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miércoles, 22 de junio de 2022

LA AUTONOMIA MORAL EN KANT

 

Memoria presentada por José Mardomingo Sierra para optar al título dc Doctor en Filosofla 

Trabajo dirigido por el Prof, Dr. D. Juan Miguel Palacios García 

Departamento dc Filosofía del Derecho, Moral y Política, II (Etica y Sociología) de la Facultad dé Filosofía de la Universidad Complutense

INTRODUCCION

El capItulo 1, de carácter introductorio, se dedica a presentar en líneas generales cuál es el lugar y la importancia de la doctrina de la autonomía en la Ética en general y en las obras de Kant en particular, así como a recoger diferentes formulaciones e implicaciones del principio de autonomía,

En el siguiente capítulo, el II, comenzamos estudiando la noción de heteronomía de la voluntad, desplegada por Kant en diversos principios pretendidamente morales, que estudiamos por separado y terminamos reduciendo, con nuestro autor, a la determinación eudemónica de la voluntad, por detrás de la cual se encuentra aún el amor propio como cifra de los motivos que, por interesados, colocan a la voluntad que los adopta fuera del ámbito moral.

Contrapuesta a la de amor propio es la noción de desinterés como abnegación, condición de posibilidad de las de necesidad o necesitación y valor moral. En la autonomía que Kant coloca en el eje de su filosofia moral creemos reconocer la noción que vincula a las tres últimas, sin que ello equivalga a que proporcione el fundamento de la segunda de ellas.

En el extenso capitulo III estudiamos la cuestión de si y cómo (o, en su caso, por qué no) Kant sitúa en la autonomía de la voluntad humana, entendida como la capacidad de esa voluntad de otorgar legitimidad moral a cualquier máxima que haga propia y de negársela a toda máxima que quiera rechazar, el fundamento de la necesitación expresada por los imperativos que la moralidad le dirige. En la noción de “necesitación”, no idéntica a la de “necesidad” y expresada propiamente sólo por los imperativos categóricos, vemos, en efecto, la noción cuyas condiciones de posibilidad estudia la doctrina kantiana de la autonomía (apartado 1). A continuación, prestamos atención a los textos de Kant que llevan a responder afirmativamente a la cuestión planteada y examinamos las razones que los apoyan (apanado 2). Sin embargo, ya la exposición y examen de esos textos permiten detectar graves obstáculos para el éxito dc la tarea de fundamentar el imperativo categórico en la autonomía de la voluntad humana, una tarea que por otra parte no es seguro que haya sido emprendida por nuestro autor, al menos por lo que hace a la mayor parte de sus textos y al sentido general de su pensamiento. 

Entre esos obstáculos se cuentan el hecho de que la autonomía parece constituir un mandato que se dirige a una voluntad como la del hombre, más bien que un principio de la misma (apanado 3); la no equivalencia entre la índole de propia del sujeto que la adopta y la de desinteresada en el caso de las máximas de la voluntad humana (apanado 4); el hecho de que, mientras que la autonomía garantiza sólo que las máximas adoptadas en su virtud serán propias del sujeto, sólo pueden poseer significado moral positivo las máximas que, además, sean universalizables (apanado 5); la imposibilidad de extraer el deber moral por análisis del querer humano, y en general de fundamentar el primero en el segundo (apartado 6). 

En consecuencia sostenemos que si, con todo, se quisiese ver en la autonomia de la voluntad humana el fundamento de la validez de los imperativos categóricos, nos encontraríamos ante la alternativa de o bien concebir esa autonomía en un sentido extra-moral, y entonces en lugar de dar base a las exigencias morales las declararía por completo desprovistas de ella, o bien entenderla como equivalente o interna a la moralidad, caso en el que el intento de presentarla como fundamento de esta última ha de ser rechazado por circular (apartado 7). En el apartado 8 intentamos hacer ver que, aunque no la de dar fundamento a la ley moral, la noción de autonomia si desempefla otras funciones de capital importancia, en especial las de dar razón del 1reconocimiento de la validez de la ley y de la pureza y valor específicamente morales en la aceptación y cumplimiento de esa ley. 

El capitulo IV, por último, estudia la autonomía como ideal de la moralidad, esto es, como propiedad poseída únicamente por la voluntad santa y que la voluntad humana se esfuerza en llegar a poseer, sin conseguirlo nunca plenamente. necesario y gustoso Sólo ende lala santidad ley, culmina moral, la autonomía, esto es, ensi bien el cumplimiento ya en su estadoa lactual pr puede nuestra voluntad participar crecientemente de algunas de sus características, a las que pasamos revista con algún detenimiento. 

El trabajo se cierra con un elenco de las conclusiones que cabe extraer del mismo y con la mención de la bibliografia utilizada. 

Para no alargar aún más el trabajo, cuya longitud es ya probablemente desmesurada, hemos tenido que dejar sin tratar, o hacerlo muy someramente, diversos aspectos de nuestro tema, y otros estrechamente relacionados con él, cuyo estudio hubiese sido deseable por venir exigido o al menos aconsejado por el tema tratado como continuación natural del mismo y desarrollo de todas sus implicaciones. 

Tal ha sido el caso, entre otras, de cuestiones como la libertad y sus tipos (trascendental y práctica, positiva y negativa, deducida y postulada, moral y extramoral) y los argumentos, desde la moralidad o ajenos a ella, para justificar su afirmación; las diferencias y relaciones entre voluntad como “Wille’ y voluntad como “Willkñr’; el cometido de Dios como legislador o como promulgador de la ley moral, y como pieza de cierre de la moralidad kantiana en calidad de garante de la Y conjunción final de felicidad y moralidad; la doctrina del “Faktum” de la razón pura; la irreductible dualidad entre lo que hay de inteligible o nouménico en el <4; hombre y su parcial pero insuperable pertenencia simultánea a la esfera sensible y fenoménica, con la consiguiente dificultad que esa íntima escisión de su personalidad acarrea a la hora de atribuir autonomía moral a su voluntad; las relaciones entre autonomía y dignidad del hombre como fin en si mismo viendo en ~aprimera la condición de la segunda y el núcleo de un personalismo de raigambre kantiana; la autonomía en relación con el problema de la eficacia, en especial con el de respeto por la ley como un sentimiento autoinducido por el sujeto. 

Por otra parte, hemos tenido que dejado sin tratar los aspectos más bien teóricos y los presupuestos epistemológicos de las doctrinas prácticas, ante todo la defensa de la posibilidad del concepto de libertad, caso en el que darnos por supuesto y aceptamos los resultados alcanzados por Kant en KrV; en general, nos hemos centrado en las cuestiones propiamente ¿ticas, prestando poca atención a sus presupuestos e implicaciones psicológicas y metafisicas. Por razones de espacio hemos prescindido asimismo del análisis etimológico y de los diferentes usos y acepciones que ha recibido el término ‘autonomía’ a lo largo de la historia de la filosofía moral, y en otros ámbitos del saber, hasta nuestros días, y del estudio de los cometidos que Kant asigna a la noción de autonomía en contextos gnoseológicos, políticos, pragmáticos y estéticos. Tampoco ha habido lugar para estudiar más que episódica y brevemente las influencias ejercidas por nuestro autor sobre otros ni las quede otros filósofos recibió Kant. 

No hemos prestado apenas atención a ta historia interna de la noción de autonomía en las diferentes etapas del pensamiento 4e Kant, si bien hemos. mencionado algunos cambios de opinión parciales y hemos hecho alguna referencia a lo que de evolución hay en aspectos concretos de su tratamiento por nuestro autor. Ello se debe de nuevo en parte a razones de espacio, pero el principal motivo de la ausencia de consideraciones cronológicas y de perspectiva diacrónica en nuestro trabajo reside en que no hemos detectado Variación esencial alguna en las diversas presentaciones y menciones de la doctrina de la autonomía que Kant va ofrociendo en sus escritos; por otra parte, todos los que se refieren de algún modo a la noción de autonomía pertenecen al período ‘crítico” de la filosofla de nuestro autor. 

Una beca predoctoral del Plan Nacional de Formación de] Personal Investigador me ha permitido una prolongada dedicación a la elaboración de este trabajo. Por otra parte, diversas estancias en Munich y Francfort del Main mc dieron la oportunidad de consultar bibliografía que de otro modo hubiese sido prácticamente inaccesible. En la primera de esas ciudades pude asimismo asistir a lecciones y seminarios y conversar con algunos profesores e investigadores, en especial con el Prof Robert Spaemann, de todo lo cual obtuve valiosas orientaciones acerca del modo de enfocar y tratar el tema del trabajo. 

Para la elaboración del presente trabajo, y como era de esperar, no hemos seguido otro método que el estudio y análisis de los escritos de Kant, en especial pero no únicamente los de asunto moral. Entre ellos, la “Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres” es, pese a su brevedad, el que mayor interés encierra para nuestro tema. Asimismo, hemos citado con más frecuencia de la habitual textos de nuestro autor procedentes de sus lecciones de filosofía moral y de sus reflexiones manuscritas. También hemos recurrido a la literatura, ciertamente muy abundante por lo que respecta a la ética kantiana en general, pero no tanto en lo que hace directa referencia al tema de nuestro trabajo; cii cualquier caso, liemos preferido siempre acudir directamente a los textos de Kant, por lo que las citas de la literatura son proporcionalmente escasas. 

Agradezco la ayuda que en todo momento me ha prestado el Prof, Palacios García, director de este trabajo, así como la del Prof, Gutiérrez López, director del Departamento de Filosofia del Derecho, Moral y Política, II (Etica y Sociología> de la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense, en el seno del cual se lía desarrollado la presente investigación. Los profesores Spaemann, Henrich y Zahn me proporcionaron muy amablemente valiosas indicaciones. El Dr. Gerreslxeim me hizo llegar una lista informatizada de los lugares en que Kant utiliza diversos términos. César Casimiro, también doctorando, me ha ayudado con su estímulo y sus consejos. La secretaria del departamento, Isabel, y los encargados de la biblioteca de la Facultad y de otras que he visitado me han facilitado mucho diversos trámites y la consulta de las mismas. La ayuda de Ángel Rubio y Roberto Pérez me ha sido muy útil a la hora de procesar e imprimir informáticamente el texto del trabajo. Con todos ellos, y con otras personas que sería prolijo enumerar, tengo una gran deuda de gratitud que debo y me complace reconocer aquí: muchas gracias.

CAPíTULO 1. IMPORTANCIA Y LUGAR DE LA NOCION DE AUTONOM]A EN LA ETICA DE KANT 

1. IMPORTANCIA DE LA NOCION KANTIANA DE AUTONOMíA 

1.1 En lafilosofia moral en general yen la kantiana en particular

§1. La importancia de la doctrina kantiana de la autonomía en la filosofla moral, cuando menos en su historia, ha sido subrayada por diversos autores, Vamos a pasar revista a algunos de esos testimonios, sin que ello implique que coincidamos con los motivos de cada valoración ni con las respectivas interpretaciones de la doctrina que suponen. 

G. Prauss habla de “el adelanto decisivo de Kant, a saber, la comprensión de que el actuar en general puede ser posible o moral siempre sólo exactamente en la medida en que la persona sigue al actuar una ley que se impone para ello desde sí misma, y precisamente desde la más propia libertad como autonomía: una comprensión del sentido fundamental de la moralidad o la eticidad que hace época”1. 

Si Prauss sitúa la importancia “epocal” de la noción kantiana dc autonomía en que es condición del contenido propiamente moral del obrar, H. Zwingelberg la coloca en que expresa la solución de la principal antinomia ática, la existente entre libertad y ley: “La escisión entre ley y libertad representa por eso la antinomía ática fundamental, y un principio supremo de la eticidad se justifica c¿mo la condición bajo la cual es posible una solución de esta antinomia, es decir, es posible la unidad de libertad y ley’2. Que representa el intento de Kant de pensar la unidad de libertad y ley es también para M. Forsclxner el rasgo más saliente de la doctrina de nuestro autor acerca de la autonomía, pues ial es el título de su estudio de la misma3.

1 Handein Oborliaupt m~gIich odor s¡ttl¡ch 5cm, ala dio handeindo Person dabc¡ cm (iosetz boIoIgt, dos sic aid, ana sioh solbal boraus auforiog, chan gua cigenster Freihoit ala Autonomk,— diese epochalo Einsicht in don Orundsinn von Moralilftt oder Sittliohkoit” (PRAUSS, O., Kant libar .Wroihelt a1s AiilOfloflhiC, Viltorió Klostem,ann, Frankfurt arn Main, 1983, p. 89). 

2 “flor Zwiespalt zwisohon Gcsctz und Frcihoit slolk dahor dic grwidlogendo othischc Arlinomio dar, und cm oboratos Prinzip der Sittliohkcit roehtfortigt s¡eh ala dic Bodissgung, unter der cine Autlbsung diosa Antinomio, dli. dic Einhoit von Froihoil und flosciz mñglich ist” (ZWINOELBERO, 1-1., Kc¿nls Ethik ¡oid das Proble~n dar Linheil von Freiheiz undOeseiz, Bouvior, Bonn, 1969, p. 455)

3 Cfr. FORSOIINER, M,, Geseiz ¡md Praiha it. Zum Pwble,,¡ der Autonomía bel Inunanuel Kant, Anton Pustee, Mllnehen.Satztnarg, ¡974 

También L.W. Beek ve en el tratamiento de esa antinomia o dialéctica entre ley moral por un lado y libertad o yo por otro, y en su solución mediante la aparente paradoja de radicalizar simultáneamente la libertad del sujeto y su sumisión a la ley, el principal mérito de la doctrina kantiana de la autonomía en el seno de la historia de la ática. Este comentarista se refiere a “la paradoja consistente en que comenzó con la más completa sujeción del yo a la ley en la historia de la ática moderna y terminó con la completa subordinación de la ley al yo. Su fenómeno moral central es la restricción del yo por parte dc la ley, su explicación es la legislación del yo, o autonomía”4, Con su doctrina de que la ley es compatible con la libertad por ser un producto de ésta, afirma el mismo autor, Kant ha operado nada menos que un giro copernícano en la historia de la reflexión filosófico-moral: “El más importante descubrimiento de Kant es que la ley no es una mera restricción que se ejerce sobre la libertad sino que es en si misma un producto de la libertad <...> Esta es la revolución copernicana en la filosofía moral”5 

Desde un punto de vista muy distinto, también Reinhold, ya en vida de nuestro autor, vela en la de autonomía de la voluntad la principal tesis kantiana acerca de la íey moral y refería su sentido a la afirmación, antes de Kant sólo barruntada, y en rigor inédita, de la actividad propia de la razón pura5. La importancia que Reinhold asigna a la doctrina kantiana de la autonomía es, así pues, muy grande, pero, por cierto, netamente negativa: ve en esa doctrina el “error fundamental” <“Gmndirrthum”> de Kant y la considera “no menos incomprensible que inconcebible, y en. rigor tan pensable =..> como el círculo cuadrado”7. 

Incluso más tempranamente que Réinhold, y con una actitud y valoración contrarias, esto es, positivas, también Mellin detectaba en la doctrina de la [...]

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4 The paradox ofbis havi¡¡gbegunwithlhemostcomplete sulijection ofself te Iaw inthe history of modorn ethics asad having ended ~viththc cemplele suhordination ofihe Iawto ¡lic ¡df. His coniral moral plienomenon ,stlae restrictitag otto selI’hy law~ lis explanation ¡tite lawgiving of¡he selí, u o.~lonomy” 

5. Kant’s most importas discovery ¡a ¡luí ¡he mis atol a mere rcst,iction en ftccdoni buí is itsclf a product of froedoen <...> This is ¡he Copemicara Revolulion ¡o moral ph¡losophy” (BECK. L.W,, A Conunantary on KantsCritiqr¿a ofprac¿icalReoson, The Universily ofthicago ¡‘ross, Chicago & London, 1966, p. 179).

6 ~ ‘Da Verdiensí, wclel,es von da kantischen ScAude ihrem vcrdicustvollon Sri/lar orn cinstimniigstan zuerkannt, und ant I,bal,sien angerechocí wird, bestelil hckannilich ¿srm, dass dersellic den eigcntlichon Sina und Grataddes »,orallschen Casetas ¡o der Autonomía des Wtlians cntdeckt, und dic reina Seibsithatigkeit darpraktlschen Vernunfl, wctek auch von den Stolkarn mar geahocí, nichl cingesehen ~.urdc,ausscr albo Zweifct geselz¡ haba” (REINHOLO, CL., “Ober dic Autonomie nis ?rinzip der praakt¡schen Phulosophic da Kantisehon- und da gosanmMcn Philosophie da Fiehtisch.Schcllingsohcn Solido’ lo Beytráge zar loichtareti Obersichí des Zarandas dar Pbtloaophia belm Anfanga des 19. Jahrbaenderts 2 (1801), Pp. 1o4~I4o, p. 104). 

7 “nicht weniger unversundlkh ala unbegrcitlich, und Oberbnupí nf kciac asidero Weisc dcnkbv ala dorvicreokigc Cirkel dcnkbar st’ (REINFIOLD. CL., op. cii., p. ¡09).

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