Frente al alarmismo de la mayoría de estudios
sobre la desigualdad, el Manhattan Institute muestra la verdadera situación de
EEUU.
A menudo escuchamos que el aumento de
la desigualdad debe preocuparnos
porque el enriquecimiento de las élites convive con un empobrecimiento de los
demás. Los estudios
de Scott Winship para el Manhattan Institute desmienten
esta tesis, apuntando que el enriquecimiento de las clases altas ha ido en
paralelo con un aumento de los ingresos entre los trabajadores de menos
ingresos.
Analizando el periodo que va de 1948 a 1969, Winship encuentra que la
ratio anual de crecimiento de los ingresos se coloca en cifras especialmente
elevadas entre todos los segmentos de renta. Las décadas siguientes reflejan un
ritmo de aumento más bajo, pero igualmente se observan tasas positivas en todos los niveles de ingresos.
El pesimismo de Piketty se desmiente con datos
Economistas como Thomas Piketty miran esta tabla con pesimismo, ya que
el ritmo de aumento de los ingresos observado entre los más ricos fue mayor al
apreciado para los demás ciudadanos. Es por eso que conviene analizar con mayor
detalle estas cifras.
Eso es, precisamente, lo que han hecho Philip
Armour, Richard Burkhauser y Jeff Larrimore, que han tomado como
referencia los estudios de Piketty, pero han ajustado las cifras para
considerar el impacto de los impuestos, las transferencias sociales y las
rentas del capital.
Haciendo esta medición llegamos a un
resultado más preciso y realista. De hecho, el ejercicio de Armour, Burkhauser
y Larrimore apunta que el 20% de menos ingresos vio
aumentada su renta un 13%, mientras que entre las clases medias el repunte fue
del 6%. Esta situación contrasta con la caída del 5% que sufrieron los más
ricos.
El informe del Manhattan Institute
también analiza la movilidad social. Comparando 1996 con
2005, vemos que solamente el 41,5% de quienes figuraban entre el 1% más rico
seguían en dicho grupo privilegiado. A la inversa, un 56,3% de quienes estaban
entre el 20% de menos renta habían pasado a mayores niveles de ingresos a lo largo
de la década estudiada.
La desigualdad según la capacidad de consumo
Hay otras mediciones que también
desmienten la visión pesimista de Piketty y otros economistas. Por ejemplo,
cuando Auten y Gee miden para el Manhattan Institute la desigualdad según la
capacidad de consumo de cada hogar, vemos que la diferencia entre el tramo más
alto y el más bajo se ha mantenido constante en una ratio de 2,5 puntos a lo
largo del periodo que va de 1987 a 2012.
De hecho, comparando los niveles de renta de estos distintos grupos, el
informe señala que quienes figuraban en el 20% de menos renta allá por 1996
tenían en 2005 un aumento en sus ingresos del 77%. Esta tasa es positiva entre
todos los tramos, menos en el 1% más rico, donde la evolución observada fue una
caída del -30,9%.
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