El impacto de la participación ciudadana en el periodismo digital: un estudio multidimensional en cibermedios españoles
RESUMEN
Esta tesis doctoral trata de realizar una aportación de interés en el estudio del periodismo digital y su apertura a la participación de la ciudadanía, caracterizada como un fenómeno de naturaleza política regulado por una cultura profesional que ha normalizado, progresivamente, la práctica de un periodismo participativo que promueve e integra las contribuciones de los no profesionales en su labor informativa. De este modo, nuestro trabajo profundiza en los fundamentos teóricos que han asentado estos procesos de producción informativa y de autorregulación digital abiertos a la participación, que se estudian en cuatro cibermedios líderes en el ámbito español: El País, El Mundo, El Confidencial y El Diario.
Concretamente, esta investigación examina hasta cinco dimensiones relacionadas con el impacto de la participación ciudadana en estos diarios. En primer lugar, tratamos de precisar qué oferta de mecanismos de rendición de cuentas y fórmulas de participación con incidencia en la producción informativa disponen estos cibermedios en sus sitios web. En el marco de estas iniciativas, nos planteamos el objetivo de señalar qué interrelaciones se producen entre las agendas informativas de sus portadas web y aquellas modeladas por la actividad de la ciudadanía. La relevancia de las redes sociales como escenario de contacto permanente entre periodistas y ciudadanos nos invita a analizar cómo la presentación de estos profesionales ante otros usuarios puede condicionar los intercambios participativos y qué actividades vinculadas a la participación desarrollan allí. En última instancia, nos proponemos definir qué estrategias y percepciones sobre el impulso participativo se imponen en las redacciones estudiadas.
A partir de un diseño metodológico mixto que combina técnicas cualitativas y cuantitativas, el periodo de estudio se enmarca en los 15 primeros días de junio de 2017. La oferta participativa de los cibermedios examinados es abordada mediante una observación cualitativa de sus sitios web, de la que se desgrana la implementación efectiva de estas iniciativas. El análisis de contenido es la técnica empleada para determinar si la construcción de la agenda informativa en estos diarios muestra sintonía con la actividad que la audiencia visibiliza mediante sus lecturas (clasificaciones de ‘lo más leído’), número de comentarios y minutos como trending topics de Twitter en España (n=3.600 temas).
Esa misma metodología satisface nuestra exploración en redes sociales, donde se analiza la presentación que proyecta el censo de perfiles que los profesionales de los cuatro cibermedios mantienen en Twitter (n=1.196 perfiles) y la actividad orientada a la participación llevada a cabo por este mismo conjunto de perfiles individuales (n=1.569 tuits) junto con la actividad generada por los perfiles organizacionales de estos cibermedios, tanto en Twitter como en Facebook (n=1.525 tuits y n=1.372 publicaciones de Facebook). Con objeto de lograr contexto y triangular resultados, se desarrollan entrevistas en profundidad a los responsables de la gestión participativa de los cuatro cibermedios, que ofrecen sus valoraciones, perspectivas y experiencias.
Los resultados respecto a la oferta participativa muestran que los cibermedios estudiados cumplen con su responsabilidad ofreciendo mecanismos de rendición de cuentas al servicio de la transparencia productiva y de su propia capacidad de respuesta, pero desaprovechan oportunidades para brindar cierta transparencia sobre sí mismos como actores mediáticos. En las fases del proceso de producción informativa previas a la publicación, las fórmulas participativas incorporadas en sus sitios web muestran unos diarios abiertos a la escucha, pero renuentes a compartir la selección informativa o la edición de las piezas periodísticas con sus lectores. Así, las fases productivas posteriores a la publicación ―distribución e interpretación― son las más beneficiadas por una notable oferta participativa dispuesta en los sitios web estudiados.
A pesar de esta resistencia a compartir las fases iniciales de la producción informativa, la investigación concluye que los cibermedios estudiados presentan una agenda de portada sensible a la participación ciudadana, que se traduce en un protagonismo más duradero para aquellos asuntos periodísticos que coinciden con los más leídos en el sitio web o con los ‘temas del momento’ en Twitter. Aunque prevalece el distanciamiento entre los tratamientos informativos preferidos por los periodistas (duros) y los más leídos (blandos), son los primeros los que logran catalizar mayores métricas participativas (número de comentarios y tiempo como ‘temas del momento’), lo que tiende puentes que salvan esa brecha, al menos con la audiencia más activa. El tratamiento informativo de los temas se convierte así en un factor catalizador de la participación, en concomitancia con otros como la permanencia y posición en portada, la coincidencia con las agendas ciudadanas estudiadas y el horario de publicación.
En Twitter, los datos obtenidos respaldan que la presentación de los periodistas en sus propios perfiles subraya aspectos profesionales por encima de los íntimos o personales, una ‘apariencia’ que contribuye a una clara delimitación e identificación ocupacional por parte de otros usuarios previa a cualquier tentativa de interacción. En cambio, los profesionales no suelen promocionar en sus perfiles de Twitter formas de contacto alternativas ni tienden a explicitar marcos comunicativos para la interacción con sus audiencias, de lo que se infiere que sus ‘modales’ participativos resultan limitados. En cuanto a su ‘actuación’, las interdependencias entre las distintas métricas de actividad social visibles en los perfiles profesionales estudiados en Twitter ―la antigüedad en la red social, su número de seguidores, seguidos, publicaciones o ‘me gusta’― atesoran una potencial relevancia para delimitar las oportunidades de interacción que pueden fructificar con la audiencia activa.
En lo relativo a la actividad en redes sociales asociada a la participación, mientras que los perfiles profesionales en Twitter presentan una cantidad notoria de publicaciones participativas-conversacionales vinculadas a los procesos de rendición de cuentas y producción informativa, los perfiles organizacionales muestran una predominante monotonía discursiva orientada a la transmisión de contenidos. Entre estas publicaciones participativas realizadas por los perfiles profesionales analizados en Twitter, las relacionadas con la rendición de cuentas ante la audiencia son las más frecuentes. En contraste, los perfiles organizacionales apenas aprovechan las redes sociales con este propósito. En consonancia con la oferta desvelada en los sitios web, las publicaciones participativas de los perfiles profesionales en Twitter y de los perfiles organizacionales en Twitter y Facebook que inciden más habitualmente en la producción informativa se vinculan a la fase de interpretación.
En líneas generales, la participación ciudadana es percibida como beneficiosa y positiva para los fines del periodismo desarrollado en los cibermedios estudiados, aunque su impulso estratégico no se explica por motivos relacionados con la mejora democrática, sino que responde a la inercia de ciertas premisas ciberculturales ampliamente asumidas por los profesionales y que actúan como axioma fuera de cuestión. El desarrollo de la comunidad en el seno de los cibermedios analizados muestra síntomas de ralentización, mientras que la aproximación organizacional a las redes sociales queda condicionada por los esquemas difusivos bajo los que se plantea. Por último, se sugiere que la consolidación de las prácticas asociadas al periodismo participativo no puede ser desligada de elementos culturales y estructurales de toda naturaleza que son explorados en este trabajo y que condicionarían el impacto y éxito de la participación en los diarios estudiados.
Palabras clave: periodismo digital, participación ciudadana, cibermedios, periodismo participativo, producción informativa, rendición de cuentas, Twitter, Facebook.
ABSTRACT
This doctoral thesis attempts to make a contribution of interest in the study of digital journalism and its openness to the participation of citizens, characterized as a phenomenon of political nature regulated by a professional culture that has gradually normalized the practice of a participatory journalism that promotes and integrates the contributions of nonprofessionals in their informative labor. In this way, our work deepens in the theoretical foundations that have settled these digital processes of news production and self-regulation open to participation, which are studied in four leading digital news media in the Spanish sphere: El País, El Mundo, El Confidencial and El Diario.
Specifically, this research examines up to five dimensions related to the impact of citizen participation in these online newspapers. First, we try to specify what offer of accountability and participation mechanisms available on these websites have an impact on news production. Within the framework of these initiatives, we set ourselves the objective of indicating what interrelationships occur between the news agendas set in their homepages and those modeled by the activity of citizens. The relevance of social networking platforms as an arena for permanent contact between journalists and citizens invites us to analyze how the presentation of these professionals to other users can condition participatory exchanges and what activities related to participation they develop there. Lastly, we try to define what strategies and perceptions about the participatory impulse prevail in the studied newsrooms.
Based on a mixed methodological design that combines qualitative and quantitative techniques, the study period was set at the first 15 days of June 2017. The participatory offer of the examined digital news media is approached through a qualitative observation of their websites that shows the effective implementation of these initiatives. Content analysis is the technique used to determine if the agenda-building process on these newspapers is in tune with the activity that the audience makes visible through their readings ('most read’ classifications), number of comments and minutes as Twitter’s trending topics in Spain (n=3,600 topics).
This same methodology satisfies our exploration of social networking platforms, where we analyze the presentation projected by the census of profiles maintained by the professionals from the four digital news media on Twitter (n=1,196 profiles) and the activity oriented to participation carried out by this same set of individual profiles (n=1,569 tweets), along with the activity generated by the organizational profiles of these newspapers, both on Twitter and Facebook (n=1,525 tweets and n=1,372 Facebook posts). In order to achieve context and triangulate results, in-depth interviews are conducted with those responsible for the participatory management of the four digital news media, which provide their assessments, perspectives and experiences.
The results regarding the participatory offer show that the studied digital news media fulfill their responsibility by offering accountability mechanisms at the service of production transparency and their own responsiveness, but they miss opportunities to provide some transparency about themselves as media actors. In the stages of news production process prior to publication, the participatory mechanisms incorporated in their websites show newspapers open to listening, but reluctant to share the selection or edition of journalistic pieces with their readers. Thus, the post-publication production stages ―distribution and interpretation― are the most benefited by a significant participatory offer available on the studied websites.
Despite this resistance to sharing the initial stages of news production, the research concludes that the studied digital news media exhibit on their homepages an agenda sensitive to citizen participation, which translates into a more lasting prominence for those issues that coincide with the most read stories or with the trending topics on Twitter. Although the distance between the news treatments favored by journalists (hard) and the most read stories (soft) prevails, it is the former ones that manage to catalyze greater participatory metrics (number of comments and time as trending topics), which bridge that gap, at least with the most active audience. The news treatment of the topics thus becomes a catalyst for participation, in concomitance with other factors such as the interagenda coincidence, the permanence and position on the homepage or the publishing time.
On Twitter, the data obtained support that the presentation of journalists in their own profiles emphasizes professional aspects over intimate or personal aspects, an ‘appearance’ that contributes to a clear delimitation and occupational identification by other users prior to any attempt of interaction. In contrast, professionals do not usually promote alternative contact information on their Twitter profiles, nor do they tend to explain communicative frameworks for interaction with their audiences, which suggests that their participatory ‘manners’ are limited. In terms of their ‘performance’, the interdependencies between the different social activity metrics visible on the professional profiles studied on Twitter ―profile age, number of followers, following, tweets or likes― have a potential relevance to the delimitation of the opportunities for interaction that can yield results with the active audience.
Regarding the activity associated with participation on social networking platforms, while the professional profiles on Twitter present a notorious amount of participatoryconversational publications linked to the processes of accountability and news production, the organizational profiles show a predominant discursive monotony oriented to the transmission of contents. Among these participatory publications made by the professional profiles analyzed on Twitter, those related to the accountability before the audience are the most frequent. In contrast, organizational profiles barely take advantage of social networking for this purpose. In line with the offer revealed on the websites, the participatory publications made by the professional profiles on Twitter and the organizational profiles on Twitter and Facebook that most commonly affect the news production are linked to the interpretation stage.
In general, citizen participation is perceived as beneficial and positive for the purposes of journalism practiced by the studied digital news media, although its strategic drive is not explained by reasons related to democratic improvement, but rather responds to the inertia of certain cybercultural premises that act as an axiom accepted by the professionals without question. The online communities fostered by the analyzed digital newspapers show signs of deceleration, while the organizational approach to social networking platforms is conditioned by the diffusive schemes under which it is presented. Finally, it is suggested that the consolidation of practices associated with participatory journalism can not be separated from cultural and structural elements of all nature that are explored in this work and that would condition the impact and success of participation on the studied newspapers.
Keywords: digital journalism, citizen participation, digital news media, participatory journalism, news production, media accountability, Twitter, Facebook.
INTRODUCCIÓN
DEFINICIÓN DEL PROBLEMA Y DELIMITACIÓN DEL OBJETO DE ESTUDIO
La presente tesis doctoral1 se enmarca dentro de los estudios sobre Periodismo como especialización propia de las disciplinas estudiadas por las Ciencias de la Comunicación en el ámbito de las Ciencias Sociales. Se trata de un trabajo monográfico, pero con ambición panorámica, pues pretende retratar con el mayor número de datos cuál es el impacto de las prácticas propias de un periodismo participativo en la prensa digital española de referencia. Por lo tanto, nuestro problema de estudio involucra a un conjunto de actores profesionales e instituciones periodísticas que en los últimos años han normalizado paulatinamente la incorporación de la actividad y la voz de los ciudadanos digitales.
Como objeto de estudio, la participación de las audiencias en la labor periodística en red ha suscitado una notable producción científica paralela a la creciente apertura del periodismo digital a las contribuciones de sus antaño audiencias pasivas. Aunque se trata de un fenómeno eminentemente contemporáneo, los desarrollos de este periodismo participativo son herederos de toda una genealogía de teorías, prácticas e incluso movimientos de profesionalismo que han planteado creativas soluciones participativas a las tribulaciones del periodismo y la democracia.
En este sentido, nuestro trabajo se desarrolla en un periodo de cierta madurez en los estudios de este ámbito, que ha contribuido a superar las insatisfacciones derivadas de las optimistas investigaciones iniciales que habitualmente lamentaban que la participación digital no completara determinadas pretensiones normativas. No obstante, todavía persisten enfoques y aproximaciones escépticas y descreídas, aparejadas a la concepción de la participación como una mera moda cuyos espacios serían incapaces de constituir una extensión próspera de la esfera pública, a causa de la pasividad ciudadana o de climas de conversación incivilizados y alejados de cualquier ideal racional-deliberativo.
1 Esta investigación ha sido realizada con el apoyo de una beca predoctoral de la Fundación Séneca, Agencia de Ciencia y Tecnología de la Región de Murcia. La ayuda se produjo en el marco del Plan de Ciencia y Tecnología de la Región de Murcia, con financiación del INFO y del FEDER de hasta un 80%.
Por tanto, la presente investigación alude a la idiosincrasia propia de la cultura profesional de los periodistas, escindida en dos niveles de estudio: el plano organizacional ―las empresas periodísticas desarrollan estrategias respecto a la participación digital― y el plano más individual ―en contextos como las redes sociales, es el propio profesional quien decide en qué tiempos, formas y modos desea aprovechar o ignorar la actividad de la audiencia―.
Tal y como se detalla en la justificación del trabajo, el escenario de los cibermedios españoles se muestra propicio para contrastar cómo las redacciones se aproximan a los diferentes espacios digitales en los que fragua la colaboración entre profesionales y ciudadanos, entre los que destacan el sitio web y las redes sociales de evidente interés periodístico, como Twitter y Facebook. A partir de estas premisas, lanzamos una mirada multidimensional para comprobar el impacto y el alcance real de las prácticas participativas en cuatro cibermedios de prestigio elegidos en razón a su liderazgo en audiencia: dos de matriz impresa (ElPais.com y ElMundo.es) y dos nativos digitales (ElConfidencial.com y Eldiario.es).
Para tal empresa, consideramos relevante conocer cómo se vehiculan y materializan los intercambios participativos que afectan tanto a la producción informativa como a la rendición de cuentas de estos cibermedios. De entre todas las fórmulas y mecanismos participativos, algunos poseen potencial relevancia en la selección temática y la construcción de la agenda informativa, al visibilizar cómo fluctúan el interés y las conversaciones de la audiencia sobre determinados asuntos. Por tanto, otro foco de nuestro interés radica en comprobar si la agenda profesional se mantiene afín o se distingue de los intereses que los ciudadanos explicitan a través de fórmulas dispuestas tanto en el seno del cibermedio (clasificaciones de ‘lo más leído’ y comentarios) como en redes sociales (‘temas del momento’ en Twitter).
Precisamente fuera del sitio web del cibermedio, las redes sociales se erigen como un espacio de contacto continuo entre periodistas y audiencias, en el que la presentación que los profesionales realizan de sí mismos a través de sus perfiles individuales debe ser considerada y estudiada como circunstancia previa a cualquier intercambio participativo con terceros. Nuestro interés por este componente identitario se complementa con la exploración de las actividades participativas llevadas a cabo en esos perfiles profesionales, que resultan valiosas en términos equivalentes cuando son emprendidas por los perfiles organizacionales que conforman la voz colectiva de cada cibermedio.
El último vector de investigación que añade trascendencia a este conjunto de prácticas profesionales orientadas a la involucración de la audiencia en la labor periodística consiste en la importancia concedida a su gestión, que ha favorecido la aparición de novedosos roles profesionales y equipos especializados en las redacciones, dedicados a diseñar estrategias comunitarias y cultivar conversaciones prolíficas con la audiencia.
ANTECEDENTES Y ESTADO DE LA CUESTIÓN
La participación mediática de la ciudadanía en los medios de comunicación ha sido habitualmente estudiada desde la premisa de la existencia de un desequilibrio de poder entre medios y ciudadanos, rebajado a través de una tríada conceptual que distingue entre procesos de acceso, interactividad y la propia participación (Carpentier, 2007b y 2011d). La discusión académica también se ha visto influenciada por la concepción misma desde la que se han estudiado los receptores de los medios de comunicación, distinguidos como audiencias consuntivas o como públicos activos (Livingstone, 2005), potencialmente capaces de participar con distinta intensidad en las informaciones periodísticas (Carpentier, 2011d; Ahva, 2017b).
La implicación de los receptores mediáticos más activos ha sido considerada como una forma legítima de participación política (Bucy y Gregson, 2001; Bucy, 2005; Bucy y Groshek, 2017) que se vincula a las tradiciones normativas y modelos de democracia cercanos al republicanismo y a la democracia deliberativa (Habermas, 1986; Fishkin, 1991 y 1995; Cohen, 1997; Christians et al., 2009) en los que se espera de los ciudadanos una involucración efectiva en los asuntos públicos a través del foro común que la prensa facilita para un debate informado, objetivo e inclusivo (Arroyas Langa, 2008).
Los estudios centrados en la participación mediática también se han visto enriquecidos por las aportaciones crítico-radicales inspiradas en la pedagogía dialógica de Paulo Freire (2005) y por el debate surgido en torno a los desequilibrios en los flujos informativos denunciados en el Informe MacBride (MacBride et al., 1987; Servaes, 1999 y 2000; Carbonell, 2011). Desde esta inspiración surgen medios alternativos y comunitarios, en esencia participativos (Downing et al., 2001; Rodríguez, 2001; Atton, 2002), que desde la periferia cultural cubren temas minoritarios u ofrecen visiones contestatarias con las que habitualmente trasladan los grandes medios. La popularización de Internet intensificaría la aparición de estos medios intrínsecamente críticos con los valores de la cultura ocupacional periodística, ejemplificados de forma paradigmática en la red activista de contrainformación digital conocida como Indymedia (Downing, 2003; Platon y Deuze, 2003; Allan, 2006; Atton, 2007).
Estos y otros avatares históricos que han configurado la identidad del periodismo moderno sembrarían un ethos de prácticas, actitudes y contextos que aliviarían la asimetría del monólogo mediático mediante la apertura de una serie de ventanas a la participación de sus audiencias (McNair et al., 2003), que también han sido incentivadas desde la sociedad civil y las administraciones públicas (Herrera Damas, 2008). Esta permeabilidad participativa del sistema de medios ha sido variable en función de la idiosincrasia y las posibilidades técnicas de los propios canales mediáticos que, en el caso de la prensa, ha tenido como vehículos sobresalientes las cartas al director (Pastor, 2010a), las tribunas abiertas y la figura mediadora del defensor del lector.
Desde el lado profesional, la propuesta más sólida y de mayor calado en lo referente a ubicar al ciudadano en el corazón del quehacer periodístico se alcanzó mediante el revisionismo que emprendió el periodismo cívico (Charity, 1995; Rosen, 1996 y 1999; Glasser, 1999; Echart y Canel, 2000; Álvarez, 2000a; Haas, 2007). Inspirados en el pensamiento del filósofo John Dewey (2004), los académicos y profesionales que impulsaron este movimiento se propusieron confiar en la capacidad de los ciudadanos para orientar la agenda informativa identificando los asuntos públicos (Miralles, 2001; Ahva, 2010). El ocaso del periodismo cívico coincidió en el tiempo con la promesa de interactividad que ofrecían los cibermedios, por lo que la identificación del periodismo participativo de la red como evolución del cívico es una constante que ha sido estudiada y explorada en investigaciones previas (Witt, 2004; Nip, 2006; Rutigliano, 2007; Pastor, 2010b; Rosenberry y St. John III, 2010).
El periodismo participativo propio de los cibermedios surgirá entonces como un objeto de estudio académico de forma paulatina y alrededor de las oportunidades tecnológicas, los cambios en las rutinas profesionales y la incorporación ciudadana a la producción informativa en el sistema de medios. Así, el interés académico por la participación en el campo del ciberperiodismo se origina a partir del año 2003, momento en el que confluyen cierto tecno-optimismo y la retórica del empoderamiento del usuario propia de la Web 2.0 (Borger et al., 2013), desde aproximaciones académicas con frecuencia desarrolladas bajo la convicción de que los ciudadanos son capaces de mejorar el periodismo si se les da la oportunidad (Abbott, 2017).
El proceso de convergencia auspiciado por la transformación digital que experimentaron las redacciones de medios tendría como uno de sus elementos fundamentales a una audiencia activa (Domingo et al., 2007) con potencial para ejercer interactividad en diferentes niveles (Rost, 2006; García de Torres, 2010; Masip y Suau, 2014). Como consecuencia, se produce una normalización participativa en las redacciones (Singer, 2005; Robinson, 2006), que tendrá continuidad e incluso mayor predicamento con la llegada y generalización del uso de las redes sociales como herramienta periodística (Lasorsa et al., 2012; Bossio y Bebawi, 2016).
La universalización de todo tipo de prácticas periodísticas participativas ha contribuido a la vigorización de un panorama de medios profesionales y ciudadanos cada vez más apoyados en la participación, que han puesto en práctica filosofías colaborativas y modelos de negocio diversos, aunque precisamente en la literatura se detecta cierto desencanto con que sean razones puramente comerciales (y no de mejora democrática) las que puedan hallarse detrás del impulso participativo en los medios (Vujnovic, 2011; Noguera Vivo et al., 2013; Manosevitch y Tenenboim, 2017).
En este sentido, dentro del campo de investigación del ciberperiodismo los investigadores han profesado una gran fe en el potencial democratizador de las TIC y el cambio tecnológico, y la literatura específica es especialmente reverente con los postulados de algunos teóricos como Bowman y Willis (2003), Gillmor (2003 y 2004), Bruns (2004; 2005; 2006; 2008a y 2008b), Rosen (2006), Shirky (2008), Jenkins (2006 y 2008) o Jarvis (2015). Muchos de los trabajos relacionados se han construido sobre presupuestos ciberculturales que terminarían por ser elementales en la concepción y articulación de un periodismo participativo como objeto de estudio (Lévy, 1997; Benkler, 2006; Jenkins, 2008).
La amplitud semántica del concepto ‘periodismo participativo’ y la vaga distinción respecto a otras nociones a menudo empleadas como sinónimas (especialmente, ‘periodismo ciudadano’ y ‘contenido generado por el usuario’) ha contribuido a la disgregación de la literatura, agravada por la escasez de estudios iniciales que presentaran clarificaciones unívocas del fenómeno para deslindarlo de otras prácticas afines (Nip, 2006; Singer et al., 2011; Abbott, 2017). La mayor parte de definiciones referentes a la participación periodística en Internet se basan en dinámicas de interacción, condicionantes tecnológicos y los grados de colaboración entre profesionales y ciudadanos. Esta colaboración ha sido clave para entender la producción informativa como un proceso abierto (Robinson, 2011a; Hermida, 2012b) y deudor de la filosofía open source (Lewis, 2011; Lewis y Usher, 2013), y en cuyas distintas fases productivas puede incidir la participación ciudadana (Domingo et al., 2008; Heinonen, 2011; Hermida, 2011).
En los primeros estadios de la producción informativa, la monitorización de las conversaciones ciudadanas se ha convertido en una práctica ampliamente ejercida en las redacciones, atentas a los protagonistas de aquellos asuntos a los que los usuarios otorgan relevancia en las diferentes plataformas de la Web social. En la misma línea, la apertura de todo tipo de canales de contacto digital es una manifestación inequívoca del interés por capitalizar fuentes informativas, especialmente ante noticias de última hora y en contextos de crisis (Brown-Smith, 2012; Allan, 2013; Hermida et al., 2014). El gatekeeping y el framing que tradicionalmente se han considerado aspectos centrales de la actividad profesional se convierten en procesos cada vez más participados y distribuidos en red (Shoemaker y Vos, 2009; Singer, 2014; López-Meri, 2015b; Meraz y Papacharissi, 2016; Nielsen, 2017).
La amplia extensión de prácticas de selección informativa basadas en la actividad de la audiencia ―tales como la curación, la agregación o la verificación digital de contenidos― evidencia una disposición a integrar de forma reactiva estos materiales de interés informativo (Bradshaw, 2011; Buttry, 2012; Redondo, 2018).
En este ecosistema informativo, la audiencia activa posee potencial para incidir en la construcción de la agenda mediática (Lee et al., 2012; Nguyen, 2013; Vu, 2013; Tandoc Jr. y Thomas, 2015, Welbers et al., 2016), lo que plantea interrogantes sobre qué dinámicas de interrelación se producen entre las agendas definidas por la tradicional oferta profesional y las visibilizadas demandas ciudadanas (Justel-Vázquez et al., 2016), que habitualmente se describen como enfrentadas o separadas por una brecha insalvable: los profesionales prefieren temas y tratamientos diferentes a los ciudadanos, tanto en los cibermedios (Schaudt y Carpenter, 2009; Anderson, 2011a; Boczkowski y Peer, 2011; Boczkowski y Mitchelstein, 2015; Mitchelstein et al., 2016) como en las redes sociales (Groshek y Groshek, 2013; Tous Rovirosa et al., 2015; Rogstad, 2016).
La edición de las propias piezas digitales también ha experimentado la progresiva incorporación de las voces ciudadanas al relato periodístico, a través de múltiples posibilidades de inclusión (Nip, 2010), materializadas en cibergéneros y formatos colaborativos que integran interactividad y contenidos generados por el usuario (Hermida y Thurman, 2008; Hermida, 2011; Masip y Suau, 2014). Una vez consumada la publicación de una información digital, la producción científica se ha centrado en evaluar el rol del ciudadano en la difusión informativa (Rost, 2012b; Noguera-Vivo et al., 2013; Singer, 2014; Guallar et al., 2016; López-Meri, 2016; Villi y Noguera-Vivo, 2017) y en la interpretación conjunta de las piezas periodísticas.
Es en este último estadio en el que adquieren relevancia los debates surgidos en los comentarios de las piezas, cuya calidad y valor han suscitado reflexiones esperanzadoras (Ruiz et al., 2010; Pastor y Martínez-Martínez, 2013; Hille y Bakker, 2014; Weber, 2014; Graham y Wright, 2015; Chen y Pain, 2017), pero también sombrías (Masip, 2011; Díaz-Noci et al., 2012; Perales-García, 2014; Calvo, 2015; Torres da Silva, 2015) o incluso ambivalentes (Nagar, 2009; Diakopoulos y Naaman, 2011a y 2011b; Reich, 2011; Canter, 2013).
La expansión de la cultura participativa digital y la creciente implementación de fórmulas participativas en cibermedios plantea no pocos desafíos. La fiscalización ciudadana de la labor periodística (Wall, 2015) sumada a las posibilidades de apertura y transparencia que facilita el entorno digital han coadyuvado a la implantación de mecanismos digitales de rendición de cuentas cada vez más participativos (Fengler et al., 2014; Suárez-Villegas et al., 2017), que contribuyen a mejorar la transparencia del actor mediático y de su producción al tiempo que desarrollan su capacidad de respuesta ante la audiencia (Maier, 2005 y 2007; Heikkilä et al., 2012; Silverman 2012d, 2014a y 2014c). Especialmente en lo relativo a la transparencia productiva, los cibermedios han tendido a mostrarse opacos, tal y como reflejan los estudios nacionales (Redondo y CamposDomínguez, 2016) e internacionales (Karlsson, 2011b; Fengler et al., 2014).
Por otro lado, la generalización para usos periodísticos de redes sociales, como Facebook y especialmente Twitter (Gulyas, 2013; Canter, 2015), ha conducido a la consagración de esta como un ambiente para el periodismo (Burns, 2010; Hermida, 2010) en el que cobra especial importancia la identidad y la actividad que desarrollan los profesionales en sus perfiles individuales y en los perfiles organizacionales con los que representan a sus medios. En virtud de ello, las redes sociales se han consolidado como instrumentos relevantes para localizar datos y fuentes, informar, distribuir y promocionar contenidos periodísticos (López-Meri, 2015a), lo que ha trastocado normas profesionales asentadas y convertido la producción informativa en una negociación cada vez más colectiva (García de Torres y Hermida, 2017).
Las expectativas de que estos espacios compartidos faciliten el ejercicio de un periodismo más dialógico han sido elevadas, si bien la aplicación de un modelo de comunicación ritual-conversacional como el teorizado por James W. Carey (1989) no ha sido predominante en las prácticas de los cibermedios españoles, que han primado la transmisión informativa de contenidos propios por encima de los intercambios participativos (Noguera-Vivo, 2010; García de Torres et al., 2011; Requejo Alemán y Herrera Damas, 2011 y 2014; Doval, 2014; Pérez-Soler y Micó-Sanz, 2015; Pérez-Soler, 2016). Con todo, existe evidencia de que los perfiles individuales de los profesionales en Twitter muestran mayor interacción que los perfiles organizacionales de sus cibermedios (Lasorsa et al., 2012; Artwick, 2013; Marta-Lazo y García Idiakez, 2014) y de que conversan sobre aspectos vinculados a la transparencia de su labor (Fengler et al., 2014; Hedman, 2016).
Por otra parte, las incertidumbres y posibles perjuicios asociados a estas y otras conductas de los profesionales presentes en redes han conducido a muchas empresas informativas a tratar de regular la actividad y modos de relación de este colectivo mediante normativas internas de medios sociales (Herrera Damas, 2011 y 2013; Rost, 2012b; Ure, 2013; Opgenhaffen y Scheerlinck, 2014). En este sentido, los estudios que abordan aspectos identitarios de los periodistas en Twitter apuntan a que estos se presentan ante la audiencia mostrando detalles privados y personales (Lasorsa et al., 2012; Cozma y Chen, 2013; Vis, 2013; Steensen, 2016; Hanusch y Bruns, 2017). Otros subrayan que se identifican primordialmente a través de características profesionales (Hanusch y Bruns, 2017; Hanusch, 2018), si bien un número significativo mezcla esta información con la personal. Este acento en aspectos de su vida privada y opiniones propias de la intimidad (Molyneux, 2015) contrasta con el discurso objetivista de la norma profesional, lo que acarrea toda una serie de tensiones latentes y decisiones complejas para el periodista: difundir información vs. fomentar la interacción; ser factual vs. ser opinativo; compartir información personal vs. información profesional; y desarrollar una autopromoción de manera implícita vs. explícita (Brems et al., 2017; Olausson, 2017).
La construcción de una comunidad en torno a la marca mediática es otra tarea compleja, a menudo atendida por perfiles profesionales especializados en intercambios participativos, tales como los gestores de la comunidad o los especialistas en redes sociales. Estos a menudo coordinan una oferta de fórmulas de participación que puede desplegarse sin una estrategia que la respalde, mientras que en otras ocasiones responde a estrategias predefinidas y modeladas por la experiencia, con las que se pretenden alcanzar de forma consciente modelos de comunidad en los que la participación incida en la producción, las relaciones o el marketing del cibermedio (Heinonen, 2011; Masip y Suau, 2014).
La concepción misma del fenómeno participativo en el seno del cibermedio oscilará, por tanto, entre dos polos, en función de la confianza en estas iniciativas y los objetivos que se deseen alcanzar a través de ellas. El acercamiento más desconfiado tiende a limitarse a motivar reactivamente a los miembros de la audiencia para que participen únicamente en las etapas finales del proceso de producción informativa ―distribución e interpretación―. Por el contrario, los cibermedios más optimistas tratan de aproximarse a los usuarios como ciudadanos, para tratar de involucrarlos como público en las fases productivas iniciales y más creativas, como el acceso, la selección y la edición informativa (Domingo, 2011b; Masip et al., 2015a; Lawrence et al., 2017).
La exploración académica ha señalado reiteradamente la idea de que el impacto del periodismo participativo podría haber quedado mitigado por el marcado choque entre el control al que aspira la ideología ocupacional periodística y los ideales de una cultura participativa abierta (Lewis et al., 2010; Lewis, 2012; Kreiss y Brennen, 2016). Esta circunstancia se habría traducido en la renuencia de los profesionales a ceder espacio a la participación, lo que ha estimulado que las opciones participativas más empleadas sean aquellas que menos desafían la autoridad profesional, especialmente las que suministran interpretaciones para las piezas una vez que estas ya se han publicado (Domingo et al., 2008; Harrison, 2010; Robinson, 2010; Singer, 2010; Williams et al., 2011b; Lawrence et al., 2017).
Asimismo, los gestores participativos de los cibermedios tratan de avivar las motivaciones o gratificaciones mediante estímulos participativos. En este sentido, parte de la academia ha resuelto que los ciudadanos muestran poco interés en participar a pesar del impulso profesional (Bergström, 2008; Rost et al., 2008; Karlsson et al., 2015), por lo que los cibermedios parecen enfrentarse a una audiencia mayoritariamente silenciosa (Barnes, 2016; Ananny, 2017), cuyas contribuciones visibles resultan más escasas que otro tipo de aportaciones más sutiles o a menudo inadvertidas (Costera Meijer y Groot Kormelink, 2015), pero que contribuyen igualmente a generar comunidad mediante todo tipo de reciprocidades (Lewis et al., 2014; Borger et al., 2016).
Los gestores de la participación también deben lidiar con sectores de la audiencia activa que desarrollan una participación incívica y, por tanto, peligrosa para la integridad reputacional y la salvaguarda legal del cibermedio (Meltzer, 2014; Santana, 2014; Rösner et al., 2016). Por tanto, es esencial la implantación de políticas de gestión participativa y estrategias de moderación que limiten el volumen de intervenciones ciudadanas susceptibles de causar problemas (Pinto et al., 2010; Arrese Iriondo, 2014; Domingo, 2015; Romero-Domínguez y Suárez-Romero, 2016), habitualmente vinculados a la difamación, el lenguaje ofensivo y la propiedad intelectual (Singer, 2011). Asimismo, el cuerpo legislativo desarrollado al amparo de los diferentes ordenamientos jurídicos internacionales genera no pocos conflictos entre el sistema de medios y los derechos de la ciudadanía participan
ELECCIÓN Y JUSTIFICACIÓN DEL TEMA
Desde su concepción, creímos que abordar este objeto de estudio era conveniente por varios motivos lo suficientemente consistentes como para justificar una investigación, que razonamos a continuación:
1. Creemos que la investigación es conveniente debido a su pertinencia temporal, en la que se conjuga el asentamiento de muchas prácticas participativas en el periodismo digital con el firme desarrollo en paralelo de un campo de estudio en el ámbito académico cuyos enfoques han alcanzado cierto grado de madurez. Steensen y Ahva (2015) constatan el interés por nuestro objeto de estudio: la palabra clave “citizen journalism” fue la segunda que más creció (después de “objectivity”) en los artículos publicados entre 2000 y 2013 en dos de los journals consagrados al periodismo más reconocidos en el ámbito internacional: Journalism y Journalism Studies.
2. Defendemos que la investigación posee relevancia social, en tanto estudia el valor de las contribuciones ciudadanas a la labor periodística y profundiza en los modos en los que el periodismo profesional las aprovecha. Los principales beneficiados de los resultados previstos son las organizaciones periodísticas y los profesionales, si bien la repercusión social de las prácticas participativas en medios digitales también ha merecido nuestra consideración: un estudio realizado por Masip y otros (2015a) mediante encuestas a una muestra representativa del universo de estudio que comprende a los españoles mayores de 14 años con acceso a Internet determinó que el 83,1% de ellos concedía mucha importancia a la participación en cibermedios. En 2017, el informe Digital News Report recogía que el 53% de los usuarios españoles compartía noticias online semanalmente y uno de cada tres las comentaba, lo que les situaba entre los más participativos del mundo (Amoedo, VaraMiguel, y Negredo, 2018).
3. En cuanto a las implicaciones prácticas, el presente trabajo puede ser de utilidad a los profesionales del periodismo digital, y no solo de los cibermedios que conforman el caso de estudio, pues esperamos poder extraer conclusiones y conocimiento útil para gestión y el diseño de estrategias participativas. Ya en el ámbito personal, el autor de la presente investigación ha sido profesor responsable de la asignatura Periodismo Cívico desde su inclusión como materia de cuarto curso del Grado en Periodismo en la Universidad Católica San Antonio de Murcia. La culminación de este trabajo será, en cierto modo, una forma de plasmar y al tiempo devolver gran parte del conocimiento adquirido mediante el contacto con estudiantes y profesionales en las aulas.
4. Creemos que el valor teórico de la investigación radica en su interés por aportar orden en un campo de conocimiento extenso, y en que la información recogida sirva como orientación para cualquier indagación sobre participación en el periodismo digital que fructifique en el futuro. El valor de los resultados previstos en nuestra exploración permitirá conocer el impacto de este fenómeno en cuatro de las principales redacciones digitales españolas, bien sea para matizar y apoyar nociones previas o para abrir nuevas líneas de investigación. En este sentido, esperamos que la conexión de nuestros presupuestos teóricos y nuestros hallazgos empíricos pueda sugerir ideas, recomendaciones o hipótesis en estudios futuros.
5. La utilidad metodológica de la investigación reside en su diseño mixto y multimetódico, que trata de retratar desde múltiples perspectivas cómo el fenómeno amplio de la participación digital afecta a la cultura profesional en cibermedios líderes en el ámbito español desde enfoques cualitativos y cuantitativos que resultan complementarios. También es ambición de este trabajo tratar de innovar en el empleo de instrumentos para la recogida y tratamiento de grandes cantidades de datos para su análisis cuantitativo.
A partir del estado de la cuestión previo y de esta exposición razonada de motivaciones para emprender el presente trabajo, concretamos las siguientes preguntas de investigación e hipótesis.
PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN E HIPÓTESIS
La pregunta general (PG) de investigación que plantea este trabajo es exploratoria o descriptiva y se basa en el corpus teórico que asocia la incidencia de la participación ciudadana digital en las rutinas de producción informativa y de rendición de cuentas en cibermedios:
PG: ¿Cuál es el impacto de la participación ciudadana desarrollada en los cibermedios españoles líderes y cómo afecta a sus estrategias productivas y de rendición de cuentas en los principales entornos digitales en los que los profesionales desempeñan su labor (el sitio web del cibermedio y las redes sociales)?
La amplitud de la pregunta general se presta a la formulación de preguntas de investigación específicas que, en conjunto, ayuden a responder a aquella. Así, de esta pregunta general se desgranan las siguientes preguntas de investigación específicas y secuenciadas (PN), que encuentran una explicación tentativa en forma de proposición de hipótesis alcanzadas por deducción o analogía con estudios previos, donde se admitan y correspondan.
Como se observará, las preguntas P1 y P6 poseen un carácter exploratorio y se abordarán desde métodos cualitativos, por lo que no ha lugar a hipótesis. El resto, de la P2 a la P5, sí cuentan con hipótesis que, o bien describen y pronostican tendencias o bien explican y especifican relaciones entre variables. La primera pregunta de investigación corresponde a los cuestionamientos básicos en torno al objeto de estudio, cuya respuesta será confeccionada a partir del marco teórico del trabajo:
P1: ¿Cuáles son los fundamentos teóricos y los antecedentes históricos del periodismo participativo que se desarrolla en los cibermedios, qué características y ámbitos de actuación lo delimitan y cuáles son los principales problemas que comporta su práctica?
El resto de preguntas aluden a la segunda parte del trabajo, en el que se ubica nuestro caso de estudio, con preguntas aplicadas al conjunto de cibermedios estudiados: ElPais.com, ElMundo.es, ElConfidencial.com y Eldiario.es.
P2: ¿Qué oferta participativa presentan estos cibermedios y cuál es el grado de implementación efectiva de los diferentes mecanismos de rendición de cuentas y fórmulas participativas vinculadas al proceso de producción informativa dispuestos en sus sitios web?
H2A: Los cibermedios estudiados han adoptado en sus sitios web mecanismos de rendición de cuentas que hacen más transparente al actor mediático y su producción informativa, y favorecen la capacidad de respuesta del medio.
H2B: Estos cibermedios brindan en sus sitios web un repertorio de fórmulas de participación que no transgreden competencias íntimamente características de la ocupación periodística (la selección y la edición) ejercitadas antes de la publicación.
H2C: Por tanto, la mayor parte de fórmulas participativas ofertadas se concentran especialmente en torno a la apertura de las últimas etapas del proceso de producción informativa, las posteriores a la publicación.
P3: En lo referente a la construcción de una agenda informativa más participativa, ¿qué interrelaciones existen entre los asuntos y tratamientos informativos presentes en la agenda de portada de estos cibermedios y las preferencias temáticas que visibiliza la actividad de la audiencia (mediante lecturas, comentarios y conversaciones sostenidas en Twitter)?
H3A: Los principales temas presentes en las portadas web de los cibermedios estudiados gozan de una atención profesional más duradera cuando coinciden con las agendas de temas modeladas por la actividad de la audiencia (clasificaciones de ‘lo más leído’ en sus sitios web y ‘temas del momento’ en Twitter).
H3B: Prevalece la brecha informativa que habitualmente separa los tratamientos informativos duros preferidos por los profesionales frente a los blandos predilectos para los lectores.
H3C: En consecuencia, los asuntos más leídos, habitualmente blandos, logran unas métricas participativas más elevadas en número de comentarios y tiempo como ‘temas del momento’ en Twitter que el resto de temas.
P4: En sus perfiles individuales de Twitter, los profesionales de estos cibermedios construyen una presentación que repercute en las aproximaciones participativas de la audiencia activa: ¿cómo equilibran la proyección de facetas profesionales y personales? ¿qué reglas exhiben en lo relativo a su interacción con otros usuarios de la red social? ¿y qué implicaciones poseen sus métricas de actividad social en lo referente a la participación?
H4A: En las bíos de sus perfiles, los profesionales estudiados proyectan aspectos relacionados con su profesión por encima de aspectos vinculados a su intimidad.
H4B: Los profesionales explicitan mayoritariamente en estas bíos reglas para la interacción en forma de descargos de responsabilidad sobre su actividad o emplean esta presentación para expandir las posibilidades conversacionales con la audiencia activa.
H4C: Las métricas de actividad social (años de antigüedad, número de tuits publicados, retuits, ‘me gusta’) que exhiben los perfiles profesionales se correlacionan positivamente con otras métricas que condicionan las posibilidades de intercambios participativos (número de seguidores y seguidos).
P5: ¿En qué medida la actividad de los perfiles profesionales ―en Twitter― y organizacionales ―en Twitter y Facebook― de estos cibermedios incluye contenidos participativos que inciden en la rendición de cuentas o en el proceso de producción informativa?
H5A: Los perfiles profesionales emprenden un mayor número de publicaciones vinculadas a la participación que los perfiles organizacionales, más proclives a la mera transmisión informativa.
H5B: Los perfiles profesionales y organizacionales aprovechan frecuentemente sus publicaciones con fines relacionados con la rendición de cuentas.
H5C: Las etapas de producción informativa posteriores a la publicación de la pieza periodística son las que más se benefician de los contenidos vinculados a la participación, tanto procedentes de perfiles profesionales como organizacionales.
P6: ¿Qué estrategias de gestión participativa coordinan los responsables de participación de estos cibermedios y cómo estos valoran el impacto de las prácticas y retos asociados tanto en la rutina profesional como en la construcción de una comunidad participante?
OBJETIVOS
Las preguntas planteadas orientan la formulación de una serie de objetivos. Esta tesis doctoral tiene como objetivo general (OG) contribuir al estudio de la participación ciudadana en el periodismo digital mediante la consecución de la siguiente meta:
OG: Evaluar el impacto de la participación ciudadana en la producción informativa y en la rendición de cuentas de cuatro cibermedios generalistas líderes en España (ElPais.com, ElMundo.es, ElConfidencial.com y Eldiario.es) a través de cinco dimensiones: (1) la implantación de fórmulas y mecanismos de involucración específicos en sus sitios web, (2) la interrelación entre sus agendas de portada y las visibilizadas por la audiencia, y (3) la presentación y (4) actividad participativa que sus redacciones desarrollan a través de los perfiles profesionales y organizacionales que mantienen en redes sociales; aspectos todos ellos que quedan englobados dentro de unas (5) estrategias de gestión coordinadas por responsables de participación.
El objetivo general se concreta en siete objetivos específicos (ON), que se corresponden a las dimensiones o preguntas de investigación que se pretenden responder en cada una de las etapas de nuestro trabajo:
O1: Determinar los elementos que han terminado por consolidar la participación mediática de la ciudadanía en el núcleo de una práctica profesional denominada periodismo participativo.
O1A: Explicar los fundamentos teóricos, los antecedentes históricos y los movimientos de profesionalismo que han contribuido a incardinar la participación ciudadana en la actividad periodística.
O1B: Definir las características del periodismo participativo como práctica profesional y concretar las fórmulas de participación ciudadana que afectan a la producción informativa en el ámbito del periodismo digital.
O1C: Delimitar los retos a los que se enfrenta el periodismo que emprende la elaboración de una información participada por la audiencia de la red.
O2: Identificar las características de la oferta de prácticas asociadas al periodismo participativo que los cibermedios líderes en el ámbito español aprovechan para incorporar a su rendición de cuentas y sus procesos de producción informativa.
O2A: Especificar el grado de asentamiento efectivo de los mecanismos de rendición de cuentas que facilitan la transparencia del actor mediático y de su producción informativa, así como la capacidad de respuesta organizacional.
O2B: Acreditar el grado de implantación efectiva de las fórmulas participativas en estos cibermedios que inciden en las fases de producción informativa previas a la publicación.
O2C: Señalar el grado de implantación efectiva de las fórmulas participativas en estos cibermedios que inciden en las fases de producción informativa posteriores a la publicación.
O3: Establecer el grado de reciprocidad que las agendas de portada de estos cibermedios presentan en relación a los asuntos y tratamientos que más se leen y se comentan, así como respecto a aquellos asuntos de los que más conversan los usuarios de Twitter en el ámbito español.
O3A: Contrastar si existe conexión entre los temas que reciben una atención periodística más sostenida (agenda de portada) y los que más interés en forma de lecturas en el sitio web y conversación en Twitter generan por parte de la ciudadanía.
O3B: Precisar si los tratamientos informativos a través de los cuales se presentan las informaciones incluidas en las agendas de portada y lo más leído muestran síntomas de una brecha informativa entre periodistas y ciudadanos.
O3C: Comprobar qué atributos de los temas estimulan métricas vinculadas a la participación más elevadas en lo relativo a los minutos de conversación que se les asocian en Twitter y el número de comentarios generados en el sitio web del cibermedio.
O4: Delinear la presentación estática que, como parte de su identidad digital, proyecta el censo de profesionales de los cibermedios estudiados en sus perfiles individuales de Twitter y determinar sus limitaciones y potencialidades para la involucración de una audiencia participante.
O4A: Analizar el modo en el que los profesionales compensan las facetas profesionales o personales de su apariencia a través de los elementos textuales de sus bíos.
O4B: Estudiar la forma en la que los profesionales regulan marcos y opciones para los intercambios participativos con la audiencia a través de los elementos textuales de sus bíos.
O4C: Correlacionar el comportamiento de las distintas métricas de actividad social de estos perfiles que quedan a la vista del resto de usuarios de la red social.
O5: Cuantificar la naturaleza y profundizar en el propósito de la actividad participativa de los perfiles profesionales en Twitter y de los perfiles organizacionales de las redacciones estudiadas tanto en Twitter como en Facebook.
O5A: Calcular el volumen de publicaciones de estos perfiles individuales y organizacionales en las mencionadas redes sociales que se orientan a interacciones participativo-conversacionales o, por el contrario, se vinculan a fines transmisivosreferenciales.
O5B: Medir la tendencia individual y organizacional a rendir cuentas de la actividad periodística a través de sus perfiles en las mencionadas redes sociales y compendiar un catálogo de las iniciativas emprendidas.
O5C: Discernir en qué etapas de la producción informativa inciden los contenidos vinculados a la participación que publican los perfiles profesionales y organizacionales en las mencionadas redes sociales y compendiar un catálogo de las iniciativas emprendidas.
O6: Explorar las percepciones profesionales en torno al periodismo participativo, así como las políticas y estrategias organizacionales que los responsables de participación de los cibermedios estudiados plantean en lo relativo a la integración de una participación ciudadana beneficiosa para la labor periodística.
O6A: Indagar sobre la valoración otorgada a la labor orientada a la gestión participativa, las dinámicas que la impulsan, el desempeño percibido de los diferentes mecanismos y fórmulas participativas y el lugar que ocupan en la estrategia general del cibermedio.
O6B: Inquirir sobre la importancia o trascendencia que, en el plano organizacional, se concede a la construcción de lazos comunitarios con los lectores, tanto en el sitio web como en redes sociales.
O6C: Registrar las impresiones de estos responsables sobre los retos, amenazas e incertidumbres que condicionarían la integración de la participación ciudadana en el seno de las redacciones de estos cibermedios.
ESTRUCTURA Y FUENTES
Las diferentes etapas de nuestra investigación se desarrollan en cinco capítulos, distribuidas a su vez en dos partes. La primera parte abarca los tres primeros capítulos, que conforman una revisión de la literatura vinculada a nuestro problema de estudio. Mediante el proceso de producción de conocimiento que supone este marco teórico se pretenden aportar los fundamentos necesarios mediante una búsqueda bibliográfica realizada bajo criterios de selección relacionados con las áreas temáticas en las que se circunscribe el trabajo en todo tipo de estudios y documentos (monografías, papers, revisiones, informes, piezas periodísticas…) que alumbren esta cuestión. En cuanto a la limitación temporal, el contexto tecnológico del objeto de estudio demanda que se recurra a las publicaciones más actualizadas, pero sus concepciones y alcances filosóficos requieren consultar textos clásicos de la literatura.
El procedimiento para recuperar la información y las fuentes documentales implicará el uso de las principales bases de datos bibliográficas, así como la combinación de palabras clave relacionadas, tanto en español como en inglés. Esta estrategia de búsqueda nos permitirá hacer acopio de documentos cuyos contenidos relevantes serán sintetizados en fichas tras una lectura crítica de los mismos y selectivamente empleados en el estudio. Por amor a la uniformidad en nuestro discurso, todas las citas y extractos incluidos que fueron originariamente redactados en lenguas extranjeras han sido traducidos al español por el autor de este trabajo.
En la construcción de este marco teórico se han contemplado tres ejes de disquisición principales, que responden al trío de objetivos secundarios del objetivo
O1 y se materializan a su vez en los tres capítulos que componen el marco teórico. Dedicamos el capítulo 1 a esclarecer los fundamentos teóricos y antecedentes de la participación ciudadana en los medios de comunicación social.
En el capítulo 2 se arroja luz sobre la conceptualización y delimitación del periodismo participativo en cibermedios, su desarrollo histórico y las repercusiones para el escenario profesional y la labor de producción informativa profesional.
Por último, el capítulo 3 refleja los retos periodísticos asociados a la participación en cibermedios, entre los que se incluyen desafíos de orden deontológico, práctico y jurídico.
En la segunda parte del trabajo se establece la aproximación epistemológica y el caso empírico de estudio, formado por un caso de estudio de cuatro cibermedios líderes en España cuya composición responde a criterios de relevancia convenientemente descritos y justificados en el capítulo 4. En este apartado también se explican las diferentes metodologías empleadas en los 15 días de ejecución del diseño mixto planteado para la consecución de los objetivos propuestos. La observación cualitativa es empleada para determinar la presencia e implementación de fórmulas participativas que inciden en la producción informativa profesional y la rendición de cuentas (O2). El análisis de contenido es el instrumento elegido para determinar con precisión cuantitativa las interrelaciones producidas entre las agendas profesional y ciudadana (O3), así como para describir las implicaciones participativas derivadas de identidad proyectada por los profesionales en Twitter (O4) y la actividad que desarrollan a través de sus perfiles individuales en esta misma red social y organizacionales, tanto en Twitter como en Facebook (O5). Por último, las entrevistas en profundidad a responsables de la gestión participación tienen el objetivo de esclarecer aquellos aspectos relacionados con las percepciones, valoraciones y estrategias internas que permanecen ocultas a nuestra mirada investigadora (O6).
Los resultados obtenidos tras la aplicación de estas metodologías a los cuatro cibermedios estudiados son descritos y articulados a lo largo del capítulo 5, cuyos epígrafes siempre incluyen un resumen de resultados. La investigación culmina con una serie de conclusiones que, a modo de discusión, se suman a las implicaciones profesionales y las futuras líneas de investigación suscitadas por nuestros hallazgos.
El impacto de la participación ciudadana en el periodismo digital: un estudio multidimensional en cibermedios españoles
.