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sábado, 30 de abril de 2022

¿Cómo sería el mundo si los economistas estuvieran a cargo?

 

¿Cómo sería el mundo si los economistas estuvieran a cargo?

1. INTRODUCCIÓN 

La Teoría de la Paridad de Poder de Compra (PPC) fue enunciada formalmente por Gustav Cassel en 1918. En las últimas décadas su estudio se ha hecho, si cabe, más relevante debido a varios factores, todos ellos motivados por la relación que existe entre la PPC y las variaciones en los precios. 

En primer lugar, tal y como señala Rojo (2000), en el mundo desarrollado cada vez se acepta con mayor nivel de generalidad que la política monetaria debe tener como objetivo la estabilidad de los precios [Rojo (2000), p. 7], debido a que sus movimientos pueden producir desequilibrios importantes al originar cambios en las decisiones de producción y consumo. Como reflejo de este posicionamiento acerca de la finalidad de la política económica, en el Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea (versión consolidada) se establece como misión de la Comunidad el promover "un crecimiento sostenible y no inflacionista ..., (con el fin de obtener) la elevación del nivel y de la calidad de vida, la cohesión económica y social" [Comunidad Europea (2001), Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea (versión consolidada), artículo 2, p. 81]. Además, en su artículo 4 punto 2, se insiste en la importancia de los precios cuando se afirma que "se definirá y aplicará una política monetaria y de tipos de cambio única cuyo objetivo primordial es mantener la estabilidad de los precios", y se crea para ello el Sistema Europeo de Bancos Centrales [Comunidad Europea (2001), Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea (versión consolidada), artículo 105, p. 166]. 

En segundo lugar, el proceso de globalización ha disparado el volumen de intercambios entre países, con lo cual también se ha multiplicado el riesgo de los flujos monetarios debido a los movimientos de los precios, tanto internos como externos. El incremento de estos riesgos puede provocar que el mercado no funcione adecuadamente y realice una asignación de recursos ineficientes. 

En tercer lugar, y centrándonos en la declaración de intenciones que explícitamente enuncia la Comunidad Europea en su Tratado Constitutivo, para alcanzar una calidad de vida elevada y una gran cohesión social es fundamental el control de la Paridad de Poder de Compra entre sus países miembros. En este caso, no solo es importante la estabilidad de los precios, sino que se hace necesario definir una política que garantice la convergencia de la Paridad de Poder de Compra de todos los países miembros. Por tanto, el principio de estabilidad de precios solo tiene sentido en una primera fase con el fin de consolidar el mercado comunitario, pero, si lo que se pretende es alcanzar la cohesión social, el objetivo es la convergencia de la Paridad de Poder de Compra de todos los territorios que conforman ese mercado global. Para alcanzar este objetivo, el principio de estabilidad de precios debe relajarse y se hace necesario definir una medida de cambio de la Paridad de Poder de Compra de carácter coyuntural que permita hacer su seguimiento a corto plazo. Esta medida se constituiría en uno de los indicadores a partir de los cuales se definiría la política conducente a alcanzar los mayores niveles posibles de cohesión social en la Comunidad Europea. Sin embargo, la medida de Paridad de Poder de Compra calculada actualmente dentro del Programa de Comparación Internacional de la OCDE tiene un claro carácter estructural y geográfico, frente al coyuntural, temporal y espacial que también sería necesario. 

En este trabajo se analiza la Teoría de la Paridad de Poder de Compra conjuntamente desde la perspectiva espacial, temporal y coyuntural, centrándose en los problemas que presenta su contrastación. En este sentido, la información de la que se parte son los Índices de Precios de Consumo (IPC), que deben ser lo más homogéneos posible, y los tipos de cambio con respecto a una moneda común. Los objetivos concretos que se persiguen son dos. En primer lugar, demostrar que la sustitución de la variable precio por el IPC puede conducir a conclusiones acerca del cumplimiento o no de la Teoría de la PPC al menos confusas. Alberola y Marqués(2001) utilizan el IPC pero matizan la amplitud de sus conclusiones diciendo que el análisis no se centra en los niveles de precios sino en la evolución de los precios relativos desde un instante temporal particular [Alberola y Marqués (2001), p. 453]. Cancelo et al (2000) definen una Paridad de Poder de Compra en términos acumulados desde el instante de referencia del IPC hasta el instante actual, sin embargo, luego afirman que la situación de referencia en el período base no tiene interpretación económica. 

En segundo lugar, se propone un estadístico que mide los cambios en la PPC calculado a partir de la información disponible habitualmente, esto es, los tipos de cambio y los IPC. Este estadístico tiene dos versiones, una a largo plazo, ajustándose en este caso a la propuesta de Cancelo et al (2000), y otra a corto plazo, cuya finalidad es analizar los cambios en los niveles de vida de los ciudadanos en el contexto de un mercado global debidos a los cambios producidos en las variables que miden los precios, suponiendo el resto de factores constantes. Además, se demuestra que bajo ciertas condiciones de elaboración de los IPC, el estadístico definido tiene una clara interpretación económica al expresarse como el cociente entre la participación de cada país en la inflación y su importancia dentro del mercado que conforman el conjunto de territorios. 

En lo que sigue este trabajo se estructura en cuatro partes. En el epígrafe siguiente se resume el contenido de la Teoría de la Paridad de Poder de Compra. En el punto tercero se demuestra que el hecho de sustituir la variable precio por el IPC puede afectar a las conclusiones acerca del cumplimiento o no de la PPC. En el epígrafe cuatro, se propone un estadístico para estudiar los cambios en la PPC desde la perspectiva temporal, espacial y coyuntural usando el IPC y se estudia su interpretación en términos de la PPC. En el último epígrafe se enuncian las principales conclusiones. 

2. LA TEORÍA DE LA PARIDAD DE PODER DE COMPRA 

Siguiendo a Cassel, La Teoría de la Paridad de Poder de Compra se cumple cuando "la tasa de cambio de equilibrio iguala el poder adquisitivo de una moneda en el interior (de un país) con lo que dicha moneda podría comprar en el exterior si fuera cambiada por una moneda extranjera" [citado en Spiegel (1996), p. 690]. Desde su formulación en 1918 hasta nuestros días esta Teoría se ha sometido a múltiples contrastaciones empíricas, siendo la base teórica para la explicación de los movimientos en los precios y en los tipos de cambio entre distintas regiones y países. 

Sin embargo, tal y como se señaló en la introducción, la Teoría de la Paridad de Poder de Compra no tiene por qué cumplirse siempre, sobre todo a corto plazo y, en el caso de que no se cumpla, habría que analizar si ello se debe a razones puramente monetarias o por el contrario existen justificaciones reales. En la práctica, en la mayoría de los casos la evidencia empírica no ha respaldado el cumplimiento de la Teoría de la Paridad de Poder de Compra [Lee et al (2002), p. 534]. A partir de estos rechazos empíricos se han planteado modificaciones que tienen que ver tanto con la formulación de la Teoría como con la forma de contrastarla. 

Dentro de la primera línea de trabajo, la Paridad de Poder de Compra tal y como la formuló Cassel se pasó a denominar Paridad Absoluta de Poder de Compra (PAPC), para distinguirla de la Paridad Relativa de Poder de Compra (PRPC). La PAPC se fundamenta en la existencia de mercados competitivos para los productores y transparentes para los consumidores. En este esquema, si un producto se intercambia en dos puntos geográficos distintos pertenecientes ambos a un mercado único, su precio expresado en una moneda común debiera ser el mismo en los dos sitios, una vez descontados los costes de transporte, diferencia de tarifas, etc... La existencia de precios distintos provocaría a largo plazo un desplazamiento de la demanda que tendría como consecuencia el cumplimiento de la PAPC. 

Sin embargo, en cada subespacio del mercado global no están presentes todos los productos que se intercambian en el mismo. Es decir, no todos los productos tienen presencia en los mercados interregionales e internacionales, debido, como razón fundamental, a la imposibilidad de transportarlos de un sitio a otro. Los casos más claros de productos no transportables se encuentran en el sector de servicios. En consecuencia, en ese mercado global competitivo y transparente nos encontramos con dos tipos de productos, unos que compiten a nivel global, los bienes y servicios transportables, y otros que sólo lo hacen a nivel local, los productos no transportables. Estos últimos no están sometidos a las leyes de la competencia del mercado en su totalidad, con lo cual sus precios pueden diferir entre una región y otra. La consecuencia de esto es que la Teoría de la PAPC no tiene por qué cumplirse. 

La Teoría de la PRPC tiene en cuenta la presencia de los dos tipos de productos comentados y se define en términos relativos diciendo que la variación del tipo de cambio entre dos regiones es igual a la diferencia de los cambios en sus respectivos precios internos. En este caso, la PRPC ya no tiene como justificación la existencia de un mercado competitivo a nivel global para todos los productos, sino que ahora el mecanismo de ajuste de precios y tipos de cambio se establece sobre una doble base. Por un lado, existe un mercado competitivo y transparente para los productos transportables a nivel global. Por otro lado, dentro de cada región se tiene que producir un mantenimiento de la relación entre los precios de los productos transportables y no transportables [Cancelo et al (2000)]. 

El marco teórico de la ley de la PRPC es el siguiente. Si se parte de una situación de equilibrio, el incremento en el precio de los productos no transportables en la zona i del mercado global hará que la economía de esa zona dedique más recursos a producir esos bienes, con lo cual, en una situación de uso total de los bienes de producción, implicará producir en esta zona menos productos transportables, con lo que será necesario importarlos. Este incremento de demanda en el mercado global de productos transportables presionará al alza sus precios, tendiendo nuevamente a alcanzar la relación inicial existente en la región i entre productos transportables y no transportables, pero presentando ambos un nivel de precios superior al inicial. La existencia de factores reales tales como tarifas, transferencias interregionales, controles del movimiento de capitales y personas, ..., pueden modificar la relación de equilibrio.

Dentro de la segunda línea de trabajo, ¿cómo contrastar la Teoría de la PPC?, se han identificado múltiples problemas y se han ensayado diversas técnicas de contrastación. Los problemas más habituales con los que un investigador se encuentra al querer contrastar la Teoría de la PRPC son la falta de series largas y homogéneas, la problemática propia a la hora de medir la variable precio agregada y las dificultades a la hora de compararlos territorialmente, siendo la principal técnica de contrastación utilizada la relacionada con las raíces unitarias y la cointegración [Rodríguez, S., González, C. y Rodríguez, A. (2002), Alberola, E. y Marqués J. (2001), Cancelo et al (2000)]. En la mayoría de las aplicaciones las fuentes empíricas de partida están formadas por series de Índices de Precios de Consumo y de tipos de cambio con respecto a una moneda común. El IPC representa el precio interior y el tipo de cambio el precio exterior. También en la mayoría de los trabajos, el IPC se utiliza como la variable precio, siendo este último el elemento sobre el cual se define el concepto de PPC. 

Una alternativa distinta es la que se enmarca dentro del Programa de Comparación Internacional promovido por Naciones Unidas, el Banco Mundial, la Universidad de Pennsylvania, la OCDE y Eurostat. El objetivo de este programa se centra en elaborar cifras de riqueza de los países que sean comparables entre sí. Para ello elaboran las Paridades de Poder de Compra, cuyo objetivo fundamental es eliminar las diferencias que producen los distintos niveles de precios existentes entre los países que se desea comparar, de tal manera que las cifras de riqueza que finalmente se comparan eliminen este efecto. Su finalidad es de naturaleza puramente espacial y no temporal y, además, tienen un carácter más estructural que coyuntural [INE (2002)]. 

En cualquier caso, la Paridad de Poder de Compra relaciona el precio de un mismo bien o conjunto de bienes expresados en la misma moneda para dos territorios distintos. Desde el punto de vista matemático, la Paridad de Poder de Compra entre el territorio i y el mercado global se puede expresar como (1),


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