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jueves, 1 de junio de 2023

¿Cuáles son los rasgos característicos que hacen la diferencia entre economistas e ingenieros economistas?

 

¿Cuáles son los rasgos característicos que hacen la diferencia entre economistas e ingenieros economistas?

 

¿Cuáles son los rasgos característicos que hacen la diferencia entre economistas e ingenieros economistas?

La diferencia es muy notoria: —a pesar de que ambos se preocupan por  generar más riqueza y bienestar para todos, operan diametralmente opuestos; no existe un marco común; más bien, la ingeniería económica constituye un interfaz entre la economía convencional y la ingeniería tradicional, por lo que no son temáticamente antagónicos— La ingeniería económica se entiende mejor al interpretarla como la habilidad para visionar, comprender y procesar (a través de la innovación) las demandas sociales de estos tiempos.

DIFERENCIA vocacional

Este diferencia se debe a su perfil profesional y radica en la «actitud»,   «aptitud» y «visión económica», de estos dos profesionales, sembrada en sus mentes cuando estudiantes:  —en sus  respectivas "Escuelas académicas profesionales",  como base y fundamento económico de sus profesiones, para ser asumidas (y subsumidas) como estrategia operativas (profesionales), al actuar profesinalmente. Por ejemplo, el ingeniero no se preocupa de discutir con los demas sobre si la ingenieria es o no ciencia, como si lo hacen los economistas (ver aquí)

La actitud, tal como sabemos, en términos generales es lo que define la relación entre un sujeto y un objeto físico o social y que se infiere de la conducta y las acciones del sujeto.
En la adquisición de una especialidad profesional, las actitudes se desarrollan frente a los asuntos de esa profesión, frente a la comunidad de ciudadanos, los problemas en general, la experiencia de aprendizaje y los profesores implicados en la misma (Gadner RC. Sosial Psicology and Second Language Learn. The Role of Atitues and Motivations. London (UK): Edward Arnold; 1985).
Las actitudes están compuestas por tres componentes:
Cognitivos: incluye las percepciones y creencias hacia un objeto, sujeto; situación económica y sus posibilidades de cambio y transformación...
Afectivo: recoge el sentimiento a favor o en contra de un sujeto, objeto o situación... 
Conductual: tendencia a reaccionar frente a un objeto, recurso económico, situación...
La actitudes son importantes porque influyen en el logro, porque configuran un soporte motivacional.
Una actitud positiva, pues, favorece el desarrollo de las actividades comunicativas y profesionales (Gardner RC, Lambert W. E. Acttitudes and motivation..., 1972).
Heider, predecesor de la Teoría de la atribución, afirma que los individuos muy motivados son aquellos que atribuyen los logros a su elevada capacidad intelectual y a su esfuerzo. Además estos no se rinden cuando experimentan un fracaso y lo atribuyen a la falta de esfuerzo, algo que pueden modificar. Los aprendices motivados, por lo general, realizan esfuerzos relativamente grandes, pues consideran que es un factor determinante para el éxito de su aprendizaje y  profesional. Por otro lado, los individuos poco motivados consideran que sus logros se deben a factores externos más que factores internos. No consideran, tampoco, el esfuerzo como un elemento causal. Además los aprendices de una profesión suelen abandonar el estudio ante un fracaso, porque lo consideran debido a una falta de capacidad y no de esfuerzo, por lo que tienden a realizar menos sacrificios en el estudio que los aprendices motivados.  (Heider F. The psicology of interpersonal relations. New York (USA): Psicology Press;1958).

Ejemplo: «No hay problema que no pueda resolver la Ingeniería», es un reto que todo ingeniero lo asume como suyo, que los profesores posicionaron en su cerebro cuando estudiante (al ser formados académicamente), en todas las facultades de ingeniería.

Así,  al estudiante de ingeniería (económica) se lo forma para aplicar primeramente su «ingenio» como principio (al igual que a cualquier estudiante de ingeniería); se lo entrena para intervenir en la economía (para cambiar el statu quo económico y social, desde la ingeniería); es decir, participando como operador  «de acción directa»: —capaz de resolver todo problema económico (sin atenerse a las políticas económicas implementadas por sus Gobiernos); buscando siempre la «eficacia» más que la «eficiencia económica» y, contribuyendo proactivamente con sus pares (los demás ingenieros y empresarios) en  la transformación a través del «cambio» y la «innovación»; es decir, para «el logro del beneficio económico»

—La innovación (tanto como la tecnología), para los estudiantes de economía esta fuera del sistema económico, como lo consideraba Keynes.  
La innovación (en la llamada Ciencia Económica) pertenecen a la categoría de "catástrofes externas" como terremotos, clima, o la guerra, que, como todos sabemos, tiene una profunda influencia en la economía, pero no forma parte de ella. Sin embargo,  Joseph Alois Schumpeter, otro economista, profesor de Harvard y  coetáneo de Keynes, insistió en que, por el contrario, la innovación —es decir, la actividad que hace pasar los recursos de lo viejo y obsoleto a empleos más nuevos y productivos—  es la esencia misma de la economía y sin duda una economía moderna.

Hay una encuesta hecha en las 500 compañías más grandes del mundo, en la cual el 86 por ciento de los presidentes dice que los cambios tecnológicos hoy son más importantes para el futuro de su compañía que los cambios demográficos como el éxodo del campo o que el mercado sea más de jóvenes. Estamos en lo que se denomina la cuarta revolución industrial y eso va a cambiar la economía. Estamos en un momento en el que no hay diferencia entre el mundo físico y el mundo digital. Esas fronteras se borraron. Pero la tecnología no es cuestión de artefactos. La tecnología es la nueva forma como hacemos las cosas: como trabajamos, como investigamos, como estudiamos, etc.
Veamos la «actitud»,  «aptitud» y  visión de los economistas:
Recordamos una frase de Keynes: "Los economistas deberían considerarse a sí mismos como gente humilde y competente, al nivel de los dentistas". Una comparación que Hartford cree que se debería llevar más allá. "No esperamos que un dentista nos diga cuándo se nos va a caer un diente. Esperamos que ofrezca consejos adecuados e intervenga para arreglar los problemas cuando ocurran". Por eso recomienda que los economistas se limiten a aconsejar sobre cómo mejorar la economía y que tengan en mente que ningún dentista se atrevería a predecir cuándo va a caerse un diente.
De lo que podemos deducir que el aporte del economista es para "aliviar el dolor de las crisis" y no de largo plazo; así, Keynes decía (a propósito de plazo) que a largo plazo todos ya estamos muertos.

La creciente complejidad de los fenómenos económicos y de la ciencia económica convierten el ejemplares cada vez más raros esos mirlos blancos capaces de fecundar el análisis económico con los métodos y precauciones de las matemáticas…
Pero también decía:  El estudio de la Economía parece no requerir ninguna dote especializada de un orden desacostumbradamente superior. ¿No es, intelectualmente considerada, una materia verdaderamente fácil comparada con las ramas superiores de la filosofía y la ciencia pura? Sin embargo, los economistas, no ya buenos, sino sólo competentes, son auténticos mirlos blancos. ¡Una materia fácil, en la que pocos destacan! Esta paradoja quizás puede explicarse por el hecho de que el gran economista debe poseer una rara combinación de dotes. Tiene que llegar a mucho en diversas direcciones, y debe combinar facultades naturales que no siempre se encuentran reunidas en un mismo individuo.
Lo que demuestra que practicaba un lenguaje "performativo".

Por otro lado decía que los economistas deben ser verdaderos «custodios, no de la civilización, sino de la posibilidad de civilización» También decía que los economistas deben ser como los "mirlos blancos". (El mirlo es un ave en el que destaca su plumaje totalmente negro y su pico amarillo anaranjado. La hembra posee las plumas de color pardo y algo rojizo por el pecho. De ahí que se utilice la frase ‘ser un mirlo blanco’ para señalar que algo o alguien es raro, dándole un valor extraordinario en caso de encontrarse alguno. Una variante de la expresión es ‘creerse un mirlo blanco’ y se aplica a aquel individuo que se cree superior a los demás, sin llegar a serlo.)
Keynea decía:
—“ Debe ser matemático, historiador, estadista y filósofo (en cierto grado). Debe comprender los símbolos y hablar con palabras corrientes. Debe contemplar lo particular en términos de lo general y tocar lo abstracto y lo concreto con el mismo vuelo del pensamiento. Debe estudiar el presente a la luz del pasado y con vista al futuro. Ninguna parte de la naturaleza del hombre y de sus instituciones debe quedar por completo fuera de su consideración. Debe ser simultáneamente desinteresado y utilitario; tan fuera de la realidad y tan incorruptible como un artista, y sin embargo, en algunas ocasiones, tan cerca de la tierra como el político” (Keynes, 1933). Las cualidades que Keynes predicaba de su maestro Alfred Marshall podrían aplicarse también a un puñado de economistas que han marcado los derroteros de las ciencias económicas, no siempre en la misma dirección.

Ahora vemos cómo son formados los economistas:

Ellos son formados para operar dentro del sistema económico, analizando la situación del por qué los mercados no funcionan y como deberían corregirse para mejorar, para luego formular y recomendar  los "paquetes de medidas correctivas del sistema" (cono verdaderos «custodios, no de la civilización, sino de la posibilidad de civilización») .

Dicho en otros términos: —mantener una actitud1 (analítica contemplativa) pasiva frente a los problemas, dejando la responsabilidad a los gobiernos  (asimilada de Keynes). Así,  esperan que el sistema económico funcione a través de la acción pública, de la acción gubernamental 2/3, siguiendo y obedeciendo a la convicción moral de Keynes, de que el mundo puede ser mejorado a través de la acción pública, de la acción gubernamental: «La certeza de los principios generales y la gran flexibilidad y astucia en aplicarlos era la receta de Keynes para el éxito político» Según esto, él afirmaba que: —Es responsabilidad de los gobiernos «ejercer una influencia orientadora»  en las decisiones de gasto privado para garantizar que nunca haya una falta persistente de demanda real de productos industrializados.

La convicción moral (de Keynes), de que el mundo puede ser mejorado a través de la acción pública, de la acción gubernamental. Keynes, había bebido de la corriente ética de su amigo G. E. More, que pensaba que "cuanto más rápido se pudiera obtener que el sistema cumpliese su promesa de generar riqueza para todos, más pronto estaría la humanidad en disposición de disfrutar de la buena vida", que consistía en valorar el presente sobre el futuro, los fines sobre los medios, lo bueno sobre lo malo. Resolver el problema económico era una condición necesaria, aunque no suficiente, de la civilización.   John Maynard Keynes alguna vez llamó a los economistas «custodios, no de la civilización, sino de la posibilidad de civilización». Desde entonces a los economistas se los prepara para fomentar la posibilidad de civilización en la economía global, debe entender que:...4

Skidelsky escribió una especie de segunda parte, titulada El regreso de Keynes (2009), que argumentó así:
—El economista John Maynard Keynes vuelve a estar de moda. El guardián de la ortodoxia del libre mercado, el Wall Street Journal, le dedicó un reportaje a toda página el 8 de enero de 2009. La razón es evidente. La economía global está en recesión: los "paquetes de medidas de estímulo" constituyen el último grito. Pero la importancia de Keynes no estriba en su condición de progenitor de políticas de «estímulo». Los gobiernos han sabido cómo «estimular» economías enfermizas —por lo común mediante la guerra-—, suponiendo que hayan sabido algo. La importancia de Keynes radica en el hecho de que tenía que proporcionar una «teoría general» que explicase cómo caen las economías en esos agujeros e indicara las políticas  e instituciones necesarias para mantenernos fuera de ellos. En la actual situación es mejor no tener ninguna teoría que tener una mala teoría, pero es mejor tener una buena teoría que no tener ninguna. Una buena teoría pude ayudarnos a evitar respuestas impulsadas por el pánico y darnos una percepción de las limitaciones de los mercados y de los gobiernos.

Alfred Marshall calificó la economía moderna de «organon», palabra griega que significa herramienta, para indicar que más que un conjunto de verdades era un «motor de análisis» diseñado para alcanzar la verdad y, como la propia palabra indica, un instrumento que nunca sería absolutamente perfecto sino que requeriría continuas mejoras, adaptaciones e innovaciones. Uno de sus discípulos, John Maynard Keynes, consideraba la economía un «aparato de la mente» cuyo cometido, como cualquier otra ciencia, era analizar el mundo moderno y aprovechar al máximo sus posibilidades.  Se trata de hombres y mujeres con «la cabeza fría pero con calidez de corazón», que contribuyeron a dar forma al «motor» de Marshall e introdujeron innovaciones en el «aparato de la mente» keynesiano. Personajes que, apoyándose en su experiencia, su personalidad y su talento, se enfrentaron a las circunstancias de su lugar y de su época planteando nuevas preguntas y proponiendo nuevas respuestas.
Todos, desde entonces, buscaron un instrumento intelectual que permitiera resolver lo que Keynes denominó «el problema político de la humanidad: cómo combinar tres principios: la eficiencia económica, la justicia social y la libertad individual».
Roy Harrod, el primer biógrafo de Keynes, cuenta que esta figura proteica veía a los artistas, los escritores, los coreógrafos y los compositores como «los custodios de la civilización», mientras que a los teóricos de la economía, como él mismo, les atribuía un papel más humilde pero no menos necesario: ser «los custodios, no de la civilización, sino de la posibilidad de civilización». Gracias en buena parte a estos custodios, la idea de que las nueve décimas partes de la humanidad podían salvarse del destino ancestral que les estaba reservado se asentó en el Londres victoriano; y desde allí, esta idea se extendió como las ondas en la superficie de un estanque hasta transformar las sociedades de todo el mundo.

Mientras que, un estudiante de ingeniería económicaes formado (en las Facultades Académicas del mismo nombre), con ciertas cualidades que deben emplearse en la resolución de problemas (que no son ni conocimientos de hechos reales, ni habilidades. En conjunto constituyen lo que se describe mejor como una actitud o punto de vista del ingeniero6, como es el caso de los ingenieros economistas de la UNI, para actuar proactivamente7, para el cambio estructural8, para alterar el statu económico9/10; interactuando con sus pares (los demás ingenieros) con los que ha compartido asignaturas, aulas, profesores, laboratorios, prácticas profesionales...  Es por eso que la actitud del ingeniero economista, al igual que todo ingeniero, ha sido preparado para asumir el pleno control de su conducta de modo activo, lo que implica la toma de iniciativa en el desarrollo de acciones creativas y audaces para generar mejoras, haciendo prevalecer la libertad de elección sobre las circunstancias del contexto. Como todos sabemos: la proactividad no significa únicamente tomar la iniciativa, sino asumir la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan; decidir en cada momento lo que queremos hacer y cómo lo vamos a hacer 11.


Por otro lado, podemos entender que ciertos economistas observan una actitud negativa frente a la ingeniería económica.
Así, si leemos detenidamente (el aparente  dilema, mostrado a continuación), nos resultará fácil comprender la diferencia de las actitudes y aptitudes de ambas profesiones, como lo indicamos:
 Ciertos economistas creen que la ciencia económica (por ser una ciencia) apoya a la ingeniería para que ésta contribuya al desarollo económico; los ingenieros (sin ser antagónicos), considera que para que la economía logre el desarrollo, mejor dicho obtenga logros, es necesario del apoyo de la ingeniería.
Esto no constituye un dilema para los ingenieros, dado que ellos entienden claramente que el desarrollo (en general) es ontológicamente sistémico 12: No se trata de que una profesión es superior a la otra, como creen ciertos economistas (no todos, por su puesto) como  el economista Ph. D Adolfo Figueroa. Bastaría con hacer una analogía respecto al avance de la medicina que, gracias a los laboratorios (instrumentos, herramientas..,) generados (como logro de la ingeniería, no de la medicina misma), se  dan grandes saltos en las ciencias médicas. A propósito, cabe recalcar que ni los médicos ni los ingenieros, sostienen que existe una ciencia propia y absoluta de su profesión, como sí creen los economistas.
Todo esto muestra la diferencia de actitud y aptitud de cada una de las profesiones.
Veamos el caso de Adolfo Figueroa  -considerado por sus colegas y alumnos como el único economista que hace teoría económica (en el Perú)13-, en su artículo “Ciencia y desarrollo: el papel de la ciencia económica”14
Parte de la siguiente premisa:
En general, las ciencias afectan el desarrollo a través de la ingeniería.

Pero comete el error al concluir que:

“La economía del desarrollo no es ciencia sino ingeniería económica.”

Éste economista (prestigiado gracias al efecto mateo15, sostiene que un economista que se ocupa del tercer mundo es usualmente considerado un economista de segundo nivel; es un economista que aplica las teorías de la economía estándar a los problemas del tercer mundo; por lo tanto, cree que la economía del desarrollo no es ciencia sino ingeniería económica. Su artículo empieza afirmando que:  El primer mundo se dedica a desarrollar las ciencias y el tercero a aplicarlas a sus problemas de desarrollo, es decir, a la ingeniería. Esta división del trabajo les parece a todos muy natural y eficiente. Sin embargo, este regla puede funcionar bien para las ciencias que, como la física y la química, son a históricas. El trabajo argumenta que la ciencia económica ha contribuido poco al desarrollo debido precisamente a esta regla. La historia de las políticas económicas en el tercer mundo es la historia de los fracasos de los gobiernos para generar desarrollo. Este fracaso se refleja en la falta de convergencia entre el primer mundo y el tercer mundo. ¿Complejo de inferioridad?
En cuanto a las aptitudes 16: Los ingenieros economistas se encuentra aptos para lograr la "eficacia"; los economistas, para la "eficiencia". Dicho en otros términos: La innovación constituye el principio básico de la "Ingeniería Económica", mientras que para los economistas, la innovación está fuera del sistema: es considerado.

NOTAS
(1) Podemos pensar que lo más importante que tenemos son nuestras aptitudes es decir, nuestras capacidades, experiencia y conocimientos. Es importantísimo, claro está, pero también hay una cosa que lo es tanto (o más) y que a veces pasamos por alto: nuestra actitud. La actitud es normalmente lo que determina que te elijan en un puesto de trabajo o no lo hagan. En muchísimas ocasiones, gran parte de los candidatos que se postulen al mismo puesto que tú tendrán una formación similar a la tuya e incluso una experiencia parecida. Y ahí está la clave: la actitud de cada candidato es lo que marca la diferencia. Las aptitudes son necesarias, pero una actitud positiva, proactiva y entusiasta es vital para conseguir el trabajo de nuestros sueños. Durante la entrevista de trabajo, e incluso antes cuando les hagas llegar tu CV, tienes que demostrar esa buena actitud y predisposición. Dile a la empresa qué puedes ofrecerle tú que el resto de candidatos no pueden. Qué mejorarías en su empresa. Qué tienes para darles. Puedes incluso dar ideas que podrías aplicar si te contratasen. A las empresas llegan decenas de currículums diarios, así que plantéate qué actitud quieres tomar de cara a las empresas. Puede que tu CV sea impecable pero… ¿y si no te llaman? Puede que tú mismo tengas la solución entre las manos.
(2) El concepto de la economía de mercado reconoce que ciertas necesidades no son satisfechas por el mercado. Esto, en parte, se debe a la imposibilidad de establecer una competencia del lado de la oferta (en el caso de los así llamados monopolios "naturales"). Otra causa es que no se da una demanda individual, porque el beneficio no se puede limitar al adquiriente de la prestación respectiva (ejemplos: investigación básica, infraestructura pública, formación de recursos humanos, seguridad pública). Una tercera causa, que es de suma importancia en países menos desarrollados y a la cual los teóricos de la economía social del mercado han dado más bien poca atención, puede consistir en la falta de capacidad empresarial para responder a los deseos de los consumidores o a las oportunidades del mercado externo. En todos estos casos es el Estado quien deberá hacerse cargo de las actividades económicas correspondientes, ya sea actuando como empresario sustitutivo o subsidiando o regulando a oferentes privados. También para esta función estatal se constata que la dificultad fundamental radica en la concretización : ¿Dónde estamos - objetivamente hablando - ante una falla del mercado? ¿En que casos, en cambio, una falla es simplemente presumida, por ejemplo porque ciertos servicios han sido tradicionalmente estatales? Por consiguiente, el concepto de la economía social de mercado no puede evitar que en este punto se abra otra puerta a intervenciones estatales indebidas en la economía. http://library.fes.de/fulltext/stabsabteilung/00074.htm
(3) El Estado y el manejo de la macroeconomía: Tal como ya lo criticara hace mucho Friedrich Hayek, considerado hoy en día como ideólogo líder del neoliberalismo, el paradigma de la economía social de mercado tiene un carácter curiosamente estático. Los procesos macroeconómicos no juegan en ella un papel de mayor importancia. Los autores del modelo solo le han dedicado alguna consideración a la conducción de estos procesos en cuanto a que las orientaciones básicas debían ser las correctas: libre formación de precios, para que se despejen los mercados; aseguramiento de la estabilidad de precios, para evitar distorsiones inflacionarias en el proceso de asignación de recursos; incentivos para el ahorro, para facilitar la formación de capital y con ello el crecimiento económico. En ese modelo estático o, mejor dicho, constante, no le correspondía ninguna función de dirección macroeconómica a la política financiera del Estado. Las finanzas del Estado debían ser sólidas y la contratación de créditos por parte del Estado debía mantenerse dentro de los limites de un prefinanciamiento de inversiones que más tarde arrojarían un rendimiento tributario. Apenas en la década de los sesenta, la política económica alemana se dio por enterada de la tesis keynesiana, ya ampliamente aceptada en aquel entonces, de que la política financiera estatal podía influir de manera definida en el nivel general de la demanda en una economía. A partir de ese momento, la estabilización de la coyuntura económica por medio de una política financiera anti cíclica se convirtió en una tarea explícita del Estado, lo cual no implicaba romper con la idea de orden propia de la economía social de mercado, pero si la complementaba de manera significativa. Pero la noción de la política anticíclica debe ser ampliada si se quiere comprender adecuadamente el papel que le correspondía al Estado en las democracias occidentales de bienestar en las décadas de la posguerra. Los estados bienestar de aquellos anos que más tarde se llamaron los "dorados" funcionaban a base de un síndrome de elementos funcionalmente vinculados entre si. Y se esperaba del Estado que velara por el buen funcionamiento de este síndrome que consistía en la conjunción de una producción relativamente estandarizada, una demanda creciente de masas, una tasa alta y estable de inversiones, y un creciente nivel salarial, hecho posible a su vez por una productividad creciente. El síndrome rendía un rápido crecimiento económico que facilitaba el (casi) pleno empleo a pesar del crecimiento rápido de la productividad. En el pleno empleo se basaba a su vez la efectividad del estado bienestar. Las condiciones políticas del funcionamiento del síndrome eran: fuerza laboral con alto poder de negociación, política económica enfocada a la estabilidad del ciclo económico, seguridad social efectiva para minimizar conflictos y para estabilizar adicionalmente la demanda. Estas condiciones se establecieron entre otras razones, gracias a que los empresarios y dueños del capital las aprobaron por su propio interés. En este contexto a veces se suele hablar o de un consenso o de un compromiso de clases. Posiblemente debe mencionarse como otra condición funcional de tipo político la liberalización del comercio exterior con la finalidad de crear un sistema de intercambio económico amplio y viable. Porque este síndrome políticamente estabilizado de reforzamiento mutuo de producción, ingreso, demanda e inversión caracterizo todo el mundo de la OCDE en su conjunto, pero no necesariamente a cada uno de los países. La economía gérmano-occidental, en particular, se integro a este gran circuito de la OCDE con una marcada orientación hacia la demanda externa. Para el funcionamiento del síndrome no tenía importancia decisiva la maximización de la eficiencia alocativa (es decir de la asignación de recursos), tal como esta en primer plano en el proyecto de ordenamiento de la economía social de mercado. El bienestar de masas que genero se basaba, por un lado, en su dinámica acumulativa y productiva y por el otro, en su elevada resistencia a las crisis. Así pudo afrontar sin mayores problemas una cierta ineficiencia estática a causa de una asignación subóptima de recursos. Según este enfoque, el aseguramiento de la competencia en todos los mercados era más bien una función secundaria del Estado. Y más aun, el aseguramiento de la estabilidad del ciclo económico y del consenso social en que se basaba todo el sistema, bien podían justificar alguna que otra contravención al ordenamiento de la economía de mercado.  http://library.fes.de/fulltext/stabsabteilung/00074.htm
(4)  John Maynard Keynes alguna vez llamó a los economistas "custodios, no de la civilización, sino de la posibilidad de civilización". Desde entonces a los economistas se los prepara para fomentar la posibilidad de civilización en la economía global, debe entender que: 1) Las fallas más sobresalientes de una sociedad empresarial son su incapacidad para proporcionar empleo pleno y sostenido y su arbitraria y desigual distribución del ingreso y la riqueza. 2) La incapacidad de ofrecer pleno empleo no se debe a las imperfecciones del mercado por el lado de la oferta, como pueden ser los monopolios o salarios nominales rígidos. De ahí que las políticas formuladas para: a] aumentar los salarios y la flexibilidad en el tipo de cambio, y b] liberar los mercados financieros no resuelvan per se el problema del desempleo, e incluso lo pueden agravar. 3) Es responsabilidad de los gobiernos "ejercer una influencia orientadora" en las decisiones de gasto privado para garantizar que nunca haya una falta persistente de demanda real de productos industrializados. Los presupuestos operativos de los gobiernos deben estar equilibrados. Si el gasto privado no es capaz de ofrecer pleno empleo, el gobierno debe incurrir en déficit en su cuenta de capital con el fin de emplear recursos para aportar, con ayuda de la iniciativa privada, medios productivos adicionales. 4) La existencia de trabajadores desempleados y una excesiva capacidad ociosa son un intolerable "escándalo público por los recursos desperdiciados". La causa última de tal escándalo se anida en la debilidad humana de la especulación y una obsesión por la liquidez. En consecuencia, una condición necesaria para resolver el problema del desempleo implica: a] mitigar la especulación financiera desestabilizadora, garantizando mercados financieros ordenados, y b] proporcionar de manera barata toda la liquidez que los empresarios requieran porque, como dijo Keynes, "el crédito bancario es el camino por el que viaja la producción; si los banqueros conocieran sus obligaciones, proporcionarían facilidades de transporte en !ajusta proporción en que se requieren para que el poder productivo de la comunidad se pueda emplear a toda su capacidad". 5) La liquidez es un arma de dos filos. El lado filoso positivo consiste en que, en la medida en que exista un mercado ordenado y bien organizado en que los activos financieros se puedan realizar con agilidad, el mercado financiero líquido alienta a los ahorradores a proporcionar financiamiento a los empresarios mediante inversiones duraderas que los ahorradores no respaldarían si su inversión no fuera líquida. Los mercados líquidos llevan a los inversionistas a pensar que pueden tener una estrategia de salida rápida para realizar su inversión en el momento en que no estén satisfechos con la forma en que se desarrollan las cosas. Sin liquidez el riesgo de financiar inversiones sería intolerable para el accionista minoritario. El lado negativo del arma es que si se desarrolla una opinión bajista, la consecuente demanda de liquidez obstaculiza la producción de nuevas inversiones, aun cuando los recursos reales estén ociosos y listos para ser empleados. El mensaje básico de la Teoría general es que demasiada demanda de liquidez puede impedir que recursos reales ahorrados (esto es, inutilizados o involuntariamente ociosos) puedan ser empleados para expandir los activos productivos de la economía. Keynes utilizaría estos cinco principios para formular políticas que promovieran la posibilidad de civilización en el Reino U nido y en la comunidad global de la posguerra.
(5) El estudiante de ingeniería es entrenado para lograr por la acción de su formación académica y la progresiva adquisición de experiencia, que el ejercicio de la profesión le permite adquirir, el siguiente perfil profesional: 1. Tendrá conocimientos sólidos de las ciencias básicas constituidas por la matemática, la física y la química, ello le dará rigor lógico a sus juicios y capacidad para abordar las ciencias de la ingeniería, eslabón necesario entre las ciencias básicas y las tecnologías. 2. Analizará los fenómenos naturales comprendidos en su especialidad, como así también los aspectos económicos, jurídicos y sociales inherentes a su profesión, de forma de proponer, desarrollar y dirigir las transformaciones tecnológicas correspondientes a sus proyectos. 3. Será capaz de concebir proyectos, aplicando criterios de diseño, cálculo, medición, construcción, operación y mantenimiento de sistemas propios de su especialidad. . Desarrollará el enfoque sistémico en el tratamiento de un problema, para comprender plenamente la interacción de todos los elementos involucrados en él, aplicando un enfoque integral, ético, social, técnico, económico y ecológico 5. Será capaz de participar o dirigir investigaciones en los campos de la ciencia aplicada y de las ciencias puras, sea para lograr desarrollos originales como para mejorar los existentes. Tendrá asimismo, los atributos para cumplir una carrera en la docencia. 6. Poseerá sólidos conocimientos sobre Administración de la Gestión Empresaria, lo que involucra poder dominar la previsión, el planeamiento, la organización, la conducción y el control de las organizaciones puestas bajo su dirección. 7. Logrará un nivel de conocimientos y habilidad suficientes para utilizar a la informática en los procesos de toma de decisiones y en el diseño y administración de sus proyectos. 8. Poseerá conocimientos adecuados sobre la administración de recursos escasos. Ellos le ayudarán a evaluar económicamente las soluciones técnicas propuestas. 9. Desarrollará un elevado nivel de creatividad, racionalidad e iniciativa en la aplicación de los recursos humanos, naturales, físicos, técnicos, financieros y de información puestos bajo su responsabilidad, de forma de lograr los mejores resultados esperados de los mismos. 10. Poseerá conocimientos adecuados sobre la naturaleza del hombre como persona, para poder comunicarse en ambientes culturales variados y encontrar la forma de ejercer un natural liderazgo de los grupos que deba conducir. 11. Será sensible a los cambios del contexto, capaz de pensar por si mismo y aplicar su pericia, independientemente del área donde se desempeñe. Sabrá utilizar sus conocimientos para desarrollar enfoques creativos frente a los problemas, que le permitan lograr soluciones específicas adaptadas a cada circunstancia. 12. Sabrá integrarse a grupos interdisciplinarios de trabajo, teniendo en claro el rol que como ingeniero le competerá en los mismos. 13. Deberá expresarse en forma oral y escrita correctamente tanto en español como en inglés. 14. Tendrá una buena capacidad de análisis y síntesis y una actitud de comprobación sistemática de la validez de los supuestos sobre los cuales se basen sus afirmaciones.
(6)  Actitud del Ingeniero: servir a la sociedad como un experto en relación con un cierto tipo de problema relativamente complicado. Ciertas cualidades que deben emplearse en la resolución de problemas no son ni conocimientos de hechos reales, ni habilidades. En conjunto constituyen lo que se describe mejor como una actitud o punto de vista del ingeniero. Cultivar una actitud interrogante y una curiosidad del cómo y el por qué de las cosas permitirá a los ingenieros obtener mucha información útil y numerosas ideas aprovechables. El dudar de diversos hechos, requisitos, características etc. para hacer que se prueben por sí mismos, especialmente cuando son asuntos o conceptos muy arraigados, realmente puede resultar muy provechoso. Además habrá que afrontar muchas situaciones que deben su existencia a la costumbre más que a la razón. Al hacer frente a prejuicios, presiones y tradiciones, hay que esforzarse en tener objetividad al realizar evaluaciones y tomar decisiones.
Se espera que un ingeniero asuma una verdadera actitud profesional hacia su trabajo, hacia la gente a la que sirve, hacia sus colegas etc, en la manera tradicional de las profesiones.
La obligación profesional comprende algo más que limitarse a vivir de acuerdo con la confianza depositada por aquellos a quienes sirve y que resultan afectados por las obras realizadas. Incluye también:
• Insistencia en considerar a fondo un proyecto hasta tener una solución bien fundamentada.
• El deseo de sostenerse en esa solución, con el objeto de aprovechar la experiencia que tuvo con ella.
• La firme voluntad de mantenerse informado de las mejores prácticas o procedimientos y de los últimos adelantos, y utilizarlos.
• Un sentido de responsabilidad hacia los colegas que se manifiesta en las acciones.
• Mantener en estricta reserva las ¡deas no patentadas, los procesos secretos, los métodos de características únicas o especiales etc.
• Un anhelo de contribuir al mejoramiento de la humanidad mediante obras y consejos.
Para determinar el valor que se pueda tener como ingeniero, será de mucha importancia poseer una mente abierta hacia lo nuevo y diferente. Una mente flexible es una gran ventaja. Hay que ser receptivo a las nuevas teorías, a las nuevas ideas y a las innovaciones en la técnica. (http://www.ingenieria.unam.mx/~guiaindustrial/entorno/info/4/4.htm)
(7) La proactividad es un concepto de trabajo y organizaciones, acuñado por el neurólogo y psiquiatra austriaco Victor Frankl, que sobrevivió a los campos de concentración nazis, en su libro El hombre en busca de sentido (1946). Años después el término se popularizaría en muchos libros de autoayuda, desarrollo personal y empresarial gracias al best-seller Los siete hábitos de las personas altamente efectivas del autor Stephen R. Covey.
(8) El cambio estructural de una economía se refiere a un cambio en la estructura fundamental notable que afecta a largo plazo, a diferencia de cambios a microescala o cambios en el corto plazo de la producción y del empleo. Por ejemplo, una economía de subsistencia es transformado en una economía de manufactura, o una economía regulada mixta es liberalizada. Un cambio estructural en la economía mundial es la globalización. Fisher (1939)1​ y Clark (1940)2​ observan los patrones en cambios en el empleo sectorial. La lógica de sus argumentos dicen que los patrones de producción son funciones del nivel de ingreso y que los cambios en los recursos y la producción son una parte integral del desarrollo. El mayor determinante de estos cambios es la elasticidad ingreso de la demanda. Bienes o sectores en los que hay una alta elasticidad ingreso de la demanda crecerá en importancia a medida que el ingreso crece. Los países comienzan con una producción dominada por la producción primaria, luego las actividades secundarias comienzan a dominar y luego el sector terciario dominará la economía. Se refiere al proceso estratégico cuyo fin es propiciar un conjunto de transformaciones de la estructura económica y en la participación social, a través de cambios de fondo que corrijan desequilibrios estructurales fundamentales del apartado productivo y distributivo. "Marx parte de la consideración de que la totalidad existente está en permanente cambio. El universo, la naturaleza, la sociedad, el hombre, etcétera, están cambiando; sufren cambios en muchas ocasiones imperceptibles, pero en otras bastante claros y evidentes. También considera que los cambios se deben a fuerzas endógenas. Por tanto, la explicación de los cambios sociales deben buscarse en el interior de esas mismas sociedades, especialmente los cambios que se producen en su estructura económica. Para el marxismo, en uno de los elementos que conforman la base económica, se producen de manera permanente cambios. Este elemento dinámico lo denomina fuerzas productivas, y están formadas por los hombres y los instrumentos de trabajo, la maquinaria, la tecnología y todos los elementos materiales e intelectuales que intervienen en la producción."3​ El cambio estructural puede ser iniciado por políticas o por cambios permanentes en los recursos, población o la sociedad. La caída del comunismo, por ejemplo, es un cambio político que ha tenido implicaciones que han alcanzado a las economías dependientes de la economía manejada por el estado de la Unión Soviética. El cambio estructural involucra obsolescencia de habilidades, vocaciones y cambios permanentes en el gasto y producción resultando en desempleo estructural. Los cambios económicos en el corto plazo pueden ser manejados en el corto plazo con políticas fiscales o monetarias, y se espera que las fluctuaciones se estabilicen en unos pocos años. Manejar cambios estructurales requiere de inversiones a largo plazo como la educación, reformas que incrementen la movilidad labor Cambio estructural se refiere al proceso estratégico cuyo fin es propiciar un conjunto de transformaciones en la estructura económica y en la participación social a través de cambios de fondo que corrijan desequilibrios estructurales fundamentales del aparato productivo y distributivo . Cambio coyuntural: ocurre cuando por condiciones externas o internas se promueve una modificación en la estructura productiva que no a podido Obtener resultados favorables para el desarrollo económico, se caracteriza por tipo de circunstancias, que generen mejoras sociales por períodos relativamente cortos. Referencias: (1) Fisher, A (1939) Production: Primary, Secondary and Tertiary, Economic Record, June (2) Clark, C (1940) The Conditions of Economic Progress. (3) Benítez Castanedo, Francisco (2007). Estructura socioeconómica de México. p. 17. (https://es.wikipedia.org/wiki/Cambio_estructural_(Econom%C3%ADa)) En este respecto, Schumpeter, comienza con la afirmación de que el problema central de la economía no es el equilibrio sino el cambio estructural. Esto llevó luego al famoso teorema de Schumpeter sobre el innovador como el verdadero sujeto de la economía. Proceso estratégico que persigue propiciar un conjunto de transformaciones en la estructura económica y en la participación social, a través de cambios de fondo que corrijan desequilibrios estructurales fundamentales del aparato productivo y distributivo tales como: la falta de ahorro interno y los desequilibrios de la balanza de pagos, modernización del aparato productivo y distributivo; descentralización de actividades productivas y de bienestar social; orientar el financiamiento a las prioridades del desarrollo; fortalecer al Estado impulsando al sector privado y social; saneamiento de las finanzas públicas, y preservar, movilizar y proyectar el potencial de desarrollo nacional, entre otros. Se trata de un proceso de mutación que revoluciona la estructura desde adentro: Schumpeter desarrolla de diferente forma su idea clave de “destrucción creativa” sosteniendo que la creación de nuevas combinaciones da lugar a un aumento de la variedad en la población de firmas que compiten en términos de productos ofertados, métodos de producción y formas organizacionales. Esta dinámica genera una elevada heterogeneidad tanto de las tasas de beneficio como de las productividades de las firmas. A partir de que emergen estas nuevas combinaciones tiene lugar un proceso de selección que termina desplazando del mercado a los agentes –responsables o no– que no pueden imitar las nuevas combinaciones. La creación de éstas antecede a la destrucción que se deriva del proceso de selección del mercado: se trata “de un proceso de mutación que revoluciona la estructura desde adentro” (Schumpeter, 1942:121)
(9) El statu quo es el estado o la situación de algo en un cierto momento. Por lo general se considera el statu quo como un equilibrio o una armonía: por eso, cuando se altera el statu quo, existe un estado de agitación o conmoción. Es muy importante cuidar la ortografía al escribir palabras o expresiones extranjeras, tanto como para las de nuestro propio idioma, ya que una pequeña variación puede alterar completamente el significado o bien dar como resultado un término inexistente. El caso de “status quo” en lugar de statu quo es uno de los muchos ejemplos de errores al usar expresiones latinas, como decir “por motus propio” en lugar de motu propio, o “a grosso modo” en vez de grosso modo. La expresión suele emplearse en el ámbito de la política, en especial de la política internacional. Un analista puede afirmar que el régimen comunista de Cuba, que se encuentra en el poder desde hace más de medio siglo, se esfuerza por mantener el statu quo. La intención de las autoridades, en este sentido, es que no se modifique la distribución del poder. Los opositores al gobierno, en cambio, desean cambiar el statu quo para que en Cuba haya otro “orden” o “equilibrio”. La nueva comisión directiva de un club, por su parte, puede tratar de modificar el statu quo de la institución. Durante años, en la entidad no se invirtió dinero en obras ni se trató de sumar nuevos socios. Los flamantes directivos, ante esta realidad, deciden solicitar un crédito para construir un nuevo gimnasio y comienzan a desarrollar una campaña para captar socios, alterando el statu quo del club. Esta expresión también podemos apreciarla en otra muy conocida por los estudiosos de la lengua latina: statu quo ante bellum. Su traducción más aceptada es “el estado en el que se encontraba todo antes de la guerra” y se trata de un principio que se usa en tratados internacionales para hacer alusión a la retirada de tropas del campo de batalla para retomar la situación que tenía lugar antes de un enfrentamiento determinado. https://definicion.de/status-quo/ Como tendencia general, los defensores del statu quo son quienes tienen el poder y consideran que la situación no debe modificarse y cualquier propuesta contraria es considerada como una amenaza o un peligro que puede romper la armonía. En cambio, los grupos de la oposición normalmente cuestionan el statu quo. En este sentido, hay un mensaje implícito entre los partidarios de preservar el statu quo, que vienen a decir que es mejor no tocar las cosas, que todo continúe igual y que los cambios son peligrosos. Este mensaje oculto pero evidente tiene su lógica, ya que es en la diplomacia internacional donde se emplea comúnmente esta locución y, como es sabido, la diplomacia tiene intereses reales y otros ocultos.
(10) El cambio social incluye aspectos como el éxito o fracaso de diversos sistemas políticos y fenómenos como la globalización, la democratización, el desarrollo y el crecimiento económico. Es decir: el cambio social consiste en la evolución de las sociedades, desde cambios a gran escala hasta pequeñas alteraciones. El cambio social es una alteración apreciable de las [estructura social|estructuras sociales], las consecuencias y manifestaciones de esas estructuras ligadas a las normas, los valores y a los productos de las mismas. El estudio del cambio social comprende la determinación de las causas o factores que producen el cambio social. El término es relevante en estudios dedicados a historia, economía y política, y puede abarcar desde conceptos como revolución y cambio de paradigmas hasta cambios superficiales en una pequeña comunidad. La idea de progreso y la idea de innovación son conceptos que deben incluirse en el análisis. El cambio social incluye aspectos como el éxito o fracaso de diversos sistemas políticos y fenómenos como la globalización, la democratización, el desarrollo y el crecimiento económico. Es decir: el cambio social consiste en la evolución de las sociedades, desde cambios a gran escala hasta pequeñas alteraciones. El estudio del cambio social suele considerarse una rama de la sociología y la asistencia social, pero también atañe a las ciencias políticas, económicas, a la antropología y a muchas otras ciencias sociales. En la mayoría de los adolescentes, los conflictos con los padres suelen estar relacionados con temas de la vida cotidiana, como las tareas domésticas, los estudios, los horarios, las amistades, etc. Al final de la adolescencia, el conflicto es más probable cuando se trata de temas relacionados con el consumo de alcohol o la sexualidad. Por lo general, la discordia aumenta a comienzos de la adolescencia, se estabiliza hacia la mitad de esta etapa y disminuye después de que el adolescente ha alcanzado los 18 años. Las personas pueden adherirse conscientemente a las tesis del cambio social. En este contexto, la expresión "cambio social" adquiere otro significado. Se refiere a las acciones en defensa de una causa que pretende cambiar alguna regla o convención de la sociedad, ya sea para satisfacer los intereses de un determinado grupo social, ya sea con la intencionalidad de "mejorar" la sociedad en su conjunto. Los cambios sociales han sido influidos de forma latente, ya no solo a través de los medios masivos de comunicación conocidos anteriormente o de eventos sociales relevantes que infundían a cambios de ideologías, sino a través de redes sociales y demás herramientas que la web proporciona, de tal forma que los cambios que anteriormente llevaban años para realizarse, ahora evolucionan y se desarrollan a velocidades pensadas como imposibles en otros tiempos. https://es.wikipedia.org/wiki/Cambio_social Un ejemplo, para nuestro caso: Para que se convierta una invención en una innovación, debe implicar un cambio en la sociedad. La versión inglesa de la definición de innovación, hacen más hincapié en la aplicación exitosa, es decir en que la invención sea utilizada por la sociedad, que suponga un cambio en la misma y no tanto en el éxito comercial (hay innovaciones que no han tenido éxito comercial porque no son productos comercializables). La definición de innovación según la wikipedia es: Innovación es la aplicación de nuevas ideas, conceptos, productos, servicios y prácticas, con la intención de ser útiles para el incremento de la productividad.
(11)  Ejemplo, frente a la escasez el ingeniero. cambia ese estado "A" inicial a otro estado "B" donde desaparece (la escases) y si continua llegará a la abundancia; nuevos estados que según los economistas tienen mayor valor ¿Verdad? Si con estos cambios se han logrado aumentar (el valor anterior), entonces, con esto estaríamos demostrando que la ingeniería es la que hace crecer el valor, y por lo tanto, la que genera la riqueza. Pero si el cambio no genera más valor no es Ingeniería Económica, pero no por ello deja de ser ingeniería (tradicional). Ejemplo: Al construir Centrales hidroelectricas1 para la generación de energía eléctrica, estaríamos desapareciendo la escasez de energía electrica. Ahora bien, si al llevar esta energía a un lugar lejano donde existen recursos para construir un Centrales hidroelectrica de costos menores no sería económico, pero no dejaria de ser ingeniería (tradicional). Como se puede ver: por más que se hubiere utilizado los principios de la "Ingeniería económica tradicional", no es rentable económicamente. Sin embargo un estudio de factibilidad talvez lo habría detectado antes, ¿verdad?
(12) El sistemismo es la corriente filosófica desarrollada por el epistemólogo argentino Mario Bunge que establece que todo es un sistema o un componente de un sistema. Para Bunge todas las ciencias, salvo la física, estudian sistemas de alguna clase, la biología estudia biosistemas, la sociología sociosistemas y la tecnología tecnosistemas. Bunge, M. (2012) Tratado de filosofía. Vol. IV, Ontología 2: Un Mundo de Sistemas. Barcelona: Editorial Gedisa.   El enfoque científico tradicional consideraba que el carácter o la naturaleza de una entidad particular, determinaba la forma como ésta actuaba y se relacionaba con otras. Ello resultaba, por lo demás, consistente con el presupuesto metafísico que postulaba que el ser de una entidad, define la acción y el tipo de relaciones que ella despliega. Desde el enfoque sistémico este supuesto es cuestionado. Sin desconocer que el carácter de una entidad incida inicialmente en sus relaciones, no es menos cierto que las propias relaciones que ella establece puede modificar muy profundamente el carácter inicial de la entidad. Para quienes provenían de la lingüística, la hermenéutica y la filosofía del lenguaje, esta premisa resultaba muy fácil de aceptar. Se reconocía sin dificultad el poder transformador que podían ejercer una conversación, la lectura de un determinado texto, una interacción pedagógica en una sala de clases, etc. Sostener, como lo hacemos, que somos seres conversacionales, seres que operamos en el lenguaje, implica reconocer precisamente eso. La capacidad de lenguaje no es un atributo de los individuos, como lo es el respirar. El lenguaje es relacional. Emerge y se desarrolla en las interacciones que los individuos mantienen entre sí. En el dominio de las ciencias, las distorsiones se expresaron como dificultades para explicar adecuadamente determinados fenómenos. Entre tales dificultades, cabe mencionar, por ejemplo, el comportamiento que muchos de ellos registraban en el transcurso del tiempo. También, la capacidad de entender situaciones altamente complejas, debido a la multiplicidad de factores que en ellas intervenían, como sucedía, por ejemplo, con las condiciones meteorológicas, No se entendía por qué, a partir de una cierta velocidad, los fluidos alteraban su comportamiento uniforme anterior y desarrollaban turbulencia. Había, asimismo, un conjunto de condiciones biológicas que no lograban ser adecuadamente explicadas. En fin, las dificultades se multiplicaban. Fue en el dominio del desarrollo científico donde se encontró un camino para hacerse cargo de estos problemas, dando lugar al nacimiento de lo que hoy conocemos como el enfoque sistémico. Una vez que ello se produce, éste se extenderá no sólo al conjunto de las disciplinas científicas, sino también a otras modalidades de conocimiento. Hay quienes sostienen que el enfoque sistémico ha perdido la relevancia que tuvo en un determinado momento, dado que ya no se habla de él como se hacía antes. Pero esto último es sólo la expresión de su éxito. En la actualidad, el enfoque sistémico se ha impuesto en todas las disciplinas científicas y, si bien es posible que se hable menos de él, ello es por cuanto está plenamente asumido y ha devenido práctica común tanto en la enseñanza, como en el propio quehacer científico. No así, sin embargo, fuera de dicho quehacer. Nuestro sentido común dista todavía de asumir plenamente una mirada sistémica. De allí la importancia de abordar este tema de manera específica y de comprender lo que caracteriza a esta mirada. Para entender el enfoque sistémico es conveniente situarse en el curso del desarrollo de las ciencias. Para hacer es primero importante reconocer el impacto histórico que tuvo el nacimiento de las explicaciones científicas. A diferencia de todas las demás explicaciones que los seres humanos ofrecían para dar cuenta de lo que sucedía a su alrededor, el quehacer científico alcanzaba lo que ningún otro tipo de explicación lograba producir. Para hacerlo, establecía algunos criterios.
(13) Vver video "Nuevas Tendencias de la Investigación en Economía": 01 Dr Adolfo Figueroa: https://www.youtube.com/watch?v=MudcSgaD2n4
(14)  Documento de trabajo 202 http://www.pucp.edu.pe/economia/pdf/DDD202.pdf; http://departamento.pucp.edu.pe/economia/documento/ciencia-y-desarrollo-el-papel-de-la-ciencia-economica/
(15)  El efecto Mateo ―así denominado por una cita en el evangelio de Mateo que refleja la esencia de la teoría― refiere a un proceso de ventaja acumulativa, que hace al rico más rico y al pobre más pobre. Al amplificar los procesos de acumulación de ventajas y desventajas, el efecto Mateo magnifica inequidades, por ejemplo en el marco de la reputación de los científicos y de la influencia de su trabajo. La del efecto Mateo es otra teoría formalmente postulada por Merton que se inscribe dentro de la categoría de teorías de alcance intermedio.
(16) Es decir, nuestras capacidades, experiencia y conocimientos. La aptitud o "facultad" (del latín aptus = capaz para), en psicología, es cualquier característica psicológica que permite pronosticar diferencias inter-individuales en situaciones futuras de aprendizaje. Carácter o conjunto de condiciones que hacen a una persona especialmente idónea para una función determinada.

Joseph Schumpeter y la síntesis moderna

 

Joseph Schumpeter y la síntesis moderna

 

Teoría democrática 

Joseph Schumpeter y la síntesis moderna 

Godofredo Vidal de la Rosa* 

La contribución de Schumpeter a la teoría democrática consiste en acotar el significado de la democracia al de un método de competencia electoral para formar gobierno. Es llamado un enfoque realista porque reduce las expectativas y habilidad de la ciudadanía para influir en los resultados del gobierno democrático. Reduce el papel de la ciudadanía al acto de votar. Sin embargo, este es el enfoque hegemónico en la ciencia política contemporánea, especialmente la teoría económica de la democracia. Este ensayo examina la consistencia lógica y empírica, y las limitaciones del modelo teórico de Schumpeter. 

Palabras clave: teoría democrática, gobernación democrática, ciudadanía y participación. 

Abstract 

The Schumpeter contribution to modern democratic theory consists in to limit the meaning of Democracy to a mere electoral competition in order to build governments. This model is named realist because dismiss the citizenship expectations and abilities to influence and control the results of democratic governance. It reduces the citizen role to the act to vote. However Schumpeter model is hegemonic in the contemporary political science, especially in the economic theory of democracy. This essay examines the logical and empirical consistency and limitations of Schumpeter theoretical model. 

Key words: democratic theory, democratic governance, citizenship and political participation. 

introducción 

En la historia de las ideas políticas, Joseph Schumpeter, economista austriaco (1883- 1952), tiene un lugar especial. En la teoría democrática se puede hablar de un antes y un después de Schumpeter. Su aporte se considera decisivo en el desarrollo de las teorías del proceso democrático de la ciencia política estadounidense de la posguerra.  

* El autor agradece los amables y constructivos comentarios de los dictaminadores.

Los teóricos de la elección racional1 lo reconocen como su inspirador y recientemente Adam Przeworki se sintió obligado a hacer una defensa de las ideas de este autor, asimilándolas a las del filósofo alemán Karl Popper.2 La teoría democrática elaborada por Schumpeter se ha llamado elitista, procesal, económica, y realista. Pero, sorprendentemente, en la literatura clasificada bajo estos membretes casi nunca se le cita. Su influencia es la de una visión para la teoría económica de la política3 y latente y atenuada en la versión behaviourista o conductista, dominada por el pensamiento estructural funcionalista, acerca del desarrollo político y la democracia4 en la ciencia política del pasado medio siglo. Así que no está de más decir que es una aportación paradigmática, que establece un antes y un después en la teoría democrática. 

Schumpeter era por vocación un político y pensador conservador, pero su trabajo se considera una defensa de la democracia liberal. Era un economista no avezado en las matemáticas sofisticadas que exigía la teoría neoclásica o la marginalista, pero los practicantes de la teoría de la elección racional lo consideran su inspiración. Los economistas literalmente lo han borrado de sus textos y enseñanzas, pero los estudiosos de las organizaciones y los politólogos lo consideran uno de los suyos. 

La obra de este autor es vasta. Su Historia de las ideas económicas5 es considerada el paradigma de la perfección narrativa de la historia de las ideas económicas.6 Sus trabajos sobre las clases sociales y el imperialismo (1965) son igualmente valorados, casi tanto como olvidados. De todo su trabajo, el más recordado y citado está en tres capítulos de un libro escrito en 1942, durante la Segunda Guerra Mundial. De hecho Schumpeter no fue un exiliado, como muchos de los intelectuales europeos que huían del fascismo y el régimen nazi, sino un visitante y residente en la Universidad de Harvard. 

1 Véanse Anthony Downs, An Economic Theory of Democracy, Nueva York, Harper and Brothers, 1957; y Dennis C. Mueller, “Política del gobierno y gobierno corporativo”, Journal of Institutional and Theoretical Economics (JITE), vol. 159 (4), diciembre, Mohr Siebeck, Tübingen. 

2 Véase Adam Przeworski, “Una defensa de la concepción minimalista de la democracia”, Revista Mexicana de Sociología, vol. 59, núm. 3, julio-septiembre, 1997. 

3 Véanse de W.C Mitchell, “Schumpeter and Public Choice, Part I. Precursor of Public Choice?”, Public Choice, 42, 1, 1984a; y “Schumpeter and Public Choice, Part 2. Democracy and the Demise of capitalism: The Missing Chapter in Schumpeter”, Public Choice, 42, 2, 1984b. 

4 Véanse David M.Ricci (1970), The Tragedy of Political Science. Politics, Scholarship and Democracy, New Haven y Londres, Yale University Press, 1984; y Godofredo Vidal de la Rosa, La ciencia política estadounidense. Trayectoria de una disciplina, México, Miguel Ángel Porrúa, 2006. 

5 Joseph Schumpeter, Historia de las teorías económicas, México, 1950. 

6 Véase Randall Collins, The Sociology of Philosophies. A Global Theory af Intellectual Change, Cambridge, Mass., The Belnak Press of the Harvard University Press, 1998.

Ahí paso la última parte de su vida académica, casi desapercibido, mientras se construía, a sus espaldas, el gran edificio de la ciencia política estadounidense.7 Su redescubrimiento fue accidental y post hoc. Simplemente la comunidad de politólogos encontró que Schumpeter decía, en términos muy claros, lo que muchos estaban pensando y no se atrevían a decir: que los fundamentos liberales de la teoría democrática tradicional elaborada en el siglo XIX, eran muy endebles, y que Schumpeter ofrecía una versión defendible, empíricamente, del proceso democrático realmente existente, en especial en Estados Unidos.8 

Este ensayo aborda el hecho de que con todo los años de reflexión sobre la naturaleza de la democracia moderna, los argumentos de Schumpeter siguen siendo el reto a superar. La dificultad no sólo está en la lógica, sino en la fuerza factual de su descripción. 

Como se ha notado,9 Schumpeter ofrece dos teorías del proceso democrático. La primera es la conjetura, en mi opinión, sólo implícita, y que requiere una gran dosis de ingenio para descubrirla, de que la democracia puede ser un proceso progresivo y autoformativo, aun compatible con lo que veía como la inevitable planificación del mercado. Igual que muchos otros pensadores modernos, Schumpeter creía que la democracia era un proceso más o menos inevitable asociado al ascenso de las masas a la esfera pública. Esta percepción era común desde al menos un siglo antes de que Schumpeter escribiera. Lo interesante es que Schumpeter encontró la manera de aceptar este hecho, potencialmente caótico, según el pensar de conservadores y liberales de aquellos tiempos, con algunos principios liberales mínimos. Su teoría condensa esos principios liberales mínimos, y la salva frente a sus detractores, específicamente las críticas del marxismo duro y de los juristas antiliberales (y al final, al servicio de los nazis) como Carl Schmitt. La democracia representativa no merecía mucho respecto para ambos enemigos del liberalismo y, en cierta medida tampoco para Schumpeter. Sin embargo, a diferencia de ellos, este autor construye un argumento legitimador del régimen democrático, reprimiendo el alcance de su definición a su esencia como un procedimiento o régimen político: la democracia es un método de combate político entre grupos, por medio de las elecciones para formar gobierno. 

el contexto intelectual 

Schumpeter mostró siempre una afectividad política conservadora y un dejo aristocrático en su persona. Sin embargo, su posición en los debates políticos de su natal Austria era ambigua y algunos la llamaban hasta oportunista. 

7 Godofredo Vidal de la Rosa, Teoría democrática contemporánea, UAM-Azcapotzalco, 2007. 

8 David M. Ricci, The Tragedy of Political Science. Politics, Scholarship and Democracy, op. cit. 

9 Por ejemplo en John Medearis, Schumpeter Two faces of Democracy, Cambridge, Mass., Harvard University Press, 2001a.

Fue ministro de Hacienda de un gobierno socialista, a la vez que criticaba los principios de la economía socialista. Su relación con la derecha en ascenso es también ambigua y mantenía un intercambio epistolar constante con autores e ideólogos de derecha, en el que constantemente coincidía en el fracaso de los modelos de democracia representativa del siglo XIX. Las coincidencias con autores como Carl Schmitt acerca de la crisis del parlamentarismo son particularmente interesantes y ayudan a entender la dirección que aleja a Schumpeter de la derecha. Ambos pensaban que el modelo de democracia parlamentaria estaba rebasado por el ascenso de las masas a la escena. Los partidos de masas, en particular los de izquierda pero también los nacionalistas de derecha, habían –por decirlo de alguna manera– “socializado” la política, introduciendo reclamos sobre los derechos laborales y sociales de las masas trabajadoras y las clases medias pauperizadas. Los pensadores nostálgicos de los debates políticos de la segunda mitad del siglo XIX añoraban el talento y sabiduría aristocráticos de los parlamentos de la anteguerra. En contra, observaban que bajo el nombre de la democracia proliferaba el clientelismo abierto y una representación facciosa en los nuevos partidos. Para muchos conservadores y derechistas, el resultado era la perdida de la idea misma del Estado y, sobre todo, la corrupción de la política como idea y como práctica. Pero mientras un eminente jurista de derecha como Carl Schmitt volvía los ojos hacia el movimiento nazi, viéndose a sí mismo como el salvador de la idea del Estado total y de la política por la política, Schumpeter siguió comprometido con los ideales del liberalismo y buscó ajustar la idea de la democracia con el gobierno elitista. 

La misma experiencia de la política llamada democrática fue un elemento convincente en la formación de su propuesta teórica. Schumpeter veía a los políticos socialistas como arribistas, que no dudaban en ignorar sus principios ideológicos a cambio del “confort de los sillones ministeriales”. Esta percepción es importante para entender el bajo papel que le otorga a las convicciones ideológicas. Los políticos se comportan como negociantes y forman un pathos común donde lo único que cuenta es arribar al poder. El método nuevo es la lucha electoral, y a ello se le llama democracia. En la percepción de Schumpeter, el δημος (Demos) tiene muy poco que ver con esta lucha por formar gobierno. Es un actor más bien pasivo, guiado por instintos gregarios, sin una clara identidad, que reacciona a los estímulos de la propaganda política. Schumpeter descubre, debajo de la palabrería democrática, un régimen oligárquico electoral, donde la participación ciudadana se cristaliza en el acto de votar. Es en este contexto que Schumpeter encuentra que el liberalismo merecía una defensa de, al menos, sus elementos básicos. Por eso William Scheuerman10 tiene que conceder que, a pesar de que le imputa a Schumpeter tomar prestadas de Carl Schmitt ideas sobre el fundamento irracional de la sociedad e incluso su tácita aceptación de que el régimen democrático puede coexistir con la exclusión de grupos en base a raza, género o religión. El modelo schumpeteriano de libre competencia electoral “requiere la aceptación de ciertos residuos del liberalismo clásico [...] presupone algunas libertades políticas básicas”.11 Un problema no menor es que Schumpeter no especifica explícitamente esta presuposición, aunque es verdad que su reflexión no tiene sentido sin este sustento en los principios liberales.12 Pero Schumpeter se concentra en el meollo del asunto: la competencia entre grupos por obtener el poder político, a través de las elecciones libres, aunque no necesariamente incluyan a toda la población adulta mentalmente apta, como lo requiere el concepto de universalidad de la igualdad política. Pero este criterio puede fácilmente asimilarse a la definición de Schumpeter. No está excluido a priori en ningún momento y por definición es secular. En su descripción del régimen democrático generalmente están implícitas las normas de separación entre Iglesia y Estado, el control civil sobre los militares, y libertad de opinión; es decir, aquellas compatibles con los idearios básicos del liberalismo. 

la teoría clásica de la democracia 

Asociado a nombres como Rousseau, Payne, John Stuar Mill y, hasta cierto punto, Alexis de Tocqueville, el enfoque llamado clásico, presupone, según Schumpeter, tres condiciones en las cuales los principios no se reflejan necesariamente en los hechos. Estos tres supuestos son: 1) existe una condición o estado de cosas que podemos caracterizar como el Bien Común, 2) existe la Volonté Générale, tal como Rousseau lo suponía, y 3) que, a final de cuentas, la gente, o el Pueblo, o los actores colectivos, actúan bajo reglas que podemos caracterizar como políticamente racionales desde el punto de vista del bien común o la voluntad general. Las tres partes de la definición se combinan para afirmar que el bien común puede ser alcanzado por medio de un acuerdo racional colectivo. Schumpeter era abiertamente escéptico acerca de las premisas y de la conclusión. En esto anticipa algunos problemas característicos de la teoría de la acción racional.13

10 William Scheuerman, Carl Schmitt. The End of Law, Lanhman, Rowman & Littefield Publishers, Inc., 1999.

11 Ibid., p. 202. 

12 El caso típico es el de los Estados Unidos, paradigma del régimen democrático decimonónico, que toleró la esclavitud hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XIX. Aún hoy en día, algunos países que consideramos democráticos separan a sus poblaciones por criterios religiosos y de género (Israel, Irán, etcétera). 

13 W.C. Mitchell (1984a, 1984b) subraya que a pesar de que Schumpeter es citado como precursor de la teoría de la elección pública, difícilmente compartiría muchas de las presuposiciones de esta última, como el énfasis en la búsqueda del equilibrio, mientras que a Schumpeter le interesaba más el análisis de las fuentes del cambio y el desequilibrio social. Mientras Schumpeter se desinteresó en la economía matemática, por último, los teóricos de la elección pública están poco interesados en la historia y la política comparada. 

14 J. Schumpeter (1942), Capitalismo, socialismo y democracia, Barcelona, Orbis, 1983, p. 321. 

15 William Scheuerman, Carl Schmitt..., pp. 183 y ss. 

16 Anthony Downs, An Economic Theory of Democracy, Nueva York, Harper and Brothers, 1957.

 Esta teoría es una transposición o importación de los principios del análisis de la conducta racional en economía a la esfera política. En la teoría de la acción racional se parte de la imposibilidad, lógica y matemática, de establecer un criterio unívoco, es decir, universalmente aceptado de Bien Común. 

Schumpeter cuestiona la definición “clásica” de la democracia política. Esta idea se resume de la manera siguiente: 

La filosofía de la democracia del siglo XVIII puede ser compendiada en la siguiente definición: el método democrático es aquel sistema institucional de gestación de las decisiones políticas que realiza el bien común, dejando al pueblo decidir por sí mismo las cuestiones en litigio mediante la elección de los individuos que han de congregarse para llevar a cabo su voluntad.14 

Esta definición es lógicamente impecable, y sin duda atractiva. La soberanía popular se eleva por encima de cualquier otra consideración en la teoría política. Esta filosofía la atribuye sobre todo a John Stuar Mill y a los utilitaristas. Se basa en la creencia de que la sociedad está formada por un contrato de conveniencia mutua entre individuos libres y racionales, capaces de discernir, por medio de algún método de agregación (sumas y restas) o conciliación (por ejemplo, el debate público), una cierta idea del bien común o del interés general. Schumpeter crítica esta línea de razonamiento desde varios frentes. El ataque frontal es contra la idea del racionalismo, de que existe un fundamento racional y, en este caso en particular, contractual, del orden político. Igual que Carl Schmitt,15 Schumpeter afirma que la sociedad no se funda en un contrato racional, ni la conducta humana es –necesariamente– racional. Más aún, no hay garantía de que en asuntos complejos como la política y el gobierno de los asuntos del Estado, sea posible que numerosos intereses racionales, contrapuestos entre sí, lleguen a un acuerdo, y con frecuencia es posible que suceda lo todo lo contrario. Que el interés general sea ofuscado por los múltiples intereses contrapuestos, implica que no puede darse por sentada la existencia de criterios aceptables del Bien Común. Schumpeter deduce que no se puede sostener a priori una idea de interés general derivada de la acción de los individuos racionales.

Esa forma de razonar fue la que hizo que Anthony Downs16 viera en Schumpeter a un teórico de la democracia fundamental, y a un antecesor de su propio análisis “económico” de la política. El asunto central es que la idea de un Bien Común alcanzable por la discusión de intereses por individuos racionales no se sostiene, por argumentos lógicos sobre la imposibilidad de los individuos de comprender plenamente la idea de un Interés General por medio de razonamientos particulares. En suma, la refutación básica de los argumentos utilitaristas de que el bien común es la suma de los bienes individuales.17 De hecho, con frecuencia la idea del interés público llega decantada por varios filtros hasta este individuo. Schumpeter afirma que: “Así, pues, es probable que la información y los argumentos que se le presentan –al individuo que vive en un régimen democrático, añado– como pruebas irrefutables estén al servicio de una intención política”.18 

Con base en estos razonamientos se considera a Schumpeter un precursor de la teoría de las elecciones públicas y del análisis económico de la política. En efecto, compara explícitamente el accionar de los compradores de votos con los de los empresarios que venden mercancías de diversos tipos a una clientela orientada en parte por su experiencia y sentido de conveniencia, y en parte por la influencia de la propaganda. Pero a diferencia del consumidor, el votante promedio tiene una posición más endeble para obtener información, no sólo sobre la calidad del producto que está dispuesto a adquirir mediante su voto (por ejemplo la eficiencia y honestidad del gobierno, o simplemente su sano juicio sobre los asuntos públicos), sino que con frecuencia compra (es decir, vota) productos cuya eficacia o capacidad de dar la satisfacción que promete, no está ni garantizada ni probada. Más aún, se postula una diferencia radical entre la conducta del consumidor soberano y el ciudadano, presa de sus pasiones y de la desinformación. El elector, a diferencia del consumidor en el mercado, es visto como un ente guiado por sus impulsos y su instinto de rebaño. Esta apreciación a veces es atenuada pero, en todo caso, el papel del votante ciudadano es bastante circunscrito. Avala o rechaza entre alternativas vagamente comprendidas y sobre las que, a final de cuentas, no tiene control. Anthony Downs lleva este argumento lejos diciendo que: 

Los costos de información previenen que nuestro modelo de gobierno pueda funcionar por el consentimiento de los gobernados en el sentido estricto. Esto no significa que el gobierno tome decisiones sin considerar los deseos de las personas afectadas por tales decisiones; por el contrario, puede ser extremadamente sensible a los deseos del electorado. 

17 Por supuesto también es una refutación de la voluntad general de Rousseau, que aunque no se funda en la mera agregación de preferencias, sí supone un legislador superior que las interpreta rectamente. 

18 Joseph Schumpeter (1942), Capitalismo, socialismo y democracia, op. cit., p. 337.

Sin embargo, debido a la misma estructura de la sociedad, cada decisión gubernamental no puede resultar de una consideración igualitaria de los deseos de las personas, quienes son afectadas de forma igual por esas decisiones. Cuando agregamos esta disparidad inherente de influencia a las disparidades de poder causadas por la desigual distribución de los ingresos nos vemos alejados un largo trecho de la igualdad política entre los ciudadanos.19 

Schumpeter marca una línea de separación entre la capacidad de razonar inteligentemente en cuestiones que nos conciernen inmediatamente, a diferencia de las cuestiones lejanas y abstrusas de la política. En la política, continua, “el ciudadano normal desciende a un nivel inferior de prestación mental tan pronto como penetra en el campo de la política [...] argumenta y analiza de un modo que él mismo calificaría de infantil si estuviese dentro de la esfera de sus intereses efectivos”.20 

la crítica de la teoría democrática clásica 

Autores como John Medearis21 han tratado de reconciliar esta versión de la democracia con una teoría progresiva semejante a la que vislumbró el filósofo y pedagogo John Dewey,22 y hasta con las teorías deliberativas de la democracia hoy en boga, diciendo que para que el método democrático funcione, debe haber por lo menos alguien que crea en la democracia. En otras palabras, debe haber una ideología del progreso democrático. En Schumpeter existe una idea de que la democracia es un proceso irreversible, de alguna manera similar a la que Tocqueville lo había enunciado hacía más de un siglo, excepto que para éste, el fenómeno democrático se debía a la difusión del igualitarismo político,23 mientras que Schumpeter, en cierta forma parecida a Weber, la asociaba a la racionalidad de la economía capitalista, al ascenso de la burguesía comercial, y a la fuerte presencia de la clase obrera en la actividad productiva. La democracia no era un biproducto necesario, sino una solución sensata de las elites políticas a la diversificación de sus intereses y a las nuevas formas de competencia por la conducción de los asuntos públicos. 

19 Anthony Downs, An Economic Theory of Democracy, op. cit., p. 257. 

20 Joseph Schumpeter (1942), Capitalismo, socialismo y democracia, op. cit., p. 235. 

21 John Medearis, Schumpeter, Two faces of Democracy, Cambridge, Mass., Harvard University Press, 2001a. 

22 John Dewey (1927), El público y sus problemas, Buenos Aires, ágora, 1958. 

23 Sheldon Wolin, Tocqueville between Two Worlds. The Making of a Political and Theoretical Life, Princeton University Press, 2001.

Schumpeter es poco claro si este régimen surge espontáneamente, o por un contrato básico en las alturas o por la presión de las masas, o por una combinación de todo lo anterior. Pero no cambia el hecho decisivo de que describe a la democracia como una lucha entre elites por el voto de la ciudadanía,24 en términos en que los primeros mandan y los segundos participan atenuada e indirectamente. Lo importante es que la Plebe25 es elevada a la distinción de electores (ciudadanos). Esta es una dimensión que, de alguna manera, está implícita no sólo en la obra de Schumpeter sino de los teóricos liberales, y distingue a Schumpeter de sus antecesores italianos, críticos de la ideología democrática. Gaetano Mosca rechazaba también la fragilidad de los sustentos liberales y la ficción del pueblo gobernándose, pero era capaz de reconocer que la democracia representativa era un método superior a otros en que permitía la circulación y rejuvenecimiento de la clase gobernante.26 La crítica al liberalismo era común en los días de entre guerras. Wilfredo Pareto, Carl Schmitt, etcétera, descartaban la sustentación del liberalismo y la democracia representativa. Schumpeter en cambio logró reconciliar el hecho de la omnipresencia de las oligarquías con el hecho de que la democracia liberal funciona como método que satisface, al menos mínimamente, las demandas de la plebe, tales como los derechos humanos y civiles.27 La posibilidad de abrir las puertas a la formación de una ciudadanía ampliada o, en otras palabras, de que la universalización del criterio de equidad política no está cerrada a priori. De hecho, la misma competencia por los votos permite la ampliación de esta categoría y sus prerrogativas,28 lo que genera una paradoja sorprendente que llamó la atención y alarma de los conservadores. Pero para Schumpeter esta posibilidad es de hecho ignorada, a pesar de que está a la vista, ni el que siguiendo esta lógica, la lucha por votos sea transformada en una confrontación entre ideas sobre la orientación de las políticas públicas. 

24 Aunque para él la ciudadanía es más un enunciado vació que una realidad y la esfera pública, como ahora se llama a la expansión de la idea de la ciudadanía activa, se reduce por medio de la manipulación de las preferencias de los electores. Esta percepción no sólo pertenece a Schumpeter sino a un gran número de intelectuales que, como Walter Lippman, conciben a la opinión pública como esencialmente indefensa ante la manipulación de los modernos medios de información y propaganda política. 25 Para evitar confusiones, uso el término Plebe en la acepción latina (plebeii), para referirme a las clases bajas y a los trabajadores, como opuestos a los patricios. 26 Gaetano Mosca, La clase dominante, México, Fondo de Cultura Económica, 1984 (traducción de la edición de 1923). 27 Schumpeter nunca habla de elites ni de clase dominante, como lo hacen sus antecesores Pareto y Mosca (y aunque cita con respeto a Pareto, ignora a Mosca y a Robert Michaels), pero es inevitable usar ambos términos en referencia al enfoque schumpeteriano. Éste, a final de cuentas, es el fundador de la teoría elitista de la democracia, como la llama Peter Bachrach. Véase Crítica de la teoría elitista de la democracia, Argentina, Amorrortu, 1973. 28 Lo que Robert Dahl llama “poliarquía”. Véase Democracy and Its Critics, Yale University Press (traducción: Paidós, segunda edición, 1993).

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