RESUMEN
La presente investigación traza los itinerarios de la incorporación de la obra de Franz Kafka a la vida cultural española, desde su primera presencia en España, en la década del veinte, hasta el momento de su definitiva canonización y asimilación, en los años sesenta. Partiendo de los presupuestos de la teoría de la recepción, se combinan metodológicamente la pesquisa positivista, la contextualización sociohistórica, la crítica y teoría literarias y el razonamiento reflexivo.
Se ha estructurado el análisis de la difusión española de Kafka en dos ámbitos: su recepción editorial, crítica y cultural, por un lado, y su recepción productiva, esto es, su adopción creativa en la literatura española, por otro. Previamente, se presentan unas consideraciones en torno a la universalidad de Kafka y el fenómeno de su universalización, imprescindibles para contextualizar el caso español.
La primera parte de la tesis doctoral ofrece ese marco internacional y se interroga por los motivos, internos y externos, que posibilitaron la canonización universal de Kafka. Esta indagación conduce a la presentación de un concepto estético de lo kafkiano —la estética del umbral o del devenir no consumado— que trasciende su caracterización a través de tópicos y sirve de instrumento a la hora de acometer análisis comparados.
El segundo bloque recorre el proceso histórico de la recepción editorial, crítica y cultural de Kafka en España. Por un lado, se revisan las traducciones de sus obras aparecidas en revistas o libros. Por otro, se analizan los rasgos y evolución de su recepción crítica, es decir, de las reacciones valorativas que fueron apareciendo en forma de reseñas y ensayos. En este apartado, no se elude la mirada a los estudios de procedencia extranjera publicados en España ni a la aparición de Kafka en obras de referencia y manuales de historia literaria, como indicador de su proceso de canonización. En tercer lugar, se contempla en este capítulo la progresiva asimilación de Kafka por parte del ámbito periodístico y de los sectores teatral y cinematográfico. Para cerrar esta sección, se explora la divulgación de Kafka en Hispanoamérica y sus vínculos con España, especialmente durante la amplia fase de generalización de su fama entre los años treinta y cincuenta, con Argentina como centro fundamental de dicha expansión. Este análisis ha permitido reconstruir la historia receptiva de Kafka por parte de intelectuales españoles emigrados y exiliados al otro lado del Atlántico.
La tercera y última parte de esta tesis doctoral está dedicada a la recepción productiva de Kafka en España, es decir, a su asimilación dentro de la literatura española. A partir de la puesta al día del estado de la cuestión en torno a este tema, se propone una lectura diacrónica de los modos creativos de aprehensión de lo kafkiano durante el periodo analizado. Por último, se ofrecen dos análisis comparados pormenorizados entre la literatura kafkiana y la obra completa de sendos escritores españoles, seleccionados como ejemplos paradigmáticos de la recepción de Kafka, desde el exilio y desde España, respectivamente: Francisco Ayala y Carmen Martín Gaite. Para ello, se ha tenido en cuenta de qué modo y en qué medida integra cada uno de ellos sus lecturas de Kafka dentro de su propio universo literario.
Como resultado de todo lo anterior, ha quedado trazada una historia reflexiva, crítica y contextualizada de la recepción española de la obra de Franz Kafka, desde su comienzo hasta el momento de su generalización. Y ello, desde las perspectivas editorial, crítica, cultural y literaria, y analizando la evolución diacrónica de las distintas tendencias receptivas de Kafka. Se han sentado, así, las bases del proceso histórico por el que Kafka se dio a conocer y fue finalmente integrado en la cultura española.
Palabras clave: Franz Kafka, España, Hispanoamérica, universalidad, estética, difusión, recepción, recepción crítica, recepción editorial, recepción productiva, literatura comparada, Francisco Ayala, Carmen Martín Gaite.
ABSTRACT
Die vorliegende Forschungsarbeit untersucht die Aufnahme von Franz Kafkas Werk in Spanien und seine Wirkung im spanischen Kulturleben, von seiner ersten Präsenz in Spanien in den Zwanzigerjahren bis zu dem Zeitpunkt seiner endgültigen Kanonisierung und Aneignung in den Sechzigerjahren. Ausgehend von den Annahmen der Rezeptionstheorie werden positivistische Forschung, soziohistorische Kontextualisierung und Literaturkritik und –theorie methodologisch miteinander kombiniert.
Die Analyse der Kafka-Rezeption in Spanien gliedert sich in zwei Bereiche: die verlegerische, kritische und kulturelle Rezeption einerseits und die produktive Rezeption, d.h. die kreative Übernahme in der spanischen Literatur andererseits. Zuvor jedoch wird das Thema der Universalität und des Phänomens der Universalisierung Kafkas ausführlich behandelt, denn dies ist unerlässlich für die Kontextualisierung der spanischen Kafka-Rezeption.
Der erste Teil der Dissertation beschreibt diesen internationalen Rahmen und fragt nach den internen und externen Gründen, durch die eine allgemeine Kanonisierung der Werke Kafkas möglich wurde. Diese Frage führt zur Herausarbeitung eines ästhetischen Konzeptes in den kafkaschen Texten, das die klischeehafte Charakterisierung überwindet und der vergleichenden Analyse als Instrument dient: die Ästhetik des Grenzgangs oder des unvollendeten Werdens.
Der zweite Teil der Dissertation befasst sich mit den historischen Abläufen der verlegerischen, kritischen und kulturellen Rezeption Kafkas in Spanien. Zum einen werden die Übersetzungen seiner Werke untersucht, die in Zeitschriften oder als Buch erschienen sind. Zum anderen werden die Merkmale und die Entwicklung der kritischen Rezeption Kafkas analysiert, d.h. die Einschätzungen der nach und nach erscheinenden Rezensionen und Aufsätze. Dabei werden in Spanien veröffentlichte Studien ausländischer Herkunft sowie Einträge zu Kafka in Nachschlagewerken und literaturgeschichtlichen Handbüchern ebenfalls berücksichtigt. Des Weiteren wird in diesem Kapitel auf die zunehmende Aneignung Kafkas durch die Zeitungsmedien sowie den Film- und Bühnenbranche eingegangen. Am Schluss dieses Dissertationsteiles wird die Verbreitung der Werke Kafkas in den lateinamerikanischen Ländern und ihr Nexus zu Spanien untersucht, insbesondere in der Phase der breiten Aufmerksamkeit in den Zwanzigerjahren bis zu den Fünfzigerjahren, mit Argentinien als Zentrum der Ausdehnung seines Bekanntheitsgrades. Dies ermöglicht eine Rekonstruktion der Rezeptionsgeschichte von Kafkas Werk durch spanische Emigranten und Exilierte in Lateinamerika.
Der dritte und letzte Teil der vorliegenden Dissertation ist der produktiven Rezeption Kafkas in Spanien gewidmet, d.h. das Aufgehen seines Werkes innerhalb der spanischen Literatur. Anhand einer Aktualisierung des Forschungsstandes wird eine diachronische Lektüre der kreativen Aneignung Kafkas innerhalb des untersuchten Zeitraumes vorgenommen. Schließlich werden zwei detaillierte vergleichende Analysen der Literatur Kafkas und des Gesamtwerkes zweier Autoren durchgeführt, die als paradigmatisches Beispiel für die Kafka-Rezeption im Exil und in Spanien ausgewählt wurden: Francisco Ayala bzw. Carmen Martín Gaite. Dabei soll berücksichtigt werden, wie und in welchem Ausmaß jeder einzelne seine Kafka-Lektüre im eigenen literarischen Universum einbringt.
Als Ergebnis des zuvor Gesagten wird die Geschichte der spanischen KafkaRezeption in reflexiver, kritischer und kontextualisierter Hinsicht nachgezeichnet, von seinen Anfängen bis zu seiner allgemeinen Verbreitung. Dies erfolgt aus einer verlegerischen, kritischen, kulturellen und literarischen Perspektive heraus und anhand der Analyse der diachronischen Entwicklung der unterschiedlichen Tendenzen in der Kafka-Rezeption. Diese Untersuchung bildet die Basis zum Verständnis des historischen Prozesses, durch den Kafka bekannt wurde und sein Werk schließlich in der spanischen Kultur aufgehen konnte.
Schlagwörter: Franz Kafka, Spanien, Lateinamerika, Universalität, Ästhetik, Verbreitung, Rezeption, kritische Rezeption, verlegerische Rezeption, produktive Rezeption, vergleichende Literaturwissenschaft, Francisco Ayala, Carmen Martín Gaite.
Marco metodológico y conceptual
El impacto universal de Franz Kafka queda fuera de toda duda. Como señaló Bert Nagel (1983) en su monografía sobre las relaciones entre Kafka y la literatura mundial, parece que después de Kafka no sea posible escribir como se hacía anteriormente: no existe casi ningún autor moderno que, en uno u otro grado, no haya experimentado el influjo de Kafka y escriba, en consecuencia, de manera distinta a los narradores de épocas pasadas. Pese al punto hiperbólico del aserto, lo cierto es que Kafka cambió en buena medida el modo de entender lo literario e inspiró ―e inspira― a numerosos creadores. Y ello en los países más remotos y dispares, desde Brasil hasta Corea, desde Finlandia hasta Egipto, de Estados Unidos a Rusia. No solo ha sido erigido en precursor de largas series de escritores, sino incluso en antecedente, en mayor o menor grado, de corrientes enteras, puramente literarias o relacionadas con otras disciplinas. Sirvan como ejemplos paradigmáticos el surrealismo y el existencialismo, a los que podríamos añadir, en el ámbito hispánico, el realismo mágico (Flores, 1955; Gray, 1984) y el postismo (Calvo Carilla, 2005a). Por tanto, la exploración de la recepción de Kafka en España supone una contribución al análisis cultural y literario español, pero también resulta de un gran interés para los estudios de la recepción internacional de un escritor cuya repercusión adquirió unas dimensiones inigualables en el ámbito universal. Dimensiones que se explican, además de por las circunstancias de su difusión, por la significación de la obra de Kafka en la evolución de la estética en su desarrollo histórico.
Mi investigación parte de una inquietud fundamental: ¿Qué llevó a Kafka al éxito y a la canonización universal? ¿Qué rasgos, tanto de su obra como de la historia de su recepción, lo han conducido al lugar predominante que ocupa en el canon o en lo que Pierre Bourdieu denomina el campo literario? 1 ¿De qué modo transformó ese campo e hizo evolucionar la historia y la estética literarias? ¿De qué manera violó y modificó, según el término de Hans Robert Jauss, el horizonte de expectativas de los lectores?
1 Bourdieu (1990, 2002) entiende los campos como espacios sociales variables, sobre cuyos integrantes actúan fuerzas, de diferentes maneras según la posición que ocupen en dicho espacio. En el campo literario, por ejemplo, la posición del autor de piezas de éxito difiere de la del poeta de vanguardia. Como consecuencia de esas diferencias, los campos son escenarios de luchas que procuran alterar la configuración de esos espacios.
Me interesa, por un lado, examinar los aspectos externos de su difusión, los motivos históricos y sociológicos que condujeron a su consagración como clásico de la modernidad, lo cual contribuye a la historia de la cultura. Si los avatares de la recepción de una obra de arte forman parte de la historia cultural de un país (Caputo-Mayr, 1978: XII), los modos en que Franz Kafka ha sido entendido en el ámbito español son, simultáneamente, expresión y consecuencia del desarrollo de la cultura española del siglo XX y también, al menos, de lo que llevamos de siglo XXI. Por ello, su examen resulta muy útil para el estudio del devenir cultural y literario de España durante la última centuria. Pero, por otro lado, considero necesario explorar las causas intrínsecas que han permitido que la literatura kafkiana se convierta en símbolo del ser humano moderno y plantearse qué lugar ocupa Kafka en la historia estética entendida como fenómeno amplio.
Al emprender mi análisis desde el hispanismo, me centraré en el ámbito de la lengua castellana y, con el propósito de acotar algo más el objeto de estudio, en la recepción española de Kafka. Sin embargo, tendré presentestanto su recepción en otras lenguas habladas en España como las idas y venidas de los focos irradiadores de Kafka de un lado a otro del Atlántico, sin perder de vista el contexto universal de la difusión de un autor asumido como paradigma de distintas corrientes de alcance internacional. Parto, pues, de la fascinación por la relevancia de Kafka como clásico moderno desde un punto de vista supranacional, para centrarme en su recepción en el ámbito español desde mi especialización como hispanista y debido a la necesidad metodológica de limitar la investigación.
Cierto es que fue en el contexto del interés hacia las literaturas nacionales por parte del positivismo historicista decimonónico cuando surgieron los estudios comparados de A en B, siendo A y B generalmente dos tradiciones lingüísticas o nacionales, o bien un autor u obra perteneciente a cada una de ellas. Con el antecedente del Horacio en España de Marcelino Menéndez Pelayo, publicado en 1877 (Ruiz Casanova, 2006), la variante de un escritor o pensador en un país determinado ―la que continuamos aquí― era la más frecuente dentro del primer comparatismo francés o comparatismo de las cátedras, en expresión de María José Vega (1998).2 El origen positivista y nacionalista de este tipo de aproximaciones condujo a su desprestigio posterior, pero esta vertiente analítica sigue siendo útil y se sigue cultivando. Continúan incluyendo trabajos de este tipo en sus encuentros y publicaciones tanto la Asociación Internacional de Hispanistas como la Sociedad Española de Literatura General y Comparada, la cual ha dedicado a los contactos internacionales algunos ejes temáticos de sus simposios del siglo en curso, tales como «Las literaturas hispánicas en el canon europeo» (2004) y «Reescrituras y traducción: perspectivas comparatistas» (2008). La Asociación de Jóvenes Investigadores de la Literatura Hispánica Aleph ha consagrado congresos completos a asuntos como «Lectores, editores y audiencia: la recepción en las literaturas hispánicas» (2007) o «Fuentes, historia y tradición en la literatura hispánica» (2011). Y dos de las sociedades profesionales dedicadas a Kafka, la Kafka Society of America y la Deutsche Kafka-Gesellschaft, se han ocupado de aspectos relacionados con la recepción en algunos de sus seminarios. De entre las sesiones celebradas por la Sociedad Americana de Kafka, son sintomáticas en este sentido las tituladas «Global Kafka» (2003), «Kafka Now» (2007) ―dividida en «Kafka and Popular Culture» y «Kafka and Recent Literature» ― y, en menor medida, «Kafka Anew» (2009). La Sociedad Alemana de Kafka, por su parte, inauguró en 2007 sus encuentros con un tema amplio, «Leer a Kafka», el cual permitió la inclusión en el programa de estudios comparativos. Sus jornadas del año 2009 llevaban por título —traducido al español— «Kafka intercultural», con secciones de nombres tan significativos como «Intertextualidad», «Comparatismo», «Recepción», «Transculturalidad» y «Fronteras». También es destacable la organización por parte de la sociedad checa (Společnost Franze Kafky), en colaboración con la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, de la Bienal Kafka-Borges/Buenos Aires-Praga, que se celebra alternativamente en Praga y en Buenos Aires.
2 Este comparatismo inicial dio lugar a obras como Shakespeare en France sous l’Ancien Régime, de JeanJules Jusserand (1898); Goethe en France (1904), de Fernand Baldensperger; Ossian en France (1917), de Paul Van Tieghem; Goethe en Angleterre (1920), de Jean-Marie Carré, o Swift en France (1924), de Sybil Goulding (Vega, 1998: 47; Guillén, 2005: 71 y ss.; Martí, 2005: 346 y ss.). En el ámbito hispánico encontramos, junto a la obra pionera de Menéndez Pelayo y al ya clásico Nietzsche en España (1967) de Gonzalo Sobejano, numerosos trabajos, dde carácter desigual, desde la segunda década del siglo XX hasta la actualidad (vid. Ruiz Casanova, 2006).
Por último, el Deutsches Literaturarchiv de Marbach celebró en 2013 un congreso en torno a la repercusión internacional de su obra («Weltautor Kafka», esto es, ‘Kafka, autor universal’).
Y es que, en el contexto global del siglo XXI, la literatura comparada adquiere una nueva actualidad. Buena parte de las críticas recibidas por los estudios de A en B se debían al fuerte nacionalismo desde el que se enfocaban, mientras que el punto de partida de mi investigación es una inquietud universal, única perspectiva coherente con el contexto en el que vivimos. Después del tiempo transcurrido, resulta obvio que hoy por hoy disponemos, además, de herramientas que permiten evitar los reproches metodológicos que se lanzaron al primer comparatismo: contamos con el marco teórico de la estética de la recepción, con los estudios de la traducción, los avances del pensamiento sociológico y la teoría de la comunicación, así como con el denominado nuevo paradigma del comparatismo, abierto a otras corrientes;3 y estamos en condiciones de realizar análisis comparados cuyo objetivo no sea tanto la búsqueda de la influencia de un autor sobre otros ―entendida esta como la causa y el origen de la creación―, sino la observación de las intertextualidades, de las adopciones y manipulaciones conscientes de otros textos, pero también de los ecos, las coincidencias y las divergencias, en un ejercicio que permita iluminar todos los términos de la comparación.
Según Harold Bloom (2009: 55), la historia literaria es indistinguible de la influencia, pues los escritores que denomina fuertes «forjan esa historia malinterpretándose unos a otros para despejar un espacio imaginativo para sí mismos». Sin pretender limitar la creación literaria a las deudas y reacciones ante el corpus de obras preexistentes, lo cierto es que en el ámbito de la literatura —como ocurre con todo fenómeno natural o humano— cada elemento está interconectado con el resto. Ocuparse de estas conexiones supone, por tanto, analizar uno de los aspectos consustanciales al hecho literario.
3 El nuevo paradigma huye de la mera descripción de los contactos literarios y tiene por objetivo explicar sus razones en términos de sistemas. Partiendo de la focalización metodológica en el receptor, presta atención a la situación comunicativa de la literatura, por lo que no renuncia a aspectos sociológicos ni psicológicos. Así, por ejemplo, Douwe Fokkema (1998: 112-113) llamaba a adentrarse en el espacio fronterizo entre los estudios literarios, de un lado, y la psicología, la sociología, la historia cultural, la teoría de la comunicación y la estética, de otro, sin excluir la atención al momento creativo ni a las características formales de las obras.
Partimos, para ello, de la idea de intertextualidad ―introducida por Julia Kristeva a partir de la noción bajtiniana de polifonía― como una condición propia de la literatura: «todo texto se construye como mosaico de citas, todo texto es absorción y transformación de otro texto. En lugar de la noción de intersubjetividad se instala la de intertextualidad, y el lenguaje poético se lee, al menos, como doble» (Kristeva, 1978: 190).
Escribir es, en buena medida, reescribir. El acto de la escritura exige adoptar ―consciente o inconscientemente― una postura con respecto a la tradición preexistente. Quiera o no quiera, quien aspire a escribir ha de enfrentarse al pasado y al contexto literarios. No se trata ―salvo en los casos menos logrados― de copiar, sino de desechar, o bien de integrar, frecuentemente alteradas, determinadas aportaciones del patrimonio literario dentro de un universo creativo particular. Kafka se convirtió póstumamente en una de esas voces fuertes que obligan a todo escritor a posicionarse ante su paso por la historia literaria. Aunque la posición adoptada sea la de ignorar sus logros.
Dado el desprestigio del término influencia por el matiz de causalidad genética que adquirió en el marco del primer comparatismo positivista,4 prefiero hablar de lecturas, expresión que me permite abarcar distintos modos y grados de presencia de la obra de Kafka en la de otros escritores. Frente a las nociones de fuente o influencia, manejaré, asimismo, el concepto de recepción productiva, entendido como el proceso de incorporación y reelaboración del modelo literario dentro de la propia literatura. Esta perspectiva implica un cambio de enfoque fundamental con respecto al comparatismo decimonónico, pues supone una consideración activa de la apropiación y transformación literaria, frente a la pasividad que implican las ideas de fuente e influencia. Así lo explica el comparatista Günter Grimm:
La investigación de la recepción productiva o de la producción receptiva se distingue de la antigua investigación de la influencia, por medio de la inversión de la perspectiva: la obra anterior ya no influye de manera causal-mecánica en la obra posterior, sino que el productor de la obra posterior se apropia de la anterior, a través de un trabajo intensivo. (Grimm, 1993: 295).
4 «La imagen etimológica de fluencia ―fluere― sugería que una influencia representa el paso ininterrumpido de una cosa a otra; y en consecuencia aquella crítica tendía a confundir la influencia como suceso biográfico o genético con el paralelismo textual o la alusión de una obra a otra» (Guillén, 2005: 82).
Por otro lado, el presente estudio parte de la convicción de que el hecho literario es un fenómeno complejo y de que no hay por qué renunciar a las diversas perspectivas de aproximación epistemológica existentes. A la hora de acometer una investigación, debemos servirnos de todos los instrumentos que permitan clarificar el objeto de análisis, sin despreciar a priori ninguno de ellos, y ser conscientes a su vez de que cualquier vía que adoptemos no estará siendo sino el reflejo del tiempo histórico en que nosotros mismos estamos inevitablemente inmersos. Como señalan los editores del volumen New Directions in American Reception Study (Goldstein y Machor, 2008: XIII), lo que justifica el reciente impulso recibido por los estudios de la recepción son las circunstancias contemporáneas, con su vasta explosión de métodos, orientaciones literarias y medios de comunicación.
Dadas estas premisas, no omitiré en mi investigación, en primer lugar, la indagación historicista de la recepción de Kafka en España y en español. Atenderé tanto a su recepción editorial (traducciones de sus obras aparecidas en revistas o libros) como a su recepción crítica (reacciones analíticas en forma de reseñas y ensayos). A la hora de valorar los resultados obtenidos, no perderé de vista las teorías de Hans Robert Jauss ni el marco sociológico de Pierre Bourdieu. Tampoco eludiré el análisis comparado de la literatura de Kafka con la de una serie de autores representativos de su recepción productiva en castellano. Ni evitaré una reflexión previa en torno a los motivos de la universalidad de Kafka. Me serviré, por tanto, de la pesquisa positivista, la contextualización socio-histórica, la crítica literaria, el análisis textual y el razonamiento teórico. Todo ello ayudará a recomponer, caracterizar y valorar las fases de inicio y consolidación de la recepción de Kafka en España.
Kafka en España: estado de la cuestión
Si en el ámbito de las humanidades la investigación de un asunto no agota la materia investigada, este hecho se acentúa en el caso de la literatura comparada y los estudios receptivos, dado que la «vocación comparatista no deja de presentar unos ciertos componentes utópicos, nacidos de la vastedad del campo que abarca y las naturales limitaciones humanas con que debemos enfrentarnos a él» (Villanueva, 1994: 109). Claudio Guillén (2005) reivindicaba, en su manual de literatura comparada, una disciplina abocada a reconsiderar y redefinir sus presupuestos y conclusiones con cada nueva aportación, puesto que se trata de una obra en marcha cuyo objeto total es inabarcable. Por tanto, el comparatista debe adquirir una visión lo más completa posible para alcanzar resultados globales y analizar en qué medida su contribución modifica o confirma los rasgos del conjunto.
Por lo que respecta al tema aquí tratado, la bibliografía preexistente ―de extensión, amplitud de miras, profundidad y valor variables― no ha logrado componer una auténtica historia de la recepción de Kafka en España. La información parcial recopilada hasta el día de hoy no se ha evaluado y articulado en un relato coherente que permita calibrar de qué modos y desde qué posiciones ―estéticas, interpretativas, teóricas, ideológicas― penetró Kafka en la cultura española. Queda por elaborar la historia receptiva de Kafka desde un punto de vista cualitativo y no solo cuantitativo, tanto en lo referente a su recepción crítica como a su recepción productiva desde la creación literaria. En consecuencia, se hace necesario evaluar, por un lado, qué vías de aproximación crítica han predominado en cada momento y por qué motivos; y por otro, de qué modo la asimilación de Kafka ha condicionado la evolución de la literatura española y desde qué presupuestos estéticos o corrientes se ha absorbido su obra.
La materia de estudio escogida permanece, pues, abierta, pese a que existe una bibliografía dispersa y heterogénea en torno al tema Kafka en España. Esta puede dividirse en tres grandes grupos: el de las reseñas y las críticas, el de los análisis comparados y el de los estudios de conjunto. El primero de ellos, más que profundizar en el asunto en cuestión, constituye una fuente de primera mano para su investigación.
Y es que, para trazar la evolución del concepto que de Kafka se ha tenido a lo largo del tiempo, resulta útil contrastar los modos en los que sus obras han sido reseñadas en distintos contextos históricos. También contribuyen a esclarecer la historia receptiva de Kafka los artículos publicados a raíz de la aparición tanto de bibliografía secundaria como de literatura en la que se ha percibido algún rasgo kafkiano.
En segundo lugar, la relación de Kafka con las letras españolas constituye el objeto específico de una serie de análisis comparados que se inscriben dentro de dos tendencias posibles. La más obvia es el rastreo de huellas de Kafka en creaciones españolas posteriores. Con mayor o menor detenimiento, se ha señalado la herencia de la literatura de Kafka en la producción de escritores como Carmen Martín Gaite, Enrique Vila-Matas5 o Luis Landero, entre otros.
Pero también se han identificado, por otro lado, determinadas conexiones entre Kafka y obras españolas de épocas que lo precedieron. Esta última vertiente resulta discutible, dado que el único libro de la literatura hispánica presente en la biblioteca de Kafka y del que se ocupó expresamente fue el Quijote (vid. Born, 1990: 27). El resto de vínculos establecidos entre Kafka y la literatura española previa se apoya no en la lectura demostrable de algún texto, sino en el concepto de precursor que Borges desarrolló en su ensayo «Kafka y sus precursores» (incluido en Otras inquisiciones en 1952). La elección por parte del argentino del ejemplo de Kafka para ilustrar su teoría de que cada autor «crea a sus precursores» (1989b: 90) dio, sin duda, alas a este tipo de propuestas. En esta línea, se ha hablado en diversas ocasiones de Las moradas o El castillo interior de Santa Teresa en relación con El castillo de Kafka, o del «Vuelva usted mañana» de Larra como precedente de la crítica kafkiana a la burocracia, por poner tan solo dos ejemplos. Prescindiré de esta vía de aproximación, al considerar que establecer ciertos paralelismos, más o menos curiosos, entre nuestra tradición y los escritos de Kafka puede tener legitimidad desde un punto de vista ensayístico o reflexivo, pero no tiene ―a mi juicio― cabida dentro de un estudio de carácter académico. Me limitaré, pues, a desentrañar la presencia directa y palpable de Kafka en la obra de escritores españoles que, efectivamente, lo leyeron o, al menos, pudieron experimentar su repercusión indirecta
5 Con respecto a Vila-Matas, remito a mi trabajo «El síndrome de Kafka. La presencia de Franz Kafka en la obra de Enrique Vila-Matas», en Cristina Jarillot Rodal (ed.), Bestandsaufnahme der Germanistik in Spanien: Kulturtransfer und methodologische Erneurung, Bern, Peter Lang, 2010, pp. 465-475.
Por último, el tercer bloque de bibliografía preexistente en torno a la presencia de la literatura de Kafka en España lo componen contados estudios de conjunto, elaborados en distintos momentos y con aspiraciones desiguales. En la estela de este grupo se sitúa la presente investigación, que, sin despreciar las aportaciones previas, aspira a reunirlas y a trascenderlas. Así lo permite el lugar privilegiado que proporcionan tanto la perspectiva temporal que da el paso de los años como la visión global derivada de un amplio trabajo de recopilación bibliográfica.
Aunque se limita a la América hispánica, puede considerarse antecedente de este grupo un breve artículo de Enrique Espinoza, pseudónimo de Samuel Glusberg. Nacido en Chisinau ―actual Moldavia―, Glusberg pasó la mayor parte de su vida entre Argentina y Chile, y fue el fundador y director de la revista Babel, publicada primero en Buenos Aires y posteriormente, desde 1939, en Santiago de Chile. En 1950, la revista dedicó a Kafka el primer monográfico en lengua española del que tenemos noticia, que incluía además, a modo de preámbulo, un texto sobre «Kafka en castellano», firmado por el mismo Espinoza. Sin embargo, el prometedor título llama a engaño, puesto que el tema se reduce a una presentación sucinta de las obras traducidas disponibles ―menos de las deseables, a juicio del autor― y a la mención de la influencia del «malogrado cuentista de Praga» sobre la nueva literatura sudamericana, que Glusberg ejemplifica citando a la escritora chilena María Luisa Bombal y destacando la labor de Jorge Luis Borges como traductor y comentarista. El grueso del artículo ―de apenas cuatro páginas― es una reflexión general sobre Kafka y las reacciones internacionales ante su obra. Con todo, tiene la virtud de llamar la atención tempranamente sobre el tema de la recepción hispánica de Kafka. El ensayo sería recogido, bajo el título «Kafka en nuestro idioma», junto con otros artículos del autor, dentro del libro El ángel y el león.
En 1958 vio la luz una bibliografía de Kafka en español en la revista mexicana de la Universidad de Nuevo León Armas y Letras. Elaborada por Alfonso Rangel Guerra, se trata de un esbozo bibliográfico de textos sobre Kafka en lengua española, traducidos y originales, que se completa con una relación de obras de Kafka vertidas al castellano. Su valor reside en ser el primer intento de este tipo ―que se sabe necesariamente incompleto, pero útil― y en abarcar publicaciones aparecidas tanto en distintos países de Hispanoamérica como en España. El mismo año aparecía una bibliografía internacional con una representación nada desdeñable de trabajos en lengua española, a cargo del portorriqueño Ángel Flores. Bajo el título «Biography and Criticism: A Bibliography», se incluyó dentro de Franz Kafka Today, compilación de estudios que Flores coordinó junto con Homer Swander.
Más de una década después, en el año 1971, y en la línea de los análisis comparados con Kafka, Julián Garavito publicaba en francés, en la revista L’Europe, un artículo titulado «Kafka et quelques écrivains de langue espagnole», en el que únicamente citaba a un español, el dramaturgo Fernando Arrabal, y se centraba en escritores argentinos (Borges, Cortázar, Bioy Casares, Macedonio Fernández, Silvina Ocampo y H. A. Murena). Al otro lado del Atlántico, concretamente en São Paulo, se celebraba en aquellos años el IV Congreso Latinoamericano de Estudios Germanísticos, donde María Luisa Punte disertó en torno a «La literatura alemana y su difusión en Latinoamérica a través de las traducciones al castellano». Punte (1974) destacaba la divulgación de Franz Kafka en lengua española ―junto a la de otros grandes nombres como Goethe, Thomas Mann y Hermann Hesse―, reparando tanto en el papel inicial de la Revista de Occidente como en el posterior protagonismo argentino como foco de las traducciones hispánicas, que se fueron sucediendo desde finales de los años treinta.
Pero habría que esperar a 1979 para encontrar el primer trabajo de amplias miras que analizase específicamente la recepción hispánica de Kafka. Apareció dentro de un manual de referencia entre los estudios sobre el autor: el enciclopédico KafkaHandbuch, editado en Alemania y coordinado por Hartmut Binder (1979a). El segundo de sus dos volúmenes desmenuzaba la recepción internacional de Kafka y fue el germanista argentino Oscar Caeiro el encargado del ámbito hispánico. Poco después, Caeiro se centró, en castellano, en la «Recepción e influencia de la obra de Kafka en la Argentina» (1981) y nunca abandonó su interés por el autor praguense y su impacto posterior. En el año 2003 publicó Kafka y sus consecuencias, recopilación de ensayos donde procuraba interpretar no solo las obras de Kafka, sino también las lecturas que estas han recibido a lo largo de las décadas, ya sean religiosas, psicológicas, filosóficas o históricas.
El capítulo del Kafka-Handbuch es un trabajo ambicioso, pormenorizado y riguroso. En él, Caeiro repasa las traducciones de Kafka al español, su presencia en la crítica hispánica y su repercusión sobre determinados escritores, además de ofrecer una muy útil bibliografía. El ámbito cronológico investigado es amplio: abarca desde la primera recepción de Kafka hasta finales de los años setenta, momento de la redacción del texto. El germanista propuso la división de este amplio periodo en varias fases de difusión hispanoamericana de Kafka. La primera tiene a Argentina como foco difusor hacia otros países y se extiende hasta finales de los años cincuenta. Durante la segunda etapa se profundiza en el estudio de las obras kafkianas, que van siendo culturalmente asimiladas. Por último, desde el año 1966 las traducciones partirán de España, donde también se reeditarán algunas de las aparecidas previamente en Buenos Aires. Es este cambio de orientación uno de los factores que marcarán el límite temporal de la presente investigación, como quedará convenientemente justificado más adelante.
En cuanto a la recepción productiva de Kafka en la literatura en lengua española, Caeiro se refiere, por un lado, a Borges y a sus seguidores, además de a otros autores argentinos, así como a la importancia de Kafka en la renovación de la novela hispanoamericana. Según el investigador, el impacto sobre escritores españoles es más tardío y especialmente perceptible en el caso de exiliados como Ramón J. Sender o Fernando Arrabal. Ya en los años sesenta, distingue rasgos kafkianos en Luis MartínSantos, Antonio Martínez-Menchén, Miguel Delibes, Antonio Fernández Molina, Antonio Beneyto y Juan Benet, partiendo de diversas propuestas contenidas en bibliografía previa dispersa.
Pocos años después de la aparición del Kafka-Handbuch, se reactivó el interés por Kafka al calor del centenario de su nacimiento en 1983. El Centro de Estudios Germánicos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires publicó para la ocasión el libro Franz Kafka: homenaje en su centenario (1883-1924), compuesto por ensayos de autores internacionales y autóctonos (entre otros, el propio Oscar Caeiro y Rodolfo Modern). El volumen contenía también una bibliografía elaborada por la mencionada María Luisa Punte, que registraba tanto traducciones de textos de Kafka al castellano como estudios en lengua española, originales y vertidos desde otros idiomas. Andado el tiempo, Punte publicaría otra bibliografía hispánica sobre Kafka en el Journal of the Kafka Society of America, con la colaboración de Virginia Courrèges y Regula Rohland de Langbehn (Punte, Courrèges y Rohland, 1994).
Volviendo al año del centenario, en España se publicó entonces, en la Nueva Estafeta, el artículo del argentino Blas Matamoro «El laberinto kafkiano», que concluía con un breve repaso a la difusión hispánica de Kafka ―española y argentina―, basado fundamentalmente en los trabajos de Caeiro. Por las mismas fechas apareció en la revista Cuenta y Razón el texto de Francisco Ynduráin «Leer a Kafka», que también trataba, someramente, algunos aspectos de su recepción.
En los años siguientes se dedicarían a la presencia de Kafka en España dos tesis doctorales: La influencia de Franz Kafka en la narrativa española, del escritor Salvador García Jiménez (Universidad de Murcia, 1984) y Consideraciones en torno a la recepción de Franz Kafka en España, de la periodista Eva María Fernández Huéscar (Universidad Complutense de Madrid, 1990). En ellas quedó recogida información relevante (necesariamente parcial) que resulta de utilidad, pero no se alcanzó una reflexión de conjunto concluyente sobre los resultados obtenidos. Ello, junto con el tiempo transcurrido desde su elaboración (en torno a tres décadas), justifica la pertinencia de la presente investigación.
La primera de esas tesis doctorales fue la base del libro Franz Kafka y la literatura española (1987), que constituye un repertorio de análisis comparados entre narraciones españolas y el conjunto de la literatura kafkiana. Salvador García Jiménez abordó allí, en primer lugar, el tema de los antecedentes españoles de Kafka, recolectando casos que ya habían sido notados aisladamente por algunos críticos. Como se ha argumentado, la validez de esta vertiente de investigación, acometida también en la tesis de Fernández Huéscar, resulta dudosa. En esta línea, García Jiménez se detuvo ―además de en Cervantes― en los místicos San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús, en Quevedo, Larra, el duque de Rivas, Clarín, Galdós, Baroja, Machado, Lorca y Gómez de la Serna, así como en el reflejo en la escritura kafkiana del mito de don Juan. Fernández Huéscar, por su parte, añadió a la nómina a Calderón y a Unamuno.
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