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jueves, 10 de febrero de 2022

INFLUENCIA DE LOS ORGANISMOS INTERNACIONALES EN LAS POLÍTICAS EDUCACIONALES

 INFLUENCIA DE LOS ORGANISMOS INTERNACIONALES EN LAS POLÍTICAS EDUCACIONALES

 ¿Sólo hay intervención cuando hay consentimiento? 

Silvia Regina Canan

Lista de abreviaturas y siglas 

BIRD: Banco Interamericano de Reconstrucción y Desarrollo 

BM: Banco Mundial 

CEB: Cámara de Educación Básica 

CEPAL: Comisión Económica para América Latina y Caribe 

CNE: Consejo Nacional de Educación

 CP: Consejo Pleno 

CP: Coordinadores de Pedagogía 

FaE: Facultad de Educación 

FLN: Fuente de Liberación Nacional de la Algeria

 FMI: Fondo Monetario Internacional 

FURG: Universidad Federal del Rio Grande 

IBGE: Instituto Brasileño de Geografía y Estadística

 INEP: Instituto Nacional de Estudios e Investigaciones Educacionales Anísio Teixeira LDB: Ley de Directrices y Bases de la Educación Nacional 

MEC: Ministerio de la Educación

 MINUSTAH: Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití 

OCDE: Organización para Cooperación Económica y Desarrollo 

OMC: Organización Mundial del Comercio 

ONU: Organización de las Naciones Unidas 

PDE: Plan Decenal de Educación 

PNE: Plan Nacional de Educación 

PPGE: Programa de Posgrado en Educación 

PPGEDU/URI – Programa de Posgrado en Educación de la

URI PPN: Proyecto de Político Nacional Res: Resolución RS: Rio Grande do Sul UCPEL: Universidad Católica de Pelotas 

UEH: Universidad del Estado de Haití 

UFPEL: Universidad Federal de Pelotas 

UNESCO: Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura

PREFACIO 

Maria de Lourdes Pinto de Almeida [...]

Hay una edad en la que se enseña lo que se sabe; pero a continuación viene otra, en la que se enseña lo que no se sabe: a eso se nombra investigar. Viene quizás ahora la edad de una otra experiencia, la de desaprender, de dejar trabajar el remanejamiento imprevisible que el olvido impone a la sedimentación de los saberes, de las culturas, de las creencias que atravesamos. Esa experiencia tiene, creo yo, un nombre ilustre y fuera de moda, que osaré tomar aquí sin complejo, en la propria encrucijada de su etimología:

Sapientia: ningún poder, un poco de saber, un poco de sabiduría, y lo máximo posible de sabor (Barthes, 1977, p. 47). 

Fue con inmenso gusto que acepté la invitación de la Profa Dra Silvia Regina Canan para escribir el prefacio de su libro titulado Influencia de los Organismos Internacionales en las Políticas Educacionales: ¿sólo hay intervención cuando hay consentimiento? Esta discusión resulta más actual y pertinente a medida que:

 El propio saber se volvió una mercancía – clave, a ser producida y vendida a quienes pagan más, bajo condiciones que son ellas mismas cada vez más organizadas en bases competitivas. [...] (Harvey, 1996, p. 15). 

Aliada al liberalismo, la mayor parte de la educación ofrecida, sea básica o superior, es de carácter mercadológico, de forma modular, superficial y fragmentada, que no promueve cambios, tan sólo fortalece la cómoda situación actual de aceptación ante los hechos. 

Una de las principales características de la sociedad contemporánea es el cambio constante de los procesos de producción y de las formas de relación social, debido a la introducción de nuevas tecnologías que rápidamente resultan superadas y a la ampliación de las posibilidades de comunicación y producción de informaciones, resultando en un mundo realmente global. Ese escenario exige, necesariamente, el principio de la flexibilidad de los procesos educativos y, por tanto, amplía el concepto de educación hacia más allá de los sistemas escolares. 

Teóricamente el discurso convence a legos e ingenuos, sin embargo, la realidad histórica de esta segunda mitad del siglo XXI la expresa una minoría que dicta los 8 rumbos educacionales a los que seguirá la mayoría, poniendo en evidencia la ideología, la visión de mundo de aquellos que detienen el poder, a menudo aceptados con una pasividad que nos causa indignación. Así, la educación en cualquier instancia ocupa lugar de relieve, permite la articulación entre los distintos movimientos sociales y culturales, estableciendo la epistemología de las relaciones. Vale la pena recordar que: 

En suma, todo hombre, fuera de su profesión, desarrolla una actividad intelectual cualquiera, es decir, es un filósofo, un artista, un homem de buen gusto, participa en una concepción de mundo, posee una línea consciente de conducta moral, contribuye así para mantener o para modificar una concepción del mundo, es decir, para suscitar nuevas maneras de pensar. El problema de una nueva capa de intelectual, por tanto, consiste en elaborar críticamente la actividad intelectual que cada uno posee en determinado grado de desarrollo, modificando su relación con el esfuerzo muscular nervioso en un sentido de un nuevo equilibrio y haciendo que el propio esfuerzo muscular-nervioso, mientras elemento de una actividad práctica general, que innova perpetuamente el mundo físico y social, se haga el fundamento de una nueva e integral concepción del mundo (Gramsci, 2006, p. 53, v. 2). 

Vivimos en una sociedad civil y política que pasa por un proceso acelerado de transformación que se manifiesta en el cambio de diversos aspectos estructurales, accionada por la globalización de la economía, de la política, de la sociedad, de la cultura, de las instituciones y del medio ambiente. Se globaliza de forma excluyente y sin precedentes, afirmando el ideario neoliberal. Asociado con la globalización está el desarrollo rápido de la ciencia y de la tecnología, la emergente sociedad del conocimiento y la nueva estructura de trabajo y desempleo estructural. 

Esa realidad que involucra a todos indistintamente, así la sintetiza Ianni, 

El mundo ha cambiado mucho a lo largo del siglo XX. No más es tan sólo una colección de países agrarios o industrializados, pobres o ricos, colonias o metrópolis, dependientes o dominantes, arcaicos o modernos. A partir de la Segunda Guerra Mundial, se desarrolló un amplio proceso de mundialización de relaciones, procesos y estruturas de dominación y apropiación, antagonismos e integración. A los pocos, todas las esferas de la vida social, colectiva e individual son alcanzadas por los problemas y dilemas de la globalización (Ianni, 2008, pp. 35-36). 

La idea de educación tiene solamente un carácter mercadológico, aliada a una visión inmediatista donde resultados necesitan aparecer a corto plazo. El desarrollo humano pasa a ser visto como un número más, sin considerar el contexto social, las 9 interferencias culturales y políticas y, para empeorar, sin una acción efectiva de emancipación.

 Así, la educación pasa a ser una mercancía disponible para compra en el mercado, donde siempre más el Estado se exenta de la responsabilidad que es su deber, y la competencia y el individualismo se hacen elementos cada vez más comunes en la actual sociedad, caracterizando la empleabilidad como un desafío lanzado entre los individuos en la lucha por la sobrevivencia.

 En esta obra escrita por Canan está explicitado el conjunto de condicionantes e implicaciones que resultan de la trayectoria del capitalismo involucrando la categoría educación, trayendo como mensaje subliminar que el mundo es mucho más complejo de lo que nos imaginamos, que en el decurso del camino aparecen los percances y que somos sorprendidos por la certeza del cuanto todavía tenemos que caminar. Pero eso no impide que continuemos, justo lo contrario, nos mueve a buscar nuevos y desafiantes rumbos.

 La lectura de este libro se hace obligatoria a todos aquellos que trabajan con educación, sea formal o no formal. Esa es, sin duda, la palabra que más representa la construcción de esta obra: desafiante. El desafío de salir de la “zona de confort”, donde lo conocido estaba seguro y protegido, para encontrar nuevas posiciones/oposiciones. 

Así, en un panorama de innúmeras páginas de este trabajo, están trabadas muchas batallas entre nuestro yo, nuestra consciencia, y nuestra praxis en la construcción de un ser investigador inserido en un mundo tomado por políticas educacionales internacionales que dictan a todo momento las prácticas pedagógicas desde la formación del currículo hasta la calidad para el mercado de trabajo en oposición a la inserción en el mundo del trabajo. Resulta evidente el embate entre intervención de los organismos internacionales y el consentimiento que el Estado proporciona en sus ´medidas conciliatorias´.

 Para pensar la educación es necesario el conocimiento del contexto socioeconómico mundial contemporáneo. 

En esa perspectiva, 

El individuo es un consumidor de conocimientos que lo habilitan a una competición productiva y eficiente en el mercado laboral. La posibilidad de obtener una inserción efectiva en el mercado depende de la capacidad del 10 individuo en “consumir” aquellos conocimientos que le garanticen esa inserción. Así, el concepto de empregabilidad se aleja del derecho a la educación: en su condición de consumidor el individuo debe tener la libertad de elegir las opciones que mejor lo capaciten a competir (Gentili, 2005, p. 55). 

Tras la lectura de la obra resulta evidente un cuestionamiento que no quiere callarse: ¿la sociedad del conocimiento sirve para quién? Mejor dicho, ¿para qué? Puesto que es posible investigar en el sector de la educación y seleccionar tan sólo lo que les interesa a los organismos internacionales, siendo prácticamente imposible hacer una mediación transformadora con una visión apenas do micro, sin entendimiento de la totalidad, de la esfera económico-política.

 Así, es también en el espacio de la educación que tenemos la posibilidad de ver acontecer diferentes procesos pedagógicos, pues según enfatiza Gramsci: 

No hay ninguna actividad de la que se pueda excluir cualquier intervención intelectual – el Homo faber no puede ser separado del Homo sapiens. Además, fuera del trabajo, todo hombre desarrolla alguna actividad intelectual; él es, en otras palabras, un ‘filósofo’, un artista, un hombre con sensibilidad; él comparte una concepción del mundo, en una línea conciente de conducta moral, y por tanto contribuye para mantener o cambiar la concepción del mundo, es decir, para estimular nuevas formas de pensamiento (Gramsci, 1957, p. 121). 

Resulta claro después de la lectura de esta producción que las promesas transcienden a la dura realidad. Las estrategias de subordinación son utilizadas de forma dominadora enfatizando las desigualdades y para colmo, hay un proceso de culpabilidad donde la busca constante de actualización aún no garantiza la proximidad del perfil educacional deseado. Por tanto, la educación es entendida como una condición regulada y subordinada a las necesidades del capital. Como práctica social, actividad humana e histórica, se reduce a procesos educativos que visan a doctrinar, domesticar, entrenar a seres humanos para que estén aptos a las condiciones del mercado, un individuo atomizado listo para actuar en el desarrollo de sus tareas laborales, sin cuestionamientos... ¡Sin preguntas!

Ese proceso sólo es posible cuando no se establece la praxis en una relación dialéctica, “[...] el hombre sólo conoce la realidad al paso que crea la realidad humana y se comporta ante todo como ser práctico.” (Kosik, 1976, p.22). O aun, como enfatiza Marx, 

Son los hombres que producen sus representaciones, sus ideas, pero los hombres reales, actuantes, y tales como han sido condicionados por un determinado desarrollo de sus fuerzas productivas y del modo de relaciones que les corresponde, incluyendo hasta las formas más amplias que estas puedan tomar... y ser de los hombres es su proceso de vida real (Marx; Engels, 1989, p. 20). 

De esa manera, la educación se debe pautar como un proceso que dignifique al ser humano, que no tan sólo lo instruya, lo informe, sino que lo liberte del conformismo, de la alienación, en la busca de un conocimiento concreto e histórico que sea parte de una cultura educativa. 

Educación no es, y jamás podrá ser entendida como un privilegio, ella es condición para la humanización, para el desarrollo de la capacidad de pensar y actuar, con base teórica y práctica que fundamente el discurso, la actuación del ser humano en su entorno.

 Canan nos brinda con una producción que va al encuentro de toda esa discusión. La autora, al analizar este contexto socioeconómico, pone en claro que la lógica neoliberal respaldada por el capitalismo define y reglamenta el mercado, la acumulación del lucro y de la rentabilidad reduce el Estado a mínimo y surgen con ello otros problemas de orden socioeconómica como la acentuada desigualdad de clases, la violencia en los centro urbanos, la precarización del trabajo, entre otros tantos relacionados con la ´calidad´ de la educación direccionada al mercado.

 En esta perspectiva, para la autora de esta obra, la educación condicionada a la estructura económica y social es sinónimo de contradicción, pues entendida por el sistema capitalista como una extensión de la preparación de la fuerza productiva para el mercado de trabajo, pierde su objetivo central que privilegia el conocimiento, los referenciales teóricos y pasa a actuar de manera pragmática e instrumental, en consonancia con los intereses del mercado.

 Para Silvia Regina Canan, las organizaciones internacionales no satisfechas redefinen el papel de la educación, con la crítica de que la que está disponible en el mercado no atiende a las reales necesidades corporativas. Así, pasan a asumir para sí las directrices y estrategias educacionales, en la perspectiva de recibir retornos inmediatos y más aliñados a sus políticas educacionales vigentes en los delimitados momentos histórico-económicos. Las expresiones pedagógicas están cargadas de contradicciones, antagonismos e intereses, pues teóricamente los conceptos se fundamentan en posibilidades de desarrollo cognitivo, social y político, pero en su aplicación no escapan a la regla, cuya lógica son los intereses del sistema capitalista. 

La autora pone en claro, en sus consideraciones, que la cuestión está más allá de lo social, y es histórica, pues siempre más hay un proceso perverso de explotación de la educación en este contexto de acumulación, prevaleciendo los dictámenes de los que detienen el capital financiero globalizado. No es esa la educación traída por los organismos internacionales que vislumbra la transformación social, y que debe ser abierta a lo nuevo, vuelta a las dimensiones de la persona humana y no al individuo.

 Para finalizar, resalto que la lectura de esa obra es obligatoria a aquellos que aún sueñan con la construcción de un mundo pedagógico mejor posible, sea en la educación básica, sea en la educación superior.

 Felicito a la autora Silvia Regina Canan por la discusión de excelencia traída en este libro, con un debate claro, objetivo y muy bien fundamentado teóricamente, además de extremamente actual y necesario para que podamos llevar nuestro entendimiento hacia más allá de nuestras prácticas pedagógicas, a las políticas que permean estas relaciones educacionales en este siglo XXI. Nada más me resta sino desearle al lector un proficuo análisis del contenido expuesto en esta obra.

 Y permanece ahí el interrogante traído por Canan en el título: y entonces... ¿Sólo hay intervención de los organismos internacionales en la educación brasileña cuando hay consentimiento de parte del Estado Brasileño? Parafraseando a Brecht... Tantos relatos... Tantas preguntas... ¡Vale la pena conferir!

 Referencias 

ALMEIDA. M.L.P. Universidade pública & Iniciativa privada: os desafios da globalização. Campinas, SP: Editora Alínea, 2002. 

ALMEIDA. M.L.P. Pós - modernidade e materialismo histórico no século XXI: elementos para uma análise do papel do cientista político na sociedade acadêmica: Revista da FAEEBA: Educação e contemporaneidade (1992), Salvador, vol. 15, n. 26, p. 15-34, jul./dic., 2006. 

BARTHES, Roland. Aula. São Paulo, editora Cultrix, 1977.


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