Un día, discutiendo acerca de la forma exacta de un elefante, no conseguían ponerse de acuerdo. Como ninguno de ellos había tocado nunca uno, decidieron salir al día siguiente a la busca de un ejemplar, y así salir de dudas.
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jueves, 25 de junio de 2020
CRÍTICA A LA ECONOMÍA ORTODOXA
CRÍTICA A LA ECONOMÍA ORTODOXA
Esta obra recoge una colección de artículos que plantean una revisión crítica de la economía convencional, la que es enseñada en las universidades y la utilizada en el mundo académico, en los negocios e incluso en la economía pública.
Por cada escuela de pensamiento convencional se ha recogido una selección de textos de reconocidos economistas, pertenecientes a distintos ámbitos del pensamiento económico, que proporcionan una amplia visión crítica de la economía convencional, de sus limitaciones, exageraciones y carencias.
Según las circunstancias sociales de cada momento, el pensamiento económico ha ido desarrollando unas u otras líneas de expresión.
En la evolución de estas ideas han ido sobreviviendo las más afines con los intereses dominantes de cada época, mientras se iban marginando las menos acordes con aquéllos, hasta dar lugar a la conformación de un cuerpo de ideas y doctrinas que actualmente se conoce como la economía convencional, la economía ortodoxa o, simplemente, como economía, usurpando e ignorando con esta denominación cualquier otra forma de pensamiento económico. Todavía más, en las últimas tres décadas, sólo una de estas escuelas, la neoclásica, apoyada por los grandes intereses económicos del mundo, y por los no menos corporativos, como los académicos, se ha convertido aparentemente en el único paradigma riguroso, científico y políticamente válido; todo un espléndido ejercicio de pensamiento único.
El objetivo de este libro es múltiple: en primer lugar, pretendemos poner de relieve el relativismo del pensamiento económico y cómo éste depende en cada época de los intereses económicos dominantes; en segundo lugar, estimular el conocimiento profundo de sus limitaciones; y en tercer lugar, y el más importante, estimular el estudio y la búsqueda de otras interpretaciones en el mundo de la economía, que sirvan de ayuda para la comprensión y transformación de esta sociedad.
Asimismo, deseamos y esperamos que pueda servir de instrumento para muchos economistas y estudiantes de economía que, buscando una aproximación crítica a la economía convencional, no encuentran materiales adecuados para estudiarla.
Philip Arestis
Michel Beaud
John Cameron
James A. Caporaso
Barry Clark
Ken Cole
Gilles Dostaler
Stephen P. Dunn
Chris Edwards
George R. Feiwel
Bernhard Felderer
Joan García González
Bernard Guerrien
O. F. Hamouda
G. C. Harcourt
Geoffrey M. Hodgson
Stefan Homburg
Oscar Lange
Marc Lavoie
David P. Levine
Alan Marin
Karl Marx
Ronald L. Meek
José Manuel Naredo
Thomas I. Palley
Geoffrey Pilling
Joan Robinson
Claudio Sardoni
Malcom Sawyer
Richard Startz
Paul M. Sweezy
Thorstein Veblen
Bernard Walters
David Young
Michel Beaud
John Cameron
James A. Caporaso
Barry Clark
Ken Cole
Gilles Dostaler
Stephen P. Dunn
Chris Edwards
George R. Feiwel
Bernhard Felderer
Joan García González
Bernard Guerrien
O. F. Hamouda
G. C. Harcourt
Geoffrey M. Hodgson
Stefan Homburg
Oscar Lange
Marc Lavoie
David P. Levine
Alan Marin
Karl Marx
Ronald L. Meek
José Manuel Naredo
Thomas I. Palley
Geoffrey Pilling
Joan Robinson
Claudio Sardoni
Malcom Sawyer
Richard Startz
Paul M. Sweezy
Thorstein Veblen
Bernard Walters
David Young
Universitat Autònoma de Barcelona
Servei de Publicacions
Bellaterra, 2004
Esta obra recoge una colección de artículos que plantean una revisión crítica de la economía convencional, la que es enseñada en las universidades y la utilizada en el mundo académico, en los negocios e incluso en la economía pública.
Por cada escuela de pensamiento convencional se ha recogido una selección de textos de reconocidos economistas, pertenecientes a distintos ámbitos del pensamiento económico, que proporcionan una amplia visión crítica de la economía convencional, de sus limitaciones, exageraciones y carencias.
Según las circunstancias sociales de cada momento, el pensamiento económico ha ido desarrollando unas u otras líneas de expresión.
En la evolución de estas ideas han ido sobreviviendo las más afines con los intereses dominantes de cada época, mientras se iban marginando las menos acordes con aquéllos, hasta dar lugar a la conformación de un cuerpo de ideas y doctrinas que actualmente se conoce como la economía convencional, la economía ortodoxa o, simplemente, como economía, usurpando e ignorando con esta denominación cualquier otra forma de pensamiento económico. Todavía más, en las últimas tres décadas, sólo una de estas escuelas, la neoclásica, apoyada por los grandes intereses económicos del mundo, y por los no menos corporativos, como los académicos, se ha convertido aparentemente en el único paradigma riguroso, científico y políticamente válido; todo un espléndido ejercicio de pensamiento único.
El objetivo de este libro es múltiple: en primer lugar, pretendemos poner de relieve el relativismo del pensamiento económico y cómo éste depende en cada época de los intereses económicos dominantes; en segundo lugar, estimular el conocimiento profundo de sus limitaciones; y en tercer lugar, y el más importante, estimular el estudio y la búsqueda de otras interpretaciones en el mundo de la economía, que sirvan de ayuda para la comprensión y transformación de esta sociedad.
Asimismo, deseamos y esperamos que pueda servir de instrumento para muchos economistas y estudiantes de economía que, buscando una aproximación crítica a la economía convencional, no encuentran materiales adecuados para estudiarla.
Índice
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
UNA VISIÓN GENERAL
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
La economía, hoy, por Joan Robinson . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
La crisis de la ciencia económica establecida, por José Manuel Naredo . . . . . . 29
1. Algunos síntomas de crisis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
2. Críticas externas a los enfoques usuales de los economistas . . . . . . . . . . . . 30
3. Críticas internas a la profesión: circularidad versus insatisfacción
y ruptura . . . . . . . . . 33
4. La crisis de la ciencia económica y las revoluciones científicas . . . . . . . . . 43
Prólogo a la segunda edición.
Evolución reciente del pensamiento económico:
entre la reconstrucción intelectual y la congelación conceptual,
por José Manuel Naredo . . . . 49
El absolutismo del individualismo de mercado, por Geoffrey M. Hodgson . . . . 67
1. Los límites de los contratos y de los mercados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
2. El individuo es el mejor juez de sus necesidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
3. El aprendizaje, un desafío al individualismo de mercado . . . . . . . . . . . . . . 79
4. El individualismo de mercado y la jaula de hierro de la libertad . . . . . . . . . 85
5. La supuesta omnipresencia del mercado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
6. Las organizaciones y las condiciones para la innovación y el aprendizaje . 93
7. El individualismo de mercado y la intolerancia de la diversidad estructural . 95
8. Evaluando diferentes tipos de instituciones de mercado . . . . . . . . . . . . . . . 97
Prefacio, por Ken Cole, John Cameron, Chris Edwards . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
1. La teoría del valor de la preferencia subjetiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
2. La teoría del valor del coste de producción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
3. La teoría del valor-trabajo abstracto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
4. ¡Tener que aprender una teoría económica ya es lo bastante malo! . . . . . . 117
Introducción a «Contribución a la crítica de la economía política»,
por Karl Marx . . . . 121
1. La producción en general . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121
Algunas reflexiones sobre economía y ecología, por Joan García González . . . 125
Reflexiones en torno a cómo se ha utilizado la hipótesis evolucionista . . . . . 125
Reflexiones acerca de cómo se ha utilizado la mecánica newtoniana
y otras aportaciones de las ciencias físicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126
Reflexiones respecto a cómo se han manejado las acotaciones físicas
en nuestro sistema socioeconómico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128
LAS CORRIENTES TRADICIONALES
Los clásicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
1. El contexto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
2. Algunas ideas básicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
3. Acerca de la crítica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
4. Lecturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139
El enfoque clásico, por James A. Caporaso, David P. Levine . . . . . . . . . . . . . . . 141
1. La economía política en la tradición clásica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141
2. Valor y distribución . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 152
3. La distribución de la renta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154
Las preconcepciones de los economistas clásicos, por Thorstein Veblen . . . . . . 159
El Capital, por Karl Marx . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179
Marx y Keynes: la crítica de la ley de Say, por Claudio Sardoni . . . . . . . . . . . . . 183
1. Introducción: La revolución de Keynes y las previsiones de Marx . . . . . . . 183
2. La crítica de Marx a la ley de Say . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185
3. La crítica de Keynes a la ley de Say . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 193
4. Conclusión: la «economía empresarial» de Marx y de Keynes . . . . . . . . . . 196
La ley de Say: reformulación y crítica, por Oscar Lange . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203
Los neoclásicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221
1. El contexto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221
2. Premisas del modelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 222
3. Los monetaristas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 224
4. Acerca de la crítica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 224
5. Lecturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 225
La necesidad de una alternativa, por Marc Lavoie . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 227
1. Objetivos del libro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 227
2. Programas de investigación y todo eso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229
3. Presuposiciones de los paradigmas neoclásicos y postclásicos . . . . . . . . . . 231
4. El dominio de la economía neoclásica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 238
5. Los estudios empíricos y la economía neoclásica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 242
6. Los límites de la teoría neoclásica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 248
El equilibrio general, por Bernard Guerrien . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267
El problema de la existencia de un equilibrio general . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267
La existencia de un equilibrio general: de Walras a Debreu . . . . . . . . . . . . . . 268
Las hipótesis sobre las formas de los mercados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 268
Las hipótesis sobre los gustos, la tecnología y las dotaciones . . . . . . . . . . . . . 269
estructura del modelo de Arrow-Debreu:
variables exógenas y variables
endógenas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 270
El lugar del trabajo en la teoría del equilibrio general . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 271
Equilibrio y mercado de trabajo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 272
El estatus de las empresas en el modelo de Arrow-Debreu . . . . . . . . . . . . . . . 273
¿Es nulo el beneficio en el equilibrio? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 274
El problema del beneficio en la teoría neoclásica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 275
El dilema de los rendimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 276
¿Cuál es el papel del empresario? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 277
Los mercados contingentes a plazo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 278
La universalidad de la economía convencional, por Geoffrey M. Hodgson . . . . 279
1. Las afirmaciones universalistas de la economía convencional . . . . . . . . . . 280
2. Universalismo versus realismo en la economía de Hayek . . . . . . . . . . . . . . 283
3. Las especificidades ideológicas ocultas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 285
4. Los límites del análisis contractual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 288
5. Actor y estructura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
1
La libertad es el mercado: la teoría del valor de la preferencia subjetiva,
por Ken Cole, John Cameron, Chris Edwards . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 299
1. De la teoría del valor «guiada» por el trabajo a la teoría de la preferencia
subjetiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 299
2. La naturaleza de la teoría de la preferencia subjetiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . 303
3. La base de la organización social: ¿qué puede ofrecerme la sociedad? . . . 306
4. Algunos problemas de la teoría de la preferencia subjetiva:
consumidores
sin ingresos, empresarios sin competidores, mercados sin estabilidad . . . . 309
La política de la teoría de la preferencia subjetiva: un marco para la libertad,
por Ken Cole, John Cameron, Chris Edwards . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 315
1. La estrategia política general asociada a la teoría de la preferencia subjetiva . 315
2. La economía como muchos mercados: el análisis del equilibrio general . . 318
3. Política económica y teoría de la preferencia subjetiva: el monetarismo . . 321
4. Conclusión: hacia una crítica de la teoría de la preferencia subjetiva . . . . . 326
Monetarismo, por Bernhard Felderer, Stefan Homburg . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 331
1. Las bases teóricas, o: monetarismo frente a keynesianismo . . . . . . . . . . . . 333
2. Las investigaciones empíricas, o: monetarismo frente a fiscalismo . . . . . . 341
3. Las inferencias políticas, o: monetarismo versus activismo . . . . . . . . . . . . 344
4. Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 345
El keynesianismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 347
1. El contexto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 347
2. Las ideas básicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 349
3. Acerca de la crítica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 351
4. Lecturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 352
John Maynard Keynes, por Paul M. Sweezy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 353
El lugar de Keynes en la historia del pensamiento económico, por Ronald L. Meek 359
Kalecki y Keynes, por George R. Feiwel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 373
1. Los árboles genealógicos intelectuales de Kalecki y Keynes . . . . . . . . . . . 373
2. Crítica de Kalecki a la Teoría general de Keynes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 375
3. Puntos de diferencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 379
ÍNDICE 7
El significado de la revolución keynesiana, por Geoffrey Pilling . . . . . . . . . . . . 387
1. Keynes: laissez faire y el rol del Estado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 387
2. ¿Causó el keynesianismo el boom de la posguerra? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 395
3. La visión tradicional del capital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 397
Deficiencias en la explicación keynesiana y en sus propuestas
de política económica, por Alan Marin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 401
1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 401
2. La exogeneidad de los salarios nominales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 402
3. ¿Es el desempleo siempre voluntario? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 406
4. Salarios reales y desempleo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 412
5. Desempleo de equilibrio o de desequilibrio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 418
6. Ciclos económicos y desestabilización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 420
7. Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 428
La teoría neoclásica actual y Keynes, por Bernard Guerrien . . . . . . . . . . . . . . . 431
1. Un tema central en Keynes: la incertidumbre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 432
2. Equilibrios de subempleo y paro involuntario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 433
3. La noción de equilibrio de Keynes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 434
4. Keynes y el «primer postulado de los clásicos» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 436
5. ¿Salarios «rígidos» o «flexibles»? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 437
6. La posición que ocupan el trabajo y el salario en Keynes . . . . . . . . . . . . . . 438
7. Keynes y la «ley de Say» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 439
Las nuevas corrientes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 443
1. Nuevos neoclásicos y postkeynesianos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 444
2. Lecturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 445
Sobre Babel y tres figuras del pensamiento económico actual,
por Michel Beaud, Gilles Dostaler . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 447
1. Babel: los economistas en su nuevo mundo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 447
2. Penélope: del rigor teórico a la complejidad mundial, tejiendo
el paño imposible . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 449
3. Sísifo: reconstruyendo eternamente la heterodoxia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 454
4. Ícaro: el vuelo roto del pensamiento económico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 459
Conflicto, distribución y finanzas en las tradiciones macroeconómicas
alternativas, por Thomas I. Palley . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 469
1. Construcciones alternativas acerca del proceso macroeconómico . . . . . . . 469
Los nuevos neoclásicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 483
1. El contexto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 483
2. Los «Nuevos Neoclásicos» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 484
3. Acerca de la crítica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 485
4. Lecturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 487
Introducción, por ,Bernard Guerrien . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 489
1. ¿Volver a un enfoque de equilibrio general? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 489
2. El problema de la agregación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 489
3. La nueva macroeconomía neoclásica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 491
Conclusión general . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 497
1. ¿Cómo es esto posible? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 498
La perspectiva liberal clásica, por Barry Clark . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 501
1. Los principios del liberalismo clásico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 501
2. El liberalismo clásico hoy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 502
La perspectiva liberal moderna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 505
1. La economía postkeynesiana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 505
Inflación y desempleo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 506
1. Políticas de estabilización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 509
Nueva economía clásica, por Bernhard Felderer, Stefan Homburg . . . . . . . . . . 511
1. Expectativas y expectativas racionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 512
2. La curva de Phillips. La estanflación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 516
3. La visión de los nuevos clásicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 521
4. El modelo de los nuevos clásicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 522
5. Inferencias de política económica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 526
6. Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 531
Notas sobre competencia imperfecta y la nueva economía keynesiana,
por Richard Startz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 535
1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 535
2. Las corrientes de la nueva economía keynesiana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 538
3. Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 548
Enfoques económicos de la política, por James A. Caporaso,
David P. Levine . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 551
1. Definiendo el enfoque económico de la política . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 553
2. Aplicaciones de las teorías económicas de la política . . . . . . . . . . . . . . . . . 557
3. Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 577
La eficiencia de la política económica, por Alan Marin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 585
1. Expectativas racionales e ineficiencia de la política económica . . . . . . . . . 585
2. Credibilidad y consistencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 592
3. Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 597
Los postkeynesianos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 599
1. El contexto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 599
2. Algunas variantes postkeynesianas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 601
3. Algunas ideas básicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 602
4. Un esbozo de crítica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 604
5. Lecturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 605
Economía postkeynesiana: hacia la coherencia, por Philip Arestis . . . . . . . . . . . 607
1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 607
2. La metodología en la economía postkeynesiana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 611
3. Principales aspectos teóricos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 615
4. Políticas económicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 627
5. Resumen y conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 629
ÍNDICE 9
Postkeynesianismo: ¿de la crítica a la coherencia?,
por O. F. Hamouda, G. C. Harcourt . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 637
1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 637
2. Líneas que se derivan de la economía política clásica . . . . . . . . . . . . . . . . 638
3. De la economía política clásica, a través de Marshall, a Keynes . . . . . . . 639
4. Corriente 1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 641
5. La segunda corriente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 645
6. La tercera corriente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 648
7. Precios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 651
8. Las contribuciones de Kaldor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 654
9. Crecimiento y dinámica: Joan Robinson, Pasinetti y Goodwin . . . . . . . . 655
10. Las contribuciones de Godley y sus colegas del DAE . . . . . . . . . . . . . . . . 658
11. Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 659
Políticas económicas keynesianas para el nuevo milenio,
por Philip Arestis, Malcom Sawyer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 669
1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 669
2. El funcionamiento de las economías de mercado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 670
3. Las limitaciones al pleno empleo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 671
4. Políticas keynesianas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 674
5. Algunos temas pendientes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 679
6. Resumen y conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 680
Sobre la coherencia de la economía postkeynesiana,
por Bernard Walters, David Young . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 685
1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 685
2. La importancia de la coherencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 687
3. Coherencia en relación a las escuelas de pensamiento existentes . . . . . . . . 688
4. Coherencia en términos de una particular metodología/modo de pensamiento 690
5. Coherencia respecto a un programa unificado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 695
6. Coherencia respecto a los temas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 696
7. Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 703
La economía postkeynesiana y sus críticos
por Philip Arestis, Stephen P. Dunn, Malcom Sawyer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 707
1. La falta de un tema organizador central y de coherencia . . . . . . . . . . . . . . 708
2. Aspectos metodológicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 710
3. Expectativas, incertidumbre y tiempo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 714
. La estructura del mercado y la naturaleza de los precios . . . . . . . . . . . . . . 715
5. El análisis postkeynesiano del dinero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 716
6. La política económica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 717
7. Sobre Kalecki y Keynes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 719
8. La economía postkeynesiana y el enfoque neoricardiano . . . . . . . . . . . . . 721
9. Resumen y conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 722
Post-keynesianismo y coherencia:
una respuesta a Arestis, Dunn y Sawyer,
por Bernard Walters, David Young . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 727
Presentación
Todos sabemos que estudiar economía en la actualidad supone estudiar un tipo de economía: la economía neoclásica que se inició a fines del siglo XIX como el marginalismo y que, con distintas variantes y matices, domina el pensamiento económico hasta nuestros días (y es de temer que durante mucho tiempo todavía).
Desde su inicio por los autores denominados primero marginalistas, esta escuela fue recibida con gran interés por las clases dominantes y el establishement académco. Venía nada menos que a justificar «científicamente» el beneficio al capital y a maltratar la posibilidad de continuidad del sistema económico-social, frente a los augurios mi
pesimistas de los clásicos que la precedieron y especialmente de Marx. Rápidamente '
convirtió en el pensamiento económico dominante e incluso el potente ataque que Keynes realizó de algunos de sus aspectos no consiguió sacudir sus cimientos. Keynes nunca rompió con el esquema neoclásico y pronto se descubrió que cierto tratamiento del keynesianismo permitía integrarlo dentro de la escuela principal como síntesis neoclásica. Sólo mucho más tarde, en los ochenta, se convertirá el keynesianismo en ur
vertiente de pensamiento muy incómoda y, en consecuencia, rechazada por los clásicos.
A pesar de esta posición de predominio, a mediados del siglo xx existía algún debo
te en economía.
El keynesianismo entonces dominante se enfrentaba al monetarismo (Friedman, que ya en los cincuenta puso en cuestión la interpretación teórica y las prescripciones de política económica del keynesianismo, anunciando ya la recuperad<
de las versiones más ortodoxas de los neoclásicos. Al mismo tiempo, la otra gran líbre de pensamiento económico, la marxista, que ya desde antes de la segunda guerra mu
dial había quedado relegada a quienes tenían una visión distinta de la legitimidad d
sistema capitalista, iniciaba una recuperación y durante los últimos cincuenta y la deuda de los sesenta tuvo una presencia significativa, si bien minoritaria, en los planteamientos teóricos de la economía, especialmente en los países periféricos. [...]
El predominio de la escuela neoclásica en la actualidad es de tal magnitud que prácticamente no se reconoce ningún otro tipo de pensamiento económico. El pensamiento económico neoclásico se ha convertido en "la ciencia económica" y es el único
que se considera «serio, riguroso y científico». Todo intento de utilizar otros esquemas alternativos, incluso sólo de aproximarse a otras escuelas para explorar su potencialidad, es rechazado con una mezcla de acritud y desprecio como retrasado y obsoleto.
Ni siquiera se le concede un lugar en el debate científico. Se postula su invalidez y se
le condena al ostracismo. En el mejor de los casos se le considera como una curiosidad
del pasado para aquellos que quieran revisar la evolución del pensamiento económico. Pero incluso en esta consideración las demás escuelas sólo suponen construcciones previas más imperfectas que han venido evolucionando hasta dar lugar a la
construcción hoy definitiva: las ideas neoclásicas, principalmente en su versión de
equilibrio general y sus diversas variantes. Incluso las ideas keynesianas, que nunca
constituyeron una ruptura radical del esquema neoclásico, son incluidas actualmente
entre la heterodoxia. La interpretación neoclásica se ha convertido en el «pensamiento único» de la economía, constituye la única versión ortodoxa, engloba a toda la «ciencia» económica convencional. No hay ni siquiera debate, sólo ignorancia, descalificación
y desprecio hacia las demás interpretaciones.
Pero quien se aproxime a este pensamiento con la intención de entender el funcionamiento de la sociedad actual se encontrará con grandes dificultades. El pensamiento neoclásico presenta insuficiencias insalvables tanto para explicar teóricamente
la dinámica de la sociedad actual como para enfrentar los múltiples y graves problemas que existen en esta sociedad y orientar una acción transformadora de la misma.
Sus insuficiencias son palpables como se verá en este trabajo. Una visión crítica y
transfonnadora de la economía o de la sociedad actual son difíciles de interpretar, por
no decir imposible, con la ciencia económica convencional.
Quien, insatisfecho con las explicaciones que obtiene de esta visión convencional,
trata de explorar otras posibilidades se encuentra con grandes dificultades: no hay
mucha bibliografía al respecto, es poco conocida y menos accesible. Tampoco se hallan
con facilidad interlocutores para contrastar ideas y opiniones en esta dirección. Explorar
el pensamiento económico con una visión crítica de la interpretación neoc1ásica se ha
convertido en una tarea que desafía las posibilidades de muchas personas a quienes les
interesaría hacerlo.
No solamente esto, sino que muchos profesionales de la economía, y en especial
los profesores de esta disciplina en sus diversas ramas, en las universidades españolas
tienen grandes dificultades para poder proporcionar una orientación concreta sobre el
estudio de la economía desde una óptica crítica a los estudiantes de nuestras faculta des. Bastante profesores realizan aproximaciones críticas a sus materias, pero cuando
se trata de ayudar a los estudiantes a estudiar sistemáticamente las insuficiencias de la
economía ortodoxa se les presentan bastantes dificultades para orientarles sobre las
lecturas que les pueden ayudar. Es más fácil tener un enfoque individual crítico que
enseñar a otros acerca de como adquirirlo.
De aquí que algunos jóvenes licenciados en Economía con inquietudes por tener una visión más amplia de la disciplina que recogiera su vertiente crítica, tanto en sus aspectos teóricos como aplicados, iniciaron, con la colaboración de algunos economistas más veteranos, un seminario sobre economía crítica en Barcelona. En las VI Jornadas de Economía Crítica la formación de un grupo de trabajo sobre el tema estimuló su interés y reforzó el intento de realizar un estudio sistemático de la economía desde una vertiente crítica.
Se decidió dedicar una primera etapa de este seminario a revisar la teoría convencional que todos hemos estudiado. Se pretendía, primero, entender lo que significa en su conjunto la teoría convencional y profundizar en su análisis crítico, antes de iniciar una segunda etapa en la que se trabajarían aquellos aspectos teóricos que parecen más prometedores para entender la sociedad actual y colaborar a transformarla.
Con este objetivo hemos venido reuniéndonos regularmente después de nuestras horas de trabajo, de forma voluntaria e informal. Nuestra tarea ha consistido en buscar bibliografía crítica sobre el pensamiento económico ortodoxo, leerlo y comentar y debatir sobre el mismo con el objetivo de evaluarlo como instrumento para entender la organización económica de la sociedad actual.
Nuestra visión crítica parte de considerar que el enfoque adecuado para el estudio de la organización material de la sociedad, que es para nosotros el objetivo de análisis de la economía, requiere una aproximación en términos de economía política; es decir, integrador de la consideración de las diversas facetas de la vida social. Asimismo, el objetivo de nuestra tarea es entender cuáles son las variables que rigen la dinámica de esta sociedad para poder participar en transformarla en una sociedad más justa y satisfactoria para todos. No es sorprendente, por tanto, que nuestro trabajo se quiera colocar desde el principio en la línea que P. Baran situaba al señalar: « ... ciertamente parece deseable romper con la larga tradición de la economía académica de sacrificar la relevancia de la materia a la elegancia del método analítico; es mejor tratar imperfectamente lo que es importante que ejercer el virtuosismo en el tratamiento de lo que no importa" (Baran, 1962, 22). Hemos pretendido realizarlo con la máxima seriedad y rigor del que somos capaces.
Al final de 1999 creemos que algo hemos avanzado en la revisión, desde una óptica crítica, del pensamiento económico ortodoxo. A comienzos de 2000 nos proponemos empezar a explorar las corrientes más heterodoxas con la esperanza de encontrar en ellas elementos más adecuados para interpretar la sociedad en que vivimos e intentar su transfonnación. Nuestros planes de trabajo inmediato consisten en continuar profundizando en el pensamiento postkeynesiano, principalmente en las versiones más kaleckianas del mismo, porque nos parece que tiene un gran potencial para orientar un enfoque crítico de algunos aspectos de la economía, e iniciar un estudio riguroso de la economía marxista que evalúe su potencialidad para el análisis de las sociedades modernas, los problemas teóricos que plantea y la evolución de sus diversas corrientes. Querríamos también realizar una revisión de la Escuela de la Regulación.
El predominio de la escuela neoclásica en la actualidad es de tal magnitud que prácticamente no se reconoce ningún otro tipo de pensamiento económico. El pensamiento económico neoclásico se ha convertido en "la ciencia económica"
De aquí que algunos jóvenes licenciados en Economía con inquietudes por tener una visión más amplia de la disciplina que recogiera su vertiente crítica, tanto en sus aspectos teóricos como aplicados, iniciaron, con la colaboración de algunos economistas más veteranos, un seminario sobre economía crítica en Barcelona. En las VI Jornadas de Economía Crítica la formación de un grupo de trabajo sobre el tema estimuló su interés y reforzó el intento de realizar un estudio sistemático de la economía desde una vertiente crítica.
Se decidió dedicar una primera etapa de este seminario a revisar la teoría convencional que todos hemos estudiado. Se pretendía, primero, entender lo que significa en su conjunto la teoría convencional y profundizar en su análisis crítico, antes de iniciar una segunda etapa en la que se trabajarían aquellos aspectos teóricos que parecen más prometedores para entender la sociedad actual y colaborar a transformarla.
Con este objetivo hemos venido reuniéndonos regularmente después de nuestras horas de trabajo, de forma voluntaria e informal. Nuestra tarea ha consistido en buscar bibliografía crítica sobre el pensamiento económico ortodoxo, leerlo y comentar y debatir sobre el mismo con el objetivo de evaluarlo como instrumento para entender la organización económica de la sociedad actual.
Nuestra visión crítica parte de considerar que el enfoque adecuado para el estudio de la organización material de la sociedad, que es para nosotros el objetivo de análisis de la economía, requiere una aproximación en términos de economía política; es decir, integrador de la consideración de las diversas facetas de la vida social. Asimismo, el objetivo de nuestra tarea es entender cuáles son las variables que rigen la dinámica de esta sociedad para poder participar en transformarla en una sociedad más justa y satisfactoria para todos. No es sorprendente, por tanto, que nuestro trabajo se quiera colocar desde el principio en la línea que P. Baran situaba al señalar: « ... ciertamente parece deseable romper con la larga tradición de la economía académica de sacrificar la relevancia de la materia a la elegancia del método analítico; es mejor tratar imperfectamente lo que es importante que ejercer el virtuosismo en el tratamiento de lo que no importa" (Baran, 1962, 22). Hemos pretendido realizarlo con la máxima seriedad y rigor del que somos capaces.
Al final de 1999 creemos que algo hemos avanzado en la revisión, desde una óptica crítica, del pensamiento económico ortodoxo. A comienzos de 2000 nos proponemos empezar a explorar las corrientes más heterodoxas con la esperanza de encontrar en ellas elementos más adecuados para interpretar la sociedad en que vivimos e intentar su transfonnación. Nuestros planes de trabajo inmediato consisten en continuar profundizando en el pensamiento postkeynesiano, principalmente en las versiones más kaleckianas del mismo, porque nos parece que tiene un gran potencial para orientar un enfoque crítico de algunos aspectos de la economía, e iniciar un estudio riguroso de la economía marxista que evalúe su potencialidad para el análisis de las sociedades modernas, los problemas teóricos que plantea y la evolución de sus diversas corrientes. Querríamos también realizar una revisión de la Escuela de la Regulación.
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