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miércoles, 18 de enero de 2017

ENSAYO SOBRE LA NATURALEZA DEL COMERCIO EN GENERAL – RICHARD CANTILLON

ENSAYO SOBRE LA NATURALEZA DEL COMERCIO EN GENERAL – RICHARD CANTILLON

ensayo sobre la naturaleza del comercio en general richard cantillonEssai sur la Nature du Commerce en Général (1733) de Richard Cantillon. 

Nació en Irlanda (1680 – 1734?).
Las causas de su muerte se atribuyen a un fuego en su residencia.
Existen diversas teorías sobre su muerte: unos dicen que fue asesinado por su cocinero, otros que intento fingir su muerte para escapar de sus deudas.
Fue uno de los economistas más importantes debido a su influencia sobre posteriores economistas.
Según Henry Hicks la obra de Cantillon es “un producto cultural tan valioso como el descubrimiento de la circulación (sanguínea) por Harvey“.
El apéndice al que se refiere en muchas ocasiones en su ensayo no fue encontrado, por lo que hay muchas cuestiones que quedan sin explicación.
El ensayo atribuye un enfoque de cuestiones mercantiles, comerciales, financieras, que es en suma un modo metódico, hasta la fecha inédito, de abordarlas.
PRIMERA PARTE
Introducción general a la Economía Política.
Capítulo I: De la riqueza. “La TIERRA es la fuente o materia de donde se extrae la riqueza, y el trabajo del hombre es la forma de producirla. En sí misma, la riqueza no es otra cosa que los alimentos, las comodidades y las cosas superfluas que hacen agradable la vida“.
Capítulo II: De las sociedades humanas. Independientemente del tipo de sociedad de la que se hable, la propiedad de las tierras pertenecerá a una minoría de personas. El uso que se le debe dar a la tierra es en un primer momento al sustento de quienes la hacen producir y el destino de la parte restante depende del arbitraje del príncipe, propietario…
Capítulo III: De los pueblos. Los colonos o agricultores, independientemente del uso que les den a las tierras, deben residir en sus cercanías. De este modo el tiempo perdido en transporte para ir a producir las tierras se minimiza.
Capítulo IV: De los burgos. Los aldeanos se desplazan a los burgos en los días de mercado en busca de comprar mercancías y vender sus productos. Mediante este procedimiento se reducen los costes y ayudarían a establecer un acuerdo en los precios ya que la oferta y la demanda estarían en un mismo lugar. La grandeza de los burgos dependen del número de colonos y agricultores que trabajan la tierra, del número de artesanos y mercaderes bajo el dominio del burgo y del número de residentes.
Capítulo V: De las ciudades. Los grandes propietarios, ricos hacendados, se pueden permitir el lujo de vivir más lejos de sus tierras junto con otros propietarios y señores de la misma condición, por lo que se congregan en ciudades.
Capítulo VI: De las ciudades capitales. La capital sería la mayor ciudad donde residen los mayores propietarios del país. La residencia del Rey provoca la creación de la ciudad capital, en ella gastan las rentas del Estado.
Capítulo VII: El trabajo de un labrador vale menos que el de un artesano. Un artesano cobrará más caro su bien que un labrador debido a que el artesano ha necesitado cierto tiempo en aprender el oficio, con su respectivo gasto, y el riesgo del mismo.
Capítulo VIII: Los artesanos ganan, unos más, otros menos, según los distintos casos y circunstancias. Los oficios que reclaman más tiempo y llevan consigo riesgo deben ser pagados en una proporción mayor. Comparando un relojero con un herrador.
Capítulo IX: El número de labradores, artesanos y otros, que trabajan en un Estado, guarda relación, naturalmente, con la necesidad que de ellos se tiene. Cuando existe un número excesivo de labradores, artesanos… estos deben abandonar los pueblos, burgos o ciudades en busca de trabajo. Los que permanecen en el pueblo, burgo o ciudad guardan constante proporción con el empleo suficiente para permitirles subsistir.
Capítulo X: El precio y el valor intrínseco de una cosa en general es la medida de la tierra y del trabajo que interviene en su producción. El valor intrínseco de un bien es la medida de la cantidad de tierra y de trabajo que intervienen en su producción, teniendo en cuenta la fertilidad o producto de la tierra, y la calidad del trabajo. En este capítulo aparece una relación demanda-oferta: “Si los campesinos de un Estado siembran más trigo que de ordinario, es decir mucho más de lo que hace falta para el consumo del año, el valor intrínseco y real del trigo corresponderá a la tierra y al trabajo que intervinieron en su producción; pero a causa de esta excesiva abundancia, y existiendo más vendedores que compradores, el precio del trigo en el mercado descenderá necesariamente por debajo del precio o valor intrínseco. Si, a la inversa, los agricultores siembran menos trigo del necesario para el consumo, habrá más compradores que vendedores, y el precio del trigo en el mercado se elevará por encima de su valor intrínseco“.
Capítulo XI: De la paridad o relación entre el valor de la tierra y el valor del trabajo. El dinero o la moneda, que encuentra en el cambio las proporciones de valor, es la medida más acertada para juzgar la paridad entre la tierra y el trabajo, dependiendo de la relación que uno y otro tienen en diferentes países, varía dicha paridad según una mayor o menor cantidad de producto de la tierra que se atribuye a los que trabajan. “Por ejemplo, si un hombre gana una onza de plata, diariamente, con su trabajo, y otro no gana más que media onza en el mismo lugar, se puede concluir que el primero tiene disponible el doble de producto de la tierra que el segundo”.
Capítulo XII: Todas las clases y todos los hombres de un Estado subsisten o se enriquecen a costa de los propietarios de tierras. En este capítulo se menciona por primera vez en la historia el término empresario: “Sólo el príncipe y los propietarios de las tierras viven con independencia; todas las demás clases y todos los habitantes están contratados o son empresarios“. Si el príncipe no dejara trabajar a nadie en sus tierras, no habría alimento para ningún habitante del Estado; por lo que los habitantes subsisten gracias a los propietarios de las fincas. Los empresarios que viven del comercio exterior no dependen de los propietarios de tierras.
Capítulo XIII: La circulación y el trueque de bienes y mercaderías, lo mismo que su producción, se realiza en Europa por empresarios a riesgo suyo. Mucha gente de las ciudades se convierten en empresarios o comerciantes. Estas personas compran mercancías del campo a un precio cierto y quieren revenderlos en los burgos o ciudades a un precio incierto. De esta manera los empresarios gozan de unos ingresos inciertos y la gente asalariada de unos ingresos ciertos.
Capítulo XIV: Las fantasías, modos y maneras de vivir del príncipe, y en particular de los propietarios de las tierras, determinan los usos a que esas tierras se destinan en un Estado, y causan, en el mercado, las variaciones de los precios de todas las cosas. Según los caprichos o fantasías de los propietarios de tierras estos determinarán el empleo que se da a la tierra, y con ello ocasionan las variaciones del consumo que son causa de las de los precios en el mercado.
Capítulo XV: La multiplicación y el descenso en el número de habitantes de un Estado dependen principalmente de la voluntad, de los modos y maneras de vivir de los terratenientes. Si todas las tierras disponibles se destinaran exclusivamente para el sustento de los hombres, estos se multiplicarían hasta la cifra que esas tierras podrían sustentar. Se debe de tener un especial cuidado con la balanza comercial de los Estados, ya que una situación donde se exporta producto de la tierra y se importan productos no igualmente valiosos, provocaría una disminución en el número de habitantes del Estado. “Me parece así bastante claro que el número de habitantes de un Estado dependa de los medios a ellos asignados para su sustento; y como los medios de subsistencia dependen del método de cultivar la tierra, y el uso de ésta depende, a su vez, de la voluntad, del gusto y del género de vida de los propietarios de la misma, es evidente que de ellos depende la multiplicación o decrecimiento de la población de los países“.
Capítulo XVI: Cuanto más trabajo hay en un Estado tanto más rico se considera, naturalmente. El punto que parece determinar la grandeza relativa de los Estados es la acumulación de reservas que poseen para servirles en años estériles y en los de guerra. Las reservas se pueden entender como oro y plata, ya que estos pueden comprar siempre telas, vino, trigo… Por lo que si se exporta trigo, vino… y se atrae oro y plata, permitirá enriquecer al Estado en detrimento del número de habitantes.
Capítulo XVII: De los metales y de las minas y particularmente del oro y de la plata. El valor intrínseco (o valor real) de los metales, está proporcionado a la tierra y al trabajo necesario para su producción. El valor de los metales en el mercado puede ser superior, igual o inferior al valor intrínseco, varía en su abundancia o escasez, según el consumo que de ellos se hace. El oro y la plata se usa como moneda de cambio ya que reúnen ciertas características como: de calidad homogénea, son de pequeño volumen por lo que resulta fáciles de transportar, se pueden subdividir, son duraderos (adecuados para su conservación), hermosos y brillantes. Las naciones usan el oro y la plata no por capricho ni mutuo consenso, sino más bien por su utilidad y la necesidad que les han inducido a ello. Es importante que la moneda corresponda en valor intrínseco en el precio de la tierra y del trabajo, a las cosas que a cambio de ella se reciben.
SEGUNDA PARTE
Aborda cuestiones monetarias: truque, precio, circulación de la moneda, interés…
Capítulo I: Del trueque. Locke manifiesta que el valor de todas las cosas está proporcionado a su abundancia o a su rareza, y a la abundancia o rareza del dinero contra el cual se cambian. Según Cantillon, la idea de Locke es correcta si solamente se tiene en cuenta en un solo mercado, pero si queremos hacer una venta parcial en otro mercado, sería incorrecta. Las mercancías que se transportan para ser vendidas en otros mercados no influyen sobre el precio de las retenidas en el mercado (el precio de mercado se sostendrá  si existen más mercados).
Capítulo II: De los precios de los mercados. La cantidad de bienes ofrecidas en venta, proporcionada al número de compradores (demanda), es la base sobre la cual se pretende fijar los precios actuales en los mercados, estos tendrán un valor muy similar al valor intrínseco. Si un producto aumenta su precio en el mercado, también aumentará su precio en los mercados colindantes.
Capítulo III: De la circulación del dinero. Cuando más grande sea la propiedad del colono, más próspero será este. Las tres rentas del colono como el móvil primordial de la circulación en el Estado. La primera renta debe ser para el propietario, la segunda y la tercera renta se emplean para adquirir en la ciudad lo que en el campo se consume. En cuanto a la manutención del individuo, no hace falta dinero efectivo para obtenerlo. La proporción cuantitativa de dinero en efectivo necesaria para la circulación de un Estado depende del ritmo que siga y la velocidad de los pagos. “El dinero contante necesario para asegurar la circulación y el cambio en un Estado, es casi igual, en valor, al tercio de las rentas anuales de los propietarios de las tierras“. Cuando el mismo dinero pasa por las manos de varios empresarios, se reduce la velocidad de circulación.
Capítulo IV: Nueva reflexión acerca de la lentitud de la circulación del dinero en el cambio. Todos los trueques que se hacen por evaluación no exigen dinero contante. Si dos personas intercambian productos, todo ello al precio vigente en el mercado, el día de la entrega no hará falta entre estas dos personas más dinero que la suma necesaria para pagar la diferencia de los que uno de ellos ha suministrado de más. “La circulación de la moneda en las ciudades se lleva a cabo por los empresarios, y corresponde siempre, en forma directa o indirecta, a la subsistencia de los criados, obreros…“.
Capítulo V: De la desigualdad de la circulación del dinero. Todas las zonas rurales de un reino son deudoras de un saldo constante a la capital, tanto por la renta de los propietarios principales que en ellas residen, como por los impuestos del Estado mismo, o de la Corona, la mayor parte de los cuales se consumen en la capital. Los productos y mercaderías serán más caros en la capital que en las provincias, debido a que hay más saldo en la capital. Los empresarios compraran producto en las provincias y los venderán en la capital.
Capítulo VI: Del aumento y de la disminución de la cantidad de dinero efectivo en un Estado. “Si en un Estado se descubren minas de oro o de plata, y de ellas se extraen cantidades considerables de mineral, el propietario de estas minas, los empresarios y todos cuantos trabajan en ellas no dejarán de aumentar sus gastos en proporción a las riquezas y a los beneficios que obtengan; además, prestarán a interés las sumas de dinero remanente después de disponer de los necesario para sus gastos“. Un aumento de dinero en efectivo, aumentará el consumo en el Estado y con ello los precios. Un aumento considerable de dinero, originado en las minas, aumenta el consumo, y, disminuye el número de los habitantes, provoca un gasto mucho mayor entre los que se quedan.
Capítulo VII: Continuación del mismo tema del aumento y de la disminución de la cantidad de dinero en un Estado. Cuando se introduce doble cantidad de dinero en un Estado no siempre se duplica el precio de los productos y mercaderías. La proporción de carestía que el aumento y la cantidad de dinero introducen en un Estado dependerá del rumbo que este dinero imprima al consumo y a la circulación. Pero la carestía originada por ese incremento de dinero no se distribuye por igual entre todas las especies de productos y mercaderías, proporcionalmente a la cantidad de dinero incrementado, a menos que dicho incremento penetre por los mismos canales de circulación que el dinero primitivo.
Capítulo VIII: Otra reflexión sobre el aumento y sobre la disminución de la cantidad de dinero efectivo en un Estado. La excesiva abundancia de dinero, mientras dura, asegura la potencia de los Estados, pero luego los sume en la pobreza, de un modo duro aunque natural. Un Estado que posee más dinero que sus vecinos, mientras mantiene esa abundancia tiene ventaja sobre ellos. Por lo que cuando un Estado se extiende mediante el comercio y la abundancia de dinero, el poder legislativo debe retirar dinero de la circulación y guardarlo para imprevistos. Los ingresos en un Estado donde abunda el dinero aumentan con más facilidad.
Capítulo IX: Del interés del dinero y de sus causas. “el interés del dinero en un Estado se determina por la proporción numérica entre prestamistas y prestatarios“. Los prestamistas corren un riesgo dependiendo si le prestan a una persona honorable o a otra que no lo sea. Los prestamistas solo prestarán cuando tengan un buena opinión del prestatario y exigirán un interés o beneficio de entre un veinte o treinta por ciento del valor del préstamo. Por lo que las operaciones de este tipo dependen de los temores del prestamista y de las necesidades del prestatario.
Capítulo X y último: De las causas del aumento y de la disminución del interés del dinero en un Estado. “Es idea común y admitida por cuantos han escrito sobre el comercio que el aumento de la cantidad de dinero efectivo en un Estado disminuye el precio del interés, porque cuando el dinero abunda es más fácil encontrar alguien que lo preste“. La abundancia o escasez de dinero en un Estado eleva o rebaja los precios de todas las cosas en las transacciones, sin que exista ningún nexo necesario con la tasa de interés, que puede ser muy bien elevada en los Estados donde existe abundancia de dinero y baja en aquellos otros donde el dinero es más raro.
TERCERA PARTE
Comercio exterior y de la Banca.
Capítulo I: Del comercio con el extranjero. Cuando nuestro Estado cambia una pequeña cantidad de productos de la tierra por una cantidad mayor de otro Estado, nuestro Estado obtendrá ventaja en el comercio. El dinero abundará más en nuestro propio Estado. Si París debe dinero a Bruselas y este le debe la misma cantidad a París, no hará falta remesar el dinero, se compensará mediante las letras de cambio. La exportación de manufacturas es bueno para el Estado, ya que los países importadores están sustentando al obrero útil de nuestro Estado. El aumento de la cantidad de dinero que circula en un Estado provoca grandes ventajas en el comercio, pero si en un largo plazo continua aumentando, se encarecerá la tierra y el trabajo del Estado. A un Estado le interesa enviar sus manufacturas con sus propias naves, de este modo se fortifica nuestra marina. Si se emplean las naves de otro Estado se fortifica su marina en detrimento de la nuestra.
Capítulo II: De los cambios y su naturaleza. Cantillon comenta en el capítulo I de la tercera parte el sistema de letras de cambio, gracias a ellas el dinero no tiene porque estar enviándose de ciudad en ciudad y “se ahorra el trabajo de enviar dinero de una ciudad a otra“. Si existe un tráfico excesivo, se crearán banqueros en las ciudades y estos harán de intermediarios. Los tipos de cambio cotizan a los gastos y riesgos del transporte de las especies en los diferentes casos. En todas las ciudades que tienen la misma moneda y las mismas especies de oro y plata se expresa el precio del cambio dando y tomando un determinado tanto por ciento de más o de menos que la par.
Capítulo III: Otras explicaciones para el conocimiento de la naturaleza de los cambios. Los banqueros denominan especulaciones a variaciones de los tipos de cambio durante poco tiempo, independientemente del balance del comercio. Estas especulaciones pueden hacer retrasar el transporte de las sumas que un Estado debe a otro. Los cambios se elevan más o menos por encima de la par, en proporción de los gastos, de los riesgos del transporte del dinero y en las ciudades o Estados donde existe prohibición de transportar dinero fuera del Estado, que en aquellos otros donde el transporte es libre.
Capítulo IV: De las variaciones en la proporción de valores, con respecto a los metales que sirven como moneda. “Para juzgar acerca de la proporción entre el oro y la plata, lo único decisivo es el precio del mercado; el número de los que tienen necesidad de un metal, es lo que determina el precio“.
Capítulo V: Del aumento y de la disminución de valor de las especies amonedadas en denominación determinada. Las dificultades en los tipos de cambio en los tiempos y operaciones provocan alteraciones en los precios de los bienes y en el interés del dinero, que no puede tomarse como una regla en los principios de la circulación y de los tratos. “El cambio de valor numerario de la moneda ha resultado en todas las épocas como efecto de algún desastre o escasez en el Estado, o de la ambición de algún príncipe o particular“.
Capítulo VI: De los bancos y su crédito. Los banqueros nacen para guardar de forma segura el dinero sobrante de los señores. Con estos depósitos el banquero puede hacer negocio prestando parte de este dinero. “Las sumas de dinero que un banquero puede prestar con interés están naturalmente proporcionadas a las prácticas y modos de operar de sus clientes“.
Capítulo VII: Nuevos esclarecimientos e investigaciones sobre la utilidad de un Banco nacional. Un banco nacional perjudica más que favorece cuando el dinero circula con mayor abundancia entre sus vecinos. La abundancia de dinero ficticia provoca la misma desventaja que un aumento del dinero real en circulación, aumentando el precio de la tierra y del trabajo. Esta abundancia se desvanece al primer síntoma de descrédito y se precipita el desorden. Cuando un Estado no está endeudado, la ayuda de un Banco es menos necesaria.
Capítulo VIII: De los refinamientos del crédito de los Bancos generales. Cuando se provoca algún colapso en alguna compañía y tan pronto se conoce por el público, los tenedores de billetes solicitaran su dinero al Banco, la bomba explotaría. Pero si gentes acaudaladas y poderosas cubren las suscripciones, cesaría la afluencia a los Bancos y los depósitos se reanudarían en la forma normal.

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