A través de la historia, el hombre siempre ha deseado tener la sensación de sentirse seguro con un máximo grado de tranquilidad y confianza, de tal manera que su existencia, sus bienes, su familia y todas las actividades que realiza no se vean afectadas ante la presencia de agentes internos o externos que en un momento dado puedan poner en peligro a esa sensación de seguridad que tanto aspira lograr.
Es por ello que los primeros pobladores del planeta, cuya actividad primordial estaba orientada hacia la caza como medio de subsistencia, se vieron en la necesidad de agruparse en pequeñas tribus o comunidades para protegerse de la embestida de animales feroces y de gran volumen. Mediante estas agrupaciones, es así como el hombre comienza a sentir un nivel de tranquilidad y confianza que lo llenaba de valorpara enfrenarse a los peligros que le acechaban.
A pesar de tener muy pocos bienes que proteger, estos primeros pobladores adoptaron algunas medidas de protección para evitar que los mismos les fuesen robados por otras tribus, entre los cuales se incluía el producto de la caza. En el caso la acción era realizada muchas veces por otras tribus cuyos miembros no eran hábiles cazadores y en este sentido se trataba de imponer el empleo de la fuerza sobre los más débiles. Esta situación, por supuesto, obligó al hombre a crear y adoptar nuevas medidas de protección, aunque un tanto rudimentarias, satisfacían sus necesidades de seguridad.
Al pasar los años, con la formación de los grandes Imperios y los Estados, comienzan a diseñarse las primeras barreras de protección formadas por fortalezas, murallas, barrotes, barricadas, etc. Así como el aprovechamiento de algunas características propias de la naturaleza para emplearlas como barreras naturales. Esta situación se originó ante el deseo del hombre de conquistar nuevos territorios dando origen a las numerosas guerras conocidas en la historia.
Al enfocar brevemente el aspecto de protección física de instalaciones la figura del sereno, celador o guachimán, término éste último adoptado en su escritura como una traducción de la palabra inglesa WATCHMAN (hombre guardián), en Venezuela coloquialmente y popularmente decimos: WATCHIMAN, pronunciándolo como se lee en español; emerge como uno los primeros controles ejercidos directamente por el hombre para vigilar y proteger la integridad física de las edificaciones, factorías y todas aquellas áreas que requerían de vigilancia.
Esta persona normalmente sólo hacía recorridos por diferentes sectores de las instalaciones y pequeños complejos industriales generalmente haciéndose acompañar de una lámpara durante las horas de la noche y sin ningún otro equipo adicional de cierta tecnología para cumplir con sus funciones. Además en la mayoría de los casos esta actividad era realizada por personas de avanzada edad y en ocasiones con ciertas limitaciones o impedimentos físicos.
Durante la segunda guerra mundial surge la necesidad de diseñar nuevos sistemas de protección y establecer estrictas medidas de control para garantizar la seguridad física de las grandes instalaciones encargadas de producir el material bélico y otros abastecimientos requeridos para apoyar a las operaciones militares. A tal efecto se diseñan y se adoptan sistemas de identificación para controlar el acceso de las personas a dichas instalaciones y por ende evitar o disminuir los posibles riesgos de robo, sabotaje y espionaje. Se activan patrullajes, se ejecutan requisas de personas, paquetes y vehículos, así como también se adoptan otras medidas de protección.
Una vez finalizada la segunda guerra mundial, los sistemas de protección utilizados durante la misma fueron adoptados por otras instalaciones industriales haciendo para ello las respectivas adaptaciones de acuerdo a las características propias de cada instalación.
De esta manera, las actividades de protección física de instalaciones comienzan a adquirir una importancia relevante en el proceso económico – productivo, ya que al estar las instalaciones debidamente protegidas existirán menos posibilidades que estas se paralicen o tengan pérdidas significativas como consecuencia de los daños producidos en los equipos, las maquinarias y en las estructuras de la instalación una vez que se materialicen ciertos riesgos naturales o artificiales. Con el mismo impulso esta acción se desborda hacia otras áreas de la actividad humana donde, de alguna manera, esté involucrada la protección física de instalaciones.
Los avances experimentados actualmente tanto en la ciencia como en la tecnología han permitido alcanzar excelentes logros en el área de la protección física de instalaciones, siendo éste un aspecto de especial consideración y estudio si tomamos en cuenta las grandes inversiones de dinero que se hacen para adquirir materia prima, bienes y equipos que requieren protección.
Hoy en día existen especialidades a nivel de educación superior orientadas hacia el campo de la seguridad industrial, seguridad de instalaciones y otras carreras afines, así como también se programan y conducen cursos especializados con el propósito de capacitar al personal que labora en esta área.
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