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lunes, 16 de noviembre de 2020

Análisis filosófico del concepto valor.

 Análisis filosófico del concepto valor. 

Philosophical analysis of values. 

Autor  Arturo José Sánchez Hernández.

Resumen

El autor comienza exponiendo una breve historia del uso del concepto valor. Más adelante habla de los elementos que, a su juicio, se han de tomar en consideración  al hacer un análisis de concepto general de valor. Los aborda uno a uno por separado y en su interrelación. Plantea que el mayor peso dentro del concepto "valor" recae en el elemento significación. Hace una propuesta de concepto general de valor con dos variantes atendiendo a si se asume como valor solo la significación positiva,  o también la negativa. 

Argumenta que existen diferencias entre el concepto general de valor y los múltiples conceptos particulares para cada zona o dominio axiológico, y que la mayor diferencia radica en el grado de generalización. Conceptualiza valores pertenecientes a zonas o dominios axiológicos particulares como los ético morales, político ideológicos, científico tecnológicos, artístico estéticos, de uso, históricos y terapéuticos.

Palabras Clave: FILOSOFÍA; VALORES SOCIALES; FORMACION DE CONCEPTO.

Introducción  

A pesar de que desde la antigüedad son tratados el significado de conceptos como la belleza, el bien, el mal, lo correcto y lo incorrecto, etc; por la llamada filosofía práctica; y que el término axiología proviene del griego (axios: merecedor, digno, valioso, y logos: fundamentación, concepto); no es hasta finales del siglo XIX y principios  del  XX  que podemos  decir  que  se  produce  una verdadera estructuración de un  sistema de conocimientos en torno a la teoría del valor.

El primer uso técnico que se le da a la noción de valor es en el  ámbito  de la  economía política,  por pensadores como Adam Smith  (1723-1790)  y  David Ricardo (1772-1823), De allí es que pasa al lenguaje filosófico.

A ciertas nociones de la filosofía del Inmanuel Kant (1724-1804), como  el  término  "Wert",  se  conoce  como  prototeoría  de los valores, pero el filósofo que  más utilizó la terminología con la que  acabaría  de  instrumentarse  la  teoría  de los valores fue Friedrich Nitzsche (1844-1900). Para  esta pensador los valores tienen su origen en la voluntad de poder  y son falsos,  puesto  que  son  solo  convenciones  admitidas para la supervivencia de los  débiles.  La  historia  es  una dinámica de creación y aniquilamiento de valores y proclama la  necesidad de la "transmutación de  los valores" que permitiera  el surgimiento de una nueva  cultura humana, en sustitución  de la civilización que él llama cristiana.  (1,2)

El desarrollo  de la axiología contemporánea comienza en la segunda mitad del siglo XIX en el seno del neokantismo con Rudolf Hermann Lotze (1817-1881), el cual declara que los valores no pertenecen a  la esfera del ser,  sino a la del  valer, por lo que no son entes, sino valentes. Según Lotze los valores se manifiestan en  la no indiferencia y  en la no independencia  ante  los  objetos y  entre ellos existe un orden  jerárquico y esa jerarquía  permite clasificarlos. Para este pensador a los valores se  le  contraponen los contravalores y esta  polaridad se encuentra en  la esencia de los mimos. 

En la escuela de Baden se declara el concepto de  valor como el objeto fundamental  de la filosofía. Dentro de esta corriente de  pensamiento podemos señalar como más representativos a Wilhelm Windelband  (1848-1915), fundador de esta escuela,  y a Heinrich Riskert (1863-1936). Del primero es la  primera  sistematización  de  una  teoría  del  valor  en sus "Preludios  Filosóficos"  de  1884.    

Para Windelband valor es todo aquello que suscita interés en el plano afectivo  estético, moral, social o religioso y que hacen al mundo posible. Este pensador distingue entre ser  y deber ser, y plantea  que  los  valores  pertenecen  al  orden  del deber ser. Para él los  valores figuran como el fundamento del ser y  son independientes de la razón y de la conciencia: se imponen. Por eso, los valores no son relativos, puesto que su validez es absoluta. Los valores no son colecciones de hechos empíricos ni  preferencias arbitrarias subjetivas, sino normativas ideales, a las que  se acomodan las conciencias, tanto en su ser  como en su conocer.  (3)

Riskert sigue la línea  trazada  por  Windelband: el valor no pertenece a la esfera del  sujeto, sino a la del objeto. Ahora bien, este objeto  no tiene realidad, como la  tiene el objeto de una experiencia sensible, sino que constituye un "tercer reino". Es decir, entre el reino de la realidad y el de los valores no es posible una relación si no es a través de una esfera diferente de ambas. Ese "tercer reino" está constituido por relaciones llamadas por Rickert "formaciones de sentido". La cultura, según él,  es el reino de las  formaciones de sentido. (4)

La tendencia a absolutizar el concepto de valor no es exclusiva de  la escuela  de Baden  del neokantismo, sino también de otras corrientes de pensamiento como la llamada corriente fenomenologista  vinculada principalmente  a los  nombres de  Máx Scheler  (1874-1928) y  Nicolai Hartmann (1882-1950), Estas constituyen las doctrinas idealistas objetivas fundamentales en  axiología, las cuales tienen mucho  de común con la concepción  teológica de los valores.   

Para Max Scheler los valores son objetivos y universales, y son los fundamentos del aprecio o de la desaprobación que producen en nosotros. Están ordenados jerárquicamente: desde lo agradable-desagradable, lo noble-vulgar, y los valores espirituales (bello-feo, justo-injusto, verdadero-falso), hasta lo sagrado-profano. En  esta tabla no incluye los  valores morales porque, según él, "lo  bueno" y "lo  malo" no poseen una materia específica, como los demás valores, sino que  consisten en  la realización de todos los demás según su jerarquía axiológica.  Según Máx. Scheler la  tabla de valores que él propone es inmutable y absoluta por lo que no puede ser alterada por la  experiencia.  A todo valor acompaña un  contravalor (polaridad de los valores) y su objetividad no depende de las preferencias del individuo. La independencia de los valores frente a sus respectivos depositarios es uno de los supuestos de la axiología sheleriana. Para este pensador los valores son independientes de los bienes y de los fines. (5,6)

Nicolai Hartmann, bajo la influencia de Scheler desarrolla en su Ética (1926) una reflexión ética encaminada a la crítica de toda forma de subjetivismo moral, y defiende una ética material de los valores, a los que considera plenamente objetivos. Según Hartmann la ética tiene un fundamento apriorístico, pero lo a priori no debe confundirse con lo formal, razón por la cual puede defender una ética apriorística pero material.

El psicólogo y filósofo idealista alemán Franz  Brentano (1838-1917) es considerado  como  uno  de  los  fundadores  de  la teoría de los valores.  Para Brentano  el valor  se refiere al sentimiento del mismo modo que la verdad al juicio. Los valores se fundan solo en el acto valorativo; el cual no es  un proceso racional sino emocional.  El amor  posee una peculiar inmediatez  de evidencia como  criterio acertado.  Brentano fue  el punto  de partida del subjetivismo que desarrollaron Meinong y Ehrenfels, aunque el objetivismo encontró en él un apoyo firme.

Alexius von Meinong (1853-1920) y Christian von Ehrenfels (1859-1932), discípulos de Brentano, son considerados los primeros subjetivistas sistemáticos en axiología. Estos pensadores sostuvieron una polémica en la última década del siglo XIX, en la que la discrepancia fundamental radicaba en el aspecto de subjetividad que le da validez al valor; para Meinong el placer o el agrado, para Ehrenfels el deseo. (7)

En las corrientes existencialistas, se consideran los valores más bien como fruto de la libre creación del individuo, que manifiesta así su capacidad de proyectarse fuera de sí.  Para Jean Paul Sastre (1905-1980) los valores están exentos de cualquier criterio objetivo.  La libertad individual es el único cimiento de los valores. Niega que cualquier otra cosa pueda ofrecer algún fundamento para aceptar uno u otro valor o fuente de valores. (8)

Las posiciones del positivismo con relación a la axiología pueden considerarse como la antítesis y negación de la filosofía de los valores. Desde estas posiciones se niega la existencia de la verdad valorativa y se desestiman los problemas axiológicos como problemas de investigación científica al considerarlos mera especulación teórica carente de fundamento objetivo.  Para los positivistas los juicios de valor son pseudoenunciados  que solo sirven para expresar  los sentimientos o deseos propios, así como para  despertar sentimientos en el prójimo y  estimularlo a la acción, por lo que no son verificables y quedan fuera del dominio de la ciencia. (9,10)

Dentro de los  positivistas  podemos  citar  al filósofo alemán Rudolf  Carnap (1891-1970),  el cual  fué uno de los líderes del neopositivismo,  al filosofo  inglés Alfred  J. Ayer  (1910- ), a Charles L. Stevenson, al filósofo y lógico Inglés Bertrand Russel (1872-1970), el cual es uno de los representantes más notables de neopositivismo, entre otros.

Las concepciones axiológicas de los filósofos posmodernistas  por lo general se caracterizan por ser relativistas y subjetivistas. Nada hay absoluto, todo vale o es posible que valga, puesto que el valor es considerado circunstancial. (11)

Emile Durkheim (1858-1917), Lucien Lévy-Brühl (1857-1939) y Célestin Bouglé (1870-1940)  promovieron lo que se ha denominado sociologismo axiológico. Según estos pensadores es valioso lo que la sociedad aprueba como tal. Los valores son el resultado de ciertas convenciones sociales que presuponen el apoyo de la mayoría y se promueven y reproducen a través de la cultura y  las tradiciones. (7)

El mexicano Antonio Caso (1883-1946) concibe los valores no como entes, sino como valencias sociales, ideales colectivos necesarios. Respuestas orgánicas de todos a una misma causa interior o exterior. (12)

Para el objetivismo tradicional los valores dependen por completo del objeto y existen independientemente de la voluntad y la conciencia valorativa del sujeto. Consideran que la fuente de los mismos se encuentra en un mundo trascendental, suprahumano, eterno e invariable, por lo que consideran a los valores como inmutables a pesar de los cambios evolutivos de la sociedad. Desde estas posiciones resulta imposible explicar de manera convincente las diferencias culturales que existen entre distintos pueblos. (7)

Para las concepciones subjetivistas los valores dependen por completo de la subjetividad, individual o colectiva, independientemente de las características del objeto.  La debilidad de estas concepciones estriba en que la subjetividad individual o colectiva puede estar errada.

Haciendo un análisis crítico de las concepciones mencionadas, el filósofo argentino Risieri Frondizi (1910-1988) se propone superar las limitaciones de estas.  Plantea que los valores dependen tanto de las propiedades de los objetos como de las necesidades humanas que se traducen en deseos.  Diferencia los valores de los objetos portadores o depositarios de valores denominando a estos últimos: "bienes". Argumenta que los valores necesitan de portadores o depositarios para existir y en tal sentido tienen una existencia "parásita". (13)

En Cuba el estudio de la teoría de los  valores se ha efectúa fundamentalmente desde las posiciones del  marxismo. Para Zaira Rodríguez "los valores como objetos o determinaciones espirituales no son otra cosa que la expresión concentrada de las relaciones sociales." (14)

José Ramón Fabelo Corzo (1955-), con una extensa obra dedicada a la teoría de los valores constituye un investigador de gran notoriedad dentro del pensamiento axiológico cubano. Para este pensador los valores tienen tres dimensiones: objetiva, subjetiva e instituida. (7)

La dimensión objetiva consiste en la significación social y en la forma en que cada objeto, fenómeno, suceso, tendencia, conducta, resultado de la actividad humana idea o concepción favorece u obstaculiza el desarrollo progresivo de la sociedad. En tal sentido puede hablarse de valores o antivalores o de valores positivos o negativos.  Fabelo llama “objetivos” a estos valores y al conjunto de todos ellos.: “sistema objetivo de valores”. (7)

La dimensión subjetiva está dada por la forma en que la dimensión objetiva o sistema objetivo de valores es reflejada en la conciencia individual o colectiva. (7)

La dimensión institucional esta formada por el sistema de valores instituidos y oficialmente reconocidos, sin los cuales cada individuo actuaría de acuerdo a su interpretación personal de lo valioso y en la sociedad reinaría la anarquía.  Plantea además que el marco de acción de los valores instituidos no solo es el estado nación, sino también marcos de referencias mas amplios como la humanidad o mas reducidos como la familia. (7)

La teoría de los valores ha sido abordada desde múltiples disciplinas: psicología, sociología, pedagogía, economía, política, derecho, cibernética, ética, etc., y cada enfoque hace su aporte a una concepción integral del valor. El problema comienza cuando uno de estos enfoques, valido para ese dominio axiológico, se intenta extrapolar indiscriminadamente a otros dominios axiológicos o a todos los demás, con lo que se intentará reducir la axiología a esa rama axiológica particular.  Incluso los valores de una misma zona o dominio axiológico pueden ser abordados desde la óptica de varias disciplinas, y sería un error reducirlos a un enfoque en particular.

¿Cuáles son los elementos a tener en cuenta en el análisis filosófico del concepto “valor”?, ¿Sobre cual de ellos recae el mayor peso dentro del concepto?, ¿Qué diferencia existe entre el concepto general de valor y los conceptos particulares para cada zona o dominio axiológico? ¿Cómo conceptuar los valores pertenecientes a zonas axiológicas específicas?

En el presente estudio se pretende analizar cada uno de los elementos que conforman el concepto “valor” en su interrelación, así como las diferencias más notables entre el concepto general de valor y los conceptos particulares para cada zona o dominio axiológico. También se intentará conceptuar valores pertenecientes a zonas axiológicas particulares.

Análisis del concepto general de valor

Cuando se habla de valores se hace referencia de manera explicita o implícita a los siguientes elementos:

1-     Objetos, procesos o fenómenos.

2-     Propiedades de objetos, procesos o fenómenos.

3-     Criterio axiológico general.

4-     Significación de las propiedades de objetos, procesos o fenómenos.

  Los objetos procesos o fenómenos.

Objetos, procesos o fenómenos son los elementos de la realidad dentro de los que también se encuentra el propio ser humano o determinados elementos de él como su cuerpo o su psiquis y espiritualidad.

Los valores no son los objetos, procesos o fenómenos, y esta idea aparece desde el comienzo mismo de la axiología en el seno del neokantismo, y ha sido aceptada por otras corrientes de pensamiento.

Los valores  necesitan de un portador;  existen porque un objeto, proceso  o fenómeno  los porta  a través  de sus  propiedades, por eso se dice que tienen una existencia parásita, pero el objeto proceso o fenómeno portador o depositario del valor no es el valor mismo. (13)

  Las propiedades de objetos, procesos o fenómenos.

Propiedades son las características que posee los objetos, procesos o fenómenos, dígase dureza, suavidad,  impermeabilidad, permeabilidad, flexibilidad, rigidez, transparencia, opacidad, conductividad térmica o eléctrica, rapidez, lentitud, etc. Gracias a las cualidades de los objetos es que podemos servirnos de ellos y satisfacer nuestras necesidades. Pero aunque las propiedades de los objetos procesos o fenómenos tienen una gran importancia en el análisis de los valores, no son el valor mismo.

Los objetos siempre han tenido, tienen y tendrán propiedades, lo que no siempre han tenido o tienen significación. No puede hablarse de valores o significación antes de la aparición del ser humano. La propia historia y evolución de los valores, no como teoría, sino como importancia real de las propiedades de las cosas, están íntimamente vinculadas a la historia del ser humano. Si las necesidades de la especie humana fueran muy diferentes, por ejemplo tuviéramos fotosíntesis, o nuestra reproducción fuera asexuada, las significaciones de las propiedades de determinados objetos para el ser humano, también serían muy diferentes.  

El valor presupone además la existencia actual o potencial de valoración, y para que exista esta última tiene que haber un ser capaz de valorar las significaciones de las propiedades de las cosas para él.  

Las propiedades de los objetos, procesos o fenómenos son significativas, importantes o valiosas con relación  a otro objeto, proceso o fenómeno que se toma como criterio axiológico o punto de referencia a partir del cual es que se puede evaluar tal significación o importancia.

El criterio axiológico general.

El criterio axiológico general o universal es considerado como un elemento con una importancia máxima invariable por lo que las propiedades de las cosas son significativas, importantes o valiosas, y varían su significación  en relación a él  y no a la inversa.  Por lo anterior puede decirse que funciona como punto de referencia y piedra angular en el análisis del universo de valores y antivalores.

Desde el punto de vista práctico se trata de aquello que es considerado como lo más importante a alcanzar y defender, y en cada sistema ético filosófico existen planteamientos con relación al mismo. Podemos mencionar los siguientes:

La búsqueda del placer y la evitación del dolor: Hedonismo (Cirenaicos de la Grecia antigua, epicúreos)

La felicidad o eudemonia: Eudemonismo (Demócrito (460-370 a.n.e), Sócrates (469-399 a.n.e), Aristóteles (384-322 ane), Materialistas franceses del siglo XVIII como Helvecio (1715-1771)  y Diderot (1713-1784)).

Dios a través de la caridad o a través de la imitación de Cristo Jesús: Axiología  teológica cristiana.

Ser humano: Humanismo  (Esta posición tiene antecedentes en la antigüedad con Protágoras (481-411 a.n.e). Cobra auge como movimiento ideológico en el renacimiento como expresión de lucha de la burguesía contra el feudalismo.  En general, toda doctrina que se interesa básicamente por el sentido y el valor del hombre y de lo humano, tomándolo como punto de partida de sus planteamientos. El humanismo reconoce el  valor del ser humano como persona y su bienestar como criterio supremo de valor. (15)

La máxima utilidad para el mayor número de personas, el máximo provecho para la vida individual y social: Utilitarismo. (Tiene antecedentes en la escuela antigua de los sofistas (Trasímaco), pero se formó definitivamente como parte de la ética con Jeremy Bentham (1748-1832)  y John Stuart Mill. (1806-1873))

Libertad a ultranza: autonomismo (existencialistas de forma general)

Relativismo: Esta concepción sitúa a todos los valores a un  mismo  nivel, por lo que legitima toda orientación axiológica. (El subjetivismo en cualquiera de sus variantes es relativista)

Nihilismo: Esta otra concepción niega de manera absoluta a los valores. (Como representante del nihilismo tenemos a Friedrich Nietzsche (1844-1900).

En el presente estudio será asumido como criterio axiológico general o universal a la dignidad humana en un sentido amplio y a la satisfacción de necesidades normales de nuestra especie en un sentido estrecho, lo cual se corresponde con la concepción humanista.

Se habla de necesidades normales de nuestra especie porque existen algunas  que en el proceso mismo de satisfacción producen más desequilibrio, en el individuo que las porta y/o en otros, que el que ellas representan como necesidad, tal es el caso de las adicciones o de las parafilias.  Y el criterio axiológico general o universal no puede ser algo que sea a su vez el fundamento de antivalores.  

¿Qué es dignidad humana?

La dignidad humana no es otra cosa que el respeto que cada ser humano merece, tanto de los demás como de él mismo, por el solo hecho de pertenecer a nuestra especie,  independientemente de  su raza,  sexo, edad, afiliación política o religiosa, profesión,  utilidad  como  persona a la sociedad, calidad de vida o cualquier otro elemento cuantificable que pueda dar lugar a clasificación y diferenciación  entre las personas.

La significación de las propiedades.

Significación es la forma en que un objeto, proceso o fenómeno afecta a otro objeto, proceso o fenómeno. Esta afectación puede ser positiva, negativa o nula.

Para que exista el valor tienen que estar presentes los cuatro elementos ya enunciados: objeto, propiedad, significación y criterio axiológico, y ellos existen en estrecha interacción. La significación constituye un nexo entre las propiedades de las cosas y el criterio axiológico.  Ella existe con relación a un criterio axiológico y porque existe alguna propiedad de algún objeto proceso o fenómeno.

Con relación a como se enuncia la significación dentro del concepto valor tenemos dos variantes:

  a) Significación positiva de las propiedades de las cosas.

Esta concepción opone a los valores los antivalores o disvalores.   

Una de las cualidades básicas del valor es su polaridad, existe el valor porque existe el antivalor formando entre ellos una unidad de contrarios.

b) Significación positiva o negativa de esas propiedades.

Esta concepción contrapone a los valores positivos los negativos y se pudiera plantear con ella la existencia de propiedades que carecen de significación y por lo tanto de valor.

Una característica básica de  los valores que favorece  la idea de la existencia de propiedades que carecen de significación y por lo tanto de valor, es el carácter jerárquico de los mismos. Todos los valores y antivalores no ocupan el mismo nivel en la escala jerárquica. Existe desde el valor fundamental que es priorizable el alcanzarlo y defenderlo, hasta antivalores o disvalores que resulta priorizable el evitarlos o destruirlos. Entre esos dos polos existe una gradación de valores y antivalores con diferente jerarquía, y esa gradación debe pasar por la ausencia de significación y por lo tanto de valor.  

¿Existe realmente alguna propiedad de algún objeto, proceso o fenómeno que carezca por completo de significación para todas las zonas o dominios axiológicos y por lo tanto de cualquier tipo  de valor?

Es muy poco probable que exista una propiedad que carezca de significación para todas las zonas axiológicas. La propiedad que desde la óptica de una determinada zona axiológica carece de significación, lo más probable es que la tenga desde la óptica de otra zona axiológica. Por otro lado la existencia de un objeto en el que todas y cada una de sus propiedades carezca de toda significación para el criterio axiológico general, es prácticamente imposible. Cualquier objeto es portador de tantas propiedades que alguna de ellas debe tener importancia para la satisfacción de las necesidades humanas, por lo que al hablar de ausencia de significación se ha de especificar para qué zona o dominio axiológico es que no la tiene.

Para la zona de los ético morales tiene significación la conducta humana, cualquier otro fenómeno que no sea la conducta humana, como por ejemplo un volcán que entre en erupción carecerá por completo de significación desde el punto de vista  de esa zona axiológica. El no es evaluable en términos de valores o antivalores ético morales; no puede decirse que sea un volcán valiente, optimista, paciente, diligente, etc; lo cual sería atribuirle conciencia, voluntad y capacidad para tomar decisiones a un fenómeno natural. Pero si bien carece de significación desde la perspectiva del dominio axiológico de los valores ético morales, si tendrá significación, y mucha, desde la perspectiva de otro dominios axiológicos.  

Una cualidad básica de los valores que ayuda a esclarecer la legitimidad de la concepción planteada es el carácter histórico concreto, o epocal y circunstancial. La jerarquía de valores no es estática, sino que varía según el momento histórico (época y lugar). Propiedades que en un determinado momento y lugar tienen una significación muy positiva, en otro momento y lugar pueden tener una significación menos positiva, negativa, e incluso pudiera carecer de significación desde la perspectiva de una determinada zona axiológica. Si hipotéticamente lleváramos en una máquina del tiempo unos gramos de Plata (Ag) e Indio (In) a una comunidad primitiva, las propiedades de esos elementos químicos como conductores de la electricidad,  no tendrán significado positivo ni negativo  para esa agrupación humana  desde el punto de vista de su utilidad, por lo que desde esa perspectiva esas propiedades carecen de significación para esa comunidad.  Es necesario aclarar que otras propiedades de esos metales, como dureza, posibilidad de tener brillo, entre otras, si tendrán significación dentro de ese grupo humano.

Un dominio axiológico en el que se aprecia claramente la existencia de objetos, procesos o fenómenos carentes de significación positiva o negativa, es en el de los valores ético-morales.

El simple hecho de que un volcán entre en erupción o que la tierra gire alrededor del sol, carecen de significado para ese dominio axiológico.

Dentro de la infinidad de objetos, procesos o fenómenos que existen solo es evaluable desde el punto de vista ético moral la conducta humana con determinadas características: debe ser producto del libre ejercicio de la voluntad del individuo y debe afectar positiva o negativamente al criterio axiológico general que para este estudio es la dignidad humana.

Propuesta de un concepto general de valor.

Un  protoconcepto general de valor puede tener las siguientes variantes:

a-     Significación positiva de las propiedades de objetos procesos o fenómenos para  el criterio axiológico general.

b-     Significación positiva o negativa de las propiedades de objetos procesos o fenómenos para el criterio axiológico general.

Este protoconcepto pudiera adoptar múltiples variantes, solamente con las posibilidades que existen con relación al criterio axiológico general o universal.  Como ya se aclaró, en el presente estudio será asumida la concepción humanista para la cual el valor fundamental es la dignidad humana por lo que desde la óptica de esta concepción, el concepto general de valor pudiera plantearse de las siguientes maneras:

a-     Significación positiva de las propiedades de objetos procesos o fenómenos para  la dignidad humana.

b-     Significación positiva o negativa de las propiedades de objetos procesos o fenómenos para la dignidad humana.

Ambos conceptos de valor no se contradicen, sino que existe correspondencia entre el valor de una con el valor positivo de la otra, así como entre el antivalor o disvalor de una con el valor negativo de la otra. (figura No 3)  La única diferencia es que una de las concepciones plantea la existencia de propiedades que carecen de significación y por lo tanto de valor para determinadas zonas o dominios axiológicos, lo cual da más claridad con relación a cualidades básicas de los valores como son: polaridad, jerarquía y carácter histórico-concreto.

  Propuesta de conceptos particulares de valores.

Es necesario aclarar que no debemos identificar este concepto general de valor con los conceptos particulares para cada zona o dominio axiológico.

Los conceptos particulares pudieran tener una estructura igual o parecida al concepto general de valor, pero siempre  tendrán un grado de generalización menor con relación a aquel, el cual agrupa a todos los conceptos particulares, y esto es ya una gran diferencia que ha de tenerse en cuenta. 

Los conceptos particulares se refieren a determinadas clases de valores con características esenciales diferentes entre unos y otros, por lo que merecen una conceptuación diferenciada entre ellos y del concepto general de valor, el cual resulta insuficiente en la comprensión de los mismos.

En el concepto general de valor se habla de objetos procesos o fenómenos de una forma abierta, mientras que en muchos conceptos particulares hay que definir a que tipo de objeto, proceso o fenómeno se hace referencia, ya que la mayoría de las zonas axiológicas abarcan un grupo reducido de estos. En algunos casos como en los artístico estéticos los objetos procesos o fenómenos pueden ser cualquiera con los que interactúe el ser humano, y puede ser otro ser humano o el mismo que actúa como sujeto valorante. En este concepto particular se ha de definir a que  propiedades se hace referencia: color, proporción, armonía, etc.

También hay que definir de qué forma las propiedades de esos objetos, procesos o fenómenos tributan al criterio axiológico general o universal, lo cual es específico para cada zona axiológica, y constituye el criterio axiológico particular para ese dominio  axiológico.

Con estos elementos podemos intentar conceptuar valores de zonas o dominios axiológicos particulares:

Valor ético moral: Significación positiva de propiedades de elementos de la conciencia social previamente internalizados, así como de la conciencia individual y del subconsciente, para la dignidad humana, en el sentido de que contribuyen a la adaptación social de actores sociales por medio de una influencia directa en la autorregulación de la conducta. Las cualidades de esos elementos se expresan en actitudes o predisposiciones de individuos concretos a reaccionar ante el mundo circundante, ante otros individuos y ante ellos mismos. Y esas predisposiciones a la reacción tienen grandes probabilidades de expresarse en tomas de decisiones de las cuales se derivan conductas (actos u omisiones) que garantizan la adaptación a nivel social. Ejemplos: valentía, paciencia, perseverancia, optimismo, solidaridad, etc.

Los valores ideopolíticos son valores ético morales con una proyección ideopolítica. Aunque ellos contribuyen a la adaptación de actores sociales con un alto grado de generalización: grupo social, sociedad y humanidad; como dominio axiológico tiene un grado de generalización menor que los éticos morales. Se trata pues de un subdominio o subzona dentro de estos. Su conceptuación sería muy parecida a la de los éticos morales, lo que sería necesario definir el tipo de actor social al cual contribuyen a su adaptación, y la relación que ha de existir entre estos actores sociales generales con el actor social individuo para que no degenere en antivalor.

Un concepto del mismo pudiera quedar de esta manera:

Valor político ideológico: Significación positiva de elementos de la conciencia social previamente internalizados, así de la conciencia individual y del subconsciente, para la dignidad humana, en el sentido de que contribuyen a la adaptación de actores sociales generales: grupos sociales, sociedad y humanidad, por medio de una influencia directa en la autorregulación de la conducta de individuos concretos. Ejemplo: patriotismo, internacionalismo.

Así como los valores familiares tienen como objeto a la familia, y están orientados al buen funcionamiento de esta, a su integridad y desarrollo normal, y permiten que esta institución social pueda cumplir cabalmente con sus funciones fundamentales; los valores ideo-políticos tienen como objeto a los actores sociales con un alto grado de generalización como lo es la sociedad. Tienen entre otras funciones la de regular las relaciones existentes entre actores sociales: individuo - individuo,  individuo - grupos sociales -  sociedad en general, grupo social- grupo social,  sociedad – sociedad; en función de la sociedad en general. Estas regulaciones hacen posible el buen funcionamiento del cuerpo social.

Valor artístico estético: Significación positiva para la dignidad humana de propiedades como armonía, color, proporción, entre otras, de cualquier objeto, proceso o fenómeno, con el que interactúa el ser humano y que puede ser otro  ser humano o el mismo que actúa como sujeto valorante,  en el sentido de que pueden estimular una sensibilidad estética.Valor científico tecnológico: Significación positiva de las propiedades de productos de la ciencia y la técnica para la dignidad humana en el sentido de que permiten mejorar las condiciones de vida y de trabajo.

Valor terapéutico: Significación positiva de las propiedades de objetos, procesos o fenómenos para el ser humano y su dignidad en el sentido de que estas propiedades pueden restaurar la salud o salvar la vida.

Valor de uso: Significación positiva de las propiedades de objetos, procesos o fenómenos para la dignidad humana en el sentido de que sirven para satisfacer alguna necesidad de orden práctico.

Valor histórico: Significación positiva para la dignidad humana de las propiedades de cualquier objeto, proceso o fenómeno relacionado con la practica histórico social de actores sociales, en el sentido de que ayudan a comprender mejor su pasado o el de otros actores sociales, y con esa experiencia histórica resolver problemas actuales, prevenir problemas futuros y proyectar el mejor futuro posible.

  Conclusiones

Cuando se habla de valores se hace referencia de manera explicita o implícita a los siguientes elementos: 

1- Objetos, procesos o fenómenos. 

2- Propiedades de objetos, procesos o fenómenos. 

3- Criterio axiológico general o universal. 

4- Significación de las propiedades de los objetos, procesos o fenómenos.

Los valores  necesitan de un portador o depositario;  existen porque un objeto, proceso  o fenómeno  los porta  a través  de sus  propiedades, pero el objeto proceso o fenómeno portador  o depositario del valor no es el valor mismo.

Aunque las propiedades de los objetos, procesos o fenómenos tienen una gran importancia en la existencia de los valores, tampoco son los valores propiamente dichos.

El criterio axiológico general o universal es un elemento que funciona como punto de referencia y piedra angular en el análisis del universo de valores y antivalores.  Tiene una importancia máxima invariable por lo que  las propiedades de las cosas son significativas, importantes o valiosas, y varían su significación  en relación a él  y no a la inversa.

Existen muchas propuestas de criterio axiológico general o universal, y algunos de ellos son contrapuestos. En el presente estudio se asume como criterio axiológico general a  la dignidad humana  en un sentido amplio y a la satisfacción de necesidades normales de nuestra especie en un sentido estrecho, lo cual se corresponde con la concepción humanista.La significación constituye un nexo entre las propiedades de los objetos, procesos o fenómenos  y el criterio axiológico. Los valores son precisamente la significación de las propiedades de los objetos procesos o fenómenos para el criterio axiológico.

Desde una óptica humanista el concepto general de valor pudiera ser definido como la significación de las propiedades de objetos, procesos o fenómenos para la dignidad humana en un sentido amplio y a la satisfacción de necesidades normales de nuestra especie en un sentido estrecho.

Si bien resulta muy poco probable que exista una propiedad de algún objeto, proceso o fenómeno que carezca de significación para todas las zonas o dominios axiológicos, si pudiera carecer de significación para una determinada zona axiológica, por lo que en este sentido podemos hablar tanto de significación positiva y negativa como de la significación nula.

Existen diferentes zonas o dominios axiológicos, lo que algunos investigadores llaman también tipos de valores, dentro de los que podemos encontrar a los valores artístico estéticos, ético morales, científico tecnológicos, pedagógicos, terapéuticos, históricos, etc.

Resulta sumamente importante diferenciar entre el concepto general de valor y los conceptos particulares para cada zona o dominio axiológico. Estas diferencias consisten, en primer lugar, en que  el concepto general de valor tiene un grado mayor de generalización y los engloba a todos, mientras que los conceptos particulares se refieren a determinadas clases de valores con características esenciales diferentes entre unos y otros, por lo que merecen una conceptuación diferenciada entre ellos y del concepto general de valor, el cual resulta insuficiente en la comprensión de los mismos.

Dentro de las diferencias que existen entre los valores de diferentes zonas o dominios axiológicos podemos mencionar: 

1- El portador o depositario. 

2- Las propiedades que hacen que esos depositarios sean valiosos o importantes para el criterio axiológico general. 

3-La forma en que esos valores tributan al criterio axiológico general o universal.

La forma en que los valores de una determinada zona o dominio axiológico tributan al criterio axiológico general o universal constituye el criterio axiológico particular para cada zona axiológica, el cual constituye el fundamento sobre el cual se realizarán las valoraciones, además de determinar el universo, contenido y organización jerárquica de los valores y antivalores de la zona o dominio axiológico para el cual constituye el criterio axiológico particular.

Summary

The author begins exposing a brief history of the use of the concept of value. Later, he speaks about the elements that in his opinion they have been taken in to consideration when you are going to make an analysis of the general concept of value. He approaches them one by one isolated and in their interrelation. He outlines that inside of the concept value, the element significance has a great importance. It is made a proposal of the general concept of value with two variants paying attention to if it is assumed as value, only the positive significance or the negative one too. The author argues that there are differences between the general concept of value and the several particular concepts for each area or axiological mastery, and that the greatest difference is in the generalization grade. He conceptualizes values belonging to areas or particular axiological masteries such as: the ethical, moral, political, ideological, scientific-technological, artistic, aesthetic, of use historical and therapeutic values.

Key words: PHILOSOPHY; SOCIAL VALUES; CONCEPT FORMATION

Recibido: 16/7/03 Aprobado: 10/5/05

Referencias bibliográficas

(1) Nietzsche F. La voluntad de poder.  En  Textos de los grandes filósofos: edad contemporánea. Herder, Barcelona; 1990. p .88-92.

(2) Nietzsche F.  La genealogía de la moral. Madrid: Alianza;1980. p.24.

(3) Windelband W. Preludios filosóficos. Argentina:  Universidad Nacional de Rosario; 1995. p. 161.

(4) Rickert H. Ciencia cultural y Ciencia natural".  Buenos Aires: Editorial Espasa-Calpe. p. 194.

(5) Scheler M. Ética. Revista de Occidente 1942: 39-40.

(6) Scheler M. El puesto del hombre en el cosmos. Buenos Aires: Editorial Losada; 1971. p. 59-60.

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(11) Morales Pacheco M. Valores y Postmodernidad.  [En Internet]. Disponible en: http://www.upt.edu.pe/PaginaCooperaciontecnicaUPT/findelderecho/valoresypostmodernidad.htm

(12) Caso A. Las teorías axiológicas. El subjetivismo, el ontologismo y el objetivismo social. En Frondizi Rzi JJ, Gracia E. El hombre y los valores en la filosofía latinoamericana del siglo XX. México: FCE, 1981.

(13) Frondizi  R. ¿Qué  son  los  valores?, Introducción a la axiología, México: Fondo de Cultura Económica; 1995.p. 14-17.

(14) Rodríguez Z. Filosofía Ciencia y Valor. La Habana: Editorial de  Ciencias Sociales; 1989. p. 52

(15) Aguirre del Busto R, Flores Rodríguez J,  Saavedra Roche  R. El humanismo como concepción filosófica y su relación con la medicina. Camaguey, Cuba: Proyecto Editorial CHECSA; 1999.

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Subjetividad y Objetividad del Valor.

Subjetividad y Objetividad del Valor.

Subjectivity and Objectivity of value.

Nahir J. Sequera T1

1Escuela de Bioanalisis. Departamento socio epidemiológico. Facultad de Ciencias de la Salud-Sede Aragua. 

Universidad de Carabobo. Correspondencia: nahirjose@gmail.com

INTRODUCCIÓN

La filosofía de los valores, es una de las divisiones de la filosofía contemporánea que estudia lo que se considera valioso, analizando los principios que permiten considerar que algo es o no valioso, dependiendo de los fundamentos de tal juicio.1 De acuerdo a su naturaleza, los valores no eran propiedades, sino objetos en sí que se diferencian a su vez de los objetos reales y de los ideales, en virtud de este concepto, el valor se halla fuera del espacio y del tiempo, de hecho, el Diccionario Enciclopédico Bruguera2 afirma que "el valor es indestructible".

Por ello, cuando se trata de la concepción del valor, Frondizi3 trae a colación tres términos a los cuales se les debe prestar atención "objeto, valores y bienes". Mientras los valores se captan por vía emocional, los objetos se captan por vía intelectual, de donde emerge la conocida noción de que, no todos los objetos son valiosos, pero todos los bienes si lo son, perspectiva que permite delimitar el significado del valor y los valores. Vinculado al concepto, todos los valores tienen como una de sus características, la bipolaridad, aquello que se contrapone al valor en sí, denominado antivalor.1

Entre tanto, el valor desde su naturaleza subjetiva, es valorado por los sujetos y desde la objetiva, es parte de una realidad donde dicho sujeto interactúa histórica y socialmente. Son subjetivos, porque el hombre los resalta u objetivos porque los descubre, son intrínsecos porque se hacen instrumentales a través de la educación y de la salud y son extrínsecos porque son socialmente valorables.

En este sentido, desde la perspectiva objetiva y subjetiva, el valor en Ciencias de la Salud cobra una connotación de acuerdo con la filosofía que esté rigiendo el momento histórico de una sociedad. Así, si el momento que determina la praxis de la salud está enmarcado sobre la base de una axiología definida por lo utilitario, el valor de la salud se hace tangible. No obstante, si el contexto que enmarca a la salud se orienta desde una visión humanística, el valor de la salud se encamina hacia una praxis preventiva y formativa que atiende los fundamentos sociales del entorno.

SUBJETIVIDAD Y OBJETIVIDAD DEL VALOR

El valor es un concepto de amplia dimensión que se debate entre la subjetividad y objetividad; filosóficamente para los subjetivistas el valor es creado por el hombre, pero para los objetivistas los valores existen fuera de él.1,4 Desde la perspectiva subjetivista, el idealismo de Inmanuel Kant asume que el valor es, ante todo, una idea, no parte de la razón, depende de las ideas del individuo y por lo tanto no son concretos, en otras palabras su estimación depende de las personas, por lo tanto, va a depender del deseo, agrado o interés de estas.5,6

Para este entonces, el valor iba acorde con las ideas y el deseo, inclusive Lotza a quien se le atribuye ocuparse de este tema desde el origen de la Axiología, manifestaba que los valores no son, sino que valen.1 Es fundamental hacer mención de los valores subjetivos, aquellos que valen porque al sujeto le agrada o lo desea (un vehículo, una propiedad material, una festividad), representan un medio para llegar a un fin, en la mayoría de los casos caracterizados por un deseo personal.6

En consecuencia, si se valora lo que no es, es porque también se valora lo que se desea. En virtud de ello, la salud es un valor porque es valorada por el ser humano, de hecho, en la posición subjetivista, tener salud es el deseo de un bien, siempre es deseada; si ya se posee se desea conservar, todos desean estar saludables y se desea si no se tiene, como es un valor que se desea o aprecia, es considerada un bien ideal.6

Kant afirmaba "podemos sentirnos bien, esto quiere decir, juzgar según nuestra impresión de bienestar vital, pero nunca podemos saber si estamos bien. La ausencia de la impresión de estar enfermo no le permite al hombre expresar que él está bien, sino decir que él aparentemente está bien".7 La subjetividad ha sido estudiada entendiendo que lo estrictamente humano es la medida de todas las cosas, de lo que vale y de lo que no vale, y de la misma escala de valores, sin sustento en la realidad exterior.

Desde la óptica de Payá8 en la subjetividad de los valores, agrada aquello que tiene valor, pero deja de agradar a medida que son jerarquizados, que el valor no se mide por el deseo sino por la calidad de dicho deseo, lo deseado no puede reducirse a los deseado, el subjetivismo destaca entre deseable y deseado, algo tiene valor porque tiene interés o interesa.

Según el planteamiento de Perry,5 un interés correcto no es automáticamente mejor que uno incorrecto, con lo cual no sería el interés el que produce el valor, sino que se busca en el objeto el valor que fundamenta el interés. Por otra parte, si todo dependiera en última instancia del deseo de cada persona, la educación y la salud no tendrían razón de ser, debido a que cada sujeto construiría en el marco de su propia lógica, los valores deseados en ambos ámbitos, sin que ello represente los valores de una ideología imperante socialmente.

De esta manera, según Payá8 "el subjetivismo, en general, deja de lado el problema axiológico al centrarse bien sea en el agrado, deseo o interés". Así es como la dimensión personal, es un elemento indiscutible del proceso de valoración y la educación de los valores es innegable en Ciencias de la Salud. En el subjetivismo, también se considera el empirismo lógico, que establecía la verdad o falsedad, cuya conclusión arroja que se tenía que enfocar el estudio de los valores a partir del significado.

No obstante, ante la visión subjetiva del valor, surgieron interrogantes al respecto, como las que señala Zapata6 "¿serían también valores la droga que me agrada?, ¿el asesinato que deseo?, ¿serán valores para mí si no los conozco ni deseo?". Surge así una nueva corriente de pensamiento que se opone desde un principio a este enfoque subjetivista del valor, desde las aportaciones de Scheler y Hartmann.

En contraposición al subjetivismo del valor, los objetivistas como Max Scheler, sostienen que los valores valen por sí mismos, están en la realidad exterior, valen independientemente de las estimaciones de las personas, si son descubiertos o no por las personas, siempre serán valores. Desde esta visión, surge una jerarquía debido a que sí el valor vale por sí mismo, habrá valores superiores a otros, dependiendo de determinados criterios.4,8,9

Desde la perspectiva objetivista, la salud es un valor vital, que de acuerdo con la tabla de valores de Scheler, está por debajo de los valores religiosos y espirituales, en la clasificación de Ibáñez4 la salud está por encima de los valores estéticos, intelectuales, morales y trascendentales, mientras que en la escala de Rokeach13 es un valor terminal, porque la salud es un estado deseable de existencia, asimismo, otras consideraciones de notables filósofos expresan que al satisfacer las necesidades de salud de la población, la salud en sí se convierte en un valor social.

De hecho, en Ciencias de la Salud, algunas concepciones desde la perspectiva biologicista fueron valoradas como inamovibles, pero actualmente se explican con una visión integral desde lo social, cultural, educativo, psicológico y filosófico, como es el caso de la violencia basada en género, que hoy día constituye un problema de salud pública, lo cual era impensable en otros tiempos.

Con respecto a lo objetivo del valor, Payá8 señala que "la ética de Scheler se propone corregir la ética material centrada en los bienes y fines por una ética material de los valores". El objetivismo de Scheler comienza con la crítica de las teorías de Kant, argumentando que este creyó poder prescindir de los valores manifestados en los bienes y confundió los valores, con los bienes y los fines.6

En efecto, Scheler no admite las ideas de Kant y se opone a las teorías subjetivistas del valor, rechazando toda moral de los bienes y los fines, la existencia de un bien supremo o fin último y sobre todo rechaza que el valor esté relacionado con la actividad subjetiva del sujeto moral. Refiere el mencionado filósofo, que los valores son independientes de las cosas en que se manifiestan.10

Así es como la teoría de los valores de Sheler fundaría su nueva ética material, corrigiendo a quienes se centra en los bienes y fines, argumentando que para desarrollar una axiología pura se puede distinguir entre, una teoría pura de los valores mismos y una teoría de las posturas valorativas, correspondientes a una teoría lógica del objeto y una teoría del pensamiento, respectivamente.10, 11

La fundamentación de la objetividad de los valores, establece una distinción entre valores, bienes y fines;1,3,6 este filósofo explica que, el hecho de que haya bienes y fines y normas, no quiere decir que haya valores, debido a que estos son independientes de las estructuras reales, además diferencia los valores respecto del objeto concreto, reflexionando de la manera siguiente "lo propio de las cosas es ser, pero lo propio de los valores no es ser, sino que es valer, las cosas son y los valores valen".12

Desde la episteme fenomenológica, se reconoce que los valores son ideales y perfectos, por ello, se retoma la postura de Rockeach13 de que los valores son los verdaderos impulsores de la conducta humana, donde se sustituye la actitud por el valor con elementos cognitivos, conductuales y afectivos. De aquí se desprende la incorporación de otras lógicas de pensamiento para interpretar la salud y la enfermedad, desde una posición que encierra todas las dimensiones que rigen lo humano y lo social.

Se dice que los valores son descubiertos mediante la experiencia, porque están en la realidad exterior, se encuentran en una esfera especial de las esencias, por esto, no son captados por una intuición racional, sino por una intuición emocional, dado que son aprendidos por percepción afectiva absoluta. Por consiguiente, según Sheler, se llegaría a una teoría pura del valor tomando en cuenta que, no solo hay una lógica de la razón, sino también una lógica emocional conocida como intuición emocional de las esencias o percepción de los valores por la vía del sentimiento.12

A continuación, se exponen los criterios de la jerarquía axiológica de Sheler, examinados por Payá8: Duración: los valores parecen ser superiores cuanto más duraderos son. Es de esencia de lo agradable el captarse como variable y efímero.

Divisibilidad: los valores son tantos más altos cuanto menos divisibles o fraccionados. Esto parece realizarse el mínimo en lo agradable, sensorial y se realiza más en los valores estéticos.

Fundamentación y Relatividad: los valores que se fundamentan en otros, son inferiores a estos, porque dependen de ellos y son relativos a otro valor. Este otro valor será más alto, llegando al final a valores independientes (que no se fundamentan en ningún otro) y absolutos.

Satisfacción: lo agradable sensorial sería un valor inferior porque no puede dar una satisfacción entera. Los valores del conocimiento serían superiores a los valores sensoriales y a los vitales, porque pueden satisfacer incluso dentro del displacer de la enfermedad. También Scheler plantea una ordenación jerárquica de los valores, reduciendo a cuatro las clases o modalidades de valores: a) la serie de lo agradable y lo desagradable, en la que estarían los sentimientos sensoriales de placer y dolor sensible. En ellos diferencia los estados afectivos de la vida sensible, de los valores de lo agradable y de lo desagradable, percibidos por el espíritu en la intuición emocional; b) la categoría de los valores vitales, de los bienes y males físicos que acompañan la vida, como la salud, vigor, enfermedad, vivencias emocionales e instintos; c) el reino de los valores espirituales, que serían independientes del cuerpo y captados por un percibir afectivo espiritual.6

Dentro de ellos están los valores estéticos, los valores de lo justo e injusto, los valores del puro conocimiento de la verdad realizados por la filosofía y los valores por referencia; d) los valores de lo santo y lo profano, dados solo respecto de objetos absolutos o divinos, alcanzados por una forma de amor que se dirige a las personas. El valor de lo santo es esencialmente un valor de personas, con reacciones específicas como la fe, la incredulidad, la veneración, la adoración y valores de referencia como el culto, los sacramentos, personas y cosas santas, entre otros.6,14

He aquí precisamente el dilema de la sociedad, que separa valores objetivos (tangibles) de los subjetivos (intangibles) y le da supremacía al conocimiento y a la razón, por encima de la esencia y lo social; cuando al reflexionar al respecto, la unificación de ambas visiones constituiría al verdadero ser.

En la sociedad venezolana y en la mayoría de los países del mundo, existe una crisis de valores y la investigación de una teoría del valor ha encontrado una aplicación especial en ámbitos donde este concepto posee una relevancia específica en la vida personal y social, especialmente en el sector salud y educación.

A MANERA DE CONCLUSIÓN

La disyuntiva que se debate desde los orígenes mismos de la Axiología es el de la subjetividad u objetividad de la totalidad de los valores, tal como lo señala Payá8 en su obra "Educación en Valores para una Sociedad Abierta y Plural". Estas visiones, se han convertido en debate para la ciencia que los estudia, de acuerdo con los fundamentos y juicios de la Teoría del Valor, así como de sus características.

En armonía con estas posiciones, se podría decir que el valor se sirve de ambas visiones de pensamiento filosófico por ser un atributo, una particularidad o un rasgo conferible a actos, sujetos u objetos. En la definición dada por Ibáñez4 el valor es "la perfección o dignidad que tiene lo real o que debe tener y que reclama de nosotros el adecuado juicio y estimación". Así es como este concepto, capta el sentido de profundidad y complejidad de la relación subjetividad-objetividad del valor, con una marcada atención hacia las Ciencias de la Salud, por la interacción sujeto-objeto que se presenta en la relación médico-paciente, donde el profesional de la salud es el sujeto que valora al paciente, quien valora a su vez las acciones de este y su propio estado de salud. Por consiguiente, en la dimensión relacional del valor según Frondizi3 "el subjetivismo tiene razón cuando sostiene que no hay valor sin valoración, el objetivismo a su vez acierta al indicar la importancia de las cualidades objetivas". Entre tanto, los valores vienen a ser una tensión entre el sujeto y el objeto, y ofrecen por tal razón una cara subjetiva y otra objetiva, engañando a quienes prestan atención a una sola cara y en Ciencias de la Salud, se necesita tanto la presencia de la objetividad como de la subjetividad del valor.

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