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miércoles, 30 de octubre de 2019

LA IDENTIFICACIÓN DE LOS ECONOMISTAS CON INFLUENCIA PARLAMENTARIA EN EL PERIODO DE LA ESCUELA CLÁSICA


POR JORGE MOYA VELASCO

1. INTRODUCCIÓN Y OBJETO DE ESTA INVESTIGACIÓN 

1.1 Teoría Política, Teoría Económica y Política Económica 

1.1.1 Desarrollo de la Ciencia Económica y de la Ciencia Política 

Actividad política y actividad económica 

La Política y la Economía son tan antiguas como el hombre mismo. Ambas son cuestiones humanas que inevitablemente jalonan la vida de los hombres y que forman parte de su cotidiana actividad. 

Es obvio que nos referimos aquí a la acción política y a la acción económica, como una forma de actividad humana, no como un sistema formal de pensamiento.  

En los comienzos, la descripción sobre el desarrollo de esta actividad política y económica del hombre se ha hecho muchas veces de forma conjunta, bajo un enfoque de los hechos que ha tendido a tratar ambas cuestiones, las políticas y las económicas, simplemente como una forma histórica descriptiva de determinados sucesos que no distinguió ambos comportamientos. Las cuestiones doctrinarias relativas al sentido intrínseco que pudieran tener determinados comportamientos políticos y económicos, habitualmente agrupados, quedaron reservados a textos científicos especializados, habitualmente de Teoría Política. 

Este comportamiento político y económico del hombre fue adquiriendo con el paso del tiempo unas y otras formas, y lo ha hecho en parte en base a las diferentes experiencias que el hombre ha ido teniendo en ambos campos. De esta manera, a medida que la acción política y económica, con el arte que sus manejos requieren, recorrieron el devenir de la Historia, fueron dejaron a su paso un rastro de experiencia de siglos que ha configurado una sabiduría propia del buen gobierno para la política, y de la buena administración para la economía. Así, esta forma de sabiduría, tanto para la política como para la economía ha formado en ambos casos un concreto corpus doctrinal, que trasciende la actuación política y económica concreta, generando un sistema formal de pensamiento político y económico. Obviamente, el mismo paso del tiempo y la acumulación de esta sabiduría han permitido que estos cuerpos doctrinales no sólo crezcan, sino que también depuren muchos de sus axiomas. La Teoría Política y la Teoría Económica son las denominaciones que estos cuerpos de doctrina formal han tomado para la política y la economía. 
 
Desigual desarrollo histórico del corpus formal de la Teoría Económica y de la Teoría Política 

La delimitación de la correcta identificación de lo económico ha tardado bastante más tiempo en realizarse que la identificación de lo político. De esta forma, mientras el análisis político alcanzó casi desde los comienzos de la historia del pensamiento una autonomía propia, los trabajos económicos quedaron durante largo tiempo sepultados entre otros muchos saberes. 

Esta desigualdad de trato histórico entre la Teoría Económica y la Teoría Política, provocada por un desacompañamiento de siglos en la identificación del objeto propio de cada una de ellas, ha dificultado en muchas ocasiones el estudio de las relaciones entre economía y política. En sus comienzos, al no tener la economía una autonomía propia, quedó mimetizada dentro de la actividad general histórica del hombre, a lo sumo dentro de la actividad política, o como una parte de ésta, también en el campo de las ideas. Pero cuando la economía empezó cobrar vida propia a partir del S. XVIII, como ciencia independiente, la tendencia natural fue la de desvincularse por completo de la política y la filosofía con la que había convivido hasta el momento, en un necesario intento de establecer un corpus científico propio1.  

De esta manera, el desarrollo de cada uno de estos dos campos ha sido desigual. Mientras que siempre ha habido un cierto volumen de cuerpo doctrinal en el campo de la Teoría Política, el desarrollo principal de la Teoría Económica no se produce hasta edades mucho más tardías. En el campo de la Teoría Política las aportaciones han sido desde el principio de los tiempos de mucho mayor volumen y envergadura. Con todo, es un lugar común entender que el análisis político moderno se ha desarrollado principalmente sobre las ideas preliminares de Maquiavelo, y a partir después de las teorías de Hobbes, Rousseau y algunos otros autores del mismo periodo. El equivalente desarrollo para la Teoría Económica, también por concordancia cronológica, serían los trabajos de Adam Smith, David Ricardo y el resto de la Escuela Clásica. El citado desarrollo de la Teoría Política se refiere a lo que denominamos Teoría Política Moderna. Antes hubo mucha y buena Teoría Política, cosa que en el caso de la Teoría Económica esto no sucedió. No decimos que antes de Adam Smith no haya habido Teoría Económica, que la hubo y notable -como en el caso de la Escuela de Salamanca- sino que esta Teoría Económica no alcanzó ni de lejos el desarrollo doctrinal que había conocido la Teoría Política con anterioridad a la Modernidad.  

Todo el mundo estará de acuerdo en admitir que existe una Teoría Política clásica y no tendrá problema en situar correctamente dentro de la misma a autores de peso como Platón, Aristóteles o Cicerón, algunas de cuyas obras o incluyen la misma palabra política en sus mismos títulos, o inequívocamente remiten a la misma. La Edad Media también ha presentado notables aportaciones al análisis político y nombres como los de Agustín de Hipona o Tomás Moro han pasado a la historia, por supuesto por las vicisitudes de su vida y su santidad declarada, pero...

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1 Pueden incluso encontrarse referencias donde la autorregulación del mercado se presenta como la causa de una negativa disociación de la Economía respecto de la política. AL respecto puede verse Caporaso, J. A., & Levine, D. P. (1992). Theories of Political Economy. New York: Cambridge University Press, pp. 28-35.

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