Título original: “The Wealth of Nations”
Traducción: Gabriel Franco
Prólogo
Algunos se refieren a este libro como "la Biblia de la Economía". Se
entiende si se lo juzga por su volumen, por la pluralidad de sus temas y por
haber consagrado a la figura de su autor mas allá de cualquier simpatía
religiosa. Investigación sobre la naturaleza y causas de las riquezas de las
naciones apareció en Londres el 9 de marzo de 1776. Su autor, el escocés nacido
en Kirkaldy en 1723 y muerto en Edimburgo en 1790, es el padre del liberalismo
económico. Hijo del Siglo de las Luces y, como tal, culto y contemporáneo de
otros genios, Adam Smith paso a la historia por haber escrito la summa que
produjo un quiebre, el prolijo y vastísimo desarrollo fundante de una ideología
que haría escuela.
La riqueza de las naciones es un tratado que combina la moneda con la historia,
la lógica con la teología. Su tesis económica es simple y puede resumirse en
tres principios: a) Que, como ser económico, el hombre tiene el impulso natural
del lucro; b) Que el universo esta ordenado de tal manera que los empeños
individuales de los hombres se conjugan para componer el bien social; c) Que,
conforme a. y b., el mejor programa consiste en dejar que el proceso económico
siga su propio curso (laissez faire). Estos principios, que se difundieron al
punto de olvidar su filiaci6n, encuentran su sentido cabal en el deísmo
ilustrado de Smith. Como lo manifiesta en su otro gran libro, Teoría de los
sentimientos morales, Smith creía en un Dios Supremo que había ordenado el
universo como un mecanismo perfecto donde todo funciona y que resulto, por
imagen y semejanza, bueno. Esta premisa atraviesa las paginas de La riqueza...,
desde las reflexiones sobre el trabajo más elemental (Libro I) hasta la
disertación sobre las funciones del Gobierno (Libro IV), a quien, supuesto el
orden primigenio, no le toca otra tarea que mantenerlo. Para Adam Smith, la
mejor política económica no precede del Gobierno sino de la acción espontánea
de los individuos. El libro III y el IV abren el temario a cuestiones
históricas de evolución y comercio, pero, por el recurso constante de ilustrar
sus ideas con ejemplos cercanos en el comercio europeo, del propósito central
de La riqueza de las naciones resulto también un mosaico de la época. Y es, en
ultima instancia, un manual de lógica que se valió del método deductivo para
arribar "mas naturalmente" a las conclusiones que Smith quiso imponer
y que son el eje axiomático de este volumen.
Por eso, aunque entendemos que el valor de La riqueza de las naciones reside en
su globalidad que por otro lado se hace evidente en la dificultad de su
fraccionamiento, esta "antología esencial" no pretende otra cosa que
beber de su misma fuente las bases de una teoría que en su momento significo
una reacción contra el mercantilismo feudal, pero que, en el tiempo, dibujo el
trazado de una de las caras de la moneda: la realidad económica globalizada en
la que vivimos.
Introducción y plan de la obra
El trabajo anual de cada nación es el fondo que en principio la provee de todas
las cosas necesarias y convenientes para la vida, y que anualmente consume el
país. Dicho fondo se Integra siempre, o con el producto inmediato del trabajo,
o con lo que mediante dicho producto se compra de otras naciones.
De acuerdo con ello, como este producto o lo que con el se adquiere, guarda una
proporción mayor o menor con el numero de quienes lo consumen, la nación estará
mejor o peor surtida de las cosas necesarias y convenientes apetecidas.
Ahora
bien, esta proporción se regula en toda nación por dos circunstancias
diferentes: la primera, por la aptitud, destreza y sensatez con que
generalmente se ejercita el trabajo, y la segunda, por la proporción entre el
numero de los empleados en una labor útil y aquellos que no lo están. Sea cual
fuere el suelo, el clima o la extensión del territorio de una nación, la
abundancia o la escasez de su abastecimiento anual depende, en cada situación
particular, de aquellas dos circunstancias.
La abundancia o escasez de esa provisión depende mas, al parecer, de la primera
que de la segunda de dichas condiciones. En las naciones salvajes de cazadores
y pescadores, todo individuo que se halla en condiciones de trabajar se dedica
a una labor mas o menos útil, y procura obtener, en la medida de sus
posibilidades, las cosas necesarias y convenientes para su propia vida, o para
la de los individuos de su familia o tribu que son muy viejos, demasiado
jóvenes o no se hallan en condiciones físicas adecuadas para dedicarse a la caza
o a la pesca. Estas naciones se hallan, sin embargo, reducidas a tal extremo de
pobreza, que por pura necesidad se ven obligadas muchas veces, o así lo
imaginan en su ignorancia, a matar a sus hijos, ancianos y enfermos crónicos, o
bien los condenan a perecer de hambre o a ser devorados por las fieras. En las
naciones civilizadas y emprendedoras acontece lo contrario; aunque un gran
numero de personas no trabaje absolutamente nada, y muchas de ellas consuman
diez o, frecuentemente, cien veces mas producto del trabajo que quienes
laboran, el producto del trabajo entero de la sociedad es tan grande que todos
se hallan abundantemente provistos, y un trabajador, por pobre y modesto que
sea, si es frugal y laborioso, puede disfrutar una parte mayor de las cosas necesarias
y convenientes para la vida que aquellas de que puede disponer un salvaje.
Las causas de este progreso en las facultades productivas del trabajo, y el
orden según el cual su producto se distribuye, naturalmente entre los
diferentes rangos y condiciones del hombre en la sociedad, forma la materia del
Libro primero de esta Investigación.
Cualquiera que sea el nivel de aptitud, destreza y sensatez con que el trabajo
se ejercita en una nación, la abundancia o la escasez de su abastecimiento
anual dependerá necesariamente, mientras exista tal nivel, de la proporción
entre el numero de quienes anualmente se emplean en una labor útil y el de
quienes no lo están de esta manera. El numero de obreros útiles y productivos,
como veremos mas adelante, se halla siempre en proporción a la cantidad de
capital empleada en darles ocupación y a la manera particular como este se
emplea. En consecuencia, el Libro segundo trata de la naturaleza del capital,
de la manera como se ha ido acumulando gradualmente, y de las diferentes
cantidades de trabajo que pone en movimiento, según las distintas maneras de
emplearlo.
Las naciones medianamente adelantadas en aptitud, destreza y sensatez en la
aplicación del trabajo, siguieron planes muy diversos en la manera general de emplearlo,
pero no todos estos planes conducen igualmente a incrementar el producto. La
política de unas naciones ha fomentado extraordinariamente las actividades
económicas rurales, y la de otras, las urbanas. Difícilmente se encontrara una
nación que haya tratado con la misma igualdad e imparcialidad esas distintas
actividades. Desde la caída del Imperio Romano la política de Europa ha
favorecido mas las artes, las manufacturas y el comercio, actividades
econ6micas propias de las ciudades, que la agricultura, actividad económica
rural. En el Libro tercero se explican las circunstancias que dieron origen a
esa política, y aconsejaron aplicarla.
Aun cuando, acaso, esos diversos planes fuesen primordialmente promovidos por
los intereses privados, o por los prejuicios de determinados estamentos
sociales, sin tener en cuenta o prever sus consecuencias en el bienestar
general de la sociedad, han dado ocasión a diferentes teorías de Economía
política; de ellas, unas ponderan la importancia de las actividades económicas
urbanas, y otras, la de las rurales. Esas teorías han ejercido una influencia
considerable no solo en las opiniones de la gente docta, sino también en la
actuaci6n publica de los Príncipes y Estados soberanos. En el Libro cuarto
intentaremos explicar, con la claridad y extensión que nos sea posible, esas
diferentes teorías y los principales efectos que han producido en distintas
épocas y naciones.
El objeto de esos cuatro primeros libros consiste en explicar en que consiste
el ingreso regular del conjunto de los moradores de un país o cual ha sido la
naturaleza de aquellos fondos que han venido a satisfacer su consume anual en
diferentes épocas y naciones. El Libro quinto y ultimo trata de las rentas del
soberano o de la comunidad. En él procuramos mostrar, primero, cuales son los
gastos necesarios del soberano o de la comunidad; que parte de ellos han de
sufragarse por contribución general de toda la sociedad; cuales otros por un
particular sector, o por algunos de sus miembros singularizados, y segundo,
cuales son los métodos con arreglo a los cuales la sociedad, en su conjunto,
deberá contribuir a sufragar los gastos correspondientes al todo social, y
cuales son las principales ventajas e inconvenientes de cada uno de esos
procedimientos; y tercero y ultimo, que" causas y razones pudieron inducir
a la mayor parte de los gobiernos modernos a ignorar parte de sus rentas o a
contraer deudas, y cuales han sido los efectos de estas deudas en la riqueza
real, en el producto anual de la tierra y en el trabajo de la sociedad.
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