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jueves, 16 de noviembre de 2017

¿Cuál es la definición de «ingeniería económica» y cuáles son las ideas aceptadas de “ingeniería” y “economía” al ser subsumidas por ésta?

¿Cuál es la definición de  «ingeniería económica» y cuáles son las ideas aceptadas de “ingeniería” y “economía” al ser subsumidas por ésta?

A manera de introducción.

Antes  de dar respuesta  a la primera pregunta –acerca de la definición de « ingeniería económica», creemos necesario advertir a nuestros lectores que: no existe información estructurada (mejor dicho, que soporte un análisis epistemológico) o libro alguno que se acerque a la definición precisa de lo que hoy es la nueva rama de la ingeniería económica. Lo que podrá encontrar en la web –si usted lo busca– es una vieja reliquia de análisis de costos proyectados con ese título (de ingeniería económica), del autor DeGarmo, que no es precisamente un manual para formar ingenieros economistas, y por lo tanto lo llevaría a usted a un error seguro o a creer como mucha gente que la ingeniería económica es simplemente una herramienta para proyectos ingenieriles. Ante tal situación, nos vemos obligados a mostrar –previa a nuestra definición– dicha anomalía, a la par que explicar la falla gramatical, en el título de esos textos académicos. Para tal fin, discurriremos a través de la historia ingenieril desde los primeros indicios u origen del libro texto o manual (si se quiere) de ingeniería económica que nos permitirá iluminar el hecho histórico causante y poner al descubierto el error de los libros textos con ese título de "ingeniería económica" y otros más con el título de "Ingeniería de costos" o  "Ingeniería del valor", que, inconscientemente han sido aceptados en medios académicos–. Así mismo, intentaremos también develar el  error de sintaxis gramatical, en la titulación de los libros del mismo nombre, que se viene arrastrando desde comienzos del siglo anterior pero que se siguen usando en las Facultades de Ingeniería tradicional. 

Para tal propósito, intentaremos alumbrar el sendero histórico para ver claramente el error–, amenizándolo con una curiosa analogía, y hacerlo al mismo tiempo más digerible para no aburrir a nuestros lectores.
Imaginemos a un médico, que entra a una librería y pregunta si tienen un libro titulado medicina económicaEl vendedor le responde con una sonrisa –disculpe, pero creo que usted está bromeando, ¿verdad?. 
–No. No veo por qué le parece una broma el preguntar por un libro sobre medicinle contesta el doctor.
–Es que no podría existir un libro con ese título; pero, sí podría ser una buena idea para sugerir a algunos clientes economistas y, quizás otro de utilidad para abogados sobre abogacía económica. 
Sigo sin entender comenta el médico el por qué no existe siquiera uno si mi hermano ingeniero tiene varios libros sobre ingeniería económica con los que realiza excelentes proyectos en su trabajo y yo quisiera hacer lo mismo, para favorecer a mis pacientes. 

Nuestros lectores ya habrán descubierto el error ¿verdad? 
Sin embargo, los ingenieros afectados quizá por el síndrome de la rana hervida[1] no se han percatado del error, aún. La historia comienza en el año 1887, cuando Arthur M Wellington publicó la obra: “The Economic Theory of Location Railways” (Teoría Económica del Trazado de Vías Férreas). Willington fue un ingeniero civil, que utilizó análisis de costos para seleccionar las longitudes ideales en las vías férreas. Fue así como estableció específicamente el papel del análisis económico en los proyectos de ingeniería, por eso Wellington es considerado ingenuamente como el padre de la ingeniería económica
Desde entonces se viene utilizando el análisis de costos proyectados (como si fuera ingeniería económica) en textos al uso en las Facultades de Ingeniería tradicional. Actualmente (y desde 1942, la ingeniería económica de DeGarmo[2] y de otros autores y, algunos con título de ingeniería del valor. Dichos texto, como si fuera ingeniería, simplemente fueron de apoyo a la ingeniería tradicional mantiene aletargados a los ingenieros que desconocen el verdadero significado de esta nueva rama de la ingeniería. Dicho en otras palabras: en los actuales medios académicos ya se conoce y se diferencia claramente la nueva “Ingeniería Económica” pero solo se enseña en las Facultades del mismo nombre; mientras que la vieja reliquia de otra época, reliquia que estaba personificada por DeGarmo, se continua usando por docentes irresponsables[3] para enseñar el aspecto económico (métodos de riesgo, sensibilidad, análisis de intangibles) en las diferentes Facultades de Ingeniería tradicional como si fuera una disciplina vigente.

¿Cuál sería  el error gramatical?

Desde la sintaxis[4]ingeniería económica´, forma un sintagma nominal[5], donde la palabra ingeniería actúa como el sustantivo y ‘económica’ es el  determinante[6], posesivo[7] que acompaña para  la acción del sustantivo[8]. Por lo tanto, la ingeniería económica es una nueva profesión y nueva rama de la ingeniería, mas nó un libro texto de apoyo a las demás ingenierías.

¿Cuál sería, por lo tanto, la definición de  «ingeniería económica» que se enseña en las Facultades de Ingeniería Económica?

La «ingeniería económica» ha devenido en ser el complemento[9] de acción económica proactiva[10] (del cambio[11] innovador[12][13]) de la economía ortodoxa[14], para la solución de los problemas económicos desde dentro de la ingeniería misma[15] (que aplica el ingenio, las herramientas, el método heurístico[16] y prácticas de toda ingeniería); en apoyo a las demás ingenierías y al empresariado innovador, alejándose del enfoque que considera que los gobiernos[17][18] son lo suficientemente capaces para solucionar los problemas económicos sociales –como la crisis, la pobreza[19], la escasez, el crecimiento[20], la redistribución de la renta (...)– que, bastaría solo con aplicar las políticas económicas planteadas, formuladas y basadas en la ortodoxia económica)[21]



[1] El síndrome de la rana hervida hace referencia al desgaste emocional que se genera cuando nos encontramos encerrados en situaciones de las que creemos que es imposible escapar y, por ello, aguantamos y aguantamos hasta salir quemados. Digamos que, poco a poco, vamos metiéndonos dentro de una suerte de círculo vicioso que nos deteriora mental y emocionalmente hasta el punto de dejarnos sin fuerzas. Fue Olivier Clerc, escritor y filósofo francés, quien planteó, en un lenguaje sencillo, acertado e ilustrativo la fábula de “la rana hervida”. Veamos más detenidamente en qué consiste y cómo podemos aplicar sus enseñanzas. La fábula se basa en una ley física real que viene a decir que “si la velocidad de calentamiento de la temperatura del agua es menor a 0,02 ºC/minuto, la rana se queda quieta y se muere al final de la cocción. A mayor velocidad, la rana salta y escapa”. Así, tal y como lo explicaba Olivier Clerc, si ponemos una rana en un recipiente de agua y comenzamos a calentar esta poco a poco, la rana irá ajustado en paralelo su temperatura corporal de manera gradual. Cuando el agua está llegando a su punto de ebullición, la rana ya no puede ajustar más su temperatura y, por lo tanto, intenta saltar. Sin embargo, tristemente, la rana ya no es capaz de hacerlo, pues ha malgastado su fuerza en ajustar su temperatura y ya no goza del ímpetu que le hace falta para escapar.
Como consecuencia obvia, la rana muere hervida sin hacer nada por saltar y salvarse. Ahora debemos plantearnos qué es lo que mató a la rana: ¿fue el agua hirviendo o fue su incapacidad para decidir adecuadamente en qué momento debía saltar? Seguro que si se hubiese sumergido en una cazuela a 50 ºC, ella misma habría dado un gran salto con el objetivo de ponerse a salvo. Sin embargo, mientras toleraba la subida de la temperatura, no se planteó que podía y debía salir de ahí. https://www.youtube.com/watch?v=wCuWAYuR9Jo
[2] La ingeniería económica tradicional se encargaba de los aspectos monetarios de las decisiones tomadas por los empleados de las organizaciones desde los años 20 cuando J. C. L. FISH Y O. B. Coldman empezaron a utilizarla mediante el análisis de las inversiones efectuadas desde la perspectiva de las matemáticas, formulando un modelo donde representaba la inversión y la relación con el mercado. Los métodos que se utilizaban antes, aún siguen siendo utilizados para reflejar los recursos y fondos públicos. Posteriormente, el profesor Eugene L. Grant formula los Principios de Ingeniería Económica en 1930 en su texto Principles of Engineering Economy. Él examinó la importancia de los factores de juicio y de la evaluación de inversiones. Desde entonces los desarrollos modernos estuvieron empujando fronteras de la “Ingeniería Económica” hasta hacerlas abarcar nuevos métodos de riesgo, sensibilidad, análisis de intangibles. Los métodos tradicionales siguen siendo refinados para reflejar la preocupación actual por la conservación de los recursos y la utilización eficaz de los fondos públicos. DeGarmo, contemporáneo de Woods, era uno de los pocos pares, que aceptaron los principios de la ingeniería económica de Eugene Grant (escrito en 1930). Ésta aceptación quizá tenía razón de ser, y en rigor la explicaba el éxito económico de la ingeniería de aquel entonces. Resultaba muy claro que DeGarmo era partidario de la aplicación de los principios de Grant, mientras ella dirigía los buenos criterios económicos; pero ya era muy extraño que después de unos años aceptáramos que  esto es ingeniería económica, ni siquiera es la aplicación de la teoría económica, hasta ahora llamada ciencia.
[3] En 1942, Woods y DeGarmo escribieron la primera edición del libro texto de Eugene Grant “Principles of Engineering Economy” (New York: The Ronald Press Company, 1930).
[4] La Sintaxis es la rama de la gramática que estudia las relaciones de las palabras al combinarse para formar unidades superiores en significado.
[5] Sintagma: Palabra o grupo de palabras que constituyen una unidad sintáctica y que cumplen una función determinada con respecto a otras palabras de la definición.
[6] El Determinante es un tipo de adjetivo que identifica al sustantivo y precisa su significado.
[7] Los Determinantes Posesivos son un tipo de determinantes que acompañan al sustantivo para indicar relaciones de pertenencia.
[8] Es decir, ´ingeniería económica´, está compuesta por dos palabras que forman un conjunto de palabras estructuradas, relacionadas en torno a un núcleo. El núcleo de un sintagma es el miembro del sintagma que determina las propiedades básicas del conjunto.
[9] Porque los economistas más destacados se encuentran desorientados, todos los intentos por resolver la crisis económica utilizando las herramientas tradicionales han fracasado porque los paradigmas existentes, ya no coinciden con la realidad global e integral. Cualquier teoría bien aplicada o complementada una con otra, será siempre la estrategia perfecta para sacar adelante un país.
[10] Pero la proactividad no significa estar a favor de la actividad únicamente, sino a tener cierta visión de futuro, o la capacidad de ello. No se trata de ser ningún tipo de mago, chamán o adivino, para nada. Tener visión de futuro no es más que la inteligencia (o acaso ¿el don?) de analizar concienzudamente cualquier situación y actuar coherentemente con lo que deducimos de nuestros análisis. Por lo tanto la persona observadora, analítica y metódica tiene muchas papeletas de ser proactiva. Un ejemplo lo encontramos en Steven Paul Jobs (El hombre que cambió el mundo - Hipertextual), el co-fundador de Apple. Cuando él conoce la caligrafía (gracias a una de las clases a las que asistió por curiosidad), un elemento, una característica que años después se traduciría en un pilar estético y en una marca distintiva de Apple. Lo importante de ése momento fue la creación y el lanzamiento de Apple I, la primera verdadera computadora hogareña. Jobs comenzó a mostrarse como líder desde aquel entonces: empujo el desarrollo de los equipos Mac y entendió hacia donde debía ir el futuro. Es decir, ya desde esta temprana etapa de la compañía, Steve Jobs se mostró como un gran líder y visionario, algo que, inesperadamente, tendría un impacto. Steve convenció a John Sculley para que abandone Pepsi-Cola y se una a Apple. Sobre esto, es inevitable recordar la siguiente frase que se le atribuye a Jobs: “¿Quieres vender agua azucarada por el resto de tu vida o quieres venir conmigo y cambiar el mundo?”.  Steve Jobs, también,  marcó un momento en la historia del cine: en 1995 se lanzó Toy Story, aclamada por el público y la crítica, y en los próximos 15 años se lanzaron otros famosos títulos como A Bug’s Life en 1998, Monsters, Inc. en 2001, Finding Nemo en 2003, WALL-E en 2008, y Up en 2009 (entre muchas otras más). Además, cabe destacar que muchas de éstas recibieron Premios de la Academia en la categoría de animación. Entonces, para resumir: Steve no sólo revolucionó el mundo de la informática y de los ordenadores sino que además marcó un antes y un después en el universo del cine y de la animación.
[11] No existe en la realidad nada que sea siempre igual, porque lo único real es el cambio. Heráclito es el que cambia totalmente de orientación del pensamiento al observar que todo en la realidad está en perpetuo cambio y que es imposible definir algo porque de inmediato esa cosa se modifica y ya deja de ser lo que era para ser otra. Nunca tenemos la misma experiencia ni vemos dos veces lo mismo porque las cosas cambian en un constante devenir.
[12] Innovar en proceso, es desarrollar y aplicar con éxito nuevos métodos de fabricación que puedan aumentar la calidad, estandarizar los componentes, minimizar el tiempo de montaje, reducir el coste, el consumo energético de producirlo, los residuos generados, la verificación de la calidad. Logística y / o que puedan reducir el volumen de almacenamiento, el tiempo en que lo entregamos al cliente. Organización que puedan cambiar la forma de dirigir o trabajar con las personas, procesos, la introducción de sistemas de la información, la forma de pago o financiación...
[13] Se considera que no existe innovación hasta que no se ha introducido el producto en el mercado y hasta que no se ha implantado de forma efectiva la nueva idea o manera de hacer.
[14] La economía ortodoxa y la economía heterodoxa: La economía ortodoxa o convencional (en inglés Mainstream economics) es la forma más ampliamente aceptada de enseñar economía en las universidades, en contraste a la economía heterodoxa. Ha sido asociada con la economía neoclásica (ver: David C. Colander, 2000). y con la síntesis neoclásica, la cual combina métodos y aproximaciones keynesianas a la macroeconomía. (ver: Olivier J. Blanchard, 2008, "neoclassical synthesis," The New Palgrave Dictionary of Economics, 2nd Edition.). Mientras que la economía heterodoxa puede ser definida en términos de instituciones-historia-estructura social, la economía ortodoxa se define en términos de racionalidad-individualismo-equilibrio. La heterodoxia considera a la economía como una ciencia social, donde el comportamiento de los actores se caracteriza por su imprevisibilidad y donde las interpretaciones son subjetivas, mientras que la ortodoxia tiende a identificar a la economía como una ciencia exacta, racionalizando el comportamiento de las personas y el curso de acción a emprender con resultados
[15] El planteamiento correcto de un problema es el paso más importante hacia su solución. Una definición incorrecta del problema puede ocasionar que el ingeniero pierda el tiempo y llegue a una solución inapropiada.  Sin embargo, un problema definido correctamente es un problema parcialmente resuelto. Las soluciones ingenieriles siempre están sometidas a constricciones físicas, económicas, sociales y políticas. Los problemas en ingeniería, generalmente no tienen solución única. Con frecuencia, el objetivo es seleccionar la mejor solución de entre diversas alternativas. Por lo tanto, es importante el uso de heurismos de ingeniería como método ingenieril [Koen, Billy Vughn, El método de ingeniería, U. del Valle – ACOFI, Bogotá, 2000.] Se define como una estrategia para producir el mejor cambio, con los recursos disponibles. “Un heurismo es cualquier noción que proporcione una ayuda o dirección plausible en la solución del problema, pero que en el análisis final es injustificada, sin posibilidad de justificación, y falible. Es una guía para descubrir y revelar.” Se indica que no es difícil hallar ejemplos de heurismos, que varían desde la decisión de oído, o a ojo, hasta las nociones más complejas sobre cómo debe resolverse un problema. Koen ha dado varios ejemplos de heurismos ingenieriles que son particularmente relevantes y se pueden usar inclusive para enseñar el método ingenieril: Haga pequeños cambios en el estado del arte. Fortalezca el eslabón más débil). En estos casos, es necesario sopesar las distintas consecuencias conflictivas de una acción de ingeniería, y después seleccionar aquella solución que mejor se ajuste a los deseos y necesidades de los jefes, de los clientes, o de la sociedad.
[16] El método heurístico e cual se define como la capacidad que tiene el hombre de crear o inventar algo, con la finalidad de proporcionar estrategias que ayuden a la resolución de un problema. Los seres humanos a través de su creatividad, pensamiento divergente y en algunos casos de experiencias propias, son capaces de encontrar la solución más viable para resolver algún conflicto.
[17] Ninguna comisión gubernamental tiene que decidir si debe producirse o no una mercancía: se producirá si pasa la prueba del mercado. Si lo que los consumidores están dispuestos a pagar por ella es superior a sus costes de producción; tampoco necesita comprobar si una determinada empresa está produciendo de manera eficiente ya que la competencia se encarga de expulsar a los productores ineficientes.
[18] ¿Los políticos persiguen el interés general? Una de las primeras premisas que este análisis cuestiona es el supuesto de que el objetivo de un político es el interés general, a diferencia de cualquiera de nosotros en el mercado donde perseguimos el interés personal (lo cual no descarta que incluya ocuparnos e interesarnos por otros). Una teoría tiene que servirnos para comprender mejor la realidad, y ese supuesto, que persiguen el interés general, no nos permite comprender situaciones reales.  ¿Podemos entender esto asumiendo la búsqueda del interés general? La economía asumió ese supuesto bajo el nombre de “dictador benevolente”. El siguiente análisis de las fallas de la política se basa en el espíritu de aquella famosa frase de Winston Churchill (1874-1965): “Muchas formas de gobierno han sido ensayadas, y lo serán en este mundo de vicios e infortunios. Nadie pretende que la democracia sea perfecta u omnisciente. En verdad, se ha dicho que es la peor forma de gobierno excepto por todas las otras que han sido ensayadas de tiempo en tiempo”. Churchill nos dice que no hemos ensayado un sistema mejor,  por el momento, pero que éste no puede ser considerado perfecto. Por ello, cuando se ponen demasiadas expectativas en él, pueden frustrarse, ya que la democracia no garantiza ningún resultado en particular (mejor salud, educación o nivel de vida), aunque ciertas democracias lo hacen bastante mejor que las monarquías, o las dictaduras.
[19] Amartya Sen demuestra empíricamente que el hambre no se produce por una insuficiente producción de alimentos. Las hambrunas pueden ser los resultados de una insuficiente producción, pero esta es consecuencia de unos pobres o injustos mecanismos de distribución. Así Sen señala que los problemas de distribución son en mayor medida la causa del hambre, contradiciendo los principios de la teoría económica tradicional. “Capital Humano y Capacidad Humana”
 El primer concepto se encuentra en el carácter de agentes (agency) de los seres humanos, que por medio de sus habilidades, conocimientos y esfuerzos, aumentan las posibilidades de producción y el segundo se centra en su habilidad para llevar el tipo de vida que consideran valiosa e incrementar sus posibilidades reales de elección. Ambas perspectivas están relacionadas porque se ocupan del papel de los seres humanos y en particular de las habilidades efectivas que éstos logran y adquieren..
[20] La carrera presidencial de 2012 en Estados Unidos, fue, en parte, un enfrentamiento entre dos modelos diferentes de crecimiento económico. El presidente Barack Obama en su gobierno demócrata no defendió la teoría de que el gobierno debe actuar como "tutor" de la economía y utilizar los fondos públicos para estimularla. El nominado republicano, presumiblemente Mitt Romney, avanzó el argumento del libre mercado de que la fuente principal de nuevo crecimiento es la energía innovadora de los empresarios estadounidenses y que el gobierno necesita salir del camino. Sin embargo, él no sabía que una parte esencial del argumento del libre mercado es la "destrucción creativa", una teoría propuesta por el gran economista austríaco y profesor de la Universidad de Harvard Joseph Schumpeter. Lástima que no entendía la visión de Schumpeter --expresada más poderosamente en su libro clásico de 1942, Capitalismo, Socialismo y Democracia--, por lo que tuvo dificultades para comprender por qué los mercados libres funcionan tan bien para generar prosperidad. –la destrucción creativa es un concepto complicado, mal entendido por el público en general y no siempre fácil de defender. Schumpeter en la casa blanca. Así, Schumpeter superó a Keynes en las elecciones de 2012.
[21] Aunque los fallos del mercado impulsaron a los países occidentales a adoptar los grandes programas públicos de los años treinta a los sesenta, en los setenta y en los ochenta las deficiencias de estos programas indujeron a los economistas y a los politólogos a investigar los fallos del Estado. ¿En qué condiciones no funciona bien el Estado? ¿Fueron meros accidentes los fracasos de los programas públicos o un resultado predecible de las características inherentes de las actividades del Estado? ¿Pueden extraerse consecuencias para la elaboración de los programas futuros? Son cuatro las causas de la incapacidad sistemática del Estado para cumplir los objetivos formulados: su reducida información, su reducido conocimiento de las respuestas privadas a sus intervenciones, su reducido control de la burocracia y las limitaciones que imponen los procesos políticos. 1. Información limitada, 2. Control limitado de las empresas privadas. 3. Control limitado de la burocracia. 4. Limitaciones impuestas por los procesos políticos. Los detractores de la intervención del Estado en la economía, como Milton Friedman, creen que estas cuatro causas de los fallos del Estado son suficientemente importantes para que éste se abstenga de intentar resolver las deficiencias supuestas o demostrables de los mercados.