ADAM SMITH, UN LIBERALISMO BIEN TEMPERADO*
Roland Pfefferkorn**
Resumen
Gracias a la inmensa fortuna que ha conocido Enquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations, Adam Smith es considerado como el “padre fundador” de la economía política clásica. Una lectura rápida de la obra ha permitido a veces hacer del célebre economista un pensador simplemente liberal, en una acepción parcial de la palabra. La Riqueza de las naciones merece una lectura cuidadosa. Aunque Smith es conocido principalmente como economista político, no hay que olvidar que fue titular de una cátedra de filosofía moral y que adquirió notoriedad gracias al éxito de otra gran obra suya, la Teoría de los sentimientos morales (1759).
Abstract
Due to the huge fortune that has met the Enquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations, Adam smith is deemed as the “founder father” of political classical economy. A quick reading of his work has sometimes allowed the conversion of this renowned “economist” into a simply liberal thinker, in a partial meaning of this word. The Wealth of Nations, a complex work, deserves a more careful reading. Although Adam Smith is mainly known as political economist, one cannot forget that he taught a subject of moral philosophy and that he deserved ample acknowledgment for his Theory of Moral Sentiments, where he developed the moral principles that supported many of his economic concepts.
Palabras clave: Economía Política, Sentimientos Morales, Liberalismo, Intervención Estatal, Teoría Económica.
Key words: Political Economy, Moral Sentiments, Liberalism, Government Intervention, Economic Theory.
* Traducción de Gilberto Loaiza Cano, profesor asociado del departamento de Historia de la Universidad del Valle. El texto original en Revue des sciences sociales. Strasbourg, n° 33, 2005, Université Marc Bloch-Strasbourg II, pp. 41-47. Artículo recibido el 5 de Abril de 2008, aprobado el 30 de Abril de 2008.
**Director de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Marc Bloch-Strasbourg II, investigador en el laboratorio “Cultura y sociedades en Europa” del CNRS. Dirección electrónica: roland.pfefferkorn@umb.u-strasbg.fr, Pfefferkroland@aol.com.
Adam Smith, fundador de la economía política clásica
Adam Smith es presentado de manera unánime como el padre fundador de la economía moderna. Su Enquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations,1 publicada en 1776, es celebrada con justicia como la obra inaugural de la economía política clásica. Pero también son muchos quienes lo consideran como el autor emblemático de la teoría económica liberal o del liberalismo económico.2 Ahora bien, si Smith es indiscutiblemente un pensador liberal –él preconizaba en efecto “el sistema evidente y simple de la libertad natural”-, su liberalismo está muy lejos de las posiciones defendidas por ciertos sectores contemporáneos del liberalismo económico. Es un liberal que defiende una concepción in fine relativamente moderada del liberalismo, colocando desde luego el mercado en el centro de sus análisis, pero sin excluir los frenos al librecambio en ciertos casos, ni la intervención del Estado para asegurar la justicia y el bienestar social.
La Riqueza de las naciones es un libro voluminoso y generoso: 1100 páginas en dos volúmenes en la edición de bolsillo de Garnier-Flammarion, más de 1400 páginas en cuatro volúmenes en la edición aparecida en Presses Universitaires de France (PUF) en 1995, incluyendo el aparato crítico. A pesar de su tamaño, tuvo un éxito considerable en vida de su autor, y conoció numerosas reediciones y traducciones. Smith expone una síntesis de las concepciones económicas de su tiempo, síntesis brillante, a la vez original y critica, inspirada ampliamente en los trabajos británicos y franceses de su época. La Riqueza es, al mismo tiempo, la matriz a partir de la cual se construyeron, poco después de su muerte, los análisis económicos a veces contradictorios de autores como David Ricardo, Thomas Malthus o Jean-Baptiste Say, reunidos más tarde, en las historias académicas del pensamiento económico, en la categoría unívoca de « la economía clásica ». Karl Marx, presentado en ocasiones por esas mismas historias como « el último de los clásicos », desarrollará su reflexión heterodoxa a partir de una lectura crítica de Smith, tanto de sus predecesores como de sus continuadores, y más particularmente de los tres autores que acabamos de mencionar. El autor del Capital tendrá entonces cuidado de separarse de aquellos que él llamaría los « clásicos » de aquellos que calificará severamente de « vulgares »; los primeros, aunque enceguecidos por sus tomas de posición ideológicas en favor del sistema capitalista, intentaron, según Marx, hacer una obra científica mientras que los segundos estaban esencialmente animados por sus visiones apologéticas. Smith y Ricardo fueron clasificados por Marx en el primer grupo y elevados por él al rango de « clásicos », Malthus y Say fueron enviados a la segunda categoría.
En un artículo reciente, aparecido en francés en 2002, Armatya Sen, el premio Nobel de economía de origen bengalí, subrayaba con razón el carácter particularmente complejo de la obra de Smith que contrasta con las posiciones simples o, más bien, simplistas de « aquellos que le arrancan ciertas frases », utilizadas « como slogan », para defender unas posiciones políticas a menudo obtusas ». El se refiere explícitamente a las declaraciones de los « extremistas conservadores (especialmente en Gran Bretaña) » y a las « manifestaciones entusiastas » de un tal « Adam Smith Institute ». Este instituto defiende posiciones ultraliberales, acordes con las ideas de otros dos « héroes » (sic) que figuran en la pagina de bienvenida de su sitio de Internet : Friedrich August von Hayek y Milton Friedman, los dos fueron en verdad los principales inspiradores del giro « neoliberal » de fines de la década de 1970 y comienzos de la siguiente (Anderson, 1996) ; el segundo de estos « héroes » fue la fuente de la experiencia « neo –liberal » en el Chile pinochetista desde 1974. Armatya Sen precisa en su articulo que esta tradición de « implicar a Smith en la justificación del buen camino » liberal e invocar la « mano invisible » no es reciente. Ella se remonta a casi dos siglos atrás. « Desde 1812, el gobernador de Bombay rechazó la propuesta de transportar alimentos en el Gujerat afectado por la hambruna citando la autoridad de Adam Smith », cuando en verdad Smith poca cosa dijo directa o indirectamente sobre la manera de tratar una hambruna. En contraste, como lo señalaremos más adelante, Smith siempre relacionó de manera estrecha las concepciones económicas y una visión ‘ética con el objetivo de llegar a una sociedad justa.3
Una obra impregnada de filosofía moral y política.
Los fundamentos filosóficos y morales de las concepciones económicas expuestas en La Riqueza han sido olvidados por mucho tiempo. Sin embargo, Smith desarrolla explícitamente sus posiciones morales en otra gran obra suya, La Teoría de los sentimientos morales (1759) que fue publicada diecisiete años antes de La Riqueza, cuando ocupaba una cátedra de filosofía moral en la Universidad de Glasgow. Es esta primera obra la que le permite adquirir una cierta notoriedad y convertirse unos años más tarde en el preceptor del duque de Buccleuch, con quien viaja en varias ocasiones a Francia, entre 1764 y 1766, lo que le permitió, luego de algunas recomendaciones de su amigo David Hume, encontrarse con los Enciclopedistas Jean le Rond d’Alembert y Claude Adrien Helvetius y los fisiócratas Francois Quesnay, partidario del libre cambio de granos, y Anne-Robert Turgot, controlador general de Hacienda, partidario del libre comercio. A su regreso a Gran Bretaña, él se benefició de una renta que le permitió consagrarse en adelante a la escritura de lo que llegaría a ser diez años después La Riqueza de las naciones.
A lo largo de su vida, Smith le otorgó igual importancia a La Teoría de los sentimientos morales y a La Riqueza. Por lo menos eso hace pensar el número de reediciones de ambas obras mientras el autor aun vivía : cuatro para La Riqueza (1778, 1784, 1786, 1789) ; cinco para La Teoría de los sentimientos morales (1761, 1767, 1774, 1781, 1790). Y también debería tenerse en cuenta la importancia de las adiciones y modificaciones que el autor aportó a cada uno de sus libros, como sucedió hasta la víspera de su muerte con la última edición de La Teoría de los sentimientos morales. Como lo hacen notar los traductores de la edición francesa reciente de esta obra (PUF, 1999), « la amplitud de las correcciones hechas a La Teoría de los sentimientos morales varios años después de la aparición y la revisión de la Investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones muestran el interés incesante de Smith por su obra moral ». Agreguemos además que La Riqueza de las naciones no esta exenta de consideraciones morales y de numerosas digresiones sobre las religiones, que cubren al menos una quinta parte de su volumen, y que tienen algún nexo con los análisis propuestos más tarde por Max Weber.
Finalmente, La Riqueza no puede ser reducida al simple estatuto de una obra fundadora en economía. La mayor parte de los libros de la época que hablan de economía multiplican los ejemplos concretos y mezclan las consideraciones económicas con reflexiones filosóficas, morales o políticas. El libro de Smith se asemeja desde ese punto de vista a aquellos de sus contemporáneos, pero se presta también a otras lecturas, incluso las más inesperadas, lo que es costumbre en las grandes obras.
1 La primera palabra del título original : Enquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations ha sido a menudo traducida al francés como Recherche(s) (en singular o en plural según el caso), desde las primeras traducciones del siglo XVIII hasta en la más reciente del 2000. La traducción de Paulette Taieb (PUF, 1995) pasa Enquiry como Enquête.
2 Sin embargo, desde hace algunos años se multiplican las reflexiones a contra-corriente; señalemos por ahora Boyer (2000), Prévost (2001) y Biziou (2003).
3 Los reclamos de Sen contra el alineamiento abusivo de Smith en las toldas ultra-liberales se explican, por supuesto, por la proximidad de sus propios análisis con las concepciones de Smith. Sen ha puesto el acento en la teoría del bienestar social tomando en cuenta las relaciones entre objetivos sociales y decisiones interdependientes de los individuos. El ha publicado numerosos trabajos acerca de las desigualdades sociales y la pobreza. El ha subrayado principalmente el carácter doble (en positivo y en negativo) de la libertad individual que, según él, debe estar fundada en lo social.
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