Revista de Filosofía y Teoría Política
El sentido moral corno esencia de la persona humana
Anna-Teresa Tymieniecka
Primera Parte
1. El sentido moral de la vida como esencia de la persona humana
La Persona como Sujeto /Agente en el mundo Anna-Teresa Tymieniecka
En discusiones recientes se enfatiza mucho el rol de la persona en la organización individual de la vida articulándola y actuando; esto es, mi perspectiva en el funcionamiento a través del cual desarrolla el curso de su vida individual. Sin embargo, cuando se llega al punto en el que este curso de vida toma un giro específicamente humano, parece más difícil singularizar entre los factores del acontecimiento, aquel que pueda ser considerado como la causa específica del cambio que diferencia al hombre de otros seres vivientes, a la vez que mantiene la línea de continuidad con otros circuitos funcionales. Cuando preguntamos: ¿Qué es lo que cuenta para la especificación del ser humano?, no podemos considerar un grupo abstracto de características por medio del cual se "presenta" él mismo; tenemos que buscar esta especificación en la red de funcionameinto a través de la cual se producen sus manifestaciones. Esto es, tenemos que buscar en el mundo lo que él establece cemo sistema de valores de su existencia. Tenemos que buscar los varios tipos de interrelaciones, valores y correspondientes "lenguajes" (es decir, el lenguaje del arte, el lenguaje moral, el lenguaje religioso, etc.) que sirven como medio de comunicación en el mundo humano. Además, como es obvio por los dos primeros modelos de personas presentados anteriormente, la persona se mueve y participa en todo el sistema de la vida y de la naturaleza. A diferencia de las nociones de "sujeto", "conciencia" o "ego", que fuerzan una separación en la naturaleza concreta, ve resultados de la abstracción del 192 pensamiento humano, la persona enfatiza la unidad de los factores vivientes en el hombre. Aunque podríamos decir que la filosofía contemporánea en general concuerda en que es el factor ético o el espiritual lo que cuenta en la especificidad de la manifestación humana (Husserl, Scheler, etc), el problema está lejos de ser resuelto de una forma satisfactoria. Esto depende primero de cómo concebimos el origen y la naturaleza de la moralidad, y segundo del grado de validez que le atribuimos a esto. El asunto del factor humano específico en la "vida-mundo" sigue siendo un problema abierto. Hemos preparado el terreno para tratarlo de nueva forma. Primero, lo enfocaremos como el asunto que concierne al origen y naturaleza únicos de la valorización (rneaningfulness) de la existencia humana y del mundo. Segundo, nos aproximaremos al tema en la medida en que se relaciona con la función específica de "dar significado" a la persona como sujeto/agente en el mundo social. Aparecerá por nuestro análisis que depende de la persona humana introducir el sentido moral en la comprensión de la "vida-mundo" como mundo social.
La auto-consciencia del hombre, una vez establecida, incluye la consciencia de las condiciones de su progreso, es decir, la responsabilidad del hombre por la supervivencia de la vida.
Individualización auto-interpretativa del hombre
De hecho, podríamos buscar la fuente de la moralidad volviendo a las fases de individualización auto-interpretativa del hombre en el curso de la vida. En mi trabajo anterior sobre el progreso de la auto-individualización (interpretativa) del individuo real he distinguido las siguientes fases:
1. Las virtualidades "previas a la vida" (pre-life) se manifiestan en conjunto (coming together) en el proceso de individualización de la vida;
2. La fase orgánica/vital orientada entelequialmente;
3. La fase sensible/vital;
4. La fase sensible/síquica;
5. La fase síquico/consciente, iniciada por la "experiencia originaria", también uno de mis término propios, en la que todas las "virtualidades" del hombre se despliegan. En cada una de estas fases de progreso constructivo dinámico del individuo, esto es, en la complejidad desarrollada de los sistemas y mecanismos funcionales, se presentan las siguientes secuencias cruciales: Primero,los varios tipos de vías y medios de coordinación de los elementos que ingresan a los sistemas generativos y operativos; segundo, los principios de estas coordinaciones; tercero, las potencialidades de los elementos (y de los segmentos operacionales) para desplegar su funcionamiento y asumir sus roles respectivos en el avance constructivo del proceso auto-interpretativo. He sostenido que es por estos varios tipos de articulaciones de procesos, por los queel individuo se diferenciade las condiciones del circumambiente -mientras se beneficia de otros elementos neutrales, debido a que puede transformarlas en recursos esenciales de su propio progreso- en el que él establece la valorización (meaning fulness) de su progreso y crea la valorización de las condiciones del circumambiente con respecto a la relevancia de sus necesidades. Esto es el elemento' de diferenciación constructiva de sus "condiciones de vida", mientras las transforma en sus condiciones de "vida-mundo". En la primera fase de las condiciones pre-vida (pre-life), podemos considerar esta coordinación de necesidades y medios como una respuesta automática de elementos pre-vida virtualmente cargados que se relacionan en forma "experimental" o aparentemente accidentales.
No existe valoración ni aún en forma germinal.
Sin embargo, podríamos referimos a un principio de "idoneidad", de acuerdo con el cual se producen las coordinaciones. Comienza, como pa:ece, con el origeh del proceso de individualización del ser en su fas'! orgánica/vital. Estamos tratando de una situación "solicitud/re~pllesta", en la que l¡¡ "nece~idad" del complejo emerge¡¡te de elementos de individualización -bajo la égida del principio intrínseco entelequial a éste- busca y "solicita" otros elementos para su "satisfacción" hacia el progreso de la vida en su desarrollo.
Con la fase compleja de auto-individualización viml/sensible del proceso ingresa en el principio de consentimiento/rechazo de la discriminación constructiva rle elementos vitalmente significantes -una significación más compleja. Aquí lanecesidadde la vida de más elementos que "impulsan la vida" no es satisfecha automática ni mecánicamente: es calificada por la discriminación sensible del individuo, quien califica elementos de su medio ambiente, distinguiendo aquellos que lo pueden satisfacer, o que congenian o no con sus necesidades. Sin embargo, es sólo al alcanzar la complejidad de la fase sensible/síquica de la autodiferenciación del hombre en el proceso de cons trucción, que atestiguamos una significación específica introducida por el principio de articulación consentimiento/rechazo. Por cierto, más allá de la funcionalidad mecánica presente en la búsqueda sensible/vital del individuo y el "reconocimiento de"los elementos necesarios para sus funciones orgánicas hasta el punto donde se produce la satisfacción-observada en la segunda y tercera fase de la diferenciación constructiva de la vida descubrimos la función sensible/síquica introducida por una interacción existencial más compleja Esto involucra una compleja evaluación de reconocimiento/estimación/apreciación por un lado, y una aceptación correspondiente o rechazo calificado por otro lado.
El sistema de discriminación/idoneidad prosigue en una "sensibilidad" pluri-direccional, y establece que la "significación" consiste en relaciones "síquicas" con los elementos de ejecución virtual de las necesidades existenciales del individuo. Este sistema de necesidad/satisfacción se cristaliza en la red de gregarismo existencial de los más ele·· vados (higler) seres vivientes. Su significado existencial radica en la comunicación por reflejos protectores, señales, actos singulares y en actos en cadena de cuidado ("pertenece" a un grupo protector instintivo/síquico de la vida) el mismo "interés de la vida" existencial es compartido por los individuos. Sin embargo, su raíz radica exclusivamente en el auto-interés de cada miembro del grupo, con la adición de una seguridad existencialafectiva bajo la presencia afectiva de otros individuos.
Los tipos de coordinación de elementos "promotores de vida", segmentos operacionales y funciones, establecen el orden de distribución del proceso de individualización. En cada una de las fases ellas establecen el significado de los elementos que intervienen en el proceso de individualización. Cada tipo contribuye al establecimiento del "sentido dado". Sin embargo, su sentido proviene, primero de lo vital y segundo, del significado gregario de la vida en el proceso de "sustentación" de la vida (life-serving process). En su forma orgánica/ccalescente/fusional, funciona como un "dador de sentido", como dador de sentido vital en los mecanismos vital/síquico de selección; como el dador de sentido vital/gregario en la apreciación sensible/síquica yen la selección de intereses compartidos. En cada una de estas frases emerge un apropiado significado novum que ha sido liberado de la complejidad que progresa en el funcionamiento, el cual estimula las virtualidades intrínsecas a sus componentes.
Los principios de coordinación enumerados previamente son llevados en el proceso (progress) de la vida en todos los tipos de selectividad que ellos sirven, sea por respuesta, consentimiento o aún por tilla iniciativa individual.
Para existir ellas sólo necesitan poner en operación una razón de "existencia" (existing reason). Pero aún el toque de "devoción" al cuidado de los pequeños muestra que la conducta del animal, tiene sus "razones" en el instinto y afectividad que "exitan" el sistema funcional e impulsan las "acciones" operacionales y directas del animal hacia esos objetivos. La razón-excitante es aplicada en toda su extensión en el uso de la afectividad e instinto como complejos funcionales específicos que "impulsan la vida"
Con la emergencia en la última fase mencionada del funcionamiento (full-fledged) consciente del individuo, la razón excitante, que impulsa su mecanismo selectivo hacia el consentimiento o rechazo, no lo satisface más por obra de sí mismo. La consciencia completa significa no solamente el compartir instintivo de los propios intereses con otros individuos, sino además la propensión a expandir su propia significación individual en "transacciones" con otros individuos. La limitación dominante en el esquema universal de la vida-idéntica para cada especie se quiebra y desiste ante la función inventiva, por la que el individuo proyecta su propia vía existencial de auto-expansión. Esta expansión puede ser cumplida sólo en transacción con otros.
En las transacciones entre los individuos tratamos con intereses en conflictos múltiples y parciales; cada uno de ellos demanda lo propio, cada uno de ellos es impulsado por intereses individuales de vida, cada uno de ellos busca promocionar el nuevo significado de sus recursos (devices) para su propia auto-interpretación en la existencia; cada uno de ellos va, por su propio ímpetu espontáneo en su expansividad existencial-y aún mientras se avanza gradualmente sobre aquellos- en direcciones que están naturalmente impulsadas para interpretar los componentes transaccionales de acuerdo a sus propios intereses de vida, "llevados" por su espontaneidad en expansión. Así, él es impulsado a interpretar su propio significado bajo la red transaccional: el mundo social transindividual, que es sin embargo común a todos ellos. Cuando nosotros abandonamos los principios de coordinación de la razón excitante, (exciting reasib), hasta aquí válidos, en los cuales el factor decisivo es la orientación (drive) hacia el interés propio de la vida -ya expandido significativamente en el compartir el significado de preservación y propagación de la vida con otros indiviudos-la expansión, en primer lugar podría haber permanecido limitada a la circunferencia funcional de la sensibilidad/vital. El individuo compartiría con otros seres la "ley de la jungla" tal como fue analizada penetrantemente por Kipling. En su análisis el orden gregario aparece en parte como una "ley", basada en el circuito instintivo/vital/sensible/síquic%peracional, en el que el compartir el interés vital común de sobrevivencia y, los instintos de propagación, las necesidades afectivas, etc., establecen un circuito de interés vital que armoniza con todo el sistema de la vida. Con el advenimiento de la experiencia consciente, en la que emerge el sentido intelectual, se marca una nueva fase de individuación del proceso de la vida individual, se libera un orden objetivo de "proceso de la vida". A esto se añade la función inventiva de la consciencia y de cooperación; una comunicación entre los individuos es instigada y se despliega espontáneamente. El surgimiento de la función inventiva de! ser humano no sólo explora el esquema direccional de la vida, útil para la coordinación de operaciones funcionales, sino que da un nuevo enfoque, un inventario de auto-extensión de medios posible para desplegar y estrechar el carácter existencial auto-significativo en la red de vida intersubjetiva. La remisión de estos factores impulsarían por cierto compromisos transaccionales de individuos en concertación. Sin embargo serían adecuados para tal esfuerzo común, los principios de coordinación disponibles. Los principios de coordinación operativa que dan significación a las operaciones promotoras de la vida orgánica, vital, gregaria, están engranadas al auto-interés de cada uno de ellos separadamente. Ellos establecen en la