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viernes, 8 de mayo de 2015

El principio de Vilfredo Pareto explicado - Academia 20/80

Agostino Petrangeli

La TEORÍA de la CIRCULACIÓN de las ÉLITES. Vilfredo Pareto

LA TEORÍA DE LAS ÉLITES EN PARETO, MOSCA y MICHELS

La teoría de las élites en Pareto, Mosca y Michels
Rosendo Bolívar Meza*

Resumen:

Los teóricos de las elites y las oligarquías: Vilfredo Pareto, Gaerano Mosca y Robert Michels, dan una nueva forma de interpretación a los fenómenos sociales, en franca oposición a las teorías liberal-democrática y marxista, pues la teoría de las élites concibe a la circulación de las élites como la esencia real de la historia. 
Palabras clave: Elites, líderes, masas, poder, democracia. 

La historia es un cementerio de aristocracias 
Vilfredo Pareto . 

Introducción
 Debido a la falta de líderes capaces, sigue siendo imprescindible analizar la teoría de las élites. Es además apremiante la necesidad de educar en la moralidad y en la eficacia de la acción política a los hombres llamados a dirigir y gobernar a las masas. A principios del siglo XXI se tienen evidencias más que suficientes para señalar la urgencia de líderes responsables, comprometidos, eficientes, honestos, cultos y capaces de regir los destinos de la sociedad, independientemente de los regímenes.políticos o tipos de gobierno de que se trate.
La teoría de las élites no es en sí misma una corriente conservadora, ya que es un hecho contundente que aun en los sistemas más democráticos las minorías guían y las mayorías son guiadas y manipuladas.
Lo que sí es una expresión conservadora de ella, es que plantea un cambio lento, gradual y controlado desde arriba, sin reconocer del todo las ventajas y virtudes del método electoral como mecanismo de recambio de la clase en el poder.
El estudio de las élites no es exclusivo de la Italia de Benito Mussolini o de la Alemania de Adolfo Hitler. Antes del advenimiento del fascismo y del nacionalsocialismo varios pensadores, invocando el liberalismo, habían señalado y examinado la distancia que separa a gobernantes y gobernados y sometieron a examen los postulados de la democracia liberal.
 La teoría de las élites, que afirma que en todas las sociedades la dirección política, administrativa, militar, religiosa, económica y moral es ejercida por una minoría organizada, es más antigua de lo que comúnmente se cree. 
Desde Maquiavelo esto quedó claro, él afirmó en sus "Discursos" que en cualquier ciudad, no importa como esté ordenada, en los niveles de comando hay apenas unas cuantas personas. 
Más adelante, Saint-Simon estableció que la dirección política debe estar confiada a quienes tienen la capacidad de hacer progresar la ciencia y conducir la producción económica. 
Alumno de Saint-Simon, Augusto Comte sostuvo que el mando de la sociedad debía corresponder a una aristocracia científica. 
Por su parte, Hipólito Taine explicó la Revolución Francesa de 1789 como la necesidad de que una nueva clase dirigente sustituyera a la antigua, que había perdido sus aptitudes para el comando. 
Marx y Engels llegaron a la conclusión de que el Estado es el representante de la clase poseedora de los instrumentos de producción económica. 
Cabe destacar que percibieron que las revoluciones no han sido más que el reemplazo de una élite por otra ya que como señaló Engels refiriéndose a la Revolución Francesa de 1848, hasta aquella fecha.

 ... todas las revoluciones se habían reducido a la sustitución de una determinada dominación de clase por otra: pero todas las clases dominantes anteriores sólo eran pequeñas minorías, comparadas con la masa del pueblo dominada. 
Una minoría dominante era derribada, y otra minoría empuñaba en su lugar el timón del Estado y amoldaba a sus intereses las instituciones estatales. Este papel correspondía siempre al grupo minoritario capacitado para la dominación y llamado a ella por el estado del desarrollo económico y, precisamente por esto y sólo por esto, la mayoría dominada, o bien intervenía a favor de aquella en la revolución o aceptaba la revolución tranquilamente. Pero, prescindiendo del contenido concreto de cada caso, la forma común a todas estas revoluciones era la de ser revoluciones minoritarias. 

Aun cuando la mayoría cooperase en ellas, lo hacía -consciente o inconscientemente- al servicio de una minoría; pero esto, o simplemente la actitud pasiva, la no resistencia por parte de la mayoría, daba al grupo minoritario la apariencia de ser el representante de todo el pueblo (Engels, s/f: 678). Aunque diversas corrientes del pensamiento han percibido el papel histórico de las élites, esta teoría ha ejercido poca influencia en el desempeño político y social, siendo además poco estudiada. 
Para ella, las clases políticas se forman según dos tendencias: la aristocrática, que se gesta desde arriba, y la democrática, que proviene de abajo. 
La primera se caracteriza por la organización militar burocrática y la segunda por la organización del sistema electoral. 
Esta última estimula un proceso de rotación o circulación de la élite controlado, ya que por lo general la clase política cuenta con los medios idóneos para orientar la voluntad de los electores. 
La minoría dominante o élite posee estructura, cualidades superiores y control de fuerzas sodes, además de conexiones y parentescos. 
Su éxito y su poder radican en que es una minoría organizada en contraposición con una mayoría desorganizada. 
La desorganización de la mayoría deja a cada uno de sus miembros impotentes ante el poderío organizado de la minoría. 
Por ser un grupo reducido puede lograr lo que la mayoría no puede: comprensión mutua y una acción concertada. 
La élite actúa con base en la razón y el conocimiento, mientras que la no élite es impulsada primordialmente por el sentimiento.
Para promover sus intereses y buscar apoyo la élite apela al elemento sensible de las masas. Es muy importante resaltar que para la teoría de las élites la verdadera lucha por el poder se da dentro de la clase gobernante, lo cual no excluye la posibilidad de que también se beneficie la mayoría de la sociedad o incluso toda ella. 
En realidad,la sociedad avanza cada vez que la minoría gobernante mejora o es reemplazada por otra de superior calidad: por el contrario, si la clase dominante se hunde en la decadencia sin que ninguna otra minoría proponga una solución más adecuada para los problemas de la época, el resultado será el estancamiento o la lenta desintegración. 
Cuando el poder de la élite gobernante se encuentra amenazado y, por alguna razón, renuncia a hacer frente a la fuerza con la fuerza, se debilita y cualquier pequeño grupo puede imponerle su voluntad. Si por cuestiones de conveniencia la élite en el poder no usa la fuerza y recurre al fraude y al engaño para desbaratar al adversario, sólo logrará con el tiempo que el poder pase de una minoría a orra, o que se dé una nueva composición de sí misma.

Para los teóricos de esta línea de pensamiento el ideal de reemplazar el uso de la fuerza por la ley es una penosa ilusión.
Como veremos a continuación, Vilfredo Pareto, Gaetano Mosca y Robert Michels, dieron una nueva forma de interpretación al estudio de la sociología política de fines del siglo XIX y principios del siglo XX. 

Con sus aportaciones modificaron las concepciones tradicionales de la democracia liberal.
Es importante rescatar que en términos generales hay elementos que comparten los tres autores.
La teoría de las élites puede (englobar los conceptos de circulación de las élites de Pareto, de clase política de Mosca y de ley de hierro de la oligarquía de Michels.

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* Profesor investigador del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos "Ricardo Flores Magón" del Instituto Politécnico Nacional. Correo electrónico: bolivamr@prodigy.net.nw