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lunes, 19 de diciembre de 2016

UN ENFOQUE FENOMENOLÓGICO Y SISTÉMICO DE LA ECONOMÍA POLÍTICA GLOBAL


 A PHENOMENOLOGICAL AND SYSTEMIC APPROACH TO THE GLOBAL POLITICAL
ECONOMY
Dr. Antonio Hidalgo (alhc@uhu.es). Universidad de Huelva (Huelva, España)

Abstract 
In this article we present an application from the phenomenological perspective of knowledge and the selforganised system theory to the field of the Global Political Economy, which allows us to give a theory didactical view of the functioning and regulation of the current global economy.
Key words: phenomenology, economy, political, global, system

Resumen 
En este artículo presentamos la aplicación de la perspectiva fenomenológica del conocimiento y de la teoría de sistemas autoorganizados en el ámbito de la Economía Política Global, que nos permite dar una visión teórica didáctica del funcionamiento y la regulación de la actual economía mundial. Palabras clave: fenomenología, economía, política, global,

sistemas 1. La fenomenología como perspectiva epistemológica 

El conocimiento científico como conocimiento de la realidad suele abordarse desde tres perspectivas epistemológicas: el representacionismo, el constructivismo y la fenomenología.

El representacionismo parte de la idea de que la realidad está en el objeto y que el sujeto al observar lo que hace es representar de manera fidedigna esta realidad; por tanto, la realidad sería una realidad objetiva, es decir, vendría determinada por el objeto y el sujeto no puede modificar dicha realidad en el proceso de observación y representación de la misma.

El constructivismo parte de la idea de que la realidad está en el sujeto que al pensar sobre un objeto construye una realidad; por tanto, la realidad sería una realidad subjetiva; es decir, vendría determinada por el sujeto, siendo el objeto sólo la excusa del pensamiento del sujeto en el proceso de construcción de la realidad.

La fenomenología estaría a mitad de camino entre el representacionismo radical y el constructivismo radical y parte de la idea de que el sujeto por medio del proceso de percepción del objeto hace surgir la realidad; por tanto, la realidad sería una realidad percibida, que no podría existir sin la interacción entre el objeto y el sujeto.

Así pues, la realidad ni es representada, ni es construida por el sujeto, sino que es percibida por éste.

Así, un acontecimiento que no es percibido (ni en su acontecer, ni en sus consecuencias) por ningún sujeto, desde la perspectiva fenomenológica del conocimiento científico no existiría.
Un ejemplo de ello podría ser la extinción de una especie de ser vivo en un pasado remoto del que no hubiese quedado ningún resto fósil; dicha extinción no sería una realidad.
También podríamos decir que un acontecimiento pensado por un sujeto que no se derive directamente de un proceso de percepción, desde la perspectiva fenomenológica del conocimiento científico, tampoco existiría.
Un ejemplo de ello podría ser un sueño o una fantasía; dicho sueño o fantasía no sería una realidad. Ahora bien, cuando el sujeto observa un acontecimiento objetivo, lo percibe por medio de los sentidos, y de dicha percepción surge un fenómeno; fenómeno que no sería el acontecimiento objetivo en sí, ya que éste tendría dimensiones que no pueden ser captadas en el proceso de percepción, sino que sería el acontecimiento objetivo percibido por el sujeto.
Un ejemplo de ello podría ser el fenómeno de la vida, ya que la vida puede ser percibida y sería, por tanto, una realidad; sin embargo, podría haber dimensiones del acontecimiento de la vida, como el alma, que al no poder ser percibidas no formarían parte de la realidad.
Partiendo, por tanto, de una perspectiva fenomenológica, nos acercaremos al conocimiento científico por medio del estudio de los fenómenos.

2. Los fenómenos, los sistemas, las organizaciones y las estructuras sociales 

Dado que la Economía es una Ciencia Social, de todos los fenómenos que podríamos estudiar, a nosotros nos interesan especialmente los que se producen por la interacción entre los seres humanos; a dichos fenómenos los denominamos fenómenos sociales y al conjunto de éstos lo denominamos ámbito de los fenómenos sociales.

En el ámbito de los fenómenos sociales cualquier sujeto en su proceso de percepción puede hacer una distinción, es decir, señalar una unidad haciendo una operación que define sus límites y la separa de su trasfondo. Esta operación de distinción es subjetiva y viene determinada, en un principio, por la experiencia perceptiva del sujeto; así, dos sujetos con experiencias perceptivas diferentes podrían hacer distinciones diferentes (1).

Sin embargo, para distinguir una unidad en el ámbito de los fenómenos sociales es necesario que el sujeto acuda al proceso de percepción con una idea del tipo de organización que pretende percibir; entendiendo por organización las relaciones entre los componentes que definen una unidad. La idea de organización procedería de la propia experiencia perceptiva del sujeto (experiencia perceptiva individual), o bien de la experiencia perceptiva que le han transmito otros sujetos (experiencia perceptiva colectiva).

Así pues, si una unidad es percibida por un sujeto en un proceso de distinción a partir de una idea previa de las relaciones entre los componentes que la definen como unidad, dicha unidad sería un conjunto de componentes interactivos; y a un conjunto de componentes interactivos que puede percibirse como una unidad se denomina sistema.

En una operación de distinción, un sistema social llegaría hasta donde el sujeto es capaz de percibir que se encuentran sus límites, siendo todo lo demás su trasfondo; y dichos límites estarían donde el sujeto deja de percibir los componentes y el tipo de relaciones que han servido para definir la unidad.

Antes de continuar debemos hacer algunas aclaraciones respecto a los conceptos de sistema, organización y estructura. Ya hemos visto que el término sistema lo podemos definir como un complejo de componentes interactivos que puede considerarse como una sola entidad y que el término organización está referido a las relaciones entre los componentes que definen un sistema como una unidad. Por su parte, el término estructura se refiere a los componentes concretos y a las relaciones concretas que se dan entre ellos y que permiten la perfección del sistema como tal entidad; así, la estructura de un sistema determina el espacio en que dicho sistema existe, lo que permitiría la distinción de varios sistemas sociales iguales, con la misma organización social, pero espacialmente separados y con estructuras sociales diferentes.

Sin embargo, no todos los fenómenos sociales son de la misma naturaleza y cabría hacer divisiones en el ámbito de los mismos para crear subconjunto o ámbitos menores.

3. Los fenómenos, los sistemas, las organizaciones y las estructuras económicas

A nosotros nos interesa estudiar un tipo determinado de fenómenos sociales, que son aquellos que se producen por las interacciones entre seres humanos basadas en actividades vinculadas con la producción, el intercambio y el consumo de bienes y servicios susceptibles de satisfacer las necesidades de los seres humanos, así como en actividades de distribución de la renta derivadas de las anteriores. A dicho tipo de relaciones las denominamos relaciones económicas (2), que serían las que darían lugar a los fenómenos económicos, los cuales, colectivamente, formarían el ámbito de los fenómenos económicos como subconjunto del ámbito de los fenómenos sociales.

Por tanto, siguiendo el procedimiento explicado anteriormente, para distinguir un sistema económico en el ámbito de los fenómenos económicos vamos a necesitar una idea del tipo de relaciones económicas que mantiene los seres humanos, es decir, una idea de organización económica que nos permita definir los límites de dicho sistema. A partir de aquí, podríamos proceder a distinguir un tipo determinado de sistema económico, o varios sistemas económicos con la misma organización, pero separados espacialmente y con distintas estructuras económicas.

3.1. Los tipos de organización económica 

La experiencia perceptiva colectiva de quienes se han dedicado al estudio de los sistemas económicos ha permitido conformar cinco tipos ideales de organización económica, cada uno de los cuales caracterizado por un tipo diferente de relaciones económicas; dichos tipos de organización económica serían: el comunismo primitivo (por ejemplo, en algunas sociedades indígenas aisladas de la Amazonía); el tributarismo (3) (por ejemplo, en el Imperio Inca); el esclavismo (por ejemplo, en el Imperio Romano); el feudalismo (por ejemplo, en la Francia de la Edad Media); el mercantilismo (por ejemplo, en la España del Renacimiento); el capitalismo (por ejemplo, en el Reino Unido desde la Revolución Industrial) y el socialismo (por ejemplo, en la URSS).

Estos tipos ideales no siempre han sido útiles para distinguir todo tipo de sistemas económicos, dado que algunos sujetos a lo largo de la historia han percibido relaciones económicas que no se correspondían completamente con ninguno de estos tipos de organización, pero parcialmente con un par de ellos; así surgirían formas de organización híbridas como el capitalismo esclavista (que se dio, por ejemplo, en los Estados del Sur de EEUU antes de la Guerra de Secesión), el feudo-capitalismo (que se dio, por ejemplo, en Japón hasta la Segunda Guerra Mundial), el mercantil-socialismo (que se dio, por ejemplo, en China tras la muerte de Mao) o el capitalismo de Estado (que se dio, por ejemplo, en la Alemania nazi).

Cuadro 1 
Características principales de los tipos de organización económica 
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Tipo de organización   Producción  Factor Tierra   Factor Capital    Factor Trabajo 
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