La escuela austriaca de economía hace referencia a todos aquellos economistas que, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, desarrollaron una teoría económica opuesta al enfoque marxista y con ideas actualizadas o contrarias con respecto a "los clásicos" de la economía (como Adam Smith, John Stuart Mill o David Ricardo).
Si bien fue el economista austriaco Carl Menger quien introdujo los presupuestos fundamentales del "círculo de Viena" con su obra "Principios de economía" (1871), fue el tándem de economistas austriacos Ludwig von Mises y Joseph Schumpeter quien conformó el corpus teórico capital de la escuela. Posteriormente, otros autores eminentes (como Friedrich Hayek o Paul Rosenstein-Rodan) completaron los preceptos de la escuela austriaca de economía.
El "pensamiento austriaco" forma parte de un paradigma económico cuya base teórica está compuesta por seis pilares fundamentales.
Paul Rosenstein-Rodan |
En primer lugar, el "círculo de Viena" se define, en lo filosófico, por un subjetivismo radical. Esto significa que, para economistas como von Mises o Schumpeter, las relaciones estables que subyacen en la teoría económica son consecuencia de la elección humana. Teniendo en cuenta que la escuela austriaca otorga un papel determinante al empresario como factor de producción, el ámbito de la toma de decisiones corresponde fundamentalmente al sujeto empresarial.
Otro de los preceptos básicos del círculo de economistas de Viena es el individualismo metodológico. Los economistas de la escuela austriaca consideran que el ámbito más indicado para estudiar los fenómenos económicos es el del individuo. Los "austriacos" consideran que los datos o estudios agregados solo interesan cuando no interesan las consideraciones de tipo individual.
El tercer pilar más importante de esta escuela económica es el de la acción humana con un objeto determinado. Los objetivos son relativos, pero siempre existen en cualquier decisión económica del individuo. Este siempre produce o consume en función de unos objetivos deseados. En este sentido, autores como von Mises o Hayek se opusieron al economista Bentham, quien consideraba que los agentes económicos eran empujados por el placer y el dolor de forma pasiva. Por el contrario, los "austriacos" esgrimen que la elección del individuo siempre tiene un propósito, sin importar si este induce a error o es imperfecto.
Por otro lado, la escuela de economía austriaca se caracteriza por su componente genético-causal. Esto implica que los economistas austriacos están más interesados en analizar la naturaleza y la esencia de los procesos económicos y menos en la forma en que estos se manifiestan.
En quinto lugar, el "círculo de Viena" siempre se ha proclamado "no científico". Esto implica, como sostenía Hayek, que es ilegítimo aplicar los principios de la ciencia natural al análisis de la sociedad humana. En este sentido, los representantes de la economía austriaca tratan de comprender la sociedad humana y hacerla más inteligible para especialistas y profanos en economía, sin pretender realizar predicción económica alguna.
Por último, el elemento más peculiar y radical del pensamiento económico austriaco estriba en el énfasis que la "escuela de Viena" da a la primacía de la utilidad y el rechazo de los costes como elemento importante, junto con la utilidad, en la estimación del valor. Este pilar supone la ruptura más clara con la teoría neoclásica del valor de Alfred Marshall y Stanley Jevons. Para los economistas austriacos, los costes son esencialmente subjetivos, ya que están basados en cálculos de utilidad a la que el individuo renuncia cada vez que efectúa una elección determinada. Así, los costes están relacionados con una decisión neutra, no con un acontecimiento determinado.
Si bien el "círculo de Viena" estudió temas muy variados del campo económico, fueron las cuestiones relativas al dinero, el crédito, el ciclo económico y la naturaleza de la competencia las que ocuparon el lugar más destacado en el análisis austriaco de la economía.
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