ESCRIBA LO QUE DESEA LEER EN ESTE BLOG

lunes, 16 de junio de 2014

“Lima gasta en pagar sus cuentas de luz y agua el equivalente al 8% de su PBI”

“Lima gasta en pagar sus cuentas de luz y agua el equivalente al 8% de su PBI”

¿Es posible que una ciudad como Lima, con altos niveles de crecimiento (económico y poblacional), se comprometa a disminuir su emisión de carbono y de uso energético como estrategia de desarrollo? 

Y además, 
¿es posible que al hacerlo su economía mejore de manera notoria? 

Son las interrogantes que el informe La Economía de las Ciudades Bajas en Carbono y Resilientes al Clima: Lima-Callao, Perú responde, gracias al trabajo de un equipo de especialistas de la PUCP y de la Universidad Agraria La Molina. 

¿Cómo nació la idea de llevar a cabo el proyecto? 

 Como científicos sociales, estábamos interesados en hacer algo por el cambio climático. En este contexto, nos dimos cuenta de que las ciudades juegan un papel muy importante en este fenómeno: más de la mitad de la población mundial vive en ellas, además, a nivel global, estas consumen el 70% de la energía y liberan a la atmósfera el 70% de las emisiones de carbono. Para atacar el cambio climático, vimos que se debía actuar desde las ciudades. De esta forma, en un contexto donde diferentes disciplinas buscan contrarrestar el cambio climático, nuestra investigación evalúa la justificación económica para invertir masivamente en promover el uso eficiente de energía y la reducción de gases de efecto invernadero en las ciudades, tanto en el sector energético como en los hogares y edificios comerciales, así como en el transporte y en las industrias.

 ¿Qué resultados obtuvieron?

Los resultados dieron luces sobre una fuerte justificación económica para hacer dichas inversiones en las ciudades, aunque también vimos que había límites, porque no se podía hacer todo. Se demostró también que había mucha capacidad institucional que necesita ser desarrollada y fortalecida antes de que se den estas inversiones. Forma parte del reto crear las condiciones para que estas acciones sucedan.

¿A qué conclusiones se llegó con toda la información obtenida?

Las evidencias que llegamos a reunir en múltiples sectores, proyectan a futuro los impactos de la tendencia de desarrollo existente, tanto de la tasa de crecimiento económico y poblacional como de los cambios en los patrones de consumo y de eficiencia energética (práctica que tiene como objeto reducir el consumo de energía). Al proyectarnos hacia el año 2030, descubrimos que en los próximos años sucederá casi lo mismo que ha venido sucediendo en los últimos, un escenario muy similar. Esto resulta interesante porque indica la cantidad de dinero que se paga por el consumo de energía y agua en nuestra ciudad: varios millones de dólares cada año. Es increíble cuánto gastan Lima y Callao en pagar sus cuentas, el equivalente al 8% del PBI a nivel de la ciudad, lo que significa un gran desperdicio de dinero. No se trata solo de cuidar el medioambiente, sino de preocuparse por los gastos que tienen Lima y Callao.

¿Cómo se puede cambiar esta realidad?

Primero, se debe identificar aquello que puede disminuir el consumo de energía y las emisiones de carbono. En la investigación, evaluamos cuidadosamente cada uno de ellos y precisamos cuál sería el costo que implica comprarlos, instalarlos y hacerlos funcionar, así como los beneficios y el ahorro de energía que se podría conseguir si, por ejemplo, cambiáramos el combustible que usamos por una alternativa más eficiente o si invertimos en paneles solares para las casas, entre otras medidas prácticas. Todas estas han sido revisadas por un grupo de especialistas para estar seguros de que son apropiadas, lógicas y objetivas.

Si bien se habla de fuertes inversiones, ¿el beneficio a futuro resultará mucho mayor?

Considero muy importante contar de manera fiel y exacta lo que está ocurriendo en el mundo y lo que podemos hacer nosotros respecto al cambio climático. Además, es relevante enfatizar que cambiar aquellos aspectos que causan este fenómeno puede ser muy positivo para la economía de las ciudades. Hay una gran oportunidad para asegurar las inversiones en muchas de las actividades y aspectos de la vida aquí en Lima que mejorarán tanto la economía como el cuidado del medio ambiente. El cambio climático no es irrelevante, por el contrario, económicamente, es una gran oportunidad. Está el desafío de cambiar algo que nos afectaba económicamente, con estas ideas y oportunidades, para obtener algo positivo.

¿Cuál es el papel del Estado para cambiar esta situación? 

Ciertamente, el gobierno juega un papel muy importante al ser el responsable de crear las condiciones para que todos los demás puedan cumplir con su labor de contribuir con el medioambiente, pero, para los efectos de consumo y uso de la energía, cada uno de nosotros tiene que estar comprometido. Los ciudadanos desde sus casas, los medios de comunicación y grupos de la sociedad civil, las empresas e industrias, aquellos responsables de tomar las decisiones, todos deben empezar a hacer algo por revertir el cambio climático. Es importante el compromiso a nivel del Estado de reducir las emisiones de carbono, a través de la creación de instituciones competentes. Una de ellas podría ser una comisión independiente sobre cambio climático para monitorear el progreso y sugerir medidas a adoptarse en el futuro. Esto podría preparar el terreno para la financiación de otros proyectos de investigación que demuestren que es posible reducir las emisiones de carbono y el consumo de energía de una manera sostenible y que no represente un gran gasto para la ciudad.

¿Qué otras entidades pueden involucrarse en este desafío? 

 El gobierno puede generar confianza y un sentido de compromiso y positivismo. Hablamos tanto del gobierno nacional como del local, pero también de la sociedad civil y el sector privado que debe asumir compromisos. Si se les dice a las personas que pueden ahorrar varios miles de soles al año haciendo algunos cambios en su estilo de vida y en sus patrones de consumo, ellas podrán aceptarlo.

Revisa el estudio La economía de las ciudades bajas en carbono y resilientes al clima. El estudio forma parte de un conjunto de investigaciones realizadas en ocho ciudades del mundo dirigidas por la Universidad de Leeds. Se trata de un plan proactivo para Lima que señala un necesario compromiso político, así como instituciones más capacitadas, nuevos mecanismos de financiamiento y un cuidadoso diseño para asegurar una transición equitativa y sustentable que podría convertir a Lima en una smart city, más consciente de su huella ecológica. Conversamos con el director de la investigación, el científico ambiental y profesor del área de sostenibilidad de la Universidad de Leeds, Andy Gouldson.

 MAS Revisa el estudio La economía de las ciudades bajas en carbono y resilientes al clima. El estudio forma parte de un conjunto de investigaciones realizadas en ocho ciudades del mundo dirigidas por la Universidad de Leeds. Se trata de un plan proactivo para Lima que señala un necesario compromiso político, así como instituciones más capacitadas, nuevos mecanismos de financiamiento y un cuidadoso diseño para asegurar una transición equitativa y sustentable que podría convertir a Lima en una smart city, más consciente de su huella ecológica. Conversamos con el director de la investigación, el científico ambiental y profesor del área de sostenibilidad de la Universidad de Leeds, Andy Gouldson.

"El crecimiento actual no contiene la semilla del desarrollo sostenible"

"El crecimiento actual no contiene la semilla del desarrollo sostenible"

Autores del libro “Qué se puede hacer con el Perú”, indican que a pesar del crecimiento económico, hay que reforzar políticas de productividad e inclusión

A lo largo de nuestra historia republicana, el Perú ha tenido periodos de expansión económica muy importantes pero que nunca pudieron perdurar en el tiempo. ¿Qué hacer para que el crecimiento económico sea más inclusivo y sostenible?
Piero Ghezzi y José Gallardo presentan el libro “Qué se puede hacer con el Perú”, publicación que expone algunas ideas para sostener nuestra economía a largo plazo, para así no repetir momentos de nuestra historia económica donde la carencia de políticas adecuadas impidió que se sostuviera ese crecimiento.
“Existen lecturas aparentemente excluyentes de lo que ocurre en el Perú. Por un lado, a la macroeconomía le va espectacular, con crecimientos que han sido muy altos en los últimos años. Por otro lado existen otro grupo de indicadores como la productividad, el empleo y la desigualdad en el que nuestro país no está tan bien”, indica Ghezzi, ex director ejecutivo de Economía Global y Mercados Emergentes del Barclays Capital.
Asimismo, señala que el Perú aparece como poco diversificado. En los últimos años, productivamente no se ha transformado y ante ello algunos analistas internacionales son muy pesimistas respecto al Perú, basados en el hecho de cómo un país con institucionalidad extractiva no tenga aún un desarrollo sostenible consolidado.
“Nuestra idea es que el crecimiento actual no contiene la semilla que nos va a llevar al desarrollo económico sostenible. Los factores externos que nos han venido apoyando, posiblemente van a ser menos favorables en un futuro. Para que un país logre el desarrollo económico, primero debe tener un fuerte desarrollo institucional, y ese proceso no se está dando en el Perú. Todo lo contrario, se está debilitando”, advirtió.
José Gallardo, catedrático y director del programa de Maestría en Economía de la Universidad Católica, señala que el libro analiza e indaga en los errores del sistema político y que no permiten afianzar la institucionalidad en el país.
“Muchas de las diferencias que observamos en los indicadores económicos se origina en la ausencia de respaldo a algunas políticas de estado, como son la educación, desarrollo moral, seguridad, etc. En estos casos necesitamos burocracias altamente especializadas que permitan resolver los problemas de fondo en estos sectores”.
ANTECEDENTES DE CRECIMIENTO
En palabras de Ghezzi, observando los antecedentes de la economía peruana, hubo tres importantes episodios de crecimiento en la economía peruana: “El boom del Guano entre 1841 y 1875; entre 1894 y 1929 hubo un proceso de crecimiento interrumpido por la primera guerra mundial; y finalmente el periodo que se forjó entre la segunda guerra mundial y el comienzo del ‘Velascato’ (1948-1968).
“Todos estos periodos no fueron muy distintos unos de otros, fueron procesos de aproximadamente 30 años de crecimiento, y sus niveles de crecimiento fueron muy similares al crecimiento actual”, sostiene.
Es por ello que para el economista uno de los objetivos del libro es aceptar que el crecimiento económico actual no es tan inusual en términos históricos, ni de estándares internacionales. Esto demuestra que la debilidad institucional, presente en todos esos periodos de expansión económica, dificulta el manejo de los ‘booms’ de los recursos naturales.
GASTO PÚBLICO
Por otro lado, Gallardo destaca que en los temas de gasto público existe una posición fiscal muy sólida, un manejo macroeconómico responsable por parte del Ministerio de Economía. A pesar de ello, aún está en deuda trabajar de manera frontal el tema de eficiencia en el gasto y articularlo a las políticas fiscales, para que así permita al estado ser más eficiente.
“El crecimiento peruano en la última década, así como ha traído muchas cosas positivas, nos ha dejado también en una situación de competitividad que no es la mejor. Debido a la expansión de los ingresos medios de la población, hemos observado que la productividad no ha crecido tanto como este último. Entonces, hay que actuar para generar, nuevamente, ventajas en competitividad en la economía nacional”, dice.
Para ello, destaca Gallardo, se debe acabar con la relación antagónica entre el Estado y laempresa privada. De acuerdo con el economista, el Estado tiene que ser un socio efectivo del sector privado y asegurar condiciones de funcionamiento adecuados en las regiones, donde hay un gran potencial de crecimiento, pero al mismo tiempo riesgo de actividades delictivas.

Ingeniería Económica