CAPITULO I: Poblaciones vulnerables en el Perú 12 Instituto Nacional de Estadística e Informática
1.1 Identificación de poblaciones vulnerables
La Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), considera grupos socialmente vulnerables, cuando se da algún factor contextual que los hace más propensos a enfrentar circunstancias adversas para su inserción social y desarrollo personal [...] el ejercicio de conductas que entrañan mayor exposición a eventos dañinos, o la presencia de un atributo básico compartido (edad, sexo, condición étnica) que se supone les confiere riesgos o problemas comunes”.
Sin embargo, la vulnerabilidad es un concepto dinámico, que escapa a la dicotomía pobres-no pobres, integración-exclusión y tiene un carácter multidimensional, porque se manifiesta en distintos individuos, grupos y comunidades, además de que adopta diferentes formas y modalidades.
La vulnerabilidad social es integral, porque afecta todos los aspectos de la vida de quienes la padecen. La CEPAL informa que la vulnerabilidad social es progresiva, ya que se acumula y se incrementa, produciendo efectos más graves, dando lugar a nuevos problemas y a una vulnerabilidad cada vez mayor, por lo que esta condición se vuelve cíclica. Por ello, es causa y consecuencia de distintas situaciones que ponen en evidencia las dificultades ya existentes, agudizándolas y convirtiéndolas en el detonador de nuevos problemas.
Existen sectores de la sociedad, que debido a determinadas condiciones o características son más vulnerables a que sus derechos humanos sean violados. Por esta razón, es necesario la protección, defensa, promoción, observancia, estudio y divulgación de los derechos correspondientes a estos grupos, a través de programas de atención específicos con la finalidad de focalizar los esfuerzos para ayudar a las víctimas a reestablecer los derechos que como personas les pertenecen.
El abordaje de poblaciones vulnerables se realiza agrupada en función del curso de vida: Niños, niñas, adolescentes, jóvenes, adultos y adultos mayores y con poblaciones con condiciones o situaciones particulares: Grupos étnicos, poblaciones en situación de discapacidad, víctimas de violencia, población en situación de pobreza o pobreza extrema, entre otros.
Al identificar a los grupos vulnerables se realiza reconociendo sus diferencias socioculturales, económicas, de momento del curso de vida y condiciones o situaciones particulares con el fin de que las políticas, programas y proyectos relacionados con su salud tomen en cuenta dichas diferencias en la búsqueda de la equidad.
Los grupos vulnerables prioritarios de atención son los grupos étnicos (indígenas que más allá de su pobreza viven en situaciones de riesgo, los afrodescendientes), los menores con necesidades educativas especiales (con discapacidad o limitaciones o con talentos o capacidades excepcionales); las niñas, los niños y jóvenes que trabajan afectando su salud y educación, los migrantes, las personas con discapacidad, los adultos mayores, los jóvenes que ni estudian ni trabajan, las mujeres solas jefas de hogar con dependientes, personas en situación de desplazamiento forzado por la violencia, minorías religiosas, minorías sexuales y personal doméstico, considerados como poblaciones en situación de discriminación, entre otros grupos.
En esta perspectiva, la vulnerabilidad se refiere también al daño ocasionado por situaciones como la pandemia del COVID-19; crisis económica, el desempleo, la falta de igualdad de oportunidades, las conductas discriminatorias de los distintos sectores de la sociedad e, incluso, a los daños ocasionados por los fenómenos naturales.
Algunos ejemplos de factores externos desencadenantes de situaciones de vulnerabilidad son las conductas discriminatorias, el nivel de ingresos, la falta de empleo, la crisis económica, la desigual repartición de la riqueza, la falta de políticas sociales orientadas hacia el beneficio de la población, así como los fenómenos climatológicos.
La trascendencia que lleva consigo el fenómeno de la vulnerabilidad, requiere la intervención del Estado como agente responsable de reconocer y de establecer los planes estratégicos y las líneas de acción que necesariamente tendrían que estar encaminadas a resolver —no solamente atender— la problemática social presente en esta materia y a prevenir el futuro inmediato y mediato. También, justifica ampliamente que el Estado se ocupe de implementar con base en políticas sociales eficaces y sobre todo pertinentes, las acciones que se requieren para proteger y hacer efectivos los derechos de quienes se encuentran en condición de vulnerabilidad.
Las políticas públicas han de contribuir a reducir la vulnerabilidad de toda la población, pero especialmente de aquellos grupos con mayor riesgo a la pobreza o exclusión social, interfiriendo también en los complejos mecanismos de reproducción intergeneracional de las desventajas y riesgos sociales. Por ello, resulta primordial analizar los factores que aumentan significativamente que una persona o grupo tenga más probabilidad de encontrarse en una situación de vulnerabilidad ante distintos problemas sociales. Identificar y proteger a los más vulnerables es esencial para reducir desigualdades.
2.1 Poblaciones en riesgo ante la pandemia del COVID-19
La pandemia del COVID-19 viene generando graves efectos en el ámbito de la salud y profundas implicaciones sobre el crecimiento económico y el desarrollo social, no solo en el Perú sino a nivel mundial.
Llega al Perú en un contexto de bajo crecimiento económico y estancamiento en la reducción de la pobreza y pobreza extrema. Las desigualdades sociales, la necesidad de articulación de las instituciones públicas y sus liderazgos, el acceso a la información, la precariedad del trabajo, la carencia de acceso a los servicios básicos para los más elementales procesos de higiene, la importancia de los trabajos esenciales, la desigualdad de los servicios educativos privados y la educación pública, el papel de las redes sociales, el acceso al servicio de internet y la importancia de los medios de comunicación para el proceso de enseñanza, el hacinamiento familiar o comunitario, la precariedad laboral.
El panorama específico de una situación de emergencia conlleva a identificar a las poblaciones vulnerables frente al COVID-19. En este aspecto es de trascendencia el comportamiento de la población frente a las medidas adoptadas. Las cuestiones culturales, la idiosincrasia, el comportamiento individual o colectivo de las personas son de elemental importancia para seguir y entender normas o planes en situaciones extremas.
La imposibilidad de trabajar desde el domicilio, las condiciones de hacinamiento y la falta de acceso a agua y saneamiento aumentan el riesgo de infección de la población en situación de pobreza y vulnerabilidad. Asimismo, su riesgo de muerte es mayor por la mayor incidencia de condiciones preexistentes de salud como enfermedades pulmonares, cardiovasculares y diabetes y por carecer de acceso adecuado a la atención médica.
El COVID-19 tiene diferentes impactos socioeconómicos en el país, cuyos ejes estructurales son la pertenencia a distintos estratos socioeconómicos o clases sociales, el género, la etapa del ciclo de vida, la condición étnico-racial y el territorio, a lo que se suman otros factores como la condición de discapacidad, el estatus migratorio o no tener donde vivir y encontrarse en la calle. Estas desigualdades se acumulan, se potencian e interactúan entre sí, causando múltiples discriminaciones que conllevan diferencias en el ejercicio de los derechos.
Los grupos más afectados abarcan una gran proporción de la población del país, que se detallan a los principales en el recuadro siguiente:
POBLACIONES EN RIESGO ANTE LA PANDEMIA DEL COVID19
Poblaciones en riesgo z
Población en situación de pobreza y pobreza extrema z
Población índigena en situación de pobreza z
Población afrodescendiente en situación de pobreza z
Población con enfermedades o malestares crónicos z
Población sin seguro de salud z
Población sin seguro de pensión z
Trabajadores informales z
Población en situación de hacinamiento z
Población sin acceso a agua por red pública z
Población sin acceso a servicio de saneamiento z
Niños, niñas y adolescentes que trabajan z
Jóvenes que ni estudian ni trabajan (nini) z
Población adulta mayor z
Mujeres jefas de hogares z
Población migrante
2.1.1 Población en pobreza y pobreza extrema
Según la última medición de pobreza que corresponde al año 2019, la tasa de pobreza del país se ubicó en 20,2%, que involucra a 6 millones 564 mil 93 personas que tienen un gasto per cápita mensual que no cubre el costo de la canasta básica compuesta por alimentos y por bienes y servicios valorizada en 352 soles mensuales en el año 2019.
Por su parte, la pobreza extrema se situó en 2,9% que equivale a 942 mil 370 personas. Se considera pobre extremo a la población cuyo gasto per cápita mensual no cubre el costo de la canasta básica de alimentos, que es de 187 soles. En tanto, el 17,3%, que equivale a 5 millones 621 mil 723 son pobres no extremos, es decir, sus gastos cubren el costo de la canasta de alimentos pero no llegan a cubrir el costo de la canasta básica compuesta por alimentos y no alimentos.
Los valores de pobreza y pobreza extrema dan cuenta de la pobreza que disminuyó ligeramente en 0,3 punto porcentual, siendo la diferencia no significativa con respecto al nivel observado en el año 2018 (20,5%). En el caso de la pobreza extrema mostró una tendencia hacia el incremento al pasar de 2,8% en 2018 a 2,9% en el año 2019.
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