¿Cómo
perciben los economistas la ingeniería económica?
La
respuesta a ésta pregunta nos conduce a poner de manifiesto (ex professo) algo muy censurable para el
creyente que, como es natural, se siente agraviado por la aplicación del frío análisis de lo que para él es la fuente misma de la verdad. Pero una de las
cosas que más le disgustaría es la develación que pone en evidencia el quiebre que sufre la teoría
económica desde que Keynes se aleja del concepto de la teoría económica de la acción económica (de la escuela austriaca, enfocada desde la oferta) y apuesta por el enfoque al cual la denomina "Economía Simbólica" (enfocada desde la demanda); es decir —aleja al economista del mundo económico real y lo deja simplemente como
custodio de la ortodoxia (quedando a la sombra de los políticos): "custodio, no de la civilización, sino de la posibilidad de
civilización". En el sistema keynesiano, la "economía
simbólica" del dinero y el crédito son "reales" y los productos
y servicios dependen de ella y son su sombra.
Él decía que "La macroeconomía –la economía de la nación-estado— es todo, con individuos y empresas que no tienen poder para influir, y menos dirigir, la economía ni la capacidad de adoptar decisiones efectivas contrarias a las fuerzas de la macroeconomía. (Determinismo de mercado: las personas no tienen vida, son pasivas, y dependen del mercado) Y los fenómenos económicos, la formación del capital, productividad y empleo son funciones de la demanda".
Posteriormente (a Keynes) aparece la “Metodología de la economía positiva” del cientificista Milton Friedman (1958) que se ha constituido en un clásico de la literatura por disociar el irrealismo de los supuestos de una teoría, de su validez o relevancia, señalando que aquello que debemos pedir a una teoría es que permita predecir, no describir correctamente el mundo. Finalmente, después de la Segunda Guerra Mundial, una nueva y sofocante ortodoxia conocida como “síntesis neoclásica” se estableció sobre la economía, especialmente en los Estados Unidos. Esta denominada “síntesis” era en realidad una mezcla confusa de los tres enfoques diferentes que eclipsaron el enfoque causal-realista mengeriano en la período entre las guerras. Mezclaba los enfoques marshalliano y walrasiano sobre determinación de precios con macroeconomía keynesiana.
Todo esto, determina al economistas mainstream que lo aleja de la economía de la acción empresarial de la escuela austriaca; específicamente de la famosa teoría del mercado de Jean Baptiste Say, y, por supuesto de la teoría de la innovación de Schumpeter.
¿Pero qué tipo de economistas entran en esta reflexión? J. M. Keynes los llamaba economistas mainstream (término para la ortodoxia económica), pero Lord Keynes también condujo su vida académica de este modo. A pesar de que revolucionó la ciencia económica, es considerado el doctor del capitalismo, después de la crisis de 1929.
Desde entonces la mayoría de economista tienen una percepción un muy oscura acerca de la Ingeniería Económica. El problema es que ellos no han estudiado a Schumpeter. Para Schumpeter, el empresario es la fuente del cambio que decide y administra el curso a seguir; entonces, el espíritu empresarial pasa a ser un importantísimo factor de producción y un motor del crecimiento económico, que a su vez, propicia el proceso capitalista de la acumulación de capital, y por otra parte, genera desarrollo económico a través del proceso de innovación; de Wallras tomó la noción de empresario, pero en lugar de su figura pasiva en el sistema del “equilibrio general”, la sustituye por un agente activo del progreso económico.
El otro problema es que, para que un economista pueda ser capaz de refutar lo aprendido en las aulas tendría que ser infiel (o hereje) a las enseñanzas (certezas) que con tanta seguridad sus maestros insertaron en su mente de estudiante (como hacían los sofistas en la famosa confrontación de filósofos en la tradición occidental), por lo tanto, difícilmente aceptarían que la economía tiene dos vertientes –la del sistema económico (propio de ellos) y la de la acción económica (empresarial, muy propia de la ingeniería económica); y por lo tanto, tampoco aceptaría que el sistema económico tenga una situación de equilibrio (del mercado) estático, muy propio de la economía convencional (en el que no existe beneficio para el empresario como renta residual de la economía) y, por lo contrario, que la economía de la acción económica tenga otra situación de equilibrio (dinámico), que altera la situación de equilibrio anterior (del mercado), provocando una situación de progreso económico, en el que, de hecho, existe un poder de monopolio temporal, obteniéndose unos beneficios extraordinarios hasta que la imitación de otras empresas vuelva a restablecer el equilibrio.
La verdad (mejor dicho, la causa) es que, tomando en cuenta la tendencia dominante, un economista no está formado para cuestionar el enfoque teórico metodológico de orientación neoclásica que sustenta la formación e investigación en las Ciencias Económicas en la mayoría de las Universidades del mundo. A esta perspectiva no le interesa, dado los fines y objetivos que persigue, consentir un pensamiento alternativo que permita reflexionar (por ejemplo) cómo debería transformarse en cada país, el modelo de desarrollo económico vigente. Así que, su pensamiento seguirá siendo inconsistente y no representará en absoluto una ruptura con la teoría dominante. Por lo tanto, mientras el aprendizaje y la enseñanza (en economía) no promuevan la interacción social, la práctica y el uso del aula de clase como un espacio para la liberación que fomente el aprendizaje autónomo y profundo, los futuros economistas seguirán siendo esclavos de la tendencia dominante.
El hecho es que la Ingeniería Económica se concibe únicamente dentro de una teoría de la acción más que de la decisión, y ésta es, una de las características que más lo distingue de la economía ortodoxa-convencional (la neoclásica). El concepto de acción humana engloba y supera con mucho al concepto de decisión individual.
En primer lugar, para la Ingeniería Económica el concepto relevante de acción incluye, no sólo el hipotético proceso de decisión en un entorno de conocimiento “dado” sobre los fines y los medios, sino, sobre todo y esto es lo más importante, “la percepción misma del sistema de fines y medios” en el seno del cual tiene lugar la asignación económica que con carácter excluyente estudian los neoclásicos.
En segundo lugar, la Ingeniería Económica toma de Schumpeter la propuesta de "Desarrollo económico", donde hay dos conceptos que han tenido un enorme impacto en los desarrollos posteriores de este tema: la innovación como causa del Desarrollo y el empresario innovador como propiciador de los procesos de innovación. El modelo de desarrollo económico (propuesto por Schumpeter) muestra la importancia que éste le atribuye a la innovación y, en segundo lugar, se discute la tendencia existente en la actualidad, tanto en los círculos académicos como en los encargados de la ejecución de la política tecnológica, de establecer un determinismo tecnológico al considerar que la innovación y los desarrollos tecnológicos son el motor fundamental del desarrollo económico y del bienestar social.
Él decía que "La macroeconomía –la economía de la nación-estado— es todo, con individuos y empresas que no tienen poder para influir, y menos dirigir, la economía ni la capacidad de adoptar decisiones efectivas contrarias a las fuerzas de la macroeconomía. (Determinismo de mercado: las personas no tienen vida, son pasivas, y dependen del mercado) Y los fenómenos económicos, la formación del capital, productividad y empleo son funciones de la demanda".
Posteriormente (a Keynes) aparece la “Metodología de la economía positiva” del cientificista Milton Friedman (1958) que se ha constituido en un clásico de la literatura por disociar el irrealismo de los supuestos de una teoría, de su validez o relevancia, señalando que aquello que debemos pedir a una teoría es que permita predecir, no describir correctamente el mundo. Finalmente, después de la Segunda Guerra Mundial, una nueva y sofocante ortodoxia conocida como “síntesis neoclásica” se estableció sobre la economía, especialmente en los Estados Unidos. Esta denominada “síntesis” era en realidad una mezcla confusa de los tres enfoques diferentes que eclipsaron el enfoque causal-realista mengeriano en la período entre las guerras. Mezclaba los enfoques marshalliano y walrasiano sobre determinación de precios con macroeconomía keynesiana.
Todo esto, determina al economistas mainstream que lo aleja de la economía de la acción empresarial de la escuela austriaca; específicamente de la famosa teoría del mercado de Jean Baptiste Say, y, por supuesto de la teoría de la innovación de Schumpeter.
Desde entonces la mayoría de economista tienen una percepción un muy oscura acerca de la Ingeniería Económica. El problema es que ellos no han estudiado a Schumpeter. Para Schumpeter, el empresario es la fuente del cambio que decide y administra el curso a seguir; entonces, el espíritu empresarial pasa a ser un importantísimo factor de producción y un motor del crecimiento económico, que a su vez, propicia el proceso capitalista de la acumulación de capital, y por otra parte, genera desarrollo económico a través del proceso de innovación; de Wallras tomó la noción de empresario, pero en lugar de su figura pasiva en el sistema del “equilibrio general”, la sustituye por un agente activo del progreso económico.
El otro problema es que, para que un economista pueda ser capaz de refutar lo aprendido en las aulas tendría que ser infiel (o hereje) a las enseñanzas (certezas) que con tanta seguridad sus maestros insertaron en su mente de estudiante (como hacían los sofistas en la famosa confrontación de filósofos en la tradición occidental), por lo tanto, difícilmente aceptarían que la economía tiene dos vertientes –la del sistema económico (propio de ellos) y la de la acción económica (empresarial, muy propia de la ingeniería económica); y por lo tanto, tampoco aceptaría que el sistema económico tenga una situación de equilibrio (del mercado) estático, muy propio de la economía convencional (en el que no existe beneficio para el empresario como renta residual de la economía) y, por lo contrario, que la economía de la acción económica tenga otra situación de equilibrio (dinámico), que altera la situación de equilibrio anterior (del mercado), provocando una situación de progreso económico, en el que, de hecho, existe un poder de monopolio temporal, obteniéndose unos beneficios extraordinarios hasta que la imitación de otras empresas vuelva a restablecer el equilibrio.
La verdad (mejor dicho, la causa) es que, tomando en cuenta la tendencia dominante, un economista no está formado para cuestionar el enfoque teórico metodológico de orientación neoclásica que sustenta la formación e investigación en las Ciencias Económicas en la mayoría de las Universidades del mundo. A esta perspectiva no le interesa, dado los fines y objetivos que persigue, consentir un pensamiento alternativo que permita reflexionar (por ejemplo) cómo debería transformarse en cada país, el modelo de desarrollo económico vigente. Así que, su pensamiento seguirá siendo inconsistente y no representará en absoluto una ruptura con la teoría dominante. Por lo tanto, mientras el aprendizaje y la enseñanza (en economía) no promuevan la interacción social, la práctica y el uso del aula de clase como un espacio para la liberación que fomente el aprendizaje autónomo y profundo, los futuros economistas seguirán siendo esclavos de la tendencia dominante.
El hecho es que la Ingeniería Económica se concibe únicamente dentro de una teoría de la acción más que de la decisión, y ésta es, una de las características que más lo distingue de la economía ortodoxa-convencional (la neoclásica). El concepto de acción humana engloba y supera con mucho al concepto de decisión individual.
En primer lugar, para la Ingeniería Económica el concepto relevante de acción incluye, no sólo el hipotético proceso de decisión en un entorno de conocimiento “dado” sobre los fines y los medios, sino, sobre todo y esto es lo más importante, “la percepción misma del sistema de fines y medios” en el seno del cual tiene lugar la asignación económica que con carácter excluyente estudian los neoclásicos.
En segundo lugar, la Ingeniería Económica toma de Schumpeter la propuesta de "Desarrollo económico", donde hay dos conceptos que han tenido un enorme impacto en los desarrollos posteriores de este tema: la innovación como causa del Desarrollo y el empresario innovador como propiciador de los procesos de innovación. El modelo de desarrollo económico (propuesto por Schumpeter) muestra la importancia que éste le atribuye a la innovación y, en segundo lugar, se discute la tendencia existente en la actualidad, tanto en los círculos académicos como en los encargados de la ejecución de la política tecnológica, de establecer un determinismo tecnológico al considerar que la innovación y los desarrollos tecnológicos son el motor fundamental del desarrollo económico y del bienestar social.
Para corroborar lo dicho, presentamos la percepción de dos prestigiados economistas cuyas opiniones personales tratan de enfocar la relación de la economía con la ingeniería:
En el primer caso, ubicamos al famoso economista de Google.com Hal Varian
(1989)[4], quien en una conferencia en París, cuyo tema era examinar si la economía
estaba llegando a ser una ciencia dura, (La
economía en examen riguroso), quien en su ponencia sostuvo que:
[...] Desde mi perspectiva, es un error comparar la economía con la física, ya que hacerlo
con la ingeniería podría ser una mejor comparación... similarmente, es un error comparar la economía con la biología; en todo caso sería mejor compararla con la medicina... ...La ciencia física, por supuesto, tiene el potencial para mejorar los niveles estándar de vida, pero este es realmente un subproducto de la ciencia como actividad intelectual.
[...] Parte del encanto y de las
promesas de la economía, es que de ella se nos dice que está para delinear políticas que mejorarán la
vida de la gente, a diferencia de lo que la mayoría de las otras ciencias
físicas y sociales. Las sociología y la ciencia política tienen un componente
de (policy) política, pero en su mayor parte están involucrados en la
comprensión y el funcionamiento de su respectiva materia temática.
[...] Me parece que Keynes estaba
bromeando en parte cuando dijo que los economistas deberían ser más como dentistas.
Los dentistas dicen que ellos pueden mejorar la vida de la gente, al igual que
los economistas. La premisa metodológica de la odontología y la economía es
similar: se valora lo que es útil. Ninguno de estos “temas de política” (policy
subjects) —ingeniería, medicina, o odontología— están más relacionados con la
metodología y los economistas, por mucho, tampoco lo están.
[...] Cuando se piensa acerca de esto, es sorprendente que no haya más trabajo
en la metodología de la ingeniería o de la medicina. Estos aspectos han tenido
una gran enorme influencia en la vida del Siglo XX, y aun así, han sido
ignorados totalmente por la filosofía de la ciencia. Esta negligencia debería
ser contrastada con otras ciencias sociales en las que el debate metodológico
ha ocupado grandes dosis de tiempo y energía. La filosofía de la ciencia, tal
como es practicada en los departamentos de filosofía, parece estar básicamente
relacionada con la física, con filósofos con conocimientos rudimentarios de
psicología, biología y escasamente con las ciencias sociales. Me parece que
muchos economistas y filósofos que han escrito sobre metodología económica, no
le han dado suficiente énfasis a la orientación de gran parte de la
investigación económica. Una razón de lo anterior es la carencia de un modelo
adecuado a seguir. No existe filosofía de la ingeniería, filosofía de la medicina o
filosofía de la odontología. No hay un modelo de metodología para una
ciencia política con el cual pueda construirse un análisis. La tarea de
formular dicha teoría es, desde mi punto de vista, uno de los problemas más
interesantes para aquellos que están involucrados con los aspectos
metodológicos y filosóficos de las ciencias sociales… Este es un fragmento de la charla
preparada para la conferencia “¿La economía puede convertirse en una
ciencia dura?” (29--30 de octubre de 1992, París, Francia.), que examinó
cómo la teoría económica neoclásica es útil para la comprensión de política
económica. También describió el papel de la teoría económica en la
política económica.[5].
Claramente podemos ver que el profesor Varian es consciente de la diferencia que existe entre la ciencia (blanda) de la economía y las ciencias (duras) como la física y la biología, bases científicas de la ingeniería y la medicina —éstas profesiones actúan directamente mediante su respectiva acción profesional —que no debe confundirse la profesión con la ciencia que la sustenta—. A su vez, sostiene la utilidad de la economía (a través de la
política de los gobernantes de turno) como la que ofrece la
ingeniería, la medicina y la odontología para mejorar
los niveles estándar de vida. Por otro lado, Varian sabe que
la política y la economía son materias que van juntas, y que las acciones del
gobierno en la economía, debe sustentarse en bases tanto económicas como
políticas; sin embargo: “los
economistas teóricos nunca han conseguido integrar adecuadamente el gobierno
con los agentes económicos privados en una teoría única del equilibrio general.
En cambio, han tratado la
acción gubernamental como una variable exógena, determinada
por consideraciones políticas que son ajenas al campo de la economía”.
Es por eso, precisamente, que
Varian comenta que muchos economistas y filósofos que han escrito sobre
metodología económica, no le han dado suficiente énfasis a la orientación de
gran parte de la investigación económica. Una razón… --es la carencia de
un modelo adecuado a seguir. No hay un modelo de metodología para una
ciencia política con el cual pueda construirse un análisis. La
tarea de formular dicha teoría es, desde mi punto de vista, uno de los
problemas más interesantes para aquellos que están involucrados con los
aspectos metodológicos y filosóficos de las ciencias sociales… En este respecto, Anthony Downs en su teoría económica de la acción
política en una democracia escribe:
…que
desde la teoría económica se parte de una aceptación de la división del trabajo, en la que un agente
actúa en pro de sus propios beneficios, y como efecto secundario de esto
contribuye a una función social. En el estudio de la acción
gubernamental, ésta no se ha
estudiado desde la óptica de la división del trabajo ya que se considera que el gobierno no entra en esta
división: se supone que él no actúa movido por asuntos privados.
Sin embargo, el autor ve esto como un problema para el estudio de la acción gubernamental y busca integrar este enfoque en su análisis, “cualquier pretensión de formular una teoría de la acción gubernamental que no discuta los motivos de quienes dirigen el gobierno debe ser considerada incoherente con el cuerpo principal del análisis económico”.
En resumen podemos decir que la mayoría de economistas ignoran la economía de la acción económica de la escuela austriaca. «Lo que distingue a la Escuela Austriaca y habrá de proporcionarle fama inmortal es precisamente el hecho de haber desarrollado una teoría de la acción económica y no de la “no acción” o “equilibrio” económico» (Von Mises, 2001: 70), que hoy ha sido reivindicada por la ingeniería económica. Igualmente, desconocen los teoremas de Schumpeter que sustentan a la ingeniería económica; él (Schumpeter) es uno de los más grandes pensadores del siglo XX. Ocupa un lugar destacado en la Sociología Económica con Adam Smith, Carlos Marx, Émile Durkheim, Georg Simmel y Max Weber y es uno de los primeros economistas en reivindicar “explícitamente” el papel que debería de jugar la Sociología Económica en el estudio de las instituciones y de la vida económica. Tradicionalmente se reconoce su contribución a la Sociología Económica en sus ensayos sobre la crisis fiscal del Estado, el imperialismo y las transformaciones de la estructura de clases con el desarrollo del capitalismo. Sin embargo, estos ensayos no son las únicas aportaciones en las que, como nos recuerdan Salvador Giner y Richard Swedberg, muestra su interés en la perspectiva sociológica. La Sociología está presente en el núcleo de su aportación a la teoría económica: en la teoría de la innovación. La teoría de la innovación (y de las crisis) de Schumpeter se encuentra a miedo camino entre la teoría de alcance medio en el sentido de Merton y la ambición por la gran teoría.
Sin embargo, el autor ve esto como un problema para el estudio de la acción gubernamental y busca integrar este enfoque en su análisis, “cualquier pretensión de formular una teoría de la acción gubernamental que no discuta los motivos de quienes dirigen el gobierno debe ser considerada incoherente con el cuerpo principal del análisis económico”.
En resumen podemos decir que la mayoría de economistas ignoran la economía de la acción económica de la escuela austriaca. «Lo que distingue a la Escuela Austriaca y habrá de proporcionarle fama inmortal es precisamente el hecho de haber desarrollado una teoría de la acción económica y no de la “no acción” o “equilibrio” económico» (Von Mises, 2001: 70), que hoy ha sido reivindicada por la ingeniería económica. Igualmente, desconocen los teoremas de Schumpeter que sustentan a la ingeniería económica; él (Schumpeter) es uno de los más grandes pensadores del siglo XX. Ocupa un lugar destacado en la Sociología Económica con Adam Smith, Carlos Marx, Émile Durkheim, Georg Simmel y Max Weber y es uno de los primeros economistas en reivindicar “explícitamente” el papel que debería de jugar la Sociología Económica en el estudio de las instituciones y de la vida económica. Tradicionalmente se reconoce su contribución a la Sociología Económica en sus ensayos sobre la crisis fiscal del Estado, el imperialismo y las transformaciones de la estructura de clases con el desarrollo del capitalismo. Sin embargo, estos ensayos no son las únicas aportaciones en las que, como nos recuerdan Salvador Giner y Richard Swedberg, muestra su interés en la perspectiva sociológica. La Sociología está presente en el núcleo de su aportación a la teoría económica: en la teoría de la innovación. La teoría de la innovación (y de las crisis) de Schumpeter se encuentra a miedo camino entre la teoría de alcance medio en el sentido de Merton y la ambición por la gran teoría.
En el segundo caso, ubicamos al famoso economista PhD. Adolfo Figueroa, quien discrepa con Hal Varian (la idea de ingeniería). Dicho economista teórico (considerado por sus colegas y alumnos como el único economista que
hace teoría económica), refuta la propuesta del profesor Hal Varian, como se puede leer en su artículo “Ciencia
y desarrollo: el papel de la ciencia económica[7]”. Precisamente, este artículo fue escrito como una reacción a la propuesta de Hal Varian [que fue preparada
para una conferencia, cuyo propósito era examinar si la economía estaba llegando a
ser una ciencia dura]. Obviamente que, por las expresiones vertidas en dicho artículo (ver líneas abajo) indican que se sintió oscuramente impactado cuando Varian sostiene
que: …es un
error comparar la economía con la física, ya que hacerlo con la
ingeniería podría ser una mejor comparación... similarmente, es un
error comparar la economía con la biología; en todo caso sería mejor compararla
con la medicina...
Así, y fiel a Milton Friedman, Adolfo Figueroa, sostiene:
>La utilidad de una ciencia se expresa en
la ingeniería.
>El desarrollo de la
ingeniería depende del desarrollo de las ciencias naturales, y no al revés.
>La medicina es en cierto sentido también ingeniería, pues se funda en la biología y en la
química.
>La concepción de que economía es
ingeniería es muy aceptada.
Respecto a Varian, sobre
la economía como ingeniería, Figueroa sostiene que:
El argumento de Varian tiene un problema
lógico.
No puede existir ingeniería sin una
ciencia que la sustente.
Economía no puede ser ingeniería pura.
La
enseñanza de la economía en el tercer mundo deja de preocuparse por la ciencia para
convertirse en pura ingeniería.
La
ingeniería económica es la política económica y viceversa.
Implícitamente, se acepta que la ontología universalista de las
ciencias naturales también se aplica a la economía.
Sobre “La Ingeniería
Económica”
La ingeniería económica se sustenta en
la teoría económica (la teoría neoclásica). Esta metodología deductivista es de aceptación general entre
los economistas.
En el tercer mundo se
practica la ingeniería económica antes que la ciencia económica.
La ingeniería del desarrollo económico está limitada por el poco
desarrollo de esta rama de la ciencia económica que explique el funcionamiento
del tercer mundo
Luego añade que:
La historia de las políticas económicas en el tercer mundo es la historia de los fracasos de los gobiernos para generar desarrollo. Este fracaso se refleja en la falta de convergencia entre el primer mundo y el tercer mundo. Una nueva teoría del desarrollo capitalista, que toma en cuenta el peso de la historia, y que explica la convergencia, se presenta en este trabajo. Las políticas que emergen de esta teoría son muy distintas a las que se ha aplicado hasta ahora.
La historia de las políticas económicas en el tercer mundo es la historia de los fracasos de los gobiernos para generar desarrollo. Este fracaso se refleja en la falta de convergencia entre el primer mundo y el tercer mundo. Una nueva teoría del desarrollo capitalista, que toma en cuenta el peso de la historia, y que explica la convergencia, se presenta en este trabajo. Las políticas que emergen de esta teoría son muy distintas a las que se ha aplicado hasta ahora.
La teoría de la exclusión sugiere que se debe modificar el legado de la
desigualdad inicial, es decir, modificar las condiciones actuales en la
desigualdad de los activos. Se requiere de un shock refundacional. Esta proposición
implica eliminar los mecanismos de exclusión. Una forma consistiría en
crear un piso de bienestar en la sociedad en la forma de derechos. Este piso
serviría para reducir la pobreza y poner límites a la desigualdad, y estos
derechos servirían para eliminar los mecanismos de exclusión. ¿Cómo hacerlo? La respuesta
corresponde a la ingeniería económica e ingeniería social que se deriva de la
teoría de la exclusión.
La economía que estudia el tercer mundo se denomina economía del
desarrollo —development economics. Pero esta es una sub-disciplina, la cual
consiste, fundamentalmente, de aplicaciones de la economía estándar a los
problemas del tercer mundo. Es una sub-disciplina en el sentido que no tiene un
cuerpo teórico independiente.
Nosotros creemos que tantas
(falacias de ambigüedad) patéticas desconcatenadas (y a la vez disímiles), corroboran simplemente que este economista (Adolfo
Figueroa) es un cientificista con problemas existenciales… —como si lo
hubieran dejado sin piso (al quitarle el rigor científico a su ciencia
económica).
Es tan absurdo admitir que La economía del desarrollo no es ciencia
sino ingeniería económica […]; con esto, estaría únicamente corroborando que él nunca ha tratado con un ingeniero economista, o, que no ha leído la 'Teoría del desarrollo económico' de Joseph
Alois Schumpeter,[8] (fundamentada
en los procesos de innovación y desarrollos Tecnológicos y en el cambio
socio-cultural) elaborada en 1911 en su Theorie der wirtschaftlichen
Entwicklung; o, que no lo ha entendido. Sin embargo, estamos seguros que lo quiere ignorar, porque no le conviene; de ser así —se habría quedado congelado en el “mainstream económico académico”
de su época de estudiante al creer
que sigue vigente la gran referencia ideológica y analítica para los
desarrollistas latinoamericanos y caribeños (CEPAL, 1951, 1962, 1973) de
Prebisch[9]. Este
autor sostenía[10]
que la industrialización espontánea en curso tenía un significado especial en
la historia de la humanidad, porque representaba la posibilidad de que la vasta
región subdesarrollada latinoamericana captara los frutos del progreso técnico
mundial, hasta entonces confinados esencialmente a los países industrializados.
En este respecto, nosotros dudamos que el economista PhD. Adolfo Figueroa aún
crea que sigue vigente la gran referencia ideológica y analítica para los
desarrollistas latinoamericanos y caribeños (CEPAL, 1951, 1962, 1973) de
Prebisch[11].
Este autor sostenía[12] que la
industrialización espontánea en curso tenía un significado especial en la
historia de la humanidad, porque representaba la posibilidad de que la vasta
región subdesarrollada latinoamericana captara los frutos del progreso técnico
mundial, hasta entonces confinados esencialmente a los países industrializados. Lo contrario está más cerca a la verdad. Más parece que éste economista PhD. Adolfo Figueroa esconde capciosamente (insidiosamente) —así parece, por que no dudamos que ignore— que: la “Economía del Desarrollo”, entendida
como teoría económica del desarrollo, formaría parte del pensamiento económico
en desarrollo, por lo que pueden encontrarse importantes antecedentes de las
concepciones de desarrollo económico que se engloban en esta disciplina a lo
largo de la historia del pensamiento económico; podemos arrancar desde el
pensamiento mercantilista (T. Mun) e ir atravesando otras escuelas como la
fisiócrata (F. Quesnay), la clásica (A. Smith, D. Ricardo, T. Malthus y J. S.
Mill), la marxista (K. Marx y V. I. Lenin), la historicista (F. List, W.
Roscher, B. Hildebrant, G. Schmoller, y W. Sombart), la institucionalista (T.
Veblen, C. Ayres, J. Commons), la neoclásica (A. Marshall, C. Menger y L.
Walras), la keynesiana (J. M. Keynes y A. Hansen) y la schumpeteriana (J. A.
Schumpeter).
Sin embargo, en la Economía del Desarrollo propiamente dicha
podemos encontrar cinco corrientes de pensamiento bien diferenciadas, la teoría
de la modernización, la teoría estructuralista del desarrollo, la teoría
neomarxista del desarrollo, la teoría neoliberal del desarrollo y las teorías
alternativas del desarrollo.
Sin embargo, éste economista Ph.D (Doctor en Filosofía) se
atreve a calificar la propuesta del profesor Hal Varian afirmando que su
argumento[13]
tiene un problema[14] lógico[15], al
mismo tiempo afirma en los términos siguientes:
«No puede existir ingeniería sin una ciencia que la sustente. Economía no puede ser ingeniería pura.
En realidad, su argumento es que la ciencia económica es deductiva, y una vez
creada la teoría hay que utilizarla sin necesidad de pasar por el proceso de su
falsación. Su visión es que la economía
no es una ciencia fáctica.
La ingeniería económica se sustenta en la teoría económica (la teoría neoclásica)[16]. Esta metodología deductivista es de aceptación general entre los economistas. Así lo prueban los datos de la realidad. (Pág. N° 31) […] Y como no puede existir una epistemología para la ingeniería, la economía no necesita de la filosofía de la ciencia. Economía es aplicación de la teoría económica a problemas de política económica. Economía es pura ingeniería.»
La ingeniería económica se sustenta en la teoría económica (la teoría neoclásica)[16]. Esta metodología deductivista es de aceptación general entre los economistas. Así lo prueban los datos de la realidad. (Pág. N° 31) […] Y como no puede existir una epistemología para la ingeniería, la economía no necesita de la filosofía de la ciencia. Economía es aplicación de la teoría económica a problemas de política económica. Economía es pura ingeniería.»
Este economista concatenó puntos de vista diferentes; insinuosamente parte de una proposición falsa al afirmar que “No
puede existir ingeniería sin una ciencia que la sustente”, para lo cual capciosamente emplea una pseuda-argumentación[17].
Pues, no dudamos de que no esté enterado que la ciencia es apenas uno de sus componentes de la ingeniería, pues antes de que aquélla se incorporare (a la ingeniería), ésta ya existía como quehacer del hombre[18]. Se indica como la ingeniería no puede plegarse a los dictados de la ciencia[19] porque los problemas que enfrenta y su método para resolverlos son de naturaleza muy diferente. Asimismo, en la actualidad la ingeniería no sólo se basa en disciplinas sino que está asociada con otras profesiones. Existe la costumbre, además, de pensar que la ingeniería es parte de una trilogía: ciencia pura, ciencia aplicada e ingeniería. Se debe hacer énfasis en que esta trilogía es solamente una de la tríada de trilogías en cuales encaja la ingeniería. La primera es ciencia pura, ciencia técnica, ingeniería; la segunda es teoría económica, finanzas, ingeniería; y la tercera es relaciones sociales, relaciones industriales, ingeniería.
Pues, no dudamos de que no esté enterado que la ciencia es apenas uno de sus componentes de la ingeniería, pues antes de que aquélla se incorporare (a la ingeniería), ésta ya existía como quehacer del hombre[18]. Se indica como la ingeniería no puede plegarse a los dictados de la ciencia[19] porque los problemas que enfrenta y su método para resolverlos son de naturaleza muy diferente. Asimismo, en la actualidad la ingeniería no sólo se basa en disciplinas sino que está asociada con otras profesiones. Existe la costumbre, además, de pensar que la ingeniería es parte de una trilogía: ciencia pura, ciencia aplicada e ingeniería. Se debe hacer énfasis en que esta trilogía es solamente una de la tríada de trilogías en cuales encaja la ingeniería. La primera es ciencia pura, ciencia técnica, ingeniería; la segunda es teoría económica, finanzas, ingeniería; y la tercera es relaciones sociales, relaciones industriales, ingeniería.
Luego supone que Hal Varian concluye que: […]Economía es pura ingeniería. Pues, si leemos cuidadosamente la
propuesta (Leer aquí https://core.ac.uk/download/pdf/6499123.pdf),
no encontramos tal afirmación.
No es necesario ser epistemólogo[20] para
entender que ésta crítica no es propia de un economista de su talla[21].
“Numerosas son las cátedras,
pero escasos los profesores sabios y nobles. Numerosos y grandes son las aulas
pero pocos los jóvenes que realmente tienen sed de verdad y justicia” “¡Que
cada cual juzgue ateniéndose a su opinión personal, basada en sus propias lecturas, pero que no se base en lo
que dicen otros!” Einstein, de “La
libertad de enseñanza”, a
propósito del caso Gumbel.
Varian,
cuando indica que:
[…] Y como no puede existir una epistemología para la
ingeniería, la economía no necesita de la filosofía de la ciencia.
Figueroa
no interpreta cabalmente lo dicho por Varian, pues éste se refiere a que –“Cuando se piensa acerca de esto, es
sorprendente que no haya más trabajo en la metodología de la ingeniería o de la
medicina. Estos aspectos han tenido una gran enorme influencia en la vida del
Siglo XX, y aun así, han sido ignorados totalmente por la filosofía de la
ciencia. Esta negligencia debería ser contrastada con otras ciencias sociales
en las que el debate metodológico ha ocupado grandes dosis de tiempo y energía.
La filosofía de la ciencia, tal como es practicada en los departamentos de
filosofía, parece estar básicamente relacionada con la física, con filósofos”
Leer aquí.
Para hacer una crítica
al testimonio de Varian hay que hacerla desde
la perspectiva epistemología testimonial[22] y no
desde la lógica cartesiana[23]; en todo caso, debería hacer una crítica con el soporte de la "lógica proposicional"
En lógica, la lógica proposicional es un sistema formal diseñado para analizar ciertos tipos de argumentos. La lógica proposicional intenta esclarecer nuestra comprensión de la noción de consecuencia lógica para el rango de argumentos que analiza.
Pués, en efecto, por de pronto, una «cuestión de hecho», —no existe una única validez epistemológica y en cuanto a su crítica sobre el contenido del concepto, la crítica que Figueroa hace a la propuesta que Varian plasma en su afamada exposición, pués... —nos parece exagerada, y totalmente fuera de lugar. Además, y es bueno tenerlo en cuenta, su postura, cuando esgrime críticas al contenido del vocablo ingeniería, lo vuelve un pensador profundamente conservador. Y esto, pensamos, es una sólida razón para destacar la importancia que guarda su lectura ahora que, aprovechando la magia de la Red de Redes cualquier persona puede acceder a esta obra.
El Dr. Figueroa no debe olvidar las recomendaciones de John Maynard Keynes cuando hablaba del economista perfecto: "Un economista debe ser en cierta
medida un matemático, un historiador, un estadista, un filósofo... tan distante
e incorruptible como un artista y, sin embargo, a veces con los pies tan en el
suelo como un político" Así describía John Maynard Keynes, uno de los
economistas más importantes del siglo pasado y de toda la historia, las
características que debía reunir un buen compañero de profesión. Un buen economista
debe poseer varias habilidades, en apariencia no difíciles de manejar, pero sí
raras de reunir. No se pueden cubrir la gran cantidad de variables que
convergen en la economía sin varias aptitudes y puntos de vista: debe conocer
la historia para no repetir errores, debe hacer cálculos matemáticos, debe estudiar el presente pensando en el futuro y el futuro pensando en el presente,
debe actuar ante la realidad con la sangre fría de un ser ajeno a este mundo y
a la vez introducirte en él de lleno. John Maynard Keynes alguna vez llamó a
los economistas "custodios, no de la civilización, sino de la
posibilidad de civilización".
En lógica, la lógica proposicional es un sistema formal diseñado para analizar ciertos tipos de argumentos. La lógica proposicional intenta esclarecer nuestra comprensión de la noción de consecuencia lógica para el rango de argumentos que analiza.
Pués, en efecto, por de pronto, una «cuestión de hecho», —no existe una única validez epistemológica y en cuanto a su crítica sobre el contenido del concepto, la crítica que Figueroa hace a la propuesta que Varian plasma en su afamada exposición, pués... —nos parece exagerada, y totalmente fuera de lugar. Además, y es bueno tenerlo en cuenta, su postura, cuando esgrime críticas al contenido del vocablo ingeniería, lo vuelve un pensador profundamente conservador. Y esto, pensamos, es una sólida razón para destacar la importancia que guarda su lectura ahora que, aprovechando la magia de la Red de Redes cualquier persona puede acceder a esta obra.
Respecto a la convergencia, Sala-i-Martin en sus "Apuntes de crecimiento
económico" 1994 comparando los datos de 114 países entre
1960 y 1985 él observó que no ha habido convergencia sino que, por el
contrario, las diferencias tienden a aumentar (ver http://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002996/helvia/aula/archivos/repositorio/250/271/html/economia/18/convergencia.htm
)
Por otro lado ya el economista holandés Jan Tinbergen, en su
folleto "Convergencia de los Sistemas Económicos del Este y del
Oeste" (1968), anotó que
esa convergencia se producía “como consecuencia de la experiencia
recogida por cada sociedad dentro del ámbito de su propio sistema y no como
consecuencia del deseo de imitar al otro sistema”. La tesis era que, bajo la planificación matemática —mathematical
planning—, las
decisiones de los dos sistemas tenderían a aproximarse en cuanto a
productividad, formación de los precios, planeación económica, atención a las
demandas de los consumidores, seguridad social, modernización de los aparatos
industriales y otros elementos de la economía. Con lo cual era de esperar una
disminución en la intensidad del conflicto entre el Este y el Oeste.
Para un estudiante de economía,
que tiene sed de verdad (como decía Einstein), a propósito del Dr. Figueroa, el alumno debe aprender a diferenciar la epistemología de una tercera
disciplina, más restringida que ella: la
metodología. Primeramente, debemos ver si las ideas,
publicadas por estos dos economista, tienen la intención de conceptualizar
sobre lo que es la “Ingeniería Económica”,
de modo que los alumnos puedan darse cuenta como estas ideas, por el “efecto
mateo”[24], son aceptadas
inconscientemente como verdades indiscutibles, lo que da lugar a un conflicto
sobre quien tiene la “razón”. Para finalmente aceptar solo una de ellas como
verdadera o acertada, o, si solo nos interesa aprobar el examen, aprender la
que el profesor espera como una respuesta ante una pregunta del examen. Esta
situación crítica (para el alumno) nos obliga pedirle prestado la lámpara a
Diógnes, para permitirnos aclarar cuál es la intención de fondo de cada uno de
los autores. El metodólogo (con el estilo de Figueroa)
no pone en tela de juicio el conocimiento ya aceptado como válido por la comunidad
científica sino que se concentra en la búsqueda de estrategias para ampliar
el conocimiento. Por ejemplo, la importancia de la estadística está fuera de
discusión para el metodólogo, pues constituye un camino para construir nuevas
hipótesis a partir de datos y muestras. En cambio, el epistemólogo a la vez podría
cuestionar el valor de esos datos y muestras y de la misma estadística.
El
pensamiento y el análisis económico, a lo largo de toda su historia hasta
nuestros días, ha estado dominado por un dualismo elemental, el cual define dos
formas esencialmente distintas de hacer economía. Esta oposición entre
dos tipos de análisis económico ha sido rotulada de muy diversas maneras:
oposición entre un enfoque organísmico y mecanicista, colectivista e
individualista metodológico, holista y atomista, conservador y emancipador,
etc. Más allá de esta diversidad de calificativos, en términos generales se
pueden caracterizar los dos grandes paradigmas que están detrás de cada uno de
los extremos de esta dicotomía fundamental como
una economía del sistema económico y una economía de la acción económica,
respectivamente. Toda teorización económica puede encasillarse en cierta medida
en uno u otro de estos paradigmas, aunque debe decirse que la historia de la economía
registra varios intentos de conciliación de ambos polos. Los paradigmas a los
que nos referimos entrañan dos concepciones radicalmente opuestas del agente
humano y de su accionar. En el contexto de la economía del sistema económico,
los actores económicos que aparecen
representados en gran medida como sujetos pasivos de un sistema que los
constriñe. Éste ejerce una fuerte dominación sobre los agentes al punto que los
determina en su condición de seres económicos e individuales, vale decir, en su
conducta, relaciones sociales y en su sentido de identidad personal. La
dominación ejercida por el sistema es posible en virtud del proceso de
socialización que se da en su interior; de esta forma, sostiene Dawe, los
actores “son socializados según los valores centrales de la sociedad y las
normas adecuadas para los roles que deben desempeñar en la división del
trabajo, los roles que les otorgan tanto su identidad personal como su lugar y
su propósito central en la satisfacción de las necesidades funcionales del
sistema”.
Entre otras, la intención de este análisis no está concebida en un sentido dogmático ni se pretende en modo alguno sentar cátedra
o definir seguridades. Todo lo dicho aquí tiene más bien un sentido hipotético,
conjetural, de planteamientos que puedan ser discutidos, criticados y
evaluados, siempre dentro de una función didáctico-aplicativa que pueda servir
de aporte para el mejoramiento de los procesos investigativos universitarios aún en
el seno de los programas de postgrado. Por eso se puso un empeño particular en
proveer la mayor cantidad posible de referencias bibliográficas, de manera que
el usuario tenga la opción de validar y continuar por sí mismo las ideas aquí
tratadas.
Autor responsable
cortezhonorio@gmail.com
NOTAS
[1] El principio más elemental del Objetivismo es la fórmula A es igual a A (A = A), esto quiere decir que el hombre debe apartar de su camino toda creencia espiritual o religiosa que le haga pensar que la realidad otra que la que se percibe con los sentidos. “Los hechos son hechos” reza la idea metafísica del objetivismo en la que se contempla el desprendimiento del hombre de todo deseo o temor que lo haga sentir que lo sobrenatural puede ser aceptado como real.
[1] El principio más elemental del Objetivismo es la fórmula A es igual a A (A = A), esto quiere decir que el hombre debe apartar de su camino toda creencia espiritual o religiosa que le haga pensar que la realidad otra que la que se percibe con los sentidos. “Los hechos son hechos” reza la idea metafísica del objetivismo en la que se contempla el desprendimiento del hombre de todo deseo o temor que lo haga sentir que lo sobrenatural puede ser aceptado como real.
[2] Milton
Friedman (1912) quien recibió en 1977 el premio Nobel de economía «por sus trabajos
sobre el consumo, historia monetaria y sus aportaciones al problema de las
políticas de estabilización». No obstante, como él mismo indica (Friedman y
Friedman, 1998, p. 215) que su trabajo de más amplia repercusión fue el
prefacio que redactó para su primer libro como catedrático de la Universidad de
Chicago, una compilación de artículos titulada Ensayos de economía positiva
(1953). Friedman: la cientificidad de la economía, como cualquier otra
disciplina científica, debe evaluarse por el acierto de sus predicciones y no
por el realismo descriptivo de sus hipótesis. Así, por ejemplo, aunque ninguno
de nosotros se reconozca en el agente económico de los teóricos de la demanda,
éste les servirá a los economistas para predecir acertadamente su decisión, y
con eso bastará, según Friedman, para
que consideremos su teoría como ciencia positiva. Debemos, por tanto,
aceptar las hipótesis que ofrezcan mejores predicciones sin prejuicios
normativos sobre sus fundamentos o consecuencias. Para defender sus tesis,
Friedman construye diversos argumentos contra sus adversarios a base de
ejemplos y contraejemplos: por un lado, los partidarios del realismo en
economía (críticos, en su mayor parte, de la teoría de la utilidad) y contra
quienes se preocupan más de la formalización de la teoría económica que de sus
implicaciones empíricas (fundamentalmente, los teóricos walrasianos). Desde un
punto de vista epistemológico, no es difícil reconocer aquí una tesis instrumentalista.
No obstante, son muchos los que han señalado las insuficiencias de su
elaboración conceptual. Pensemos, por ejemplo (Mäki, 1992), en la coexistencia
en el ensayo de Friedman de un instrumentalismo metodológico con un realismo
ontológico (sobre entidades económicas como el consumidor, la empresa, etc.). O
la posibilidad de interpretar sus tesis desde perspectivas tan distintas como
la de Popper o el pragmatismo, con su asentimiento para ambas. Esta ambigüedad
probablemente explique su amplísima aceptación. Pero debemos prestar atención
también al éxito de la estrategia teórica justificada por sus prescripciones
metodológicas: la minimización de las constricciones formales impuestas por el
equilibrio general simplifica la adaptación estadística de la teoría económica,
de modo que de ella se puedan obtener predicciones simples y políticamente
relevantes, como las deseadas por tantos economistas entonces y ahora. Pese a
todo, los resultados de Friedman no llegaron a producir el consenso deseado,
entre los economistas o el público.
[3] El
ministerio francés de investigación reunió en 1992 a varios pensadores
provenientes de diversas corrientes de la economía para que compararan el
estado de la ciencia económica con el de las ciencias 'duras'. La pregunta central
era la siguiente: ¿puede hoy la economía equipararse a las ciencias naturales (tanto en
su metodología como en sus resultados)?
[4] Varian,
Hal,1989, “What Use is Economic Theory”, Trabajo presentado a la
Conferencia Is Economics Becoming a Hard Science?, Octubre 29-30, 1992,
Paris. El artículo está disponible en el sitio electrónico del autor,
University of California at Berkeley, http://www/sims/berkeley/edu Se publicó una
versión anterior de este documento (en Francés) en A. Autume y J. Cartelier,
ed. Lâ Economie DEVIENT-Elle Une
Ciencia Duré?”, Economica, París.Esta es una charla preparada para la
conferencia “¿La economía puede convertirse en una ciencia dura?” (29--30
de octubre de 1992, París, Francia.), examinó cómo la teoría económica
neoclásica es útil para la comprensión de política económica. También
describió el papel de la teoría económica en la política económica.
[5] Por
fortuna, la editorial francesa Economica publicó, bajo la edición de [ean
Cartelier y Antoine D'Autume, las ponencias de esa reunión. Hubo una amplia
gama de participantes y de enfoques. Neoclásicos importantes: Malinvaud,
Hildebrand, Varian, Polemarchaquis, Kirman; heterodoxos de diversos matices y
grados: Benetti y Cartelier (enfoque monetario), Dumenil, Levy, Foley (visión
clásica), Boyer, Amable, Lordon (Escuela de la Regulación) y Robert Clower
(antiguo impulsor de la teoría de los equilibrios no-walrasianos). Además,
estaban bien representadas las técnicas auxiliares de la economía: la
econometría (David Hendry) y lo mejor de la epistemología económica francesa
(Brochier, Favereaud, Guesmerie, Walliser, Lantner).
Las respuestas a la pregunta central pueden clasificarse en dos
grupos: En el primero, las que intentaban establecer si la economía comparte
las características formales de las ciencias duras: 1. Unos principios
explicativos o leyes generales del objeto empírico de investigación aplicables
a diferentes situaciones; es decir, la existencia de una teoría general de los
fenómenos estudiados válida para muchos casos particulares; 2. Que las
variables y sus relaciones mutuas se puedan cuantificar y medir en forma
estadística; 3. Que se puedan hacer predicciones sobre los eventos reales
cubiertos por la teoría; 4. Hacer experimentos para probar la solidez de los
argumentos explicativos, es decir, que existan métodos de prueba y refutación
empíricos.
El debate concluyó que la economía no reúne o no puede reunir
todas esas características. Todos los participantes coinciden en que la
economía posee una teoría dominante (la formulación del equilibrio general de
los mercados de Arrow y Debreu) con niveles de formalización equivalentes a los
que existen en las ciencias naturales, pero la mayoría de ellos acepta que aún
no cumple todos los requisitos y que, por tanto, no es una ciencia dura.
Malinvaud, Brochier, Lantner, Feveraud y Foley son los
principales exponentes de esta conclusión. Según ellos, la economía no es una
ciencia dura porque:
1. Los fenómenos económicos son más complejos y menos
permanentes que los naturales;
2. Los fenómenos económicos se presentan en contextos políticos
y sociales donde la interpretación deja campo a la subjetividad. La economía,
entonces, está dominada por lo normativo y, por ende, por los valores que
existen en la sociedad;
3. La autonomía de lo económico en la sociedad y su permanencia
no son un rasgo adquirido;
4. En la economía no se pueden hacer pruebas de laboratorio ni experimentos.
En su lugar, se construyen modelos artificiales. Al no poder hacer experimentos
controlados, los economistas ensayan y prueban con los modelos;
5. Los economistas no pueden hacer cálculos y predicciones
exactas por las dificultades de información y construcción de datos;
6. En contraste con la física, el equilibrio general carece de
sustancia pues sus magnitudes no se dejan medir estadísticamente.
[6] Las
cualidades que Keynes predicaba de su maestro Alfred Marshall podrían aplicarse
también a un puñado de economistas que han marcado los derroteros de las
ciencias económicas, no siempre en la misma dirección. La creciente complejidad
de los fenómenos económicos y de la ciencia económica convierten el ejemplares
cada vez más raros esos mirlos blancos
capaces de fecundar el análisis económico con los métodos y precauciones de las
matemáticas…
[7]
Ciencia y desarrollo: el
papel de la ciencia económica, Adolfo Figueroa, Setiembre, 2001, documento
de trabajo 202, Http://www.pucp.edu.pe/economia/pdf/DDD202.pdf
[8]
En
primer lugar, Schumpeter considera el proceso de producción como una
combinación de fuerzas productivas, las que, a su vez, están compuestas por
fuerzas materiales y fuerzas inmateriales. Las fuerzas materiales las componen
los llamados factores originales de la producción (Factor trabajo, Factor
tierra y Factor capital –“ medios de producción producidos”). Las fuerzas
inmateriales las componen los “hechos técnicos” y los “hechos de organización
social” (SCHUMPETER, Joseph. Teoría del desenvolvimiento económico. Quinta
Reimpresión, Fondo de Cultura Económica, México, 1978, p.25.), que, al igual
que los factores materiales, también condicionan la naturaleza y el nivel del
desarrollo económico. El segundo concepto es el de desarrollo económico. “El
desenvolvimiento en nuestro sentido, es un fenómeno característico, totalmente
extraño a lo que puede ser observado en la corriente circular, o en la
tendencia al equilibrio [crecimiento económico]. Es un cambio espontáneo y
discontinuo en los cauces de la corriente, alteraciones del equilibrio, que
desplazan siempre el estado de equilibrio existente con anterioridad” (Por
innovación, Schumpeter entiende una invención que se introduce en el mercado,
es decir, con potencial de industrialización, con potencial de mercado.). El
Desarrollo económico es, pues, un fenómeno dinámico y no estático, implica,
contrario al crecimiento económico que es únicamente “alteración de datos”, un
proceso de transformación cualitativa de la sociedad y de la economía. A pesar
de que el desarrollo económico está determinado por la Tecnología y las fuerzas
socio-culturales, las dos no lo determinan con la misma intensidad. En efecto,
“este carácter evolutivo del proceso capitalista no se debe simplemente al
hecho de que la vida económica transcurra en un medio social y natural que se
transforma incesantemente y que, a causa de su transformación, altera los datos
de la acción económica; este hecho es importante y estas transformaciones
(guerras, revoluciones, etc) condicionan a menudo el cambio industrial, pero no
constituyen su móvil primordial. Tampoco
se debe este carácter evolutivo al crecimiento casi automático de la población
y el capital ni a las veleidades del sistema monetario, de todo lo cual puede
decirse exactamente lo mismo que de las transformaciones del proceso
capitalista. El impulso fundamental que pone y mantiene en movimiento a la
máquina capitalista procede de los nuevos bienes de consumo, de los nuevos
métodos de producción y transporte, de los nuevos mercados, de las nuevas
formas de organización industrial que crea la empresa capitalista” (SCHUMPETER,
Joseph. Op. Cit., P.75.).
[9] La
trayectoria intelectual de la CEPAL se inicia con la redacción por Prebisch, en
1949 y 1950, de tres documentos que contenían los elementos básicos que
figurarían como la gran referencia ideológica y analítica para los
desarrollistas latinoamericanos y caribeños (CEPAL, 1951, 1962, 1973).
[10] La nueva "teoría del
desarrollo": Prebisch presenta entonces los elementos de la matriz analítica
de la que "arranca" el pensamiento cepalino. En ellos se encuentran
tanto el análisis de la inserción internacional de las economías periféricas y
de la vulnerabilidad externa consiguiente, como el análisis de las condiciones
problemáticas y de las tendencias "perversas" (desequilibrio en las
cuentas externas, inflación, desempleo) con que se procesa internamente el
crecimiento en la periferia latinoamericana, en función de las características
estructurales heredadas: baja especialización productiva y heterogeneidad
tecnológica. Por último, el autor realiza una primera incursión en la temática
de la intervención estatal, que surge fortalecida al argumentarse la naturaleza
problemática de la industrialización en las condiciones estructurales
periféricas, que el mercado no tendría cómo resolver espontáneamente. Los años
cincuenta fueron para la CEPAL los del auge de la creatividad y de la capacidad
de osar e influenciar. Prebisch y la osadía intelectual son sinónimos en
América Latina. Apoyándolo, en el seno mismo de la CEPAL o en sus cercanías,
estarían nada menos que Celso Furtado, José Medina Echavarría, Regino Botti,
Jorge Ahumada, Juan Noyola Vázquez, Aníbal Pinto, Osvaldo Sunkel y otros
conocidos cultores del conocimiento sobre la realidad latinoamericana. Los
mensajes eran innovadores y fértil el campo para divulgarlos. En el plano de la
conveniencia histórica, la ideología cepalina encajaba perfectamente con los
proyectos políticos de varios gobiernos del continente. En el plano analítico,
el mensaje general estaba plenamente sintonizado con el meollo de la nueva "teoría del desarrollo":
los países subdesarrollados merecían una formulación teórica independiente o a
lo menos adaptada, ya que en aspectos relevantes funcionaban en forma diferente
a los desarrollados. En el fondo, con diferentes conceptos y maneras de
formular la cuestión, todos exponían el mismo mensaje central, el de la
necesidad de realizar políticas de industrialización como forma de superar el
subdesarrollo y la pobreza. La CEPAL se manejó admirablemente en ese contexto.
No sólo se tornó en una referencia indispensable cuando se hablaba de América
Latina, sino que desarrolló una teorización propia en la que combinó en forma
consistente un buen número de innovaciones conceptuales: relaciones
"centroperiferia", deterioro de los términos de intercambio,
desequilibrio estructural del balance de pagos, inflación estructural,
desempleo estructural, planificación del desarrollo en América Latina,
integración regional, entre otras.
[11] La
trayectoria intelectual de la CEPAL se inicia con la redacción por Prebisch, en
1949 y 1950, de tres documentos que contenían los elementos básicos que
figurarían como la gran referencia ideológica y analítica para los
desarrollistas latinoamericanos y caribeños (CEPAL, 1951, 1962, 1973).
[12] La nueva "teoría del
desarrollo": Prebisch presenta entonces los elementos de la matriz analítica
de la que "arranca" el pensamiento cepalino. En ellos se encuentran
tanto el análisis de la inserción internacional de las economías periféricas y
de la vulnerabilidad externa consiguiente, como el análisis de las condiciones
problemáticas y de las tendencias "perversas" (desequilibrio en las
cuentas externas, inflación, desempleo) con que se procesa internamente el
crecimiento en la periferia latinoamericana, en función de las características
estructurales heredadas: baja especialización productiva y heterogeneidad
tecnológica. Por último, el autor realiza una primera incursión en la temática
de la intervención estatal, que surge fortalecida al argumentarse la naturaleza
problemática de la industrialización en las condiciones estructurales
periféricas, que el mercado no tendría cómo resolver espontáneamente. Los años
cincuenta fueron para la CEPAL los del auge de la creatividad y de la capacidad
de osar e influenciar. Prebisch y la osadía intelectual son sinónimos en
América Latina. Apoyándolo, en el seno mismo de la CEPAL o en sus cercanías,
estarían nada menos que Celso Furtado, José Medina Echavarría, Regino Botti,
Jorge Ahumada, Juan Noyola Vázquez, Aníbal Pinto, Osvaldo Sunkel y otros
conocidos cultores del conocimiento sobre la realidad latinoamericana. Los
mensajes eran innovadores y fértil el campo para divulgarlos. En el plano de la
conveniencia histórica, la ideología cepalina encajaba perfectamente con los
proyectos políticos de varios gobiernos del continente. En el plano analítico,
el mensaje general estaba plenamente sintonizado con el meollo de la nueva "teoría del desarrollo":
los países subdesarrollados merecían una formulación teórica independiente o a
lo menos adaptada, ya que en aspectos relevantes funcionaban en forma diferente
a los desarrollados. En el fondo, con diferentes conceptos y maneras de
formular la cuestión, todos exponían el mismo mensaje central, el de la
necesidad de realizar políticas de industrialización como forma de superar el
subdesarrollo y la pobreza. La CEPAL se manejó admirablemente en ese contexto.
No sólo se tornó en una referencia indispensable cuando se hablaba de América
Latina, sino que desarrolló una teorización propia en la que combinó en forma
consistente un buen número de innovaciones conceptuales: relaciones
"centroperiferia", deterioro de los términos de intercambio,
desequilibrio estructural del balance de pagos, inflación estructural,
desempleo estructural, planificación del desarrollo en América Latina,
integración regional, entre otras.
[13] En lógica,
un argumento se define como un conjunto de premisas
seguidas por una conclusión. Un argumento puede ser sólido, (válido y con
premisas verdaderas) o ser persuasivo de alguna otra manera. Sin embargo, un argumento no necesita ser sólido o persuasivo
para ser unargumento.
[14] El valor de la
crítica: En la época moderna, y casi hasta nuestros días, se ha puesto
de moda el ser crítico; pero pocas veces se establece con claridad en que
consiste esta exigencia. Ser crítico solo se comprende dentro de un sistema
filosófico, pues la crítica no es una noción primera ni innata. No obstante,
todo el mundo acepta casi ingenuamente el valor de la crítica, y somos
infrecuentemente críticos para con el valor y fundamento de la misma.
[15] Los
hombres y los entendimientos son diversos. Como nada hay innato en los hombres
de una misma especie, la única causa de esta desigualdad se halla, para Locke,
en la culpa que cada uno tiene por no ejercitarse y desarrollar las facultades
de la mente. Las aptitudes que se encuentran en los hombres, o las ausencias de
las mismas, se deben más que a ninguna otra cosa, a la falta de educación. La
educación, en efecto, es el resultado de ser “capaz de rehusarse a la
satisfacción de los propios deseos, de contrariar sus propias inclinaciones y
seguir solamente lo que su razón le dicta, como mejor, aunque el apetito le
incline en otro sentido” [4
LOCKE, J. Some Thoughts Concerning Education, n. 33. Cfr. LOCKE, J. La
racionalidad del Cristianismo. Madrid, Paulinas, 1977. DYER, W. Glück der
positiven Erzzihung: so werden Kinder frei, creativ und selbständig. München,
MVG Verlag, 1992.]
[16]
“Prejuzgar
las ideas de otros antes de haberlas examinado no es mostrar su oscuridad, sino
ponerla en nuestros propios ojos” (Locke, J. Of the Conduct of
Understanding. O. C., p. 211. Cfr. JOLLEY, N. Leibniz
and Locke. Oxford, Clarendon Press, 1984. LEPERLIER, G. La communication
pédagogique: des techniques d'expression au développement personnel. Toulouse,
Privat, 1992. Historical Relations. Cambridge, Cambridge University Press,
1931)
[17] La
argumentación es una variedad discursiva con la cual se pretende defender una opinión y persuadir de ella a un receptor mediante pruebas
y razonamientos, que están en relación con diferentes: la lógica (leyes del razonamiento humano), la dialéctica (procedimientos que se ponen en juego
para probar o refutar algo) y la retórica (uso de recursos lingüísticos con el
fin de persuadir movilizando resortes no racionales, como son los afectos, las
emociones, las sugestiones ...).
[18] El desarrollo de la ingeniería comenzó con la revolución
agrícola en el año 8000 A.C. cuando los hombres dejaron de ser nómadas, y se
establecieron en un lugar fijo para poder cosechar sus productos y criar sus
animales comestibles. Al rededor del año 4000 A. C. las poblaciones comenzaron
a asentarse alrededor de los ríos Nilo, Indo y Éufrates, estas tenían gobierno
y escritura. De ahí estas civilizaciones se vieron en la necesidad de
construir. Los primeros ingenieros fueron arquitectos, que construyeron muros
para proteger las ciudades y los primeros edificios para lo cual utilizaron
algunas habilidades de ingeniería. Seguidos por los especialistas en irrigación, estos se encargaron de
facilitar el riego de las cosechas. A partir de ahí surge la INGENIERÍA MILITAR
(primera disciplina de ingeniería), como las zonas de cosecha eran
frecuentemente atacadas hubo necesidad de proteger las zonas vulnerables, ese
era el trabajo de los ingenieros militares se encargaban de defender esas zonas
a partir de la construcción de murallas y así las ciudades podían sobrevivir a
los continuos ataques.
[19] El desarrollo de la ingeniería comenzó con la revolución
agrícola en el año 8000 A.C. cuando los hombres dejaron de ser nómadas, y se
establecieron en un lugar fijo para poder cosechar sus productos y criar sus
animales comestibles. Al rededor del año 4000 A. C. las poblaciones comenzaron
a asentarse alrededor de los ríos Nilo, Indo y Éufrates, estas tenían gobierno
y escritura. De ahí estas civilizaciones se vieron en la necesidad de
construir. Los primeros ingenieros fueron arquitectos, que construyeron muros
para proteger las ciudades y los primeros edificios para lo cual utilizaron
algunas habilidades de ingeniería. Seguidos por los especialistas en irrigación, estos se encargaron de
facilitar el riego de las cosechas. A partir de ahí surge la INGENIERÍA MILITAR
(primera disciplina de ingeniería), como las zonas de cosecha eran
frecuentemente atacadas hubo necesidad de proteger las zonas vulnerables, ese
era el trabajo de los ingenieros militares se encargaban de defender esas zonas
a partir de la construcción de murallas y así las ciudades podían sobrevivir a
los continuos ataques.
[20] Un buen estudiante de economía, que tiene sed de verdad,
para contestarse, debe entender que la epistemología, como teoría del conocimiento, se ocupa de los problemas tales como: las
circunstancias históricas, psicológicas y sociológicas que llevan a la
obtención del conocimiento, y los criterios por los cuales se le justifica o invalida, así como la
definición clara y precisa de los conceptos epistémicos más usuales, tales como
verdad, objetividad, realidad o
justificación. Por otro lado, un estudiante de economía
que tiene sed de verdad, venido el caso, debe aprender a
diferenciar la epistemología de una tercera disciplina, más restringida que
ella: la metodología. El metodólogo no pone en tela de juicio el
conocimiento ya aceptado como válido por la comunidad científica sino que
se concentra en la búsqueda de estrategias para ampliar el conocimiento. Por
ejemplo, la importancia de la estadística está fuera de discusión para el
metodólogo, pues constituye un camino para construir nuevas hipótesis a partir
de datos y muestras. En cambio, el epistemólogo a la vez podría cuestionar
el valor de esos datos y muestras y de la misma estadística.
[21]
Debido
a la combinación del efecto Mateo y la Ley de Stigler, los autores afamados
previamente, obtienen más fama personal que los no famosos por sus obras o
descubrimientos; sus trabajos obtienen más repercusión, citas, difusión,
impacto mediático, publicidad o ventas; consiguen más fondos, patrocinadores o
medios para continuar con su actividad; y además es posible que reciban
indebidamente el reconocimiento por trabajos o creaciones que no les son
propias, o sólo tengan el mérito por alguna pequeña mejora o modificación
respecto a la obra o descubrimiento de un autor más anónimo.
[22]
La
Epistemología Testimonial: Es llamada también “epistemología del testimonio”
(testimony epistemology, epistemology of testimony) y, para muchos, está incluida en la epistemología social
(Fuller 2002). Surge dentro del problema de las fuentes del
conocimiento y de la justificación del mismo y desarrolla las condiciones bajo
las cuales el conocimiento en general, incluyendo el científico, resulta válido
no a partir de las propias construcciones del agente, sino de los procesos de
transmisión desde otras personas. Es, precisamente, en el caso de la ciencia
donde más se revelan los mecanismos transmisivos, testimoniales, como fuentes
de conocimiento válido, en el sentido de que gran parte de la producción
científica se fundamenta en lo que otros investigadores han logrado y han
comunicado. Las mismas nociones de comunicación, difusión y transferencia
científicas sólo pueden ser explicadas dentro de una epistemología testimonial.
Los orígenes remotos de esta tendencia están en los siglos XVII (John Locke) y
XVIII (David Hume y Thomas Reid). Dos de los autores fundamentales en esta
epistemología son Robert
Audi y Anthony Coady (1995). Este último rebate la tendencia del
sujeto (cartesiano, por ejemplo) a defender su propia autonomía de juicio
respecto a lo que los demás le transmiten y, en cambio, sostiene que “las
cogniciones racionales y empíricas no pueden suplantar completamente a las
testimoniales, ya que dependen de esta última, al menos bajo el perfil del
horizonte lingüístico y comunicativo dentro del cual son elaboradas” (1995:18).
Sostiene también que “el testimonio es una fuente de información tan
fundamental como lo es la percepción individual, la memoria individual y la
inferencia individual. Todo nuestro mundo de entendimiento, creencias y
conocimiento se funda fuertemente en nuestra confianza en lo que otras personas
nos dicen” (entrevista en Radio ABC, 2004, en (http://www.georgetown.edu/faculty/jod/encounter.htm)
[23] Descartes
parte de la crítica a la filosofía de su tiempo, en donde todo era dudoso y
objeto de disputas. Admiró la matemática porque nos presenta verdades que
poseen certeza: unas (los axiomas) porque se captan directamente gracias a la
intuición, y otras (los teoremas) porque se deducen de los axiomas. El
Racionalismo cree que la matemática es un saber modélico, e intentará renovar
la filosofía imitando las características de su método: simplicidad de los
principios, deducción y certezas.
[24]
El efecto Mateo es la
denominación sociológica de un fenómeno de acumulación
de bienes, riqueza o fama, simplificado por la frase «el rico se hace más rico
y el pobre se hace más pobre». La
denominación «efecto Mateo» se debe a la conocida cita de este
evangelista en su parábola de los talentos. (Mt, cap. 25, vers. 14-30), que
resalta en el versículo 29 la frase: al que más tiene más se le
dará, y al que menos tiene, se le quitará para dárselo al que más tiene En literatura,
artes, industria cinematográfica o ciencias, el efecto Mateo puede observarse
en la mayor estimación o reconocimiento personal que reciben
los escritores, artistas, cineastas o científicos que ya son prestigiosos
frente a otros menos conocidos. Quienes
han publicado o expuesto anteriormente sus trabajos, además de más fama,
publicidad o atención, consiguen con mayor facilidad fondos económicos. Con estos mayores medios les es más
fácil continuar su actividad o acometer proyectos de mayor envergadura. Estos
dos factores: mayor fama y más
medios disponibles dan lugar
a un efecto multiplicador, o espiral creciente del «efecto Mateo». Su prestigio
previo facilita ya de por sí que revistas científicas de primer orden, salas de
exposiciones, editoriales, distribuidoras de cine, etc. publiquen o expongan
sus trabajos. Los mayores o mejores medios a su disposición facilitan además
una mayor y mejor capacidad de producción, que hará más probable que sean
publicados, expuestos y publicitados, y que aumentará circularmente la fama y
el prestigio de sus creadores. Adams, Marilyn J. (1990). Beginning to
Read: Thinking and Learning about Print. Cambridge, MA: MIT Press.
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