LA ECONOMÍA COMO CIENCIA SOCIAL EN EL PERÚ
Carlos Contreras Carranza (editor)
Cincuenta años de estudios económicos en la Pontificia Universidad Católica del Perú
Jhonatan A. Clausen L. Paula Castillo Vera Janneth Leyva Zegarra Stephan Gruber Máximo Vega-Centeno
La historia que en este volumen se narra es el resultado del esfuerzo y dedicación de muchas personas que contribuyeron desde la fundación del Departamento de Economía. Profesores, colaboradores administrativos, jefes de práctica e instructores y, por supuesto alumnos del pregrado y el posgrado. Son decenas de personas las que han colaborado de una u otra forma con la consolidación de un Departamento de Economía muy comprometido con el desarrollo del país. Eso se constata a través de la formación de nuevas generaciones de economistas (algunos miles de egresados de nuestras aulas), la generación de conocimiento (varias centenas de publicaciones) y asumiendo responsabilidades importantes en instituciones públicas y privadas (dentro y fuera del país). Todo ello forma parte del modelo de formación en el que se combina la enseñanza y la investigación, con el que hemos trabajado siempre.
El libro consta de un Prefacio presentado por el editor el Prof. Carlos Contreras, seguido de cuatro capítulos históricos escritos por cuatro jóvenes economistas y docentes PUCP: Jhonatan Clausen, Paula Castillo, Janneth Leyva y Stephan Gruber, y un capítulo final de síntesis escrito por el Prof. Máximo Vega-Centeno. A lo largo de estos capítulos, los autores narran la historia del Departamento de Economía PUCP, incluso desde los primeros años de la PUCP.
Índice
Prefacio 9
Pasado y presente de los estudios económicos en la PUCP Carlos Contreras Carranza 11
Bibliografía 23
Sobre la etapa fundacional de los estudios de Economía en la PUCP, 1917-1944 Jhonatan A. Clausen L. 25
Introducción 25
Episodio fundacional y breve reseña histórica 27
Estructura organizativa y evolución de los planes de estudio 30
Sobre los docentes de la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas 52
Sobre los estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas 61
Conclusiones 70
Bibliografía 78
La Economía en la PUCP entre 1944 y 1969: la Facultad de Ciencias Económicas y Comerciales Paula Castillo Vera 83
Enseñanza de la economía en el Perú y América Latina 83
El Perú a mediados de siglo 86 Estudios de Economía en la PUCP 88
Contribución en el plano nacional 132
Reflexiones del capítulo 142 Bibliografía 144
Anexos 147
La Economía como Ciencia Social en la PUCP en el periodo 1969-1994 Janneth Leyva Zegarra 151
Introducción 151
Caracterización del contexto histórico 152
La especialidad de Economía en la PUCP 156
El crecimiento de la especialidad 202
Conclusiones 219
Bibliografía 221
Docencia e investigación en Economía en la PUCP entre 1994-2016 Stephan Gruber 225
Introducción 225
Evolución de la Enseñanza de Economía: pregrado y posgrado 240
El futuro de la enseñanza de la economía: la crisis, el realismo y el pluralismo 251
Conclusión 255
Investigación académica en el Departamento de Economía 256
La investigación de la economía del siglo XXI 261
Conclusión 277
Bibliografía 278
Sobre la historia del Departamento de Economía de la PUCP: una versión testimonial Máximo Vega-Centeno 283
Introducción 283
Antecedentes 284
La creación y formación del Departamento de Economía 291
La propuesta académica 299
La investigación 315
Las publicaciones 322
Bibliografía 325
Reseñas biográficas de los autores 327
Prefacio
Cuando asumí, gracias al apoyo de mis colega
Cuando asumí, gracias al apoyo de mis colegas, la responsabilidad de la jefatura del Departamento de Economía (DEcon) de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) en julio del 2014, sabía que me encontraría en funciones durante la celebración, en 2017, de los cien años de la PUCP. Dos años más tarde, en 2019, el Departamento de Economía cumpliría cincuenta años de creación. Anticipando que la Universidad llevaría a cabo un conjunto de actividades por su centenario, me pareció interesante que uno de nuestros aportes a la celebración como Departamento de Economía fuese contar la historia del Departamento; en un marco en el que los quince departamentos académicos podrían hacer lo propio. Por ello se decidió hacer un solo esfuerzo con dos productos, uno de cara a los cien años en 2017, y otro para los cincuenta años del Departamento de Economía PUCP en 2019.
Durante el 2015 se gestó este proyecto, donde confluyeron el interés de la jefatura del Departamento por comenzar a prepararse para las dos celebraciones, y la propuesta de Carlos Contreras de llevar a cabo un estudio del desarrollo de la economía como disciplina en la PUCP. Esta propuesta, por obvias razones, incluía la creación del Departamento de Economía PUCP en 1969, pero brindaba una mirada más amplia de la disciplina en la Universidad, que se remonta a la década de 1930. Gracias a los presupuestos para actividades subvencionadas, que es parte de la descentralización en la formulación y gestión de los presupuestos PUCP, el proyecto empezó a trabajarse en el 2016. Carlos convocó a Jhonatan Clausen, Paula Castillo, Janneth Leyva y Stephan Gruber. Cuatro jóvenes, hábiles y entusiastas egresados de nuestra escuela de Economía, para desarrollar el proyecto. Cada uno tuvo a su cargo un periodo de los cien años de la Universidad, y para ello debieron entrevistar a los fundadores y profesores quienes impulsaron la ejecución del programa durante los primeros años del Departamento. También tuvieron que recurrir a los archivos de la Universidad en donde se encuentra la historia de la carrera antes de 1969, así como a la documentación del DEcon. Asimismo, es importante mencionar que el actual Departamento de Economía nace en el contexto de la creación de la Facultad de Ciencias Sociales La economía como ciencia social en el Perú a principios de la década de 1960. La creación de este Departamento es parte de la nueva orientación que se le dio a la especialidad de Economía desde fines de los años sesenta y durante su implementación a inicios de los años setenta. Esfuerzos previos y muy bien logrados de contar la historia del Departamento de Economía PUCP son los que hizo nuestro querido profesor emérito Máximo VegaCenteno. Para este libro pedimos a Máximo que, habiendo sido prácticamente fundador del Departamento de Economía PUCP junto con Richard Webb, nos brindara su mirada a lo largo de los cincuenta años de existencia del DEcon. Lo vivido por Máximo desde la gestación del Departamento, su experiencia personal, profesional y académica, le aporta al texto una visión más completa e integral. Aunque los profesores Adolfo Figueroa y Javier Iguiñiz, también profesores eméritos del DEcon por sus muy importantes logros académicos y su aporte con el desarrollo del Departamento, no tuvieron la oportunidad de participar en este volumen, sí colaboraron a través de las entrevistas que brindaron a los autores del libro y las lecturas que hicieron de las versiones iniciales de los capítulos. Ellos tres, Máximo, Adolfo y Javier, han sido pilares y ejemplo para las siguientes generaciones de profesores y no alcanzan palabras para agradecerles por su compromiso, dedicación, aporte con la formación de economistas y con la generación de conocimiento desde la economía.
La historia que en este volumen se narra es el resultado del esfuerzo y dedicación de muchas personas que contribuyeron desde la fundación del Departamento de Economía. Profesores, colaboradores administrativos, jefes de práctica e instructores y, por supuesto alumnos del pregrado y el posgrado. Decenas de personas que han colaborado de una u otra forma con la consolidación de un DEcon muy comprometido con el desarrollo del país desde la formación de nuevas generaciones (algunos miles de egresados de nuestras aulas), la generación de conocimiento (varias centenas de publicaciones) y asumiendo responsabilidades importantes en instituciones públicas y privadas. Todo ello forma parte del modelo de formación en el que se combina la enseñanza y la investigación, con el que hemos trabajado siempre. Modelo no escrito ni recogido en documento alguno, pero no por ello menos importante y, sin duda, más presente de lo que se consigue de otra manera.
José S. Rodríguez1
Profesor Principal Departamento de Economía PUCP
1 Jefe del Departamento de Economía entre julio de 2014 y diciembre de 2020.
Pasado y presente de los estudios económicos en la PUCP
Carlos Contreras Carranza
La Economía es, sin asomo de duda, una ciencia social; sin embargo, cuando se la pone al lado de sus «hermanas» la Antropología, la Sociología o la Politología, aparece como la menos perfilada como tal. Ello tiene que ver, en parte, con cierta tendencia a la cuantificación y a trabajar con modelos matemáticos, que caracterizan a la disciplina económica; pero sobre todo ocurre debido a que en el sentido común de las personas, los objetivos o factores «económicos» de las cosas, aparecen como alternativos o rivales frente a los objetivos o factores que consideramos «sociales». Así, la Economía integra, y, a la vez, se sitúa fuera de «lo social». Tal tendencia fue el resultado del rumbo que tomó la corriente principal de la disciplina a partir de la «revolución neoclásica», que la modeló como una ciencia dedicada al estudio de fenómenos universales, los cuales podían entenderse como variables homogéneas, independientes y mensurables. De esta forma, cuando se alude al predominio de los fines económicos tras algún esfuerzo u organización, ello se entiende como un interés limitado a lo material y fenicio, en vez de otras metas que aparecen como más hondas o trascendentes. Por tal motivo resulta interesante examinar el despliegue que una ciencia de tal laya tuvo en el seno de una institución confesional, como una universidad católica. ¿Influyeron de alguna manera los valores o principios católicos en la manera de aproximarse a la investigación económica y en la de formar a los profesionales de la «ciencia lúgubre»?2 .
2 En unos textos aparecidos en 1839 y 1849, el historiador y filósofo británico Thomas Carlyle empleó la expresión de «ciencia lúgubre» para la Economía, en alusión a las profecías pesimistas que autores como Thomas Malthus y David Ricardo, reconocidos padres de la Economía Política, profirieron algunas décadas atrás acerca del futuro de la humanidad. Malthus habló así de hambrunas y catástrofe demográfica, en la medida que la población crecería más rápido que la producción de alimentos; y Ricardo de la «ley de hierro» de los salarios, en el sentido de que estos nunca podrían elevarse por encima del nivel de subsistencia, así como del arribo de la sociedad a un estado estacionario, en que cesaría todo crecimiento económico. Posteriormente, otro célebre economista británico, John Stuart Mill, intentaría rebatir el calificativo dado a la Economía por Carlyle.
Como la especialidad de Economía existe en muchas universidades católicas, y de otras confesiones religiosas del mundo, las cuales parecen desarrollarse de modo muy competitivo y sin pugnas con la ciencia, da la impresión de haberse alcanzado una forma práctica de convivencia entre las cosas del César y las cosas de Dios. En cualquier caso, el recorrido que haremos en este libro, por casi un siglo de historia de los estudios de economía en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), nos permitirá apreciar los encuentros y tensiones que pudieron darse entre la ciencia especializada en el estudio de lo escaso y finito, y la religión de la eternidad y lo infinito.
En efecto, hemos dicho casi un siglo, pues, aunque el Departamento de Economía en la PUCP cumplirá cincuenta años este 2019, los estudios de esta disciplina en dicha casa de estudios se remontan casi hasta los años de su fundación. Por lo menos hasta 1932, cuando en la Universidad Católica (que por entonces aún no tenía el título de Pontificia) se creó una Facultad de Ciencias Políticas y Económicas. Este hecho coincidió con la clausura de la Universidad de San Marcos, efectuada el 8 de mayo de 1932 por el gobierno de Luis Miguel Sánchez Cerro. Desde 1875, en San Marcos se había instituido una Facultad de Ciencias Políticas y Administrativas, con la finalidad de preparar a los expertos que el aparato estatal requería para su urgente modernización y el logro de cierta eficiencia en el manejo de los asuntos públicos. Esta facultad fue una de las de mayor desarrollo en los años de la «reconstrucción nacional» que siguieron al desastre de la guerra del salitre, de modo que el cierre de la Universidad debió dejar a un buen número de estudiantes necesitados de una institución donde iniciar o retomar sus estudios.
En los albores de los años treinta, además, ya no solo era el aparato del Estado quien requería de profesionales en el campo de la administración y los negocios. El país había presenciado el surgimiento de nuevas entidades, como bancos y compañías de seguros; así como el incremento significativo del número de firmas comerciales, compañías navieras y establecimientos industriales. Habían nacido organizaciones empresariales que diseñaban inversiones de largo plazo o gremios corporativos que procuraban influir ante el gobierno por políticas fiscales o monetarias más adecuadas a sus intereses. Incluso, habían aparecido publicaciones periódicas especializadas en economía, como la revista Economista Peruano3 .
3 La revista Economista Peruano comenzó a aparecer en 1909, con la dirección de José Manuel Rodríguez. La prensa diaria nacional y otras publicaciones periodísticas no especializadas, como la revista Variedades, comenzaron a incluir por esos años secciones de temas o asuntos económicos
De manera que el sector privado también reclamaba este tipo de profesionales. Con su decisión de abrir la Facultad de Ciencias Políticas y Comerciales, la Universidad Católica respondió a una demanda de la sociedad y, podríamos decir que, a una necesidad nacional, que resultaba agravada, desde luego, por el cierre de San Marcos, que en dicho momento era la universidad de mayor alumnado de la república
El primer decano fue el insigne intelectual Víctor Andrés Belaunde. Belaunde era una figura relevante en el grupo de profesores que manejaba los destinos de la Universidad Católica, por lo que su elección da la medida de la importante apuesta y el alto significado que para la Universidad tuvo la creación de dicha Facultad. Por ello, para solucionar la falta de profesionales formados en la ciencia de la administración y las finanzas, se recurrió, sobre todo, a abogados con experiencia en estas materias, además de algunos ingenieros con interés y experiencia empresarial. La investigación realizada por Jhonatan Clausen, autor del primer capítulo de este libro, ha permitido identificar entre el cuerpo docente de la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas a quienes eran, o fueron más adelante, destacados intelectuales en los campos del derecho y las finanzas del país: Ernesto Alayza Grundy, Toribio Alayza Paz-Soldán, Rómulo Ferrero Rebagliatti, Enrique García y Sayán, Domingo García Rada, Alfredo Hohagen, Pedro Paulet o Numa León de Vivero. Debido a su calidad intelectual y el prestigio de las redes sociales a las que pertenecían, varios de ellos se convirtieron en ministros de Estado en diversas carteras o en embajadores. También se recurrió a profesores que habían quedado desempleados por el cierre de la Universidad de San Marcos, como Emilio Barreto, quien más tarde fuera presidente del Banco Central de Reserva. Dentro de dicha promoción, Barreto era ciertamente el único economista del grupo, en el sentido de haberse formado en la ciencia de Adam Smith.
Los cursos de la Facultad compartían materias generales como historia y geografía, con muchas de derecho administrativo, comercial, constitucional y financiero. Los cursos de historia y geografía tenían, por su parte, una especialización en los aspectos económicos, llamándose Historia económica o Geografía económica. También existían cursos de contabilidad, finanzas e idiomas (inglés y francés). Los cursos propiamente de economía, eran los de economía agrícola, economía monetaria y bancaria, economía política y un seminario. Pocos años después de la creación de la Facultad de Ciencias Políticas y Comerciales y debido al crecimiento de los negocios y establecimientos de comercio del país, la Universidad abrió una Escuela Técnica de Comercio, destinada a formar con mayor rapidez a técnicos de mando. Dicha escuela tuvo gran acogida, sumándose por cientos el número de sus estudiantes (mientras la Facultad tenía números mucho menores, pero que se movieron alrededor del centenar).
Aunque en sus inicios la Universidad no podía pagar a sus profesores para que desinaran parte de su tiempo a la investigación, las tesis de los estudiantes y la motivación que la enseñanza despertaba en los docentes, movieron a la producción de obra....
https://files.pucp.education/departamento/economia/La-econom%C3%ADa_como_ciencia_social-completo.pdf
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