MARTES, 13 de marzo de 2018 (HealthDay News) --
Es bien sabido que Estados Unidos gasta mucho más dinero en su sistema de atención de la salud que otros países industrializados.
Pero un nuevo estudio afirma que algunas de las supuestas explicaciones de por qué la factura de la atención de la salud de Estados Unidos es tan alta simplemente no se sostienen.
Estados Unidos no usa más atención de la salud que otros países de ingresos altos como Canadá, Alemania, Francia y Japón, dijo la coautora del estudio, Liana Woskie, directora asistente de la iniciativa estratégica sobre la calidad del Instituto de Salud Global de la Universidad de Harvard.
Estados Unidos tampoco tiene demasiados especialistas que cobren mucho. "Al menos en comparación con países parecidos, tenemos una mezcla muy similar de médicos de atención primaria y especialistas", añadió Woskie.
En lugar de eso, parece como si Estados Unidos pagara más porque se enfrenta a unos precios de medicamentos, de pruebas, de visitas al consultorio y administrativos más altos, indicó Woskie.
"Necesitamos comprender mejor por qué los precios son tan altos e indagar en ello con mucho más detalle, porque algunas de las explicaciones que han dado previamente quizá no sean lo que está motivando los gastos de EE. UU.", señaló.
Para realizar este estudio, Woskie y sus colaboradores reunieron datos abarcadores a fin de comparar la atención de la salud de EE. UU. con la de otros 10 países avanzados: Reino Unido, Canadá, Alemania, Australia, Japón, Suecia, Francia, Holanda, Suiza y Dinamarca.
Los investigadores encontraron que Estados Unidos gasta casi el doble de su riqueza en su atención de la salud (un 17.8 por ciento de su producto interno bruto), en contraste con entre el 9.6 y el 12.4 por ciento en los otros países.
Pero ese dinero no está sirviendo para que Estados Unidos tenga una mejor salud. Por ejemplo, Estados Unidos tenían la esperanza de vida más baja y la tasa de mortalidad infantil más alta en comparación con los otros países.
Estados Unidos tiene aproximadamente tantos médicos y enfermeras como los otros países, y tasas parecidas de tratamiento.
Pero el precio varió ampliamente con respecto a los medicamentos. El gasto farmacéutico fue de 1,443 dólares por persona en Estados Unidos, frente a un rango de entre 466 y 939 dólares en los demás países.
Los estadounidenses también parecen pagar más por las pruebas diagnósticas y las visitas al consultorio, dijo Woskie.
"En realidad parecemos tener aproximadamente la misma cantidad de pruebas y visitas que otros países. No se trata necesariamente de que muchas de estas cosas no se necesiten, porque nuestro volumen es parecido al de los demás. Parece que estamos gastando más por lo mismo", dijo Woskie.
A los médicos y al personal de enfermería también se les paga más generosamente en Estados Unidos. Por ejemplo, un médico general gana un promedio de 218,173 dólares en Estados Unidos, frente a entre 86,607 y 154,126 dólares entre los otros países.
Además, Estados Unidos gasta más en la estructura administrativa que se usa para operar su sistema de atención de la salud: aproximadamente un 8 por ciento del gasto en atención de la salud, frente a entre un 1 y un 3 por ciento en otros lugares.
Esto no se debe tampoco solo a que Estados Unidos tiene un sistema de seguro complejo. Los investigadores encontraron que Estados Unidos gasta el doble en administración que los otros países con múltiples sistemas de seguro, como Nueva Zelanda o Suiza, señaló Woskie.
"Hay algo peculiar en el sistema estadounidense que no tiene que ver solo con la ineficiencia administrativa de tener más de un pagador", planteó Woskie.
El resultado es que reducir la cantidad de atención de la salud que usa cada estadounidense probablemente no reduzca el gasto general en la salud del país, dijo.
"Este trabajo sugiere que es poco probable que algunas de las soluciones más directas o sencillas que se han planteado aborden la cuestión por completo", dijo Woskie.
Los hallazgos aparecen en la edición del 13 de marzo de la revista Journal of the American Medical Association.
El nuevo análisis es "ambicioso y abarcador", y "representa un gran avance" en la comprensión de los patrones de gasto en la atención de salud de Estados Unidos, según Katherine Baicker, coautora de un editorial publicado junto con el estudio. Baicker es decana de la Facultad de Estudios de Políticas Públicas Harris de la Universidad de Chicago.
Pero Baicker advirtió que ni siquiera este estudio puede proporcionar una comparación directa de cosas equivalentes entre los países, debido a las variaciones que hay entre los países en el modo en que se provee la atención de la salud.
"Los diferentes sistemas de salud están produciendo unos resultados muy distintos, pero uno debería tener cierta precaución al observar estas diferencias y al saltar inmediatamente a una prescripción política, porque las prescripciones políticas van a requerir de mucha más información sobre lo que realmente ocurre en cada caso", enfatizó Baicker.
Cualquier solución también necesitará reflejar la moral y las prioridades del país, algo que no puede evaluarse mediante un puro análisis económico solo, añadió.
"Un estudio básico de la economía no puede decirle a usted como votante o como ciudadano o como paciente qué es lo importante para usted", dijo Baicker. "Nos puede decir el modo en que las distintas políticas van a afectar a la atención de la salud que recibimos, pero no nos puede decir cuáles son nuestras prioridades".
"Todas las conversaciones que evalúen las distintas opciones políticas deberían empezar por cuáles son nuestros objetivos y qué es lo importante para nosotros, y luego podremos aplicar las lecciones de la economía para lograr dichos objetivos", dijo.
Más información
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE. UU. tienen más información sobre los gastos en la salud en EE. UU.
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