ESCRIBA LO QUE DESEA LEER EN ESTE BLOG

sábado, 8 de octubre de 2022

El economista y el sociólogo: el pensamiento relacional como paradigma

 El economista y el sociólogo: el pensamiento relacional como paradigma* Sergio Lorenzo Sandoval Aragón** 

Resumen 

Este artículo contribuye a la reflexión acerca de las razones del distanciamiento entre las ciencias sociales, particularmente la sociología y la economía, en su proceso histórico de institucionalización y autonomía, que acabaría por oponerlas y por limitar su potencial explicativo. Se sostiene que la opción entre diferentes perspectivas epistemológicas ha estado estrechamente relacionada a unas determinadas posturas políticas y que ello puede explicar las divergencias teóricas entre esas ciencias; para ilustrar esto, se analiza un caso práctico del entorno francés. Asimismo, se argumentan las ventajas explicativas del paradigma relacional y cómo la inserción de la economía y la sociología en dicho paradigma permitiría reunificarlas y superar su pernicioso distanciamiento. También se exponen dos teorías, una sociológica y otra económica, que ejemplifican tal unificación. 

Palabras clave: historia del pensamiento económico, sociología económica, heterodoxia, pensamiento relacional, reflexividad, crítica. Clasificación jel: B50, B52, B59, Z13. 

Abstract 

This article contributes to a reflection about the reasons for the gap between the social sciences, particularly sociology and economics, in their historical process of institutionalization and autonomy. This gap has opposed both disciplines and has limited their explanatory power. It is argued that the choice between different epistemological perspectives has been closely related to a certain political positions and that this relation can explain the theoretical differences in these disciplines. To illustrate this, it is analysed a case study of the French context. It also argues about the advantages of the relational paradigm and explains how the inclusion of economics and sociology in this paradigm would allow their reunification, surpassing that pernicious gap. Also it exposes a sociological theory and an economic theory, which exemplify such unification. 

Keywords: history of economic thought, economic sociology, heterodoxy, relational thinking, reflectivity, criticism. jel classification: B50, B52, B59, Z13.

* Fecha de recepción: 11/10/2012. Fecha de aprobación final: 23/07/2012. 

** Profesor-investigador en el Departamento de Política y Sociedad de la División de Estudios Jurídicos y Sociales del Centro Universitario de la Ciénega, Universidad de Guadalajara, Jalisco, México. Correo electrónico: dr_sergiosandoval@yahoo.com.mx; sergio.sandoval@cuci.udg.mx. El autor agradece a Carlos M. García González y Jesús Ruiz Flores sus valiosos comentarios, y a Beatriz A. Gallardo N. su ayuda en la corrección de estilo. No obstante, la versión final del texto es enteramente responsabilidad del autor

I believe the embeddedness argument to have very general applicability and to demonstrate not only that there is a place for sociologists in the study of economic life but that their perspective is urgently required there. Mark Granovetter (1985)

Introducción 

El propósito de este artículo es contribuir a la reflexión acerca de la tesis de la unificación (o reunificación) de las ciencias sociales, particularmente de la sociología y la economía, así como de las razones por las que presumiblemente se ha dado el distanciamiento entre ellas. Según esa tesis, en algún momento de su proceso histórico de institucionalización y autonomía, estas ciencias habrían experimentado una divergencia entre ellas respecto de la forma en que conciben sus respectivos objetos de estudio, que acabaría no sólo por oponerlas, sino también por limitar su potencial explicativo.1 Se ha argumentado que tal distanciamiento tiene su origen y explicación en sus respectivas bases ontológicas y antropológicas, esto es, la forma como la economía y la sociología conciben a los seres humanos: una, esencialmente individualista; la otra, de naturaleza relacional (Tilly, 2000, p. 29 y ss.). 

En efecto, la ciencia de la economía ha sido erróneamente identificada tout court con una perspectiva individualista, mientras que la sociología, con frecuencia, lo ha sido con una perspectiva relacional, pero ciertamente no se debe olvidar que ni toda la economía ha sido individualista, ni toda la sociología relacional. Sería más adecuado representarse el campo de las ciencias sociales como un continuum entre ambas perspectivas, en el que se pueden fijar posiciones más o menos inclinadas a una u otra, de manera relativamente independiente de asociaciones previas entre nombres propios de científicos, escuelas, teorías e incluso (o quizá principalmente) disciplinas enteras (como son los casos de la economía y la sociología). 

1 A esto se refiere Robert Boyer cuando afirma que “resulta evidente que la voluntad de construir una economía totalmente separada de las demás ciencias sociales – con excepción de la exportación de sus herramientas de análisis o de sus métodos – erosionó la pertinencia del análisis de los investigadores contemporáneos” (Boyer, 2010, p. 12). Una postura equivalente, pero referida a la sociología, es la de Pierre Bourdieu, como se ve más adelante en este mismo artículo.

Al respecto se ha advertido que, de manera sorprendente, suele obviarse el hecho lógico de que la antítesis del individualismo no es la perspectiva relacional, sino el colectivismo, particularmente bajo la forma de una teoría de sistemas; visto así, el problema no se plantea sólo entre individualismo y colectivismo, sino entre una perspectiva substancialista y una relacional (Tilly, 2000, p. 31). Esta forma de ver las cosas puede explicar por qué algunas teorías pueden pasar por relacionales cuando en último análisis no lo son.3 El distanciamiento teorético entre la sociología y la economía se debería, pues, a un complejo error categorial (en el sentido de Ryle, 2005). Ahora bien, semejante error se debe en parte a una deficiente actitud reflexiva 

En efecto, quizás la propiedad más relevante del pensamiento relacional es su reflexividad, la cual puede ser definida como la “necesidad de orientar continuamente los instrumentos de las ciencias sociales hacia el investigador, en un esfuerzo por controlar mejor las distorsiones introducidas en la construcción del objeto” (Ghasarian, 2008, p. 252).4 Esto significa que una parte importante de la tarea de las ciencias sociales consiste en tomarse a sí mismas como objeto.5 El ejercicio de la reflexividad puede adoptar innumerables formas, pero sin lugar a dudas una de las más contundentes es cuando su aplicación permite al propio razonamiento relacional demostrar su ventaja explicativa frente a otras perspectivas teóricas, como se trata de mostrar más adelante con el análisis de un caso práctico.6 De aquí que, en el resto de este texto, se prefiera la expresión compuesta “relacional-reflexiva” para hacer referencia a la perspectiva que se propone como alternativa a la individualista-substancialista.

2 Si bien Tilly destaca el aspecto esencialista del individualismo, esto se debe al énfasis que pone en las “desigualdades categoriales”. Hay que recordar que la esencia traduce, en el concepto, a la substancia. 

3 Tal puede ser el caso de la teoría de F. A. von Hayek (1958, p. 6 y ss.) sobre el “falso” y el “verdadero” individualismo. Otro ejemplo son las teorías del “capital social”, que han gozado de cierto auge y que han servido para legitimar políticas de Estado, y que aunque parecen reconocer su importancia, en realidad implican una imagen muy deformada y parcial de las estructuras sociales (Marrero, 2006). 

4 Conviene advertir que esta concepción de la reflexividad no tiene nada que ver con la que ha popularizado George Soros (1999) en su discurso autolegitimador. 

5 El significado prístino del término “teoría” (θεωρειν) está asociado a la noción de “punto de vista, perspectiva, enfoque”. Así, una de las formas en que se ha expresado el pensamiento relacional y reflexivo es como análisis del “sistema de los puntos de vista” (Bourdieu, 1999b, p. 9). Como advierte Ghasarian: “La idea nietzscheana de una conciencia ‘perspectivista’, de acuerdo con la cual los ‘hechos’ son interpretaciones constituidas y todos los puntos de vista son subjetivos, tiene muchos puntos en común con la reflexividad crítica en las ciencias sociales” (Ghasarian, 2008, p. 251). 

6 Otra forma, no menos impresionante, es la que podría ensayar cualquier científico social al tomarse a sí mismo como objeto, tal y como hizo Pierre Bourdieu en su Esquisse pour une autoanalyse (Bourdieu, 2007).


VER MÁS AQUÍ

No hay comentarios:

Publicar un comentario