¿Y si no necesito medias negras por qué me obligan a comprarlas?
“Toda producción debe necesariamente adaptarse a los deseos de los consumidores. Desde el punto y momento que no responde ya a este objetivo, deja de ser lucrativa. La libre competencia asegura así la sumisión de los productores a la voluntad de los consumidores y el cambio de los medios de producción de las manos de quienes desoyen o son incapaces de responder a las exigencias de los consumidores a manos de individuos más aptos para dirigir la producción. El consumidor es el amo de la producción”. Ludwig von Mises, “El Socialismo: un análisis económico y sociológico”, 1922.
Quienes nos consideramos de pensamiento liberal, pero no el del patético partido conducido por Horacios, Ernestos, Césares, Humbertos, Roys, Armandos y Teodoras; corre por nuestras venas el deseo de “libertad”, esa que aparece seis veces en el himno antioqueño y es la esencia del mismo. Pero en un día festivo como hoy, queda pesado explorar el tema de la libertad desde una óptica filosófica o considerarlo como una justificación para la soltería, y por eso prefiero desarrollarlo a partir de la voluntad del consumidor con ejemplos más cotidianos.
Supongo que a nadie le gusta que lo obliguen a hacer o comprar algo que no desea, aprovechándose de nuestras necesidades. Con la edad le empiezan a decir a uno que es “necio”, “jodido”, “ñiquiñiqui”, “requeñecudo” o “cosita seria”, aunque estoy convencido que el término correcto es “selectivo”. Por ejemplo: ¿Por qué diablos nos obligan a comprar calcetines en paquetes multicolores de 3 o más unidades en vez de uno o muchos del mismo color? Si no quiero comprar medias negras o de algún color ¿por qué me fuerzan a hacerlo? Estoy que mando una queja a Human Rights Watch.
Y con la ropa interior pasa igual. Dirán que eso no importa, que por eso se llama interior. Pues no. Recuerden que “lo importante es el interior”. Si solo me gustan los pantaloncillos grises, ¿por qué me obligan a comprarlos empaquetados en una variopinta y multirracial mezcla de colores? Así sea hincha del Atlético Nacional, no me gustan los verdes y ni que decir de los peligrosos y reveladores blancos que nos recuerdan que la imperfección y el riesgo vivirán con nosotros hasta el final de los tiempos.
¿Por qué los operadores de televisión por cable tienen que obligarnos a adquirir canales en paquetes en donde ellos escogen los que tenemos que comprar? ¿Y si no nos gusta el canal del Congreso o el de algún telepastor, por qué tenemos que pagarlos? ¿Si son tan buenos por qué no nos dejan escogerlos individualmente?
Así es como actúan los enemigos de la libertad. Como el gobierno inepto que tenemos que aguantarnos un tiempo más, que se quitó de hacer un referendo en el que votáramos punto por punto y quiso hacernos tragar en un solo paquete todas las exigencias de las Farc. A los colombianos nos gusta la libertad y también por eso no ganó el Sí.
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