padecer todos los males que nos sobrevienen con paciencia y por amor a Cristo. “Si todo esto lo soportamos con paciencia y con gozo, acordándose de los padecimientos de Cristo bendito, que nosotros hemos de sobrellevar por su amor, ¡Oh hermano León!, escribe que aquí hay alegría perfecta”.[10]

La parábola de los talentos  choca  con algunos lugares comunes contemporáneos. Hay premios y castigos, no se iguala para abajo por el contrario se premia la eficacia. Los talentos no se distribuyen por igual sino en forma manifiestamente desigual. Incluso se dice que al que no tiene se le quitará y al que tiene se le dará.

Por otra parte se manifiesta una gran confianza en la capacidad y responsabilidad de cada persona para salir adelante por sí mismas.

 

Parábola de los dos hermanos  o Parábola del hijo pródigo Lc (15,11-32)

 

El texto de Lucas es bien conocido. Un padre tiene dos hijos. El hijo pródigo le pide al padre su herencia quien, con magnanimidad, accede a su pedido aunque puede entrever el destino que esta decisión le acompañará. Respeta su decisión y le da libertad.

El hijo se marcha a un país lejano. Lejos del padre y su mundo.

Los Padres de la Iglesia han visto en este alejamiento, una separación interior de lo que es propio y de lo que es auténtico. Un alejarse de su naturaleza.

El hijo derrocha la herencia. Sólo busca disfrutar, aprovechar la vida al máximo, tener una vida en plenitud. Una vida feliz según Jeremías Bentham.

Benedicto XVI se pregunta: “¿Acaso no es difícil ser precisamente en eso el espíritu de la rebelión moderna contra Dios y contra la Ley de Dios? ¿El abandono de todo lo que era hasta ahora el fundamento básico, así como la búsqueda de una libertad sin límites?”[11]

La palabra griega usada en el Evangelio para designar la herencia derrochada significa sustancia. El hijo perdido desperdicia su naturaleza se desperdicia a sí mismo.

Al final se gasta todo. Se ve obligado a criar cerdos y envidia su comida. Su falsa autonomía, sin normas lo lleva a la esclavitud. Téngase en cuenta que para los judíos, el cerdo es un animal impuro. Ser cuidador de cerdos es la expresión de la máxima alienación.

En este punto el hijo comprende que está perdido. Era un hombre libre pero se da cuenta que los esclavos de su padre son más libre que él.

Entonces recapacita. Su conversión consiste en que reconoce todo esto, ha perdido su libertad y para recuperarla debe volver a su padre, a su casa, a lo que él es.

El padre ve al hijo cuando todavía estaba lejos y sale a su encuentro. Lo abraza y lo besa y manda preparar un gran banquete. Dice el texto: “porque él que estaba muerto ha revivido, estaba perdido y lo hemos encontrado”.[12]

Para los Padres de la Iglesia el hijo es la imagen  del nuevo Adán, al que Dios sale a su encuentro y recibe en su casa.

El mejor traje es el vestido de la Gracia, y el banquete es la imagen de la Eucaristía.

Benedicto XVI destaca la magnanimidad del padre, figura de Dios. El corazón de Dios transforma su justa ira por la conducta del hijo y cambia el castigo por el perdón.

Entonces aparece el hermano mayor. Regresa a casa tras el trabajo en el campo, oye la fiesta en la casa, se entera del motivo y se enoja. No considera justo que a ese haragán, que ha malgastado con prostitutas toda su fortuna, se le obsequie con una fiesta espléndida, sin pasar siquiera por una prueba, por un tiempo de penitencia.

Esto choca con su idea de justicia: una vida de trabajo como la suya parece insignificante frente al sucio pasado del otro.

La respuesta del padre es conocida: “hijo tu estas siempre conmigo y todo lo mío es tuyo”. Le explica la grandeza de ser hijo, ser verdaderamente libre que es la condición de hijo, en la que la herencia material es secundaria. También la actitud del hijo mayor, indica que había soñado, o tal vez deseado una libertad sin límites que llevo a su hermano a la perdición.

Hasta aquí la Parábola. Nos preguntamos, ¿Qué nos dice para la economía?

La afirmación más sugerente se refiere a la clara superioridad del amor sobre la justicia que propone la parábola. Desde la perspectiva de la justicia, como la interpretamos los humanos el hijo mayor parece tener razón.

El padre trata de explicarle que el premio a su constancia en el trabajo y la fidelidad, ya ha sido recompensada con la amistad y comunión con su padre.

Esta comunión, supera a lo material, a la balanza estricta de lo que se recibe o se da. O más bien, si buscamos el amor de Dios  y lo volcamos a nuestros semejantes como expresión de nuestra caridad, necesariamente la justicia va a estar resuelta y plenamente vigente.

Es decir que el amor, el don o la gratuidad como se dice ahora, contienen y supera a la justicia.

En la Caritas in veritate, Benedicto XVI nos dice que lo más importante que Dios nos da es su amor. La caridad es el don más grande que Dios ha dado a los hombres su amor, es su promesa y nuestra esperanza.

El Papa  nos dice “Cada uno encuentra su propio bien asumiendo el proyecto que Dios tiene sobre él, para realizarlo plenamente, en efecto, encuentra en dicho proyecto su verdad y aceptando esta verdad se hace libre”.[13]

Confrontando esto, la visión convencional sostiene que la persona está más o menos alienada por el sistema económico y político. Para algunos teólogos, la economía de mercado induce a una idolatría de los mecanismos impersonales y termina creando “sacrificios humanos” a través de los ajustes y movimientos de la oferta y demanda.

En ese marco no hay libertad personal posible sin un “cambio de sistema”, concretado a través del imperio de la justicia social, realizada por el Estado.[14]

Estas corrientes teológicas afirman que la visión antropológica del ser humano reducido a mero defensor de sus propios intereses, creada con la concepción moderna de progreso, no puede generar un avance capaz de realizar el bien común. Para ellos, pensar que el egoísmo coordinado por la mano invisible de Adam Smith puede promover el bien común, es un acto de fe, la confianza en un mecanismo impersonal providencial.

Por supuesto que esta teología rechaza lo que considera formas de una absolutización del mercado y propone la intervención o regulación del Estado, con vistas a objetivos sociales y medioambientales.

Benedicto XVI en cambio, considera este enfoque poco realista y estrecho. Para él, la caridad también tiene que estar presente en el ámbito de las relaciones económicas. Porque si hay caridad está implícita la justicia.

“La solidaridad es en primer lugar que todos se sientan responsables de todos, por tanto no se la puede dejar solamente en manos del Estado. Mientras antes se podía pensar que lo primero era alcanzar la justicia y que la gratuidad venía después como un complemento, hoy es necesario decir que sin la gratuidad no se alcanza ni siquiera la justicia.”[15]

La posición de Benedicto XVI no pasó inadvertida y ha sido también criticada por algunos teólogos, porque de alguna forma abandona la retórica del cambio del sistema tan popular en América Latina.

Suponer que el agente del mercado que busca su propio interés, puede sentirse solidario, amar a su prójimo y contribuir al bien común, es un verdadero sin sentido para estos teólogos del estatismo.

Su rechazo a Benedicto XVI se vincula a la profundización de algo que ya estaba en Centesimus annus que es el dejar de lado la crítica a la economía de mercado. Toma nota del fracaso del marxismo, la caída del Muro de Berlín y que el modelo “monárquico de izquierda”, conduce a la prepotencia del Estado y la política.

Uno de estos críticos, Johan Verstraeten, profesor de ética y doctrina social en la Universidad Católica de Lovaina dice: “En la encíclica del Papa Benedicto XVI Caritas in veritate, se propone una nueva visión del mercado basada en la lógica del don, no simplemente como una adición o rectificación moral de la actual práctica y teoría económica sino como base para una nueva visión de la naturaleza de la economía como tal”.[16] Y concluye que esta tendencia presente en la encíclica de Benedicto XVI reduce la ética social católica, en lo que a cuestiones económicas respecta a una cuestión de actuación individual e intersubjetiva, con lo que la necesidad de cambiar estructuras injustas desaparece en el ámbito de lo marginal.

La cuestión no es menor ya que desde hace décadas el juicio teológico sobre la realidad económica se cargaba en general de una retórica anti mercado y estatista, que si bien merecía el aplauso de vastos sectores era por razones equivocadas. La perspectiva iluminista se siente cómoda con una iglesia que se convierte en una gran ONG, dedicada a atender a los pobres y a reclamar más gasto social. La “opción preferencial” termina siendo la del estatismo más que la de los pobres, porque la acción pública se tiñe de clientelismo y manipulación de las conciencias. Es lograr que los pobres sean felices amando su servidumbre.

Con la visión de Benedicto XVI todo este enfoque se convierte en una retórica vacía de contenido real y destinada al fracaso.

Hay que decir también que una cierta ortodoxia neoliberal rechaza la introducción del don y la gratuidad en la actividad económica. Están en desacuerdo con el texto de Caritas in veritate que dice “que en las relaciones mercantiles el principio de gratuidad y la lógica del don, como expresiones de fraternidad, pueden y deben tener espacio en la actividad económica ordinaria”.[17]

Les parece incomprensible y una idea no operativa al momento de ponerse en práctica.

Propongo una breve conclusión sobre este punto. La primacía del amor sobre la justicia se integra perfectamente con las enseñanzas de Caritas in veritate. No hay transformación económica duradera sin un regreso al Padre como la que nos enseña el hijo prodigo en la parábola.

 

Parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro

El cuadro que describe el Evangelio es conocido. El rico Epulón lleva una vida disipada, llena de placeres y el pobre Lázaro ni siquiera puede tomar las migajas de pan que, que según las costumbres de la época, los comensales tiraban al piso después de limpiarse las manos con ella.

Desde el punto de vista cristiano salta a la vista, en primer lugar, lo que representan las riquezas y los placeres para alcanzar el Reino de Dios. Son o pueden ser un obstáculo.

También sale a la luz la vanidad  y el vacío de los que buscan prioritariamente las riquezas, que son verdaderos pobres a los ojos de Dios.

Se ven también el destino de sufrimiento de los que siguen al Señor, como en este caso Lázaro.

Este sufrimiento del discípulo se asocia con el misterio del mal y la satisfacción de Cristo con el sufrimiento de la cruz. La pregunta del best seller del rabino Kushner, ¿por qué sufren los buenos?, o más bien como un Dios poderoso y bondadoso no se conmueve ante el sufrimiento de los justos y los protege, parece no respondida.

Pero la respuesta o señal para esa generación adúltera fue la de Jonás, figura de Cristo en el Antiguo Testamento, y la de Cristo para nosotros los cristianos.

El milagro que pide Epulón en el Hades cuando se encuentra con Abraham, no sirve como instrumento de conversión,  es inútil. Así por ejemplo, la resurrección de Lázaro, en lugar de tocar el corazón de los escribas y fariseos hacia la conversión, los movilizó para conspirar y para matarlo a Jesús.

Benedicto XVI nos invita a leer el Salmo 72  para empezar a entender esta parábola.

El salmista manifiesta inicialmente la bondad de Dios para los justos y limpios de corazón.

Pero reconoce que la observación de la realidad del mundo, por poco lo confunde y lo lleva a dar un mal paso.

Los malvados y perversos prosperan, no tienen sinsabores, están sanos y orondos, no pasan fatiga ni sufren como los demás. Siempre seguros acumulan riquezas.

Viendo esto el Salmista se pregunta ¿para qué he limpiado yo mi corazón y he lavado mi conciencia?

Es decir ¿qué sentido tiene este sufrimiento?

El salmista reconoce que entender esto es muy difícil hasta que, “entre en el Misterio de Dios y comprendí el destino de ellos” (los malos)

En verdad, Dios pone a los infieles en el resbaladero, los precipita en la ruina y deja que los consuma el espanto.

El salmista dice que cuando su corazón se agriaba y le punzaba en su interior por lo que sufría era un necio e ignorante. “Yo era un animal ante ti”.

Y concluye ¿no te tengo a ti en el Cielo?

Y contigo ¿Qué me importa la tierra?

Para mí lo bueno es estar junto a Dios, hacer del Señor mi refugio.

Para nuestra visión contemporánea las enseñanzas de esta parábola resultan difíciles de entender. El desamparo de Lázaro nos conmueve y su pobreza nos resulta inaceptable. Sin embargo, la tradición cristiana nos enseña que la pobreza puede ser también ocasión de alegría.

San Francisco de Asís por ejemplo, demuestra que la pobreza fue el medio por el que él alcanzó la alegría. El desasimiento que la pobreza exige, abre paso a una actitud fundamentalmente espiritual ante la vida.

San Francisco dice que la pobreza no es una renuncia melancólica o una mortificación, es por el contrario una posibilidad de goce, acaso la única chance de ingresar en el camino de la alegría. La tenencia de bienes bloquea el acceso a una vida dichosa.

En realidad la opción de San Francisco por la pobreza, no solo trae alegría sino que también permite abandonar una riqueza ilusoria – la de los bienes materiales- por una riqueza auténtica y permanente- la de los bienes del espíritu-.

Abdala escribió con acierto, que nuestros contemporáneos en su desmedido afán de riqueza material o de fama, en su incesante búsqueda neurótica del placer o de la diversión banal, comprometen la capacidad natural para la alegría, que nos ha regalado Dios como una gracia especial.

Nuestra obcecación nos impide ver los que San Francisco entrevió, la alegría profunda no solo es posible y está al alcance de cualquiera, sino que es barata, es gratuita, es un don, un regalo.

Por esto resulta claro de la parábola que una sociedad que busca como fin principal la riqueza material, no puede terminar bien.

Se destaca también como colofón del texto, el fenómeno de la ceguera voluntaria que sufre Epulón en vida y su deseo de alertar sobre ella, a sus hermanos. Impresiona que la ceguera voluntaria sea tan potente, que ni siquiera un milagro pueda revertirla. Nosotros debemos cuidarnos especialmente de ella y buscar por el contrario abrir nuestros ojos a Dios, es decir a una perspectiva providencial de la vida y a un horizonte que incluya nuestro destino final, prefigurado en la parábola por el Hades y el juicio.

 


[1] Komar, Emilio, “El progreso ilimitado y su posible filosofía, en Revista Valores, Año 1, nº1, 3 Trimestre. de 1983, p.38.

[2] Huxley, Aldous, Un Mundo Feliz, prólogo , p.8http://www.sindominio.net

[3] Schumpeter, Joseph,1971,  Historia del análisis económico, Ediciones Ariel, Barcelona, cap.2.

[4] Scotus sostenía que el precio justo del cereal era el que correspondía al costo de producción del labrador más los gastos de sostenimiento de su familia. Fijar el precio por el costo, es lo que pretenden los gerentes de Aerolíneas Argentinas que reclaman por el precio del combustible que les cobra YPF, ignora el costo de oportunidad y que el precio lo fija la oferta y la demanda. Sobre Scotus confrontar Rothbard, Murray,1999, Historia del pensamiento económico, Unión Editorial, Madrid, pp.90-91.

[5] Todas las citas bíblicas corresponden a E.Fuster, A.Colunga, G.Cicognani,1957, Sagrada Biblia, BAC, Madrid.

 

 

[7] Hahn, Scott, 2009, La fe es razonable, Rialp, Madrid, p.214.

[8] Hahn,Scott, 2009, p.211.

[9] Homilía de Benedicto VI, Obispo de Roma. 2008-11-16

[10] San Francisco de Asís, Florecillas, capítulo VIII.

[11] Ratzinger, Joseph, 2007, Jesús de Nazaret, Planeta, Buenos Aires, p.245.

[12] Lc (15,32)

[13] Caritas in veritate, n°1.

[14] Los teólogos que siguen esta línea son entre otros Enrique Dussel y Hugo Assman. Confrontar  Concilium N° 343, noviembre de 2011.

[15] Caritas in veritate, n°38.

[16] Verstraeten, Johan,2011, “Nueva visión de la economía, ¿una cuestión de amor o de justicia?, Concilium , n°343, noviembre, p.116.

[17] Caritas in veritate, n°38.

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sábado, 28 de noviembre de 2020

ESTRATEGIAS DE INTERNACIONALIZACION Y GLOBALES PARA PAISES EN DESARROLLO Y EMERGENTES

 ESTRATEGIAS DE INTERNACIONALIZACION Y GLOBALES PARA PAISES EN DESARROLLO Y EMERGENTES

INTERNATIONALIZATION AND GLOBAL STRATEGIES FOR DEVELOPING AND EMERGING COUNTRIES

Santiago Sarmiento del Valle2

http://www.scielo.org.co/pdf/diem/v12n1/v12n1a10.pdf


FORMA DE CITACIÓN

Sarmiento, S. (2014). Estrategias de internacionalización y globales para países en desarrollo y emergentes.

Revista Dimensión Empresarial, vol. 12, núm. 1, p. 111-138.

RESUMEN

Este artículo es una reflexión que busca promover el debate acerca de la forma en que las estrategias de internacionalización y globales favorecen la participación de empresas de países en desarrollo y emergentes, en el mercado nacional y, sobre todo, que conduzcan a asumir un rol protagónico en escenarios que puedan resultar estratégicos para ingresar a mercados del exterior, a pesar de que la mayoría de las grandes economías del mundo hoy se encuentran en su fase de recuperación posterior a la última recesión y no muestran signos claros y sólidos que permitan entender un cambio radical de coyuntura. El proceso de internacionalización ha cambiado el entorno en que se desenvuelve el mundo de los negocios, en especial de los países en desarrollo y emergentes, quienes como parte de solución a las crisis de las grandes economías, recibieron inversiones. Era evidente que se necesitaba encontrar una forma propicia para salir de la grave situación razón por la cual la globalización se constituyó en la mejor opción para que los países desarrollados encontraran en otros países ampliación de sus mercados y obtención de materias primas. Mientras que los países en vías de desarrollo y emergentes también aprovecharon la situación para promocionar sus productos y ser partícipes de actividades comerciales que antes estaban vedadas para ellos.

Palabras clave: estrategias, internacionalización, globalización, crisis, economías emergentes.

ABSTRACT

This article was elaborated under these considerations as a reflection that promotes the debate about the global and international strategies and advantages that the emergent and developed countries’ participation in the national market above all assume a main role in the countries’ market that could result in strategies for the ingress to exterior market despite the world’s major economies that are mired today in recession and do  not show a solution to the problem they face. The Internationalization process has changed the environment in which the business world operates. Especially in developing and emerging countries who, as part of the solution to major economic crisis received investments. It was then evident that they needed to find a proper way to solve the serious situation, both for major economies and for the world in general, which is a reason as to why globalization was constructed in the best option for the developed countries that will find in other countries extensions for their markets obtaining raw materials. All the while the developing countries and emergent countries also took advantage of the situation to promote their products and be participants in commercial activities that were previously closed to them.

Keywords: strategies, internationalization, globalization, crisis, emerging economies.


1 Trabajo de reflexión elaborado en la Universidad Autónoma del Caribe, Barranquilla, Colombia, con el fin de contribuir al debate académico en lo referente a la necesidad de estrategias de internacionalización y globales para ser competitivos en el mundo de los negocios. Fecha de recepción: noviembre 25 de 2013. Fecha de aceptación: febrero 15 de 2014. 

2 Magister en Administración de Empresas (MBA), Especialista en Economía. Docente investigador de la Universidad Autónoma del Caribe, Facultad de Ciencias Administrativas, Económicas y Contables, Programa de Negocios y Relaciones Internacionales. Correo:

santisar_delvalle@hotmail.com


1. RECESIONES Y SUS INCONVENIENTES 

Es evidente que las economías del mundo, históricamente, han presentado fases en que los indicadores económicos les son favorables y otros donde ha ocurrido lo contrario. Precisamente, Chateauneuf (2005), plantea aspectos básicos para analizar e interpretar las distintas etapas por las que pasan los países. Define el ciclo económico como aquellas fluctuaciones económicas recurrentes pero no periódicas, siendo el PIB el principal indicador, además por su relación con otros, caso desempleo, nivel general de precios, comportamiento del precio de la energía, ingresos tributarios, nivel de inversiones, entre otros. 

Para encontrar razones del porqué se presentan los ciclos económicos es necesario identificar algunas causas externas y otras internas. Un ejemplo de causas externas son los cambios climáticos, que originan una serie de cuestionamientos por los efectos que pueden ocasionar en recursos como la energía, destrucción de la capa de ozono, daños ecológicos, escasez de agua. Sin embargo, es poca la conciencia sobre la grave situación que a mediano y largo plazo pueden traer consigo. Por otro lado, quizás es más real y evidente mostrar los ciclos a través de magnitudes económicas. Por ejemplo, la presencia de desajustes entre los niveles de ahorro e inversión, los cambios que provocan los grandes avances tecnológicos, los graves conflictos políticos, los cambios de precios de productos básicos, caso petróleo, alimentos y materias primas. 

Debe tenerse en cuenta que muchos asocian los ciclos económicos con aquellas economías que se rigen por un sistema de mercado, que tratan por sí mismas de ajustarse para alcanzar el equilibrio, por lo que en algún momento se corregirían las perturbaciones que se presentan. En las fases del ciclo económico se destaca la fase de recesión o crisis, en cuya situación la economía presenta una contracción que se refleja en una caída del PIB, aumento de las tasas de desempleo, disminución de la tasa de inflación, reducción de la demanda agregada, reducción de la inversión, disminución de las exportaciones y devaluación o depreciación de la moneda nacional, perdiendo competitividad los productos nacionales. 

Debe reconocerse que un gran aporte para tratar de encontrar salida a la recesión o crisis, fue la realizada por J. M. Keynes, quien resaltaba el papel protagónico que debía tener el Estado para incrementar la demanda agregada, especialmente con los instrumentos de la política fiscal: impuestos y gasto público. Y, con la política monetaria, generalmente direccionada por el Banco Central, disminuyendo las tasas de interés en busca, principalmente, de favorecer la inversión y el consumo. Ambas políticas orientadas a lograr el crecimiento económico, altas tasas de empleo y estabilidad de precios. Estas políticas son conocidas como anticíclicas. 

Es importante considerar en este proceso la influencia que tiene lo que ocurra a nivel internacional. Ejemplo de ello es el efecto que tuvo la crisis de los países asiáticos antes y la crisis de 2008 en Estados Unidos, que tuvo injerencias en la economía mundial, específicamente en los precios internacionales y la consiguiente caída de muchos mercados. 113Dimensión Empresarial / Vol. 12 No. 1 / Enero - Junio 2014, págs. 111-138 

Otro efecto nocivo sobre las economías se encuentra en las consecuencias que generan los crecientes problemas ambientales, caso sequías, que han incidido drásticamente en la generación de energía y en la reducción de las actividades de los distintos sectores económicos y sobre el consumo final. 

Un inconveniente estructural que puede generar fuertes recesiones son las desigualdades en la redistribución del ingreso, los bajos niveles de desarrollo, que ocasionan una tendencia a desmotivar y mostrar problemas sociales que llevan a conflictos laborales, que a su vez, presiona a crear un círculo vicioso que agrava la problemática, pues trae una disminución de la inversión debido a la desconfianza que surge. 

Otro factor a considerar es la importancia que tiene para una economía cuando el sector de la construcción presenta un buen nivel de crecimiento, indicativo de que está respondiendo al comportamiento de la actividad económica; es decir, si existe expansión, jalona su crecimiento, debido a la búsqueda de inversión en este sector, presentándose una incremento en la demanda agregada y disminución de las tasas de desempleo. 

Sin embargo, esta situación requiere cuidado porque puede llevar al colapso del sector, fundamentalmente porque se exagera el endeudamiento, se satura el mercado, lo que puede afectar al sector financiero y provocar una recesión, que traería consigo una reducción de los ingresos y alzas en las tasas de interés. 

También es evidente que la apreciación o revaluación de la moneda nacional frente a la extranjera disminuye las exportaciones e incrementa las importaciones ocasionando desequilibrios en la balanza de pagos, pues los inversionistas extranjeros aprovechan la situación y realizan fuertes inversiones en activos reales y financieros. Además, el grave problema que es el incesante lavado de activos y los elevados niveles de corrupción. Adicionalmente, pueden presentarse inconsistencias en el manejo de la política monetaria por parte del Banco Central, como sucede en Colombia, que en búsqueda del control de la inflación, hacia donde dirige sus acciones y objetivos, frena en determinado momento el crecimiento de la producción, por ejemplo, al subir las tasas de interés de intervención, limitando el crédito de consumo y la inversión, con lo que disminuye la demanda agregada, generando las consecuencias que surgen de estas medidas. De ahí que la política del banco muchas veces se aleja de los objetivos del gobierno. 

Indudablemente que los países en desarrollo y emergentes se han visto afectados por la apertura de los mercados, los tratados comerciales y distintas formas de cooperación internacional, básicamente por no contar con la infraestructura necesaria para aprovechar u optimizar las ventajas comparativas, y menos, desarrollar ventajas competitivas, que los hagan atractivos para los países extranjeros. 

Ante los efectos de las crisis que viven las grandes potencias, los países en desarrollo atraen inversión extranjera directa, pueden permitirse mostrar de cierta manera mejoría en algunos indicadores pertenecientes a sectores importantes de la economía, pero, bajo cierto margen de incertidumbre que proviene, principalmente de los países que conforman la Unión Europea por los graves problemas de desempleo y déficit fiscal que mantienen. Además, los países en desarrollo y emergentes aun presentan niveles altos de desempleo y con un incremento significativo de la informalidad, muy a pesar del aumento del consumo y de la formación bruta de capital, en especial en empresas que han reestructurado sus equipos y maquinarias. Además, el aumento en los precios del petróleo ha limitado el crecimiento de la actividad económica, aunado a la ya preocupante situación política, social y económica. 

Por el lado de la política monetaria, es evidente que la disminución de las tasas de interés de intervención, no han sido trasladadas con rapidez a los clientes de las entidades bancarias, reduciendo el deseo de ahorrar y de invertir. De ahí que se presenten situaciones críticas en la economía debido a las altas tasas de colocación, atrayendo capital extranjero, ocasionado el ingreso de divisas y presionando a una apreciación de la moneda nacional frente al dólar, generando un efecto negativo sobre el sector exportador y 114Dimensión Empresarial / Vol. 12 No. 1 / Enero - Junio 2014, págs. 111-138 favoreciendo a las importaciones, básicamente de productos que pueden producir nuestros países. Esta situación se refleja en un saldo deficitario en la balanza comercial. 

2. ESTRATEGIAS PARA INTERNACIONALIZARSE Y SER GLOBALES 

Para establecer estrategias de internacionalización y/o globales se hace necesario considerar una serie de acciones que incentiven la participación en los mercados internacionales, aunque dependerá de las características y disponibilidad de recursos. Por lo tanto, es imprescindible identificar y establecer estrategias que permitan calificarlas como si realmente fuesen internacionales y/o globales, relacionando aspectos que determinen el nivel de participación o cuota de mercado que tenga, la ubicación de sus actividades y las acciones competitivas que realice. La esencia de este proceso radica en la simultaneidad de estas acciones. 

Establecer este tipo de estrategias implica la evaluación de alternativas que brinden más beneficios a quienes las implementen. Dentro de ellas pueden mencionarse algunas que permitan reducir costos, mejorar la calidad (buscar la calidad total), alcanzar adecuados niveles de eficiencia y eficacia en busca de mayor productividad y competitividad. 

El éxito de las estrategias dependerá en gran medida del aprovechamiento y desarrollo de economías de escala, lograr menores costos de operación, participar con productos globales (aceptación con alta calidad y precios competitivos) y ser flexibles para adaptarse a las fluctuaciones continuas que traen el desarrollo tecnológico y la economía mundial. 

Sin embargo, pueden presentarse inconvenientes y restricciones que deben considerarse al establecer las estrategias. Una situación a tener en cuenta es que puede incurrirse en costos muy elevados que podrían dar al traste con lo que quiere lograr la empresa. Por ejemplo, en materia de capacitación y coordinación del personal, incremento de trabajadores especializados y pérdida de incentivos y motivación en el ámbito local. Además, podría ocurrir que ciertos productos se encuentren estandarizados en el medio local o nacional y presenten dificultades para tener aceptación externa y que a la larga tenga efectos contrarios en los clientes, ocasionando menos competitividad y con ello perder posicionamiento en el mercado local y el externo. 

Sopesar los beneficios y limitaciones al momento de aplicar estrategias es requisito básico, debido a que no es un proceso fácil, pero tampoco imposible de llevar a cabo. Requiere cuidado, esfuerzo, dedicación y actitud porque la complejidad es parte del proceso. Esta complejidad se refleja, por ejemplo, al momento de ejecutar las acciones, tal como puede suceder cuando en los distintos países existen características diferentes reflejadas en pérdida de productos o mercados que las obliga, inclusive, a abandonarlos. Ante esta situación, es conveniente que la empresa, al aplicar este tipo de estrategias rediseñe una estructura acorde con los objetivos que pretende con dichas estrategias; desarrolle un proceso administrativo coherente y eficiente; tenga muy bien referenciados a todos sus grupos de interés; sin dejar de lado la importancia que tiene la cultura. 

Al establecer estrategias debe reconocerse que para participar activamente es esencial evaluar la relación entre el espacio geográfico, el tamaño del mercado y la disposición de los países en el mundo globalizado. Además, es básico estar consciente de la necesidad de participar en mercados externos buscando una serie de beneficios apoyados en el aprovechamiento de economías de escala, poder de negociación frente a proveedores, adecuados canales de distribución y lograr el reconocimiento de sus clientes. Todo esto implica alcanzar un buen posicionamiento y una significativa cuota de mercado a nivel doméstico lo cual facilitaría la diminución de sus costes y una continua innovación.

 Una condición fundamental es la predisposición a establecer estrategias que consoliden los mercados nacionales a través de empresas que asumen un rol activo en los mercados internacionales, para ello, aunque con limitaciones, se hace necesario participar con empresas que cuenten con ingresos elevados que les faciliten la disminución de 115Dimensión Empresarial / Vol. 12 No. 1 / Enero - Junio 2014, págs. 111-138 costos, que se apoyen en la innovación, es decir, deben ser, preferiblemente, empresas grandes; porque las que carecen o cuentan con poca participación deberán sacar provecho a otros aspectos, como la posibilidad de incursionar por el tamaño del mercado, la posición que haya logrado en el mercado nacional, entre otros; pero, deben buscar reducción en sus costos, alcanzar preferencia de sus clientes, calidad en sus productos o servicios, que los lleve a una adecuada eficiencia competitiva. 

En lo referente a sus productos, deben identificarse con claridad los denominados productos estandarizados o productos globales, pues son a la larga quienes se relacionan con el desarrollo de estrategias internacionales por la aceptación que de ellos se tengan. Es necesario aclarar que no se trata de productos idénticos, sino de productos que cumplen ciertas características, como diseños, que permiten modificarlos y ajustarlos bajo ciertos parámetros reconocidos. En este proceso se busca, precisamente, estandarizar combinaciones o contenidos de productos a nivel mundial. 

Aunque esta estandarización deberá apoyarse en estrategias de reducción de costos y mejoramiento continuo, con productos de calidad, que logren la fidelización de sus clientes como eje principal para evaluar el éxito de la aplicación de dichas estrategias. Se requiere de este apoyo para evitar una serie de inconvenientes, como descuidar parte del mercado local y la falta de adaptación a los nuevos mercados, pero, definitivamente se hace necesario aprovechar economías de escala globales que permitan la producción a costos bajos. 

Un paso esencial es considerar la localización de las distintas actividades que realizará la empresa para participar en los mercados externos. En este caso, determinar sí continuará localizada en el medio local o se ubicará en otros países, es decir, se exige establecer con claridad cuál sería la mejor opción. Una de ellas será referenciar aquellos países que aceptan la globalización dentro de sus procesos, son estratégicos y asumen riesgos. Todo este proceso debe relacionarse estrechamente con el desarrollo de estrategias internacionales de marketing, por ejemplo, si recurre a la utilización de una estrategia única o muy similar en distintos países. Aunque se debe ser cuidadoso porque se necesita desarrollar la estrategia y los distintos programas que son necesarios. 

La aplicación de un marketing internacional permite la consolidación de sus funciones en varios países y puede reducirse y eliminar ciertas actividades. De aquí resulta un valor agregado a sus clientes, por cuanto se acepta el marketing como parte de sus preferencias. De manera similar, es posible alcanzar mayor y mejor eficiencia y eficacia en el desarrollo de sus actividades. Aunque se requiere ser precavido y analítico de la situación porque si el costo es elevado en la incursión en distintos países con programas de marketing diferentes puede ocasionar serios inconvenientes. 

Es importante destacar que el desarrollo del marketing internacional tiene por objetivo alcanzar el posicionamiento también internacional, que permitirá facilitar el reconocimiento, lo que requiere evaluar es si las empresas de países en desarrollo y emergentes cuentan con las capacidades para incursionar con este tipo de marketing en países estratégicos y globales. Aunque debe tenerse en cuenta que este proceso requiere de información actualizada, distinguir a sus rivales, conocer los precios con el fin de establecer de igual forma precios globales, competitivos y adecuados con el nivel de ingreso del país con quien tendrá relaciones, basándose en crear una excelente imagen a través de una publicidad agresiva y acorde con las exigencias del medio. 

En el proceso de establecimiento de desarrollar estrategias internacionales y/o globales es esencial priorizar ciertas medidas que evalúen las acciones realizadas en el tiempo y momento en que se tomará la medida. En este proceso es fundamental identificar y conocer a las empresas que actúan globalmente y las que cuentan con gran potencial para incursionar en otros países, con el fin de elaborar la estrategia adecuada de acuerdo a la situación. 

Un aspecto a considerar es que elaborar estrategias de este tipo, conlleva al establecimiento de medidas competitivas que deben ser coordinadas y requieren del apoyo de todos los miembros directivos, independientemente del país 116Dimensión Empresarial / Vol. 12 No. 1 / Enero - Junio 2014, págs. 111-138 donde actúen. Pero, no establecerlas redundará en efectos negativos y perjudiciales para mantener o posicionarse en un mercado internacional. Un aspecto relevante es contar con una adecuada estructura organizacional, y todo lo que incluye, como el proceso administrativo, la disponibilidad de recursos físicos, humanos y financieros, para que se encuentre acorde con la estrategia global que se quiera implantar. Además, de incluir la cultura nacional e internacional, con sus valores y normas de conducta. 

3. SITUACIÓN ACTUAL 

Históricamente las empresas de países en vías de desarrollo y emergentes mostraron poco interés para ser partícipes activos en los mercados internacionales. Mantenían una muy buena cuota en el mercado interno, muchas veces protegidos por políticas de los gobiernos respectivos, que en el momento de la internacionalización y apertura de los mercados, las encontró en posiciones desfavorables para ser competitivas. 

Esta desventaja obligó a las pocas empresas que lograron internacionalizarse a que lo hicieran con estrategias que les permitieran defenderse o reaccionar ante los cambios que se venían presentando con el simple objetivo de aprovechar una situación marginal muy particular, pero, en términos generales, estaban orientados a mantenerse en el mercado interno. Por lo tanto, no se preocuparon por realizar inversiones significativas y, además, utilizaron pocos recursos en estas actividades. 

Sin embargo, las políticas proteccionistas, de las cuales nunca quisieron desprenderse las empresas, no les permitieron ver que con la apertura económica urgía la necesidad de ser parte activa de un mundo globalizado que les podían brindar muchos beneficios. Pero, como los obligaba a cambiar, inclusive, la forma de gestión, que debería incluir diversos tipos de estrategias orientadas a la internacionalización, muy pocas se prepararon y adaptaron a las exigencias del entorno, es decir, se requería una visión que tuviese en cuenta la necesidad de establecer estrategias de internacionalización y estrategias globales. 

Actualmente la situación de la economía mundial muestra que los mercados domésticos se hacen insuficientes para las empresas. La necesidad de participar en mercados internacionales requiere de estrategias que se encuentren acordes con las exigencias de la globalización, muy a pesar de las dificultades que presenta el entorno económico, que obliga a reaccionar ante tales exigencias y exige la participación activa, teniendo como base contar con alguna ventaja competitiva, además de mantener un buen posicionamiento en el mercado interno. 

El panorama de la economía mundial, es difícil para los países desarrollados. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el Banco Mundial (BM), es latente el bajo crecimiento económico para los países desarrollados y todas las expectativas muestran que se mantendrá está tendencias, para 2013 se prevé sea de 1.6%, 2.3% y 1.3%, respectivamente. En tanto que para los países en desarrollo y emergentes, las tendencias son alentadoras, especialmente para los BRIC. Para Brasil que sería 3.6%, 3.9% y 4.4%, respectivamente. Rusia tendría un crecimiento de 4.1%, 4.1% y 3.9%, respectivamente. India, por su parte lograría tasas de crecimiento del 6.5%, 8.2% y 7.7%, respectivamente. El caso de China mantiene su comportamiento si consigue tasas de 9.0%, 9.5% y 8.3%, respectivamente. Por lo tanto, creo es el momento de aprovechar las fortalezas y oportunidades, pero, deberán reducir sus debilidades y enfrentarse, con estrategias correctas, a las amenazas. 

A nivel de América Latina es evidente la presencia de un flujo de capital importante, lo cual puede ser indicativo de que es el momento para que cada uno de los países que lo conforman logren un despegue doméstico orientándose a una internacionalización creciente a países similares e, inclusive, hacia los mismos países desarrollados, necesitados de productos, servicios y materias primas, que sólo pueden ser suministrados por empresas latinas. Según el World Bank, Global Economic Prospects, de junio de 2012, 117Dimensión Empresarial / Vol. 12 No. 1 / Enero - Junio 2014, págs. 111-138 los flujos internacionales de capital hacia América Latina alcanzará 4.3%, superior al 2012 que fue de 4.1%. 

En el caso de Colombia, según información del Dane, se nota una tasa de crecimiento significativa en lo referente a la formación bruta de capital, especialmente en 2013, cuando el país alcanzaría una cifra de 15%. La mayor tasa se presentó en el año 2006, cuando alcanzó un 18%. Luego disminuye en el 2009, producto de los efectos de la crisis mundial, para en los siguientes años recuperarse notoriamente. 

Otro aspecto a destacar del país, según el mismo Dane, es la diminución paulatina de la tasa de desempleo, que se situó en 10.83 % en el 2011, mientras que en ciertas economías desarrolladas, por efectos de la crisis mundial, presentan cifras crecientes. Algo similar ocurre con la inflación, que alcanza una tasa de de 3.8% en el mismo periodo, brindando confianza a la política monetaria del Banco de la República 

Si se consideran buenos y aceptables los indicadores anteriores, no ocurre lo mismo con el comportamiento de la competitividad de los productos colombianos en el exterior a causa de la revaluación que se presenta, principalmente desde 2010, tal como lo expresa el Banco de la República en las cifras de devaluación nominal y real que presenta. Es decir, Colombia muestra indicadores aceptables a nivel doméstico, pero, en materia de competitividad frente al exterior, no lo favorece mucho, razón por la que se está muy esperanzado en la firma de tratados internacionales que le permitirían consolidar muchos productos en el exterior. 

4. CONCEPTUALIZACIÓN DE ESTRATEGIA 

El concepto de estrategia se utilizó inicialmente en aquellas actividades relacionadas con la guerra. El término estrategia viene del latin strategĭa, y del término griego stratos, que significa ejército y agein, que quiere decir guía-conducción. En sus inicios aparece referenciada por K. V. Clausewitz, quien la describe como 

…el arte de hacer uso en combate de los medios dados… surgen aquí actividades diferentes: preparar y conducir individualmente estos encuentros aislados y combinarlos unos con otros para alcanzar el objetivo de la guerra. La primera es la llamada táctica y la segunda se denomina estrategia. La táctica enseña el uso de las fuerzas armadas en los encuentros y la estrategia el uso de los encuentros para alcanzar el objetivo de la guerra. 

Un compendio importante de conceptualización sobre estrategia lo presentan Castellanos Castillo y Castellanos Machado (2011). Presentan los aportes de Drucker (1954), que considera que la estrategia de la organización era la respuesta a dos preguntas: ¿Qué es nuestro negocio?, ¿Qué debería ser? Chandler Jr. (1962), define la estrategia como la determinación de metas y objetivos básicos de largo plazo de la empresa, la adición de los cursos de acción y la asignación de recursos necesarios para lograr dichas metas. Andrews (1962), considera que la estrategia es el patrón de los objetivos, propósitos o metas y las políticas y planes esenciales para conseguir dichas metas, establecida de tal modo que definan en qué clase de negocio la empresa está o quiere estar y qué clase de empresa es o quiere ser. 

Por lo tanto, la estrategia debe verse como una forma de aplicación de actividades que buscan el logro de objetivos de parte de las organizaciones. También son planes que exigirán a los dirigentes asumir riesgos y responsabilidades en busca de objetivos previamente definidos, basándose en experiencias y proyecciones futuras, que a su vez, deben incluir los medios y acciones para alcanzarlos. 

Las definiciones que se tienen sobre estrategias son amplias, controversiales y prestas a debates. Existen diversas definiciones, dependiendo del autor, teoría y contexto en que se desenvuelve. Según Chandler, la estrategia establece los propósitos de la organización en términos de objetivos a largo plazo, acciones a corto plazo y recursos necesarios para implementarlos. En tanto que para Learned, Christensen, Andrews y Guth, (1965), la estrategia define el campo competitivo de la organización, es decir, selecciona el negocio donde la organización está o desea estar. Por su parte, Porter (1980, 1985, 1991) considera que la estrategia

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