El Conflicto Contemporáneo de las Doctrinas Económicas
(Confercrcia del Profesor Baudin, en el Instituto Riva-Agiicro).
En los períodos difícild, los problemas económicos desbordan de su marco natural; son sicológicos, morales, metafísicos, políticos y se convierten, por consiguiente, en problemas muv complejos. Se extienden también en duración mucho después de haber desaparecido la causa que les hal:,ía dado origen. Esta doble observación puede hacerse actualmente en Francia. La guerra y la ocupación no deben ser considerados; como fenómenos localizados y transitorios. Ellas han invadido todas las partes del organismo y, como en las enfermedades graves, dejan después de ellas muchos trastornos.
El conjunto de las doctrinas contemporáneas es tan complejo que debemos simplificarlo, Partiremos de las dos grandes doctrinas tradicionales que se han opuesto siempre, ya que constituyen los dos polos del pensamiento: el liberalismo y el socialismo. ·Dejaremos en la sombra una tercera gran categoría de doctrinas: el anarquismo, no porque se encuentren desprovistas de interés. sino porque comprenden una sene de tesis bastante heterogéneas; porque, de hecho, el divorcio es completo entre la teoría anarquista que descansa sobre una moral elevada y la práctica que conduce a los peores excesos. y porque. en fin, nadie hoy día se dice anarquista ... tal vez por la razón que la anarquía reina en la mayoría de las economías. Examinaremos sucesivamente las estructuras doctrinales tradicionales, luego las nuevas estructuras y construiremos. en función de las deficiencias que nos habrá revelado este estudio, una teoría efe las "elites".
I
Recordemos, en primer lugar. la antítesis inicial y fundamental colocando frente a frente, como dos duelistas. el liberalismo y el socialismo.
Ya se sabe en qué consiste ei liberalismo o individualismo. Según el esquema clásico, es una doctrina que· no ha sido creada. se ha creado por sí misma. El liberal es un realista, considera al hombre tal como es. no tal como desearía verlo, no alaba ni critica, se limita a observar. Y lo que observa es que el hombre obedece a su interés personal. Sabe perfectamente que otros móviles existentes. puede preferir motivos de acción más nobles, pero una ciencia no puede basarse sobre esperanzas. Este interés no es forzosamente. desde luego, egoísmo. Aristóteles ya hizo la distinción al respecto, pero nuestros contemporáneos no la hacen siempre. Este mterés funciona gracias al ingenioso mecanismo de los precios que todo el mundo conoce. La competencia arranca al naciente monopolio de manos del productor interesado. dá lugar a la baja de los precios. asegura el progreso, y el f¡ran favorecido es el consumidor. Así se realiza un orden que nadie ha previsto, que nadie ha querido. tan curioso que sus primeros observadores pensaron que era divino.
Si hemos evocado este esquema clásico bien conocido, es para mostrar los postulados sobre los que descansa y que han sido olvidados muchas veces. En primer lugar. el individualismo supone la existencia de un individuo, es decir. de un ser dotado de pensamiento y de voluntad personales. lo que no es siempre exacto, ya que muchos no son sino el eco de sus vecinos y el reflejo de su ambiente. En segundü lugar, el móvil del interés es el más importante en tiempos normales. pero no en tiempos difíciles, ya que entonces es el miedo que tiene la primacía: los hombres buscan la segundad antes que el provecho. En tercer lugar. un mínimo de moralidad es necesario: el liberalismo es un régimen de contratos. es gracias a ellos que el individuo teje los hilos de sus transacciones sobre la trama del tiempo; estos contratos deben ser respetados y el estado no puede colocar un guardián detrás de cada contratante. En cuarto lugar. el modelo clasico se aplica a un sistema de pequeñas y medianas empresas y no a un sistema de grandes unidades que impiden que funcione la competencia. En quinto lugar, parece que cada uno se halla recompensado [....]
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