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domingo, 5 de mayo de 2013

La economía explicada a mis hijos

Introducción
 Actores y profesores tienen algo en común: ambos están obligados a transmitir lo que saben ante una audiencia, deben llegar a ella con su mensaje realizando una “actuación” que puede ser más o menos decorosa o directamente un fracaso.
Al margen de los contenidos de cada obra en particular, o de cada materia, ha de establecerse una comunicación entre el actor o profesor y su auditorio. Hay diferencias, por supuesto. El profesor tiende a dar prioridad al argumento racional, busca la comprensión de su alumno; el actor puede, y en casi todos los casos debe, transmitir un sentimiento.
Uno enfatiza la razón; el otro, el corazón. Los dos están sujetos a una calificación inmediata y directa por parte del auditorio.
En el caso del actor, ésta es más obvia: el aplauso o el abucheo. En el caso del profesor, es más sutil: no hay aplausos pero hay ojos que se encienden o preguntas que se suscitan; también puede haber bostezos o párpados pesados a punto de cerrarse.
 No estaba pensando en esto esa mañana.
El día se iniciaba como tantos otros: despertando a mis hijos para llevar a cabo ese asombroso operativo comando que consiste en lavarse, vestirse, desayunar y aprestarse para ir al colegio en sólo media hora. Esta vez había algo distinto, sin embargo.
Me esperaba una invitación al colegio de mi hijo Francisco para  hablar sobre mi actividad profesional, mi trabajo.
Ya lo habían hecho otros padres.
No sé si ellos habrán sentido alguna duda o aprensión, pero, ¿qué podía preocupar a un profesor universitario que ha dictado varias clases por semana durante años?
 No era la primera vez que visitaba el aula, pero sí la primera que me encontraba como el único padre frente a todos los alumnos. La maestra me presentó breve e informalmente y yo, seguro y confiado, me dispuse a dar una clase más.
 Estaba preparado. Me había preguntado a mí mismo cómo explicar a esos niños de ocho años de qué se trataba la economía, y se me había ocurrido contarles cómo era un día normal de trabajo, incluyendo algunos detalles, y así lo hice: llego a la oficina, me siento frente al escritorio y enciendo la computadora. Mientras tomo un café, comienzo a hojear los diarios económicos en busca de las noticias y los análisis más importantes del día.
Luego, como consultor en la materia, probablemente escriba alguna opinión o comentario sobre lo que está pasando en el país, o tal vez algún artículo para un diario local o extranjero.
También hago y recibo varias llamadas telefónicas, preparo alguna clase o continúo con una investigación.
 Si ésas eran las formas, luego abordé el contenido. Lo hice con absoluta conciencia del nivel de la audiencia que tenía enfrente.
Ejemplos simples, conceptos sencillos. Al terminar, la maestra pidió un aplauso que los chicos brindaron con gran entusiasmo.
Me despidieron como a un amigo más.
 Me fui muy contento, porque había contribuido directamente a la educación de mi hijo y de sus compañeros y había podido utilizar para ese fin mi experiencia de profesor. Llegué a la oficina, prendí la computadora... Poco tiempo después, el colegio organizó una exposición de trabajos realizados por los alumnos. Dibujos, Martín Krause

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 La economía suele presentársenos como una disciplina intrincada, llena de conceptos de difícil comprensión.

Leemos, escuchamos y utilizamos a diario términos como ventajas comparativas, monopolio, competencia, deuda pública y privada, inflación, deflación... Pero no siempre conocemos su significado.

Y cuando intentamos entender, nos encontramos con explicaciones confusas o aventuradas. Martín Krause, doctor en Administración, experimentó esa situación mientras buscaba entre sus libros ideas para explicar a un grupo de niños qué es la economía.

Finalmente, encontró muchos ejemplos, historias entretenidas y seductoras que incluyen complicados conceptos de la teoría económica abordados con asombrosa sencillez.

Pero no se trata de libros técnicos o científicos, sino de grandes obras de la literatura de todos los tiempos: Robinson Crusoe, Alicia en el País de las Maravillas, El principito, Don Quijote de la Mancha, David Copperfield, Príncipe y mendigo y El señor de los anillos, entre otros. Junto a ellos, el autor nos invita a aprender, como en un juego, los conceptos básicos de una disciplina que afecta decisivamente nuestras vidas…… 



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Ficha técnica Colección: Economía Páginas: 352 Publicación: 01/08/2003 Género: Ensayo Formato: 15 x 24 Precio: 129,00 $ ISBN: 9789505118526 http://www.lsf.com.ar/libros/52/ECONOMIA-EXPLICADA-A-MIS-HIJOS-LA/

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